Estadísticas 2013 (7-9):
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Draft 2014:
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El 2013 no fue sino otro año en balde para los Titans. Mike Munchak, tras un verano en la cuerda floja, tenía una última oportunidad para lograr que el equipo alcanzase los play-offs. El reto iba a ser complicado, después de un triste 2012, pero, como en todos los equipos, las esperanzas en pretemporada siempre están altas. Y cuanto más altas son las esperanzas, mayor es la caída, que no por esperada, dejó de ser dolorosa.
Los primeros partidos de la temporada parecían ir por el buen camino. Se notaba que faltaban cosas, pero la actitud era mucho mejor, y disputábamos los partidos hasta el final. Se lograron victorias, se perdió un partido por la mínima y nos plantamos con un récord de 3-1. Pero nuestra ilusión duró esos 4 partidos, los que tardó Jake Locker en lesionarse, otra vez. Y con Ryan Fitzpatick a los mandos nos pusimos en lo peor. A pesar de que Locker se recuperó contrarreloj y mediada la temporada, con un calendario favorable, seguíamos con récord de 4-4, el partido contra Jacksonville marcó el futuro. En casa, contra un equipo sin victorias, y con las posibilidades de play-off en nuestras manos, perdimos, y dijimos adiós a toda idea de clasificarnos para la post-temporada.
Además, dijimos adiós en un año especial, puesto que en octubre el dueño y fundador de la franquicia “Bud” Adams moría a los 90 años. El sueño de “Bud” de lograr el Super Bowl se esfumaba y una nueva lesión de Locker hacía que los jugadores, afectados o no, acabasen la temporada con más pena que gloria. La run-first offense que se anunció a bombo y platillo en pretemporada fracasó. Chris Johnson volvió a realizar un año paupérrimo, y la defensa, aunque mejoró mucho, no pudo sostener un ataque inoperante. Demasiados puntos negros para un equipo que quiere hacer algo.
Así llegó la off season, con un HC criticado, un nuevo dueño, Tommy Smith el yerno de “Bud”, y un equipo sin rumbo. Pero pronto se tomaría una decisión. Munchak tenía la renovación encima de la mesa, pero a cambio debía realizar una limpia completa del staff, siendo presionado para que alrededor de una docena de asistentes fueran despedidos. Munchak no quiso y al día siguiente fue despedido, yéndose con él el último resquicio de Jeff Fisher en la franquicia de Tennessee.
Ahora los mandos quedan en manos de un “extraño”, Ken Whisenhunt. A pesar de que Ruston Webster, el GM quería a algún coordinador de los Seahawks, finalmente Whiz fue el elegido por el nuevo dueño. Su éxito como coordinador ofensivo, y el recuerdo de aquellos Cardinals que llegaron al Super Bowl bajo su mando han traído nuevas esperanzas e ilusiones a Nashville para salir de la espiral de mediocridad.
Por el pronto, el nuevo staff, con hasta 9 caras nuevas, propone un ataque eléctrico, rápido y más vertical, dejando de lado el juego terrestre, que pasará a ser un complemento. En defensa, el esquema híbrido, con variaciones entre el 4-3, tradicional en los Titans, y el nuevo 3-4 que trae el DC Ray Horton, intentará crear un bloque defensivo sólido y construir con todo ello un equipo ganador. Pero para ello no sólo contará con el apoyo del personal, sino también de numerosas caras nuevas sobre el campo, como los fichados en FA Dexter McCluster (WR/RB) o Michael Oher (OT) para el ataque, o los defensas Shaun Phillips (DE/OLB) o Wesley Woodyard (ILB). Si a ello le añadimos un Draft con jugadores como Taylor Lewan (OT), Bishop Sankey (RB) o Zach Mettenberger (QB), y las única bajas reseñables del criticado Chris Johnson (RB) y el querido Alterraun Verner (CB), muchos, de nuevo, vuelven a creer, aunque, de momento, habrá que esperar un poco a que esta hornada sea capaz de llevarnos a lo más alto.
