Estadísticas 2012:
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Draft 2013:
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En 2011 arrancó la era Munchak. Nuevo entrenador, nuevo staff, nuevas ilusiones. Se presumía que iban a ser tiempos de pocos logros y paciencia. Sin embargo, aquel equipo se quedó a un paso de los play offs y animó las esperanzas de los aficionados en el futuro cercano. Todas esas esperanzas desaparecieron el año pasado. Con más experiencia, tanto el campo como en la banda, y con Jake Locker tomando los mandos, el objetivo del equipo no podía ser menor que el de la temporada previa. Pero no fue así.
Los buenos rasgos que se habían visto la temporada previa habían desaparecido sin previo aviso, y la cara del equipo, tanto en ataque como en defensa, era desconocida. Patriots y Chargers nos destrozaron sin piedad y el equipo logró una triste victoria ante los Lions tirando por la borda una cómoda ventaja. Parecía que la victoria podía levantar el ánimo, pero sucedió todo lo contrario. A la semana siguiente, contra los Texans, encajábamos una nueva y apabullante derrota, y para colmo de males Jake Locker se lesionaba en el hombro izquierdo, saltando al campo Matt Hasselbeck. Por un momento se confió en él para sacar el equipo adelante gracias a dos victorias frente a Steelers y Bills que ponían el récord en 3-4, pero Hasselbeck no tenía ya nada más que ofrecer, y su juego comenzó a hundirse, y el equipo con él. Locker, forzando su hombro, volvió al campo justo antes del bye, pero ya era demasiado tarde. Además, las lesiones, especialmente en la OL, tampoco ayudaron a, por lo menos, intentar maquillar el récord final. Tras una nueva derrota, y con la sombra del despido planeando sobre Munchak, éste eligió a Chris Palmer (OC), como cabeza de turco, manteniendo Jerry Gray (DC) aún más criticado y que tenía el dudoso honor de dirigir a la peor defensa de la historia de los Titans. Los 55 puntos que encajamos ante los Packers son una muestra de ello.
Lo mejor de todo fue cuando la temporada acabó y a peor ya no se podía ir. Un récord de 6-10 no es, ni de lejos, lo que ese equipo merecía. Había que cambiar algo. Durante semanas el rumor de que Mike Munchak iba a ser despedido inundó Nashville. Sin embargo, el ex-OL Hall-of-Famer siguió en su puesto, con una única condición expuesta por «Bud» Adams, el propietario: Traer el Super Bowl a Nashville. Y con ese objetivo comenzó una de las más movidas (y posiblemente mejores) off-seasons de los Titans. Palmer fue sustituido como OC por el joven, pero querido, Dowell Loggains. Gray permanecía como DC, pero se contrataba como su ayudante al cuestionado Gregg Williams, con el único fin de meter en cintura a la desastrosa defensa. Entre los jugadores también había un lavado de cara. Gente como Jared Cook, Leroy Harris, Sen’Derrick Marks o Will Witherspoon, hasta hacía unas semanas titulares, eran dejados marchar, además de los cortes de Eugene Amano o Jordan Babineaux. Los Titans iban a ser agresivos en Free Agency y las noticias no tardaron en llegar. Andy Levitre (G) era el más esperado, pero no fue el único. Shonn Greene (RB), Delanie Walker (TE), Sammie Hill (DT) o Bernard Pollard (S) son sólo algunos de los 13 jugadores que llegaron este verano a Nashville, llenando de ilusión a los fans.
Y esa ilusión sólo fue a más cuando en el Draft se escogían a prospectos más que interesantes. Chance Warmack (G) era escogido con el #10, haciendo estallar de alegría a CJ y Locker. El ataque se seguiría reforzando con Justin Hunter (WR) en segunda ronda, trade-up incluido, y Brian Schwenke (C) en cuarta. La defensa protagonizó los otros 5 picks, entre los que destaca el CB Blidi Wreh-Wilson. Algo se está cocinando en Nashville y empieza a oler bien. Sólo falta que también sepa bien, aunque para probar el plato, aún queda mucho que esperar.
