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Cuesta creer que los Baltimore Ravens sean los vigentes campeones de la National Football League. Porque tras tres derrotas consecutivas en el mes de diciembre que ponían en riesgo el acceso a los playoffs, y despedir al coordinador ofensivo Cam Cameron, pocos podían prever que alzarían mes y medio después el trofeo Lombardi.
Unos acertados cambios tácticos en la línea ofensiva, que propiciaron que Joe Flacco jugara más cómodo, así como el empujón pseudo-místico-histriónico-religioso que creó en la RaveNation el anuncio de la retirada del chamán Ray Lewis, fueron los principales motores para que con más maña que fuerza, Baltimore llegara a lo más alto por segunda vez en su historia.
La offseason ha vuelto a caracterizarse por la marcha de un gran número de jugadores aparte de los jubilados Ray Lewis y Matt Birk. Y jugadores emblemáticos, titulares o con ambas características: Anquan Boldin, Vonta Leach, Ed Reed, Bernard Pollard, Dannell Ellerbe, Paul Kruger, Cary Williams…
Gran culpa en ello ha tenido el mordisco en el salary cap del nuevo megacontrato de Joe Flacco, que tras andar por la cuerda floja en diciembre, con ciertas ayudas sacó en enero y febrero lo mejor de sí mismo, y con un trofeo Superbowl MVP bajo el brazo no tardó en salir de los despachos con los bolsillos llenos, siendo al menos por unos días el jugador mejor pagado de la historia de la NFL.
Baltimore se enfrenta al reto de hacer una buena temporada tras ganar la Superbowl, cosa que no sucede desde hace tiempo. La gran reestructuración del equipo, que ha perdido la mayoría de sus titulares en defensa y hombres clave en el ataque hacen que las dudas sobre el futuro este año de los Ravens estén más que legitimadas. Honestamente, la meta a la que se debe aspirar es a consolidar el equipo creado e intentar luchar una vez más por el título divisional, tarea nada sencilla ya que empieza a haber claros signos de mejora en los rivales divisionales y el calendario entraña cierta dificultad, con siete partidos contra rivales que estuvieron en los playoffs el año pasado más dos contra los siempre complicados Steelers. Los enfrentamientos interdivisionales son este año contra la división americana este y la nacional norte.
 MVP ATAQUE: Joe Flacco. Después de su sensacional actuación en los pasados playoffs y de su no menos sensacional contrato, el larguirucho quarterback tiene que demostrar la regularidad que hasta ahora lo ha apartado de la élite y convertirse en el guía de esta nueva etapa de los Ravens. |
Joe Flacco, ¿el peor de los quarterbacks de élite o el mejor de los quarterbacks que no son de la élite? ¿O ni siquiera eso y simplemente el quarterback más sobrevalorado de la historia? No va a ser un año fácil para él puesto que esos interrogantes siguen sobre su cabeza.
Va a ser muy interesante ver cuál es la filosofía del ataque de Baltimore este año. Por una parte el coordinador ofensivo Jim Caldwell ya tiene un playbook completamente suyo, no uno heredado el año pasado. Por otra parte, si te gastas un descomunal dinero en un quarteback, ¿vas a “malgastarlo” con un juego como hasta ahora basado en la carrera y el pase corto? O por el contrario y lo que parecería a priori más coherente, ¿vas a inaugurar una nueva era en la franquicia basado en el happy pass? Pronto lo veremos.
Pero ya incluso en pretemporada, el primer interrogante viene dado por la ausencia de los dos principales aliados de Flacco el año pasado: Anquan Boldin y Dennis Pitta. El primero se negó a rebajar su sueldo para dar acomodo al nuevo salario del quarterback. Y el segundo se lesionó de gravedad nada más comenzar los entrenamientos.
Por tanto Torrey Smith afrontará la responsabilidad de ser el receptor principal tras la marcha de Boldin. Es un jugador en plena progresión, que probablemente no ha dado todavía lo mejor de sí mismo, muy veloz y con buenas manos, pero aun no le hemos visto realizar otra serie de funciones que desmarcarse en profundidad para lograr big plays. Con él se alineará Jacoby Jones, cuyas características son muy similares a las de Smith, aunque con desempeño más irregular, así que con urgencia el front office tuvo que salir a buscar possesion receivers y receptores capaces de jugar en el slot, puestos huérfanos tras la ausencia de Boldin y Pitta, ya que a mitad de pretemporada ninguno de los wide recivers del roster había mostrado la calidad necesaria para ese puesto salvó quizás Aaron Mellette, rookie elegido este año en séptima ronda.