MVP ATAQUE: Kendall Wright. Versátil, eléctrico, peligroso y además, seguro. Está claro que Wright es la mejor arma ofensiva de la que disponemos y gracias a él muchos partidos se han resuelto. |
Nuevamente los mandos de la ofensiva quedan en manos de Jake Locker. El QB de 4º año ha demostrado cosas, sí, pero también se ha perdido más de la mitad de los partidos de estos cuatro años por lesiones. Y eso en un puesto como el de QB eso marca mucho. A pesar de la confianza de entrenadores y jugadores en él, y del gran progreso que se le ha podido ver en entrenamientos y los partidos que ha podido disputar, con mucha mejor presencia en el pocket y puntería en los pases, él es su propio enemigo y si no realiza un gran año, sus días en Tennessee pueden estar contados. Pero al menos, detrás de él este año las cosas parecen más seguras. Ryan Fitzpatrick fue cortado en favor de otro QB cuestionado como Charlie Whitehurst, del que confiaremos en el buen ojo de Whiz por si Locker se lesiona, y el rookie Zach Mettenberger, quien seleccionado en 6ª ronda debido sus problemas en rodilla y espalda, puede dar mucha guerra por ser el QB#2 y, a no tan largo plazo, resultar en nuestro nuevo QB si Locker cae.
En la unidad de corredores el cambio ha sido mayúsculo. Chris Johnson fue cortado tras otra triste temporada, marchándose con él su súper-contrato. Para suplirle, se seleccionó en el Draft a Bishop Sankey, un RB curtido en mil batallas en la NCAA y que aquí disputará el puesto de titular con Shonn Greene, quien tras un primer año decepcionante, debe resarcirse. Ambos son similares, unos corredores potentes, con fuerza, e ideales para situaciones de corto yardaje, pero como digo, Sankey ha tenido más roles en la Universidad, que pueden jugar a su favor en la NFL. Tras ellos, se abre la lucha por ser el RB#3 y/o FB entre Jackie Battle y Colin Mooney por un lado y Dexter McCluster y Leon Washington por el otro. Los dos primeros, por sus características, pelearán con los TE’s por ser el FB, una figura que pasará a un papel residual, de ahí que el staff no quiera gastar una plaza en un FB puro. Los otros dos, además de por el puesto de retornador, pelearán por ofrecer una imagen distinta, de corredor veloz, eléctrico, y peligroso en campo abierto.
En el cuerpo de WR habrá menos variaciones. El fallido Kenny Britt fue dejado marchar, pero la unidad sigue contando con un buen, y seguro, tridente ofensivo. Kendall Wright, en apenas dos años, se ha ganado los galones de arma principal gracias a su consistencia, buenas manos y velocidad, juegue en el slot o juegue por fuera. Junto a él, el veterano Nate Washington, que a pesar de las críticas que tuvo la temporada pasada, seguirá un año más aportando veteranía y fiabilidad. A ellos se suma Justin Hunter, que tras su año rookie y la marcha de Britt, deberá empezar a coger peso en la ofensiva. Vertical y peligroso en la red-zone, como ya demostró el año pasado, Hunter debe seguir dando pasos para convertirse en el go-to-guy del QB. Detrás de ellos, las incógnitas son mayores. Marc Mariani y Michael Preston parten como favoritos, a pesar de que el primero regresa de dos graves lesiones y el segundo lleva años sudando para demostrar su valía como WR, pero no deben fiarse ante jugadores como Brian Robiskie o Derek Hagan traídos en FA, o el UDFA Julian Horton.
El puesto de TE sigue sin variación alguna otro año más. La incorporación de Delanie Walker resultó un gran acierto, y ha sido uno de los objetivos favoritos y, casi contra pronóstico, más seguros en el centro del ataque. Su gran actuación ha tapado el año más que discreto de los otros dos TE’s, Craig Stevens y Taylor Thompson. El primero vio cómo su progresión como receptor se vio truncada en favor de un rol más bloqueador, e incluso de FB, papel que compartió con Thompson, provocando que ambos pasasen bastante desapercibidos, y es que si estos dos quieren permanecer en el equipo, deberán trabajar duro, porque aunque la competencia no es dura, las oportunidades son justas.