MVP ATAQUE: Chris Johnson. Con un ataque «run first» y una OL tan buena como la de 2008, ya no hay excusas, toca tirar del carro, arrimar el hombro y ayudar a Locker en todo lo posible. |
A pesar de las dudas y críticas, Jake Locker volverá a comenzar la temporada como QB titular. En su temporada rookie mostró algunos buenos rasgos que el año pasado a penas tuvo tiempo de enseñar. Las lesiones, la maltrecha OL y la nula ayuda del juego de carrera lo impidieron. Pero eso es el pasado. Completamente recuperado del hombro y con una nueva y (muy) mejorada OL, ya no hay excusas, este tiene que ser su año. Todas las esperanzas pasan porque justifique ese pick #8 que costó, se olvide de las críticas a su falta de precisión en el pase, y que se convierta en el QB capaz de guiar al equipo hacia los play offs, y demuestre que no es un Vince Young 2.0. Como QB#2, el equipo cortó al veterano Matt Hasselbeck y trajo en su lugar a Ryan Fitzpatrick, aunque todos esperamos que no tenga que pisar el campo. Y por último, con la calidad en otros puestos, empieza a verse el tener 3 QB’s en el roster final como un lujo innecesario, por lo que el Rusty Smith podía quedarse sin puesto al final del verano.
Y si antes decía que Locker era criticado, lo mismo sucedía con el multimillonario Chris Johnson. Se esperaba que el «chico de las 2000 yds.» recuperase su nivel y ayudase a tirar del carro, especialmente tras la lesión de Locker. Nada más lejos de la realidad. Las lesiones en la OL tampoco ayudaron, pero CJ no apareció por nuestro ataque en toda la temporada. Sin embargo, al igual que con Locker, este año ya no hay excusa. El equipo va a montar una run first offense y con la nueva OL, CJ debe salirse. Además, detrás de él se ha traído, quizá sobrepagándole un poco, a Shonn Greene, que sustituye al fallido Jamie Harper, y del que se espera que se complemente a CJ y recree un Smash & Dash similar al que hubo en tiempos de LenDale White, allá por el 2008. Tras CJ y Greene, la lucha será dura. Darius Reynaud y Jalen Parmele lucharán por hacerse con un hueco (si no se quedan ambos). Reynaud es similar a CJ, con la ventaja de ser un buen retornador. Parmele es más parecido a Greene, pero con muy buenas manos para recibir balones. Y por último queda la incógnita del puesto de FB. Con unos TE’s tan buenos bloqueadores como Stevens y Thompson, es posible que los bulldozers de Colin Mooney y Quinn Johnson se queden sin sitio, por lo que van a tener que demostrar que se lo merecen, aunque al tener una run first, nunca se sabe.
El grupo de WR’s tampoco se salvó de las críticas. Los cambios en el puesto de QB les perjudicaron y se cometieron muchos más drops de los habituales. Sin embargo, el grupo es, un año más, ilusionante a raudales. Aunque cada año sucede igual y parece que nunca es así, espero que este año sí sea el definitivo. Encabezando el cuerpo está Kenny Britt. Tras una off season alejado de problemas, con sus rodillas plenamente recuperadas, y entrando en su último año de contrato, Britt tiene todos los ingredientes para marcarse un gran año, aunque no debe dormirse en los laureles, pues el rookie Justin Hunter es muy similar a él, y si Britt no explota, tiene el recambio asegurado. Como WR#2 seguirá, a pesar de los rumores de trade, Nate Washington. Veteranía y consistencia aplicadas a su persona, ha sido la mejor ayuda para Locker, y lo seguirá siendo un año más. En el slot aparece el eléctrico Kendall Wright. En su año rookie mostró su valía, sus buenas rutas y, sobre todo, unas ganas tremendas, luchando por cada yarda después de la recepción. Tras ellos, se abre un abanico de posibilidades para Damian Williams, probablemente el mejor del «segundo grupo», Kevin Walter, Marc Mariani, recién recuperado de una pierna rota, y Michael Preston. De ellos cuatro sólo dos pasarán el corte, por lo que las espadas están en todo lo alto.
