Desde ahora os adelanto como es costumbre desde que escribo en está columna que no haré valoración alguna, alguna vez me he podido pronunciar por un jugador, pero siempre antes del draft, lo digo por si alguno se espera que empiece a repartir a diestro y siniestros A, A minus, B, B plus, C, etc… No soy ni he sido jamás un “draftnik” y siempre me he dejado llevar por mi instinto cuando veo a un jugador universitario, unas veces acierto, otras veces fallo, y no sé si será indicativo de algo, pero os puedo adelantar que en aquellas Fantasy League tipo Keepers en las que participo o he participado la columna vertebral de mis equipos la forman jugadores que he elegido desde que son rookies y son mis jugadores mas queridos, este año he ganado una liga en la que entre otros tengo a jugadores como Larry Fitzgerald, Adrian Peterson y Percy Harvin, a todos los seleccioné como rookies y no para rellenar mi equipo, sino con la clara intención de que aportaran desde el primer día, aunque también diré que he fallado, en su día elegí a Darren McFadden o Michael Crabtree u otros que no me acuerdo, aquellos que me conocen de las ligas Fantasy en las que participo saben que siempre arriesgo en las rondas altas con un rookie.
Este año, y van…….. tampoco haré una evaluación, como tampoco os diré a quien o quienes tengo en mis particulares Draft Boards de la Fantasy para elegir, es un secreto que me reservo, y tengo echado el ojo a un par de jugadores. Lo de las graduaciones lo dejo para aquellos que son capaces de hacerlo, yo me dejo guiar por instinto, por sensaciones o por un sexto sentido, aunque claro, tampoco tengo que invertir millones de dólares en un proyecto de jugador.
Nuestro colaborador Manuel del Moral ha hecho un gran trabajo explicando el origen del Draft, pero esto del paso al profesionalismo no fue siempre así, mediante un Draft, el football, como tantas casas ha cambiado, y lo que eran rookies en su día no lo eran tanto, y los de ahora sí son auténticos rookies a los que se pagan millones y millones sin saber exactamente qué van a aportar, algo que personalmente me parece una locura, dar un bonus de 30 millones a un jugador que aún no se ha medido con los profesionales y cuyo único activo es su potencial.
El football antaño fue considerado el menos profesionalizado de todas las grandes ligas norteamericanas, así como pocos dudaban de la profesionalización de los jugadores de baseball, y es que no podía ser de otra manera dada las características de la temporada y del deporte, tampoco hubo muchos problemas con el nacimiento de las ligas profesionales tanto de baloncesto como de hockey. Sin embargo el caso del football no fue igual, el nacimiento del profesionalismo en el football sigue siendo uno de los capítulos grises de la historia del deporte, los padres del deporte nunca concibieron el football como un deporte profesional, si Walter Camp levantara la cabeza volvería a su tumba sin duda, sino que lo inventaron como un deporte que tenía que reducir su ámbito al college o la universidad.
Los primeros profesionales del football eran unos auténticos proscritos, a pesar del relativo éxito que empezaba a tener el football profesional en algunos estados del norte los primeros jugadores eran considerados personas de moral mas que dudosa, jugaban en domingo, y su reputación dejaba mucho que desear, la mayoría ni tan siquiera eran residentes de las ciudades para cuyos equipos jugaban, sino que se presentaban en los días de partidos, hacían su “trabajo” y desaparecían inmediatamente con su jornal en el bolsillo. Muchos incluso eran universitarios que los sábados jugaban con su equipo colegial y los domingos se trasladaban a otras ciudades a jugar como jugadores de fortuna. La NCAA perseguía este tipo de actuaciones y castigaba duramente a quienes pillaba en fraganti, pero muchas veces era imposible, todo se basaba en leyendas urbanas y en rumorología, la mayoría de los primeros profesionales jugaba con nombres falsos, seudónimos y lejos del ámbito de influencia de sus universidades para no ser identificados, estos jugadores tenían muy poco de rookies.
El pagar por jugar estaba tan mal visto que hay una anécdota que quedara para siempre grabada en los anales del football. El estado de Pennsylvania prohibió que hubiera cualquier forma de pago por jugar al football, proscribió el profesionalismo en sus fronteras, entonces un avispado propietario de un equipo se le ocurrió una forma de “premiar” a los jugadores. A los jugadores se les daba al final del partido un reloj y acompañando al reloj iba una nota de una casa de empeños donde los jugadores se tenían que dirigir para poder empeñar sus relojes y cobrar lo que eran sus jornales para aquel día.