Y así se ha rescatado de un probable retiro a Brandon Stokley y a Dallas Clark. Stokley fue desechado por los Broncos tras la llegada de Wes Welker, ya que son jugadores de similares características. Es de interés señalar que Brandon Stokley, de 37 años, anotó el primer touchdown de los Ravens en la Superbowl XXXV frente a los Giants. El tight end Dallas Clark tuvo sus mejores años como socio de Peyton Manning en Indianápolis y tras un año en Tampa Bay llega a Baltimore para luchar en el puesto con Ed Dickson, hasta ahora el repuesto de Pitta, el veterano Visanthe Shiancoe y el rookie de Maryland Matt Furstenberg, que al igual que Mellette sí está agradando en la pretemporada.
La novedad en la línea ofensiva viene dada por la retirada del football de Matt Birk, cuyo buen hacer seguro va a echarse de menos este año. La gran responsabilidad de sustituirle la tiene Gino Gradkowsky, elegido en el draft del año pasado ya con la misión de sustituir a Birk en éste.
Michael Oher ocupará definitivamente (ha estado cambiando de lado continuamente desde su llegada al equipo) el puesto de tackle derecho, donde sus limitaciones físicas pasan mucho más desapercibidas que protegiendo el lado ciego de Flacco. Este papel lo ocupará Bryant McKinnie, cuyo desempeño en ese puesto en los playoffs, desplazando a Oher al lado derecho, es una de las claves de que Flacco sea hoy millonario. McKinnie es un jugador perezoso, que cada año llega tarde, mal y con sobrepeso a la pretemporada, pero que hasta ahora siempre ha mejorado notablemente a medida que los partidos se suceden y desempeña a la perfección su labor cuando más se le necesita.
Entre Gradkowsky y Oher se situará el probowler Marshall Yanda, uno de los mejores guards derechos de la liga y aun con buenos años por delante. Y a la derecha de McKinnie, Kelechi Osemele, que mejoró su trabajo cuando fue trasladado desde el puesto de tackle derecho a guard izquierdo en los playoffs. Por tanto, la línea de ataque de Baltimore (McKinnie-Osemele-Gradkowsky-Yanda-Oher), debería dar facilidades a Joe Flacco y al juego de carrera de los ravens.
En esta faceta del juego es la única en la que no hay novedades respecto al año pasado. Afortunadamente Vonta Leach no encontró un equipo en la agencia libre que satisficiese sus demandas económicas y se reincorporó al equipo con la pretemporada ya comenzada. Le volveremos a ver de ariete para Ray Rice y Bernard Pierce ayudado en ocasiones por el cuarta ronda Kyle “Juice” Juszczyk, elegido ante la posibilidad de que Leach no volviera.
Es aun una incógnita como pivotará la proporción pase-carrera este año pero la pareja Rice & Pierce serán una red de seguridad sobre la que sostener el ataque de Baltimore. El despunte de Pierce el año pasado fue notable, complementando con su estilo de carrera potente, la habilidad y manos de Ray Rice, que acumulará a buen seguro un buen puñado de yardas tanto a la carrera como en el pase corto, como viene siendo habitual en los últimos años. Y la esperada mayor participación de Pierce en el juego le proporcionará más descanso.
 MVP DEFENSA: Terrell Suggs. Tras muchos años a la sombra de Ray Lewis y de Ed Reed el extrovertido endbacker se ha convertido en la cara más reconocible de la defensa. Ha heredado los galones y deberá ser el encargado de liderar la transición hacia una nueva y rejuvenecida defensa que mantenga la gloriosa tradición de la franquicia. |
Ray Lewis y Ed Reed han sido el alma de la defensa desde prácticamente la fundación de la franquicia. Y una defensa poderosa, dominante, que ha tirado del equipo la mayor parte de su historia. Pero el tiempo no perdona y el desempeño de ambos ha disminuido especialmente en los dos últimos años. Sus números de la pasada temporada serán fácilmente suplidos, incluso mejorados, pero su liderazgo probablemente no pueda serlo nunca.
Pero aparte de estas dos significativas bajas, las alarmas se encendieron entre los fans al ir viendo como hasta otros cuatro titulares, por tanto seis en total, de los hombres que consiguieron la segunda Superbowl, marchaban a otros equipos. Pese a todo ello, sin embargo, y al menos sobre el papel, podemos asegurar que Ozzie Newsome ha trabajado bien otra vez y solo falta esperar pacientemente para comprobarlo.