Y para concluir el ataque, la OL. La principal noticia es que, tras un claro bajón de rendimiento y alguna lesión grave, el RT David Stewart anunciaba su retiro de la competición tras 9 años como Titan. Su reemplazo saldrá de la lucha entre el fichado Michael Oher y el rookie Taylor Lewan, aunque este segundo tiene como objetivo ser el sustituto natural del LT Michael Roos, sino el año que viene, sí en un par de temporadas. Tras ellos, el adiós de Mike Otto ha dejado a Byron Stingily como el otro Tackle suplente, rol que cumple a la perfección. Por el centro, los cambios son mínimos. La pareja de Guards seguirá formada por Chance Warmack como RG y Andy Levitre en el LG, que a pesar de una primera temporada algo floja, su rendimiento sólo puede mejorar. El veterano Chris Spencer será su recambio, aunque Lewan también podría actuar en caso de necesidad en el puesto. Como Center, nuevamente nos encontramos a Brian Schwenke. Tras jugar su primera temporada completa, Schwenke mostró signos de progresión, y es que, aunque no llama la atención, tampoco sufre, por lo que la experiencia que está cogiendo juega tremendamente a su favor. Tras él, el rookie Gabe Ikard parece el mejor colocado para ser su suplente, pero no debe fiarse ante jugadores como Eric Olsen o Tyler Horn.
MVP DEFENSA: Bernard Pollard. Llegó, vio y venció. Cambió radicalmente la mentalidad de la defensa y en apenas un año se ha convertido en líder defensivo además de jugar con contundencia. |
En defensa, sin embargo, los interrogantes son mucho mayores. Tras años mencionando la idea, la llegada de Ray Horton como Defensive Coordinator ha provocado que por fin se dé el salto a la defensa híbrida. De ahí que, ahora mismo, el rol de cada jugador siga estando en el aire, y es que las probaturas hasta la fecha están siendo constantes.
Sin embargo, sí que podemos entrever algunas características de esta nueva defensa. En la DL, el hombre clave volverá a ser Jurrell Casey, que tras una temporada soberbia (10’5 sacks, algo que no se veía por estas tierras desde tiempos de Haynesworth) volverá a ser el DT principal, aunque al haber perdido algo de peso, hace que pueda ocupar también el puesto de DE en formaciones con tres linieros. Misma situación, aunque con menos importancia de momento, tienen el rookie DaQuan Jones y Mike Martin, con habilidad para jugar por dentro o por fuera según la formación, y que deberán convencer a los entrenadores para ganarse minutos. Los que seguro ocuparán el puesto de DT o NT según requieran las circunstancias serán Samie Lee Hill y Antonio Johnson. El primero partió como compañero de Casey, pero las lesiones lastraron su rendimiento hasta el punto que Johnson, entrando en rotación, demostró buenas maneras llegando a disputarle seriamente el puesto. Sea como sea, ambos son dos anclas en el centro de la línea que vendrán muy bien para ayudar a lograr un pass rush consistente.
Para los puestos de DE’s y OLB’s encontramos incógnitas ligadas. En principio, como DE’s puros, partirán el gigante Riopati Pitoitua, que con un juego bastante serio y firme, ha sorprendido gratamente a aficionados y entrenadores; y el “olvidado” Karl Klug, que tras un año rookie sorprendente, lleva dos temporadas en la sombra y debe recuperar aquella agresividad que demostró en su momento. Junto a ellos, los fichajes de Al Woods, un DE puro de 3-4 similar a Pitoitua, y Shaun Phillips, que a pesar de su edad, intentará convertirse en el pass rusher por excelencia de la unidad; completan la unidad de DE’s.
Sin embargo, la defensa híbrida provocará que jugadores como el ya mencionado Phillips o Derrick Morgan y Kamerion Wimbley se conviertan en tweeners, capaces de alternar posiciones en la línea y de pie, aunque de momento están probando más como OLB’s. El primero, tras su mejor temporada como profesional, que tampoco fue para tirar cohetes, afronta una temporada donde deberá dar lo máximo, no sólo por la ayuda que tiene, sino por lo que se espera de él. Y el segundo, tras dos años decepcionantes y estar al borde de ser cortado de no ser por haber aceptado un pay-cut, esperará resarcirse como OLB, puesto donde ha brillado como profesional. A ellos se podría añadir Akeem Ayers, que tras un año rookie espectacular, la temporada pasada bajó algo su rendimiento, que no por ello dejó de ser alto, pero debe recuperar agresividad y físico.
Entre esos tweeners estarán los OLB’s titulares y situacionales, pero no podemos dejar fuera de la batalla a los jóvenes Zaviar Gooden y Lavar Edwards, que tras su primer año como profesionales jugando snaps limitados, deberán demostrar ahora su valía para jugar a este nivel y podrían entrar en la rotación o en situaciones de pass rush.
