En este «Recuerdas» vamos a echar la vista atrás como nunca lo habíamos hecho. Nos centramos en la figura de Jim Thorpe, quizás la primera gran estrella del fútbol americano profesional allá por la década de los años veinte. Thorpe no sólo es recordado todavía por su legado en la NFL, sino que además triunfó en el atletismo, jugó seis años en la Major League Baseball e incluso fue líder de un equipo de baloncesto.
Thorpe nació el 28 de mayo de 1887 (en algunas fuentes, 1888) en territorio indio en el estado de Oklahoma. Se crió como miembro de las tribus Sac & Fox y no tuvo una infancia demasiado feliz. Antes de cumplir los dieciocho años de edad ya había perdido a su hermano gemelo, a su madre y finalmente a su padre. Esos acontecimientos forjaron aún más el espíritu de lucha en Thorpe.
En la universidad india de Carlisle comenzó a escribir su leyenda. En 1911 y 1912 fue nombrado All-American, y en ese último año conquistó el título nacional universitario. Thorpe anotó 25 touchdowns y totalizó 198 puntos en una campaña de sólo doce partidos.
Entre medias de esas dos temporadas demostró que el fútbol americano no era el único deporte que dominaba. En los JJOO de 1912, en Estocolmo, Suecia, conquistó sendas medallas de oro en las pruebas de decatlón (récord del mundo incluído, 6756 puntos) y pentatlón, además de terminar en cuarta posición en el salto de altura y en la séptima en el salto de longitud. Sin embargo, un año después sus medallas le fueron retiradas tras demostrarse que no había mantenido su condición de amateur al haber jugado en una liga semiprofesional de béisbol en 1909 y 1910. La reclamación no se produjo dentro de los treinta días estipulados, pero aún así el COI procedió con la sanción. Tuvieron que pasar setenta años para que sus medallas le fueran devueltas de forma póstuma.
Thorpe estaba entrenando los backs en la universidad de Indiana cuando recibió una histórica oferta. Los poderosos Canton Bulldogs le contrataron por la astronómica cifra de 250 dólares por partido para intentar ganar la liga de Ohio de 1915, en aquel momento la competición más importante en el fútbol americano profesional. Canton se jugaba el título en dos encuentros ante su gran rival, Massillon Tigers. Tras perder el primer choque por 16-0, Thorpe llevó a sus hombres a un triunfo por 6-0 con dos field goals, uno de ellos un dropkick de 18 yardas. Los Tigers apunto estuvieron de ganar al final cuando su right end, Briggs, capturó un pase y corrió hasta la end zone donde le aguardaba una inmesa multitud de aficionados. Pero las reglas de la época fijaban que si un jugador cruzaba la goal line en una multitud, debía «aparecer» con posesión de balón, y Briggs no la tenía. él insistió que ¡un policía le había quitado el balón de sus manos! La protesta era aparentemente ridícula puesto que Canton no vestía con uniformes de policía. Los árbitros estimaron touchback y Canton ganó el campeonato. Diez años más tarde, Jack Cusack, entrenador de los Massillon Tigers, averiguó la verdad en una conversación con un taxista. Fue él, y no un policía, quien arrebató a Briggs el balón que fue a parar a las manos del jugador de Canton, Charlie Smith. «Tenía treinta dólares apostados en ese partido», admitió el conductor, «y, por mi salario, no me podía permitir perder tal cantidad de dinero». El resultado dejó la liga sin campeón absoluto.
No hubo dudas al año siguiente. Con el fichaje de su antiguo compañero en Carlisle, Pete Calac, Canton arrolló a los Tigers por 24-0 en el encuentro que decidía el título. Los Bulldogs retuvieron el campeonato en 1917 y volvieron a triunfar en 1919 tras un año de paréntesis marcado por la Primera Guerra Mundial. Una vez más, Thorpe fue decisivo en la conquista del título, dilucidado de nuevo ante Massillon. Anotó los únicos puntos del choque con un field goal de 40 yardas y realizó un soberbio punt de 95 yardas en el último cuarto que mantuvo a los Tigers lejos del territorio de los Bulldogs.
A pesar de la pasión creada por el juego, tres problemas principales abocaban a una inmediata solución: la dramática subida de los sueldos de los deportistas; jugadores cambiando constantemente de equipo buscando la mejor oferta; y el uso de jugadores universitarios todavía en época de estudios. Hacía falta una liga en la que todos sus miembros siguieran un cuerpo de reglas. El 17 de septiembre de 1920 se produjo el nacimiento de la NFL, durante sus dos primeros años conocida como la American Profesional Football Association. La nueva competición necesitaba una cabeza visible en lo más alto, de modo que Jim Thorpe, la gran estrella de la época, fue elegido como el primer presidente de la liga. Sin embargo Thorpe se dedicó más a jugar (y entrenar, de 1920 a 1923) que a ser un administrador, y al año siguiente le cedió el puesto a Joe Carr.
En 1921 dejó los Bulldogs para fichar por los Cleveland Tigers, que cambiaron en su honor el apodo del equipo a Indians. Las dos siguientes temporadas jugó para los recién creados Oorang Indians, un conjunto histórico pues estaba formado íntegramente por indios americanos. No obstante, Thorpe no obtuvo demasiado éxito con esas franquicias, ni tampoco en sus últimos años con los Rock Island Independents en 1924, New York Giants en su campaña inaugural de 1925, de nuevo con los Canton Bulldogs en 1926 y finalmente con los Chicago Cardinals en 1928, ya a los 41 años de edad. En total, jugó 52 partidos en la NFL (sin contar sus números en la liga de Ohio), en los que anotó cuatro touchdowns de pase y seis de carrera.
Además de brillar como jugador de fútbol americano, Thorpe formó parte de los New York Giants (1913-15, 1917-18), Cincinnati Reds (1917) y Boston Braves (1919) de la MLB. También capitaneó el equipo de baloncesto “Jim Thorpe y sus famosos Indios” que recorrió varias partes de EEUU durante 1927 y 1928.
La versatilidad de Thorpe para practicar diferentes deportes también se aplicaba al fútbol americano. Como runningback -su posición principal- podía eludir placajes por velocidad o romperlos por pura potencia, podía lanzar y atrapar pases como los mejores, era un buen bloqueador, realizaba punts muy largos y era un excelente kicker, ya fuera con holder o por dropkick. No es de extrañar que fuera incluído en la clase inaugural del Salón de la Fama en 1963 y que fuera votado por Associated Press como el mejor jugador de fútbol americano de la primera mitad del siglo XX y a la vez como el mejor atleta del mismo período de tiempo. Sus reconocimientos no terminan ahí, puesto que también es miembro del Hall of Fame del fútbol americano universitario y del atletismo.
Los restos de Thorpe, fallecido el 28 de marzo de 1953 tras varios años de penurias, se encuentran en una pequeña ciudad de Pennsylvania que lleva su nombre en su honor.