Ahora nadie cuestiona el profesionalismo, el football ha superado todas esas trabas iniciales y es el deporte profesional con mas popularidad habiendo superado hace tiempo tanto al baseball como al baloncesto, que le siguen muy por detrás, es mas, estos dos deportes dependen muchísimo al final de que equipos acaban jugando las finales de sus respectivas ligas para alcanzar buenos índices de audiencia, así por ejemplo unas series divisionales o de liga en las World Series entre los New York Yankees y los Boston Red Sox son garantía de éxito, pero una final entre dos equipos menores como pueden ser los Kansas City Royals o los Colorado Rockies puede pasar totalmente desapercibida. Lo mismo ocurre con la NBA, no es ningún secreto que los mandamases de la liga quieren ver como sea en las finales a Los Angeles Lakers siempre, y como ahora Lebron James juega en Cleveland, al equipo de la ciudad, pero una final entre San Antonio, un buen equipo, y Orlando, otro buen equipo, se hundiría en las audiencias.
Al football nada de esto le afecta, sus peores audiencias suelen venir en pretemporada donde se juegan auténticos solteros contra casados, pero una vez que la temporada echa a andar bate records, y la Superbowl continúa siendo el mayor escaparate comercial de la liga, la última final pulverizó todos los records, pese a ser un partido mas bien frío y sin apenas intensidad ni drama, pero suele importar poco quien intervenga, es un éxito garantizado de antemano.
La popularidad del football es tal que la NFL ha cambiado el draft, antaño se celebraba en un fin de semana, las 3 primeras rondas se realizaban el sábado, y las 4 restantes el domingo. Pero este año la NFL ha querido experimentar, la primera ronda queda reservada en exclusiva para el jueves en horario de máxima audiencia, las rondas segunda y tercera se realizan el viernes quedando el resto para el sábado, el domingo desaparece. Las audiencias parece que han dado la razón a la NFL una vez mas, un éxito incuestionable, la primera ronda batió sus propios records de audiencia y no se puede descartar que la NFL repita la fórmula. Además lo que realmente suele importar a los aficionados medios es saber quien puede ser la estrella futura de su equipo, y se dice que eso suele salir de la primera ronda.
A mi personalmente me sorprende tanto el gigantismo al que ha llegado el draft, hablamos de chicos de 21 años que dejan la universidad para ser profesionales y jugar con los tipos grandes. Muchos de ellos es probable que levanten tan solo expectativas y se utilicen como claros reclamos para vender abonos de temporada, y muchos equipos mas que resolver sus auténticas necesidades se dejan llevar por la faceta mas comercial y eligen aquel jugador que saben que puede vender abonos mas que ser parte del futuro del equipo, ser lo que se suele denominar “cornerstone” de una franquicia.
No he seguido apenas la carrera de Sam Bradford, el QB que ha salido elegido como primera elección del draft del año 2010 y que acabará en St. Louis. Tan solo he podido ver unos videos donde se le ve lanzar, muy bien por cierto, pero que no son nada indicativos de que esos mismo lanzamientos los puede realizar al siguiente nivel, allí están los casos de Ryan Leaf, Tim Couch o mas recientemente JaMarcus Russell o Alex Smith, jugadores que parecían que iban para estrellas y se han quedado en estrellados, tan solo Alex Smith parece que aún pueda remontar su carrera. Lo que sí tengo claro es que Sam Bradford va a vender abonos en St.Louis, como Matt Strafford lo hizo el año pasado en Detroit o Matt Ryan lo hizo antes en Atlanta.
Todos estos equipos, como antes les ocurrió a Cincinnati con Carson Palmer o a Indianapolis con Peyton Manning, se enfrentaban al mismo dilema, un QB es la cara de la franquicia y quien realmente abonos, pero es una apuesta de un riesgo enorme, es como aquel corredor de bolsa de Wall Street que un momento puntual decide apostar por una extraña compañía que vende un producto novedoso, nadie pensaba en su momento que dos gigantes de la informática como Apple o Microsoft llegarían a donde han llegado cuando empezaron en sus orígenes, y nadie duda de que son dos de las mejores compañías del mundo, y podemos seguir con otros muchos ejemplos.
El Draft acaba siendo como la Bolsa, nadie tiene la llave del éxito y cuando aciertas pareces un gurú, pero cuando fallas acabas siendo un proscrito. Tampoco hay una ciencia y un manual de cómo operar, hay entrenadores y General Managers que prefieren acumular elecciones y cuando empieza la selección hacer una especie de montaña rusa con subidas y bajadas. Otros apuestan por seguir un guión, ir a por el mejor jugador disponible con independencia de si el puesto lo tiene mas que cubierto, para ellos lo importante es acumular talento, luego ya se verá como se les pone a todos en el campo. Otros por el contrario se ciñen a su guión de ir cubriendo huecos y necesidades y lograr una de las cosas mas difíciles en la NFL, tener un equipo profundo, no con grandes jugadores o jugadores franquicia, pero si conformar un núcleo de jugadores que te permiten hacer un equipo competitivo, de hecho estos equipos suelen elegir jugadores que en muchas quinielas no estaban en buenos puestos, pero que encajan perfectamente con el espíritu del equipo. Por último siempre hay equipos que optan por aquella elección exótica que nadie entiende ni comprende, pero que ellos sí y su argumento es siempre el mismo, el resto del mundo está equivocado y yo sé algo que el resto no sabe, de esto los Oakland Raiders podrían sentar cátedra.
