Green Bay Packers

1450

Record 2009:
11-5 (5-3 local)
Puntos anotados/encajados: 461-297 (+164)

Draft 2010:

Ronda Jugador Pos College
1-(23) Bryan Bulaga OT Iowa
2-(56) Mike Neal DT Purdue
3-(71) Morgan Burnett S Georgia Tech
5-(154) Andrew Quarless TE Penn St
5-(169) Marshall Newhouse G TCU
6-(193) James Starks RB

Buffalo

7-(230) C.J. Wilson DE East Carolina

Estadísticas 2009:

Categoría
Total
NFL
Yardas Totales
379.1
Yardas de Carrera
117.8
14º
Yardas de Pase
261.3
Yardas Totales Permitidas
284.4
Yardas de Carrera Permitidas
83.3

Yardas de Pase Permitidas

201.1

ALTAS

Chris Bryan

P

Charles Dillon DT
Charlie Peprah S

Tim Masthay P
BAJAS

Aaron Kampman

DE

Matt Giordano S
Mike Montgomery DE
Ahman Green RB

DeShawn Wynn RB

Jeremy Kapinos G

Jeremy Thompson LB

El dúo formado por Ted Thompson (TT) y Mike McCarthy (MM) —General Manager y Head Coach, respectivamente— ha conseguido finalmente el crédito deseado tras las dudas levantadas hace dos temporadas. Dado que el equipo había demostrado sobradamente tener arsenal ofensivo en años anteriores pero en la faceta defensiva cojeaba bastante, especialmente en lo que se refería a frenar el juego terrestre, la clave ha sido la apuesta por Dom Capers en busca de una transición a una 3-4 que le ha permitido al equipo defender bien la carrera (se ha pasado de unos números muy mediocres, de los peores de la NFL, hasta situarse en lo más alto en este aspecto, ni más ni menos que en el 1er puesto). Con un equipo ahora ya más equilibrado se plantean ahora los objetivos de ganar la división y de lograr consistencia, ya que los años de McCarthy al frente del equipo han sido tremendamente dispares y con grandes fluctuaciones en el récord, alternando malas y buenas campañas: 8-8 y 13-3 (perdiendo por un Field Goal en la final de conferencia en una prórroga contra los Giants) en los dos años previos al primer retiro de Brett Favre; y 6-10 y 11,5 en los dos primeros años de Aaron Rodgers situado detrás del center.

 

A pesar del aumento inevitable de edad de algunas estrellas del equipo y jugadores emblemáticos, como Donald Driver, Charles Woodson y Al Harris por ejemplo, el equipo continua siendo de los más jóvenes de la NFL, como ha sucedido en las cuatro campañas anteriores, y cuenta además con una gran talento construido principalmente a partir de los drafts de los últimos años, que son sin ningún género de duda la piedra angular sobre la que se asienta el arriesgado proyecto de Ted Thompson. Si hubiera que escoger una seña de identidad de Mike McCarthy, sin duda sería la mentalidad inculcada al equipo a la hora de forzar turnovers, apartado en