En el puesto de TE saltaba la sorpresa cuando Jared Cook, una de las grandes promesas ofensivas era dejado marchar. Sin embargo Cook era un receptor inconsistente, y con el nuevo ataque run first, había que mirar para otro lado. Craig Stevens volverá a colgarse los galones, tanto bloqueando como a la hora de recibir balones, faceta que ha mejorado sustancialmente este último año. Como sustituto de Cook se trajo a Delanie Walker, que tampoco destaca por ser un gran receptor, pero al menos sabe bloquear. Y para completar el cupo, el nombre lógico es el del gigante Taylor Thompson, un proyecto que se está desarrollando lento pero seguro, y del que dicen que tiene un gran potencial que explotar. Sin embargo no debe relajarse, pues el undrafted Jack Doyle, un joven con manos de seda, se ha marcado unos OTA’s de gran nivel y no dudará el pelear hasta el final por un puesto.
Y concluyendo el ataque llega la OL. El quebradero de cabeza que esta unidad ha supuesto en los últimos años ha desaparecido en a penas un mes. Los Tackles siguen siendo ocupados por los ya conocidos Michael Roos (LT) y David Stewart (RT), a pesar de la rotura de pierna de éste último el año pasado, y con Mike Otto como suplente de lujo. Sin embargo, el interior de la línea es completamente nuevo. Ni Hutchinson, ni Amano, ni Harris, los tres titulares el año pasado, están ya en el equipo. Andy Levitre es el nuevo y flamante dueño del LG, mientras que el rookie Chance Warmack llega directo al otro lado, al RG. La única cuestión aún es quién será el encargado de entregar el balón a Locker. Fernando Velasco, que el año pasado acabó jugando ahí, parte como opción lógica, pero el veterano Rob Turner, así como el nuevo «ojito derecho» del staff, el rookie Brian Schwenke, no van a ponérselo nada fácil.
MVP DEFENSA: Bernard Pollard. «Our goal is the Super Bowl, and our mission is to kill«. Podría haber sido, pero sólo con estas declaraciones y su conocida agresividad, se ha convertido en referencia y líder , dentro y fuera del campo. |
Y si el ataque ha sido criticado, la peor defensa de la nuestra historia no iba a ser menos. La pareja de DE’s sorprendió, aunque acostumbrados a la más absoluta nulidad, no era difícil mejorar. Derrick Morgan, tras tres años de espera y lesiones, llegó en forma, marcando sus mejores registros como profesional, pero lejos de lo esperado. Al lado opuesto, Kamerion Wimbley destacaba por los discretos que sus números resultaban para lo que se pensaba de él. Es por ello que este año se quiere potenciar el rendimiento de Wimbley, pasando a ser un jugador situacional, ocupando su puesto el recién llegado Riopati Pitoitua, un DE de enormes dimensiones que ya se está dejando notar sobre el campo. Con ellos, el previsible cambio de Karl Klug al exterior, y la llegada del rookie Lavar Edwards, se espera optimizar el pass rush. Por el centro, sigue la (casi) eterna búsqueda del sustituto de Haynesworth. Sen’Derrick Marks parecía haber llenado ese hueco, pero el staff no lo consideró así y le dejó marchar, esperando que su recambio, Sammie Lee Hill, sí sea el hombre adecuado. Al lado de Hill, vuelve un año más Jurrell Casey, muestra de consistencia y seguridad. Tras ellos, y para dar aire, se encuentran el poderoso tren superior Mike Martin y el repescado Antonio Johnson, todos ellos con experiencia como NT, por lo que las formaciones con 3 DL’s podrían ser más comunes esta temporada.
Entre los LB’s, las cosas también iban mal. Colin McCarthy, pieza clave en el esquema defensivo, se perdía gran parte de la temporada debido a varias lesiones. La defensa de Gray necesita un MLB seguro en el placaje y hábil a la hora de caer en cobertura, facetas que McCarthy cubría casi a la perfección. Sin embargo sus lesiones han provocado la búsqueda de un sustituto, y el recién incorporado Moise Fokou se ha metido al staff en el bolsillo con grandes actuaciones en los entrenamientos, dejando en el aire quién ocupara el centro de nuestro grupo de Linebackers esta temporada. Por el exterior, las cosas están en calma. Zach Brown y Akeem Ayers se convirtieron en la más grata de las sorpresas. Con su singular físico y la continua ganancia de experiencia, han ido adquiriendo importantes roles en la defensa. Pero su presencia no quiere ser vista como un rara habis en el equipo, y para sustituirles en caso de necesidad se ha drafteado a Zaviar Gooden, otro LB físico y rapidísimo, que permitirá dar mil variantes a la unidad con el fin de desconcertar la lectura rival, y permitir que el veterano Tim Shaw se centre en su labor de capitán de ST.
El puesto de CB, como venía siendo habitual, volvía a ser un coladero, a pesar de los esfuerzos de Jason McCourty y Alterraun Verner por evitarlo. Aunque cumplidores en sus cometidos, la falta de apoyo del resto, provocó que su labor cayese en saco roto. Por primera vez en mucho tiempo, el staff vio la situación complicada, y los refuerzos a la maltrecha unidad llegaron. Los rookies Blidi Wreh-Wilson y Khalid Wooten traen consigo la agresividad del press coverage y la combinación de un gran tamaño y velocidad. Además, tanto Tommie Campbell como Coty Sensabaugh se vieron beneficiados del mal camino del equipo, disponiendo de tiempo de juego y experiencia, para dar un salto de calidad necesario, y abriendo una bonita lucha por ver quiénes serán los ocupantes de la secundaria, donde sólo McCourty parece tener un hueco de honor.
Y para concluir, vamos con la pareja de Safeties. El año pasado, tanto Michael Griffin como su acompañante, llámese Babineaux, Johnson o Afalava, resultaron en un completo desastre. Todo lo que pasaba cerca de ellos acababa en manos de los receptores rivales. Este año, uno de los propósitos es cambiar eso. Y aunque Griffin sigue ocupando, a pesar de muchos, su puesto de Free Safety, la compañía es mejor que nunca. El agresivo, vocal y físicamente, Bernard Pollard va a ser compañero de faenas de Griffin, y George Wilson completará el equipo en las, en teoría abundantes, formaciones con 3 Safeties. Aunque ambos son recién llegados al equipo, su presencia se ha hecho notar, y gente como Robert Johnson, Markelle Martin, o Al Afalava, podrían tener sus minutos contados si ese grupo resulta satisfactorio.
Si tus equipos especiales es lo mejor de tu franquicia, algo va muy mal. El año pasado podría decirse que los ST fueron lo mejor de los Titans, y eso que también hubo sus puntos negros. A Brett Kern (P) no hay nada que reprocharle, sin embargo, Rob Bironas (K) tocado en uno de sus pies durante casi todo el año, se le vio mucho más fallón de lo habitual pero volverá a ser nuestra pierna, al menos, un año más.
Como retornadores habrá más cuestiones. Darius Reynaud, a pesar de algunas decisiones cuestionables, suplió con creces a Marc Mariani, que ahora deberá luchar por recuperar su puesto, siempre y cuando el rookie Khalid Wooten o el veloz Tommie Campbell no quieran hacer acto de aparición.
La OL. Sí, de ser una de las peores cosas del equipo a ser la mejor en a penas cuatro meses. Además los TE’s la hacen aún más sólida en el bloqueo. Si las lesiones lo respetan, hay un gran grupo tanto abriendo huecos como protegiendo al QB. |
Inexperiencia. Dependemos de un Offensive Coordinator novato, un QB de tercer año, una defensa de cuya media de edad a penas pasa los 25 años, además de tener más de un tercio del equipo nuevo con respecto al año pasado. |