Bajo la dirección de Dean Pees y con entrenadores secundarios tan notables como Steve Spagnuolo, Baltimore defenderá de nuevo con un sistema 3-4. Se han fichado a buen precio a un par de defensive ends de probado talento, limitados la pasada campaña por lesiones de las que ambos parecen recuperados: Chris Canty y Marcus Spears. Si esto se confirma, la presencia de ambos puede resultar en una notable mejora de la unidad. Su presencia, junto con la del sólido Arthur Jones, jugador ya en su cuarto año y en plena progresión, permitirán a Haloti Ngata jugar como nose o defensive tackle según la situación requiera, lo que dependerá del hacer del hasta ahora irregular Terrence Cody o lo que pueda aportar el tercera ronda de este año Brandon Williams. Si cualquiera de los dos se desenvuelve bien como nose tackle permitiría a Ngata jugar en el exterior donde suele mostrarse más intimidante.
En el cuerpo de linebackers el front office también ha tenido que hilar fino para no perder fuelle tras la marcha de Lewis, Kruger y Ellerbe. Se aprovechó el turbio asunto del faxgate de Elvis Dumervil para traer a Baltimore a uno de los outside linebackers más talentosos de la liga, que junto a un ya plenamente recuperado Terrell Suggs pueden dar más de un quebradero de cabeza a coordinadores ofensivos rivales.
De forma más discreta también se rescató de la agencia libre a Daryl Smith, que se perdió por lesión prácticamente la temporada entera en los Jaguars, pero que ha dado muestras de gran calidad en Florida durante los anteriores ocho años. Y en segunda ronda de draft se pudo elegir a Arthur Brown, considerado uno de los mejores linebackers disponibles aunque desplazado a segunda ronda debido a una lesión que sobre el papel ya está solucionada. Disputa el puesto con Josh Bynes, que con tres años en el equipo tuvo en la pasada campaña su mejor actuación, especialmente en los playoffs y la Superbowl. Todos ellos juegan en el interior.
Mucha más inquietud existe tras el front seven: Michael Huff tendrá la responsabilidad de suplir a Ed Reed. En sus años en Oakland ha demostrado que tiene el talento necesario aunque necesitará dar mayor consistencia a su juego, algo que por otra parte puede que le sea más fácil a este lado del país. James Ihedigbo cuajó una gran temporada como suplente de Reed y Pollard, lo que probablemente le valga para asumir la titularidad al menos en los partidos iniciales por delante de Matt Elam, la primera adquisición en el draft de este año, procedente de Florida.
En los puestos de cornerback, tras la marcha de Cary Williams a Philadelphia, se espera con cierta ansiedad que Lardarius Webb vuelva recuperado de su segunda lesión grave de rodilla, que le hizo perderse la mitad de la temporada pasada. Corey Graham le acompañará por el lado opuesto, pero no atesora la calidad de Webb. Y tras ellos no hay más que incógnitas: Jimmy Smith fue elegido en primera ronda hace dos años, pero su clase apenas ha salido a relucir, si bien lo ha hecho en partidos clave. Muy irregular ha sido también hasta el momento la andadura de Chykie Brown, elegido ese mismo año en quinta ronda. Podría suceder que incluso se usara la versatilidad de Michael Huff para que ocupe un puesto de cornerback si el trabajo de los mencionados no está a la altura y sí el de Elam.
El rookie Justin Tucker hizo un fantástico trabajo con 30 de 33 field goals convertidos y 4 de 4 en los de más allá de 50 yardas. Y casi mejor que eso, siempre mostró gran aplomo en los lanzamientos cruciales. Sam Koch entra en su noveno año como punter consolidado de los Ravens, hasta el momento habiéndose mostrado en todos ellos con eficiencia.
La incorporación de Jacoby Jones al ataque habitual probablemente nos prive de su presencia en los retornos esta temporada. Los wide receivers Deonte Thompson y David Reed se repartirán esta tarea. En el lado defensivo el equipo se mantuvo inmaculado durante la regular season pero en un breve lapso de tiempo permitieron dos touchdowns de retorno a Trindon Holliday en el partido de divisionales, cosa que no debe ocurrir de nuevo en un equipo que aspira a lo más alto.
 El front office se ha desenvuelto bien para cubrir las numerosas bajas acontecidas tras el triunfo en la Superbowl, fichando a jugadores de calidad ya contrastada.El juego de carrera y el front seven atesoran más calidad que hace un año. |
 La marcha de Anquan Boldin y la lesión de Pitta han tenido que parchearse con jugadores muy veteranos ante la falta de calidad demostrada en el training camp de los hasta ahora suplentes en esos puestos.Esa misma falta de calidad se observa en los puestos de cornerback, donde se confía quizá en exceso en un jugador que la tiene, pero con un preocupante historial de lesiones tras él. |