Todo esto y mucho mas es el draft, es jugar con la ilusión de la afición y tratar de vender un proyecto de futuro con jugadores que no han pisado un terreno de juego profesional, se comercia con expectativas e ilusiones, no con realidades, por mucho talento que se tenga, hay cosas que no se pueden medir como son las ganas de competir, la dureza de un jugador o una serie de cualidades que hacen que un jugador con menos talento desde el punto de vista atlético sea sin embargo un auténtico líder en el vestuario y acaba siendo una estrella, y podemos poner cientos de ejemplos de jugadores elegidos en las rondas medias, o incluso en rondas finales, que luego explotan en profesionales, el mas reciente ejemplo es Marques Colston, uno de los WR de la élite de la NFL, elegido en la última ronda por los Saints, y ahora una de las mega estrellas de los actuales campeones, y de una cosa estoy mas que seguro, si Colston consiguió vender un solo abono el año en que fue elegido serían los que el propio jugador adquirió para su familia y amigos.
Tampoco todos los equipos son iguales, hay equipos que están preparados para recibir a nuevos jugadores e ir poco a poco integrándolos en su plantilla, tienen los entornos adecuados para ello, allí están los clarísimos ejemplo de los Baltimore Ravens o Pittsburgh Steelers, equipos que no suelen hacer elecciones muy altas pero que suelen acertar mas que fallar con sus elecciones, tampoco eligen a aquello que pueda triunfar desde el primer día, sino mas bien elige jugadores que entran a formar parte de un núcleo de veteranos y entrenadores que los van a integrar en el equipo, muchos triunfan en esos equipos, pero a pocos escapan que cuando salen sus resultado no suelen ser los mismos, allí tenemos casos como Adalius Thomas o Joey Porter, triunfaron en sus equipos, pero cuando se salieron se estrellaron.
Yo sí creo en el draft, soy un firme defensor del mismo, es como creo que un equipo hace plantilla, el draft es como una tienda de ropa y tu armario es la plantilla. Más que llenar tu armario con su mejor traje o mejor camisa, hace lo que se puede llamar fondo de armario. Un buen draft no es una A o B como calificación a fecha de ahora, sino que dentro de dos o tres años el núcleo de tu plantilla lo forman jugadores elegidos en años anteriores, es cuando se debe calificar un draft y evaluar realmente el trabajo realizado, todos nos hemos cansado de ver productos con un potencial comercial enorme, pero que pasados un tiempo pasan al baúl de los olvidos y nadie se acuerda de ellos, algo parecido sucederá con muchos de los jugadores elegidos en la primera ronda de este año, esos que han ocupado portadas en los periódicos y han abierto noticieros, comercialmente son un producto intachable, pero su rendimiento efectivo o utilidad real es una verdadera incógnita, son de momento eso, pura ilusión.
En nuestro foro hay abierto un hilo donde se está juzgando el draft de hace 3 años, si miramos las calificaciones de los expertos de entonces y las que ahora se están haciendo podemos resumirlo todo en unos pocos nombres, a nadie se le escapa que JaMarcus Russell es uno de los mayores petardos, sino el que más, de la historia del draft, siempre ponemos el ejemplo de Ryan Leaf, pero yo creo que aquel ha dejado el listón mas alto aún, Ryan Leaf era un jugador arrogante, prepotente y que creía tenerlo todo hecho, pero potencial nunca le faltó, Bill Polian dijo que no había ningún motivo por el que no elegirle a él en lugar de a Peyton Manning, que acabo siendo su elección. El caso de JaMarcus Russell debería ser objeto de una tesina, es totalmente inexplicable que pudiera ser elegido en primera ronda visto lo visto, nunca nadie engaño a tantos con tan pocos argumentos.
Ahora mismo no podemos decir nada sobre Bradford, Suh o McCoy, y yo no me atrevería a graduar el draft de un equipo en base a estas elecciones, además que un draft no es solo un jugador, sino un conjunto de jugadores y las consecuencias que pueden venir del juego de intercambios de elecciones y jugadores, allí está el caso de Miami que puede decir Brandon Marshall llega vía draft, y su caso se da en otros muchos equipos, y al igual que habrá que esperar a que los primeras elecciones aporten, Miami tendrá que esperar a si su nuevo WR también aporta, porque eso es un draft, la venta de ilusión, y por supuesto, de abonos.