Por dentro, el puesto de ILB parece más definido. Otro flamante fichaje, Wesley Woodyard, será uno de los ocupantes del ILB, pero queda por saber su compañero. Zach Brown, que el año pasado jugó por fuera, se perfila como el favorito, a pesar de que el staff le ha dado un toque de atención ya que hubo cosas el año pasado que no gustaron demasiado. Colin McCarthy, lastrado estos últimos años por las lesiones, y Moise Fokou, tras un año como MLB titular cumplidor pero cuestionable, serán los otros contendientes. Con algo más de terreno perdido están el rookie Avery Williamson, aunque el nuevo staff parece tenerle aprecio y no sería descartable que de alguna sorpresa, y Jonathan Willard, que tras un año en PS, ha vuelto con fuerza.
Sean quienes sean los titulares, lo que parece claro es que el staff se ha movido bien trayendo las piezas indicadas para hacer una transición a la defensa híbrida lo más fluida posible, y el fracaso, al menos por la calidad que se puede ver, no es una opción contemplable para este front seven.
En la secundaria, la única baja de Alterraun Verner no alterará mucho la situación, aunque es posible que se note su pérdida. Como CB#1 seguirá Jason McCourty, que ha demostrado ser más que válido para el papel, sobre todo cuando muchos QB’s le buscaban a él en lugar de a Verner. Como acompañante de McCourty, se abre la pelea entre Blidi Wreh-Wilson y Coty Sensabaugh. El primero, tras un año rookie participando como Dime, parece ser el que tiene más papeletas y capacidades para recoger el testigo de Verner, y es que aunque Sensabaugh ha rendido bastante bien como Nickel, a la hora de jugar por fuera ha pasado más apuros. Tras ellos tres, Tommie Campbell, Khalid Wooten y el rookie Marqueston Huff pelearán por algunos minutos como Dime.
Y concluyendo la defensa, el puesto de Safety no sufre variación alguna. Bernard Pollard dio un giro completo a la unidad, que recuperó parte de la agresividad y calidad perdida, y aunque Michael Griffin sigue sin estar a su mejor nivel, se ha notado mejora en su juego. Si la progresión continúa, jugadores como George Wilson o Daimion Stafford podrían ver sus minutos tremendamente reducidos.
Los equipos especiales también han sufrido una revolución con los nuevos entrenadores. Aunque el ST Coordinator ha mantenido su puesto a pesar de todas las críticas recibidas por el bajo rendimiento de la unidad, otras cabezas han rodado.
Y la más importante de ellas es la del Kicker Rob Bironas. Tras 9 temporadas, y como uno de los jugadores más anotadores de la franquicia, Whiz ha decidido que sus lesiones y bajada de rendimiento en los últimos dos años pesado más que su historial. Así, se abre una incógnita sobre quién será nuestro nuevo K, que saldrá del vencedor entre el brasileño Maikon Bonani, que ya había trabajado alguna pre-season con nosotros; y el rookie Travis Coons.
También habrá novedades en el puesto de retornador. El corte fulgurante de Darius Reynaud mediada la temporada provocó un vaivén de nombres aún no resuelto. Leon Washington, fichado para sustituir a Reynaud, cumplió con creces, pero este año con la vuelta de Marc Mariani y la llegada de Dexter McCluster crecen las incógnitas sobre el encargado de los retornos, y cuidado porque el que pierda puede quedarse hasta fuera del roster final.
Donde no ha habido cambios ha sido en el puesto de Punter, donde Brett Kern seguirá despejando el balón, esperemos que muchas menos veces que el año pasado pero con igual de acierto; y en de Long Snapper, que seguirá ocupado, a pesar de algunos fallos, por suerte irrelevantes, Beau Brinkley.
Futuro. A pesar de todo, no estamos tan mal, hombre, como diría aquél. Sólo 9 jugadores pasan de los 30 años y casi la mitad de la plantilla tiene menos de 26 años. Al menos a medio plazo hay esperanza. |
Inestabilidad. 3 OC’s en 4 años, 2 DC’s en otros tantos. Más los cambios de entrenadores posicionales. Así es complicado hacer funcionar algo. Esperemos que con Whiz se resuelva el problema. |