Previa Orange Bowl. Stanford vs. Virginia Tech

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Todo estaba preparado en Washington en un pseudo Lane Stadium para que los habitualmente poderosos Hokies “torturasen” a la cenicienta Boise State, pero Kellen Moore lo evitaría con un lanzamiento sobre el último segundo que alejaría prematuramente a los pupilos de Frank Beamer de contender al campeonato nacional. Cinco días más tarde, James Madison del FCS infringía un humillante upset en Blacksburg que provocó las mofas de medio país y donde muchos analistas de prestigio comenzaron a dudar del potencial real de los Hokies, incluso como máximo favorito para llevarse la conferencia ACC.

 

Desde entonces, Virginia Tech acumularía una espectacular racha de once victorias consecutivas y nadie sería capaz de toserlos durante ese periodo. Por enésima ocasión, Frank Beamer volvería a demostrar la competitividad y el poder de su programa con el tercer título de la ACC en los cuatro últimos años, y los Hokies siguen sin bajar de las 10 victorias desde el 8-5 del 2003 (el único equipo de toda la nación con tales guarismos).

 

Con un récord de 23 lanzamientos para TD en su universidad, Tyrod Taylor ha conseguido alejar el “fantasma” y las constantes comparaciones con Michael Vick para construir su propio legado y convertirse en el icono actual del programa. Taylor ha evolucionado en un signal-caller paciente, calculador e inteligente, para sumarlo a su natural capacidad de conseguir espectaculares jugadas cuando despega desde el pocket.

 

Tras él, Virginia Tech presenta un combo poderoso y de enorme talento con los backs Ryan Williams y Darren Evans.

 

Antes de su grave lesión de rodilla, Evans (846 yardas y 11 TD) era el feature-back del programa tras superar las 1.200 yardas terrestres. Ahora ha evolucionado en ese back poderoso, físico y capaz de derribar los frentes defensivos rivales, mientras que Williams es el back con mayor talento natural para el siguiente nivel.

 

Después de superar las 1.600 yardas netas la anterior campaña, Williams (525 yardas y 9 TD) ha tenido que superar constantes problemas físicos, pero llega en su plenitud a Miami y su combinación de atletismo y poder le convierten en un runningback temible con el balón en sus manos. El talento aquí de los Hokies es tan increíble que un jugador de la fantástica velocidad y potencial de David Wilson (616 yardas y 5 TD) es la tercera opción en la lista (además de un importante arma en equipos especiales), aunque deberá ausentarse durante el primer cuarto por violar reglas internas del equipo.

 

Lo mejor de la línea ofensiva se encuentra sobre el lado derecho con los second-team All-Conference Blake DeChristopher y Jaymes Brooks, mientras que el WR Jarrett Boykin es un objetivo aéreo importante para mover las cadenas y Danny Coale la gran amenaza aérea en los underneath patterns.

 

La defensa de los Hokies no atesora el especial talento ni el poderío de anteriores campañas (No.37 del país), pero sigue siendo un grupo que atesora oportunismo (segundo en el FBS con 22 intercepciones) y capacidad para forzar turnovers. Andrew Luck deberá superar a todo un first-team All-Conference como Jayron Hosley y Rashad Carmichael o Davon Morgan en el rover, quienes son jugadores fundamentales dentro del sistema defensivo del prestigioso coordinador Bud Foster. El LB Bruce Taylor es otro jugador muy oportunista y capaz de provocar dividendos en el back seven.

 

Por otro lado, en solamente cuatro años, Jim Harbaugh ha conseguido convertir a la élite universidad (en términos académicos) de Stanford de un conjunto habitualmente perdedor (1-11 el año anterior a la llegada de Harbaugh) en todo un auténtico contendiente al BCS, y la Cardinal tiene ante sí la gran oportunidad de relanzar definitivamente el programa a nivel nacional ante un perenne contendiente como Virginia Tech (su última victoria en una bowl fue en 1996 ante Michigan State) .

 

Después de caer en el mes de Octubre ante Oregon (disputarán el campeonato nacional), la Cardinal se mostraría como uno de los conjuntos más sólidos del país con una sola derrota, venciendo a todos sus rivales interconferenciales (su mejor racha en 19 años) para finalizar el año como No.4 del ranking BCS.

 

En todo un auténtico duelo de quarterbacks, Andrew Luck es probablemente uno de los mayores talentos en su posición de la última década. Luck (por encima del 70% de completaciones, 3.051 yardas aéreas y 28 TD, además de 438 terrestres) podría ser titular en más de una docena de equipos de la NFL, después de finalizar segundo en el Heisman Trophy tras Cameron Newton de Auburn y ser nombrado jugador ofensivo del año de la conferencia PAC-10.

 

Luck ha recibido comparaciones con Peyton Manning por su capacidad cerebral tras el center y sus fantásticas mecánicas, con el talento natural para realizar cualquier tipo de lanzamiento y una fantástica compostura dentro del pocket. Pero lo mejor de Luck y que le distancia de cualquier signal-caller del país es su dureza y capacidad física, tanto para soportar un golpe como incluso para propinarlo cuando busca un scramble desde el pocket.

 

Sobre Luck gira todo el ataque de Stanford, pero la Cardinal es especialmente física y disciplinada. El runningback Stepfan Taylor es otra de las grandes claves dentro del ataque. Sin ir más lejos, es el jugador con más touchdowns terrestres de la PAC-10 (15 TD) después de la estrella de Oregon, LaMichael James, y coge el testigo de Toby Gerhart como el sexto jugador en la historia del programa en superar las 1.000 yardas terrestres.

 

Los wide-outs Ryan Whalen y Chris Owusu son los objetivos aéreos de magnitud para mover las cadenas, mientras que Doug Baldwin es el go-to-guy (824 yardas y 9 TD). La línea ofensiva es física, poderosa y tecnicamente fantástica con los first-team All-Conference Chase Beeler (center), David DeCastro (right-guard) y Jonathan Martin (left-guard). Tampoco hay que olvidar el liderazgo y poder del FB Owen Marecic, quien representa en su plenitud los valores de sacrificio y solidaridad instaurados por Harbaugh en Stanford. Marecic comparte sus responsabilidades de FB con las de ILB titular (ante Notre Dame en South Bend consiguió anotar a ambos lados del balón).

 

La defensa de la Cardinal sigue igual de fiel a los patrones del programa. Sin ir más lejos, su estrella como nose-guard es el second-team All-Conference Sione Fua. Ranquean No.22 de todo el país con 325,75 yardas por partido permitidas y son todo un grupo de no-names donde el safety Delano Howell es la referencia en el back-seven.

 

Sin duda estamos ante uno de los matchups más apasionantes y atractivos de toda la postemporada, con dos conjuntos de estilos diferentes y dos formas opuestas de entender el football. El oportunismo y espectacularidad atlética de Virginia Tech, frente al poderoso y disciplinado juego de Stanford. Ambos conjuntos son la crème-de-la-crème del universo college football y podemos estar frente a uno de los enfrentamientos más espectaculares y vistosos de todo el año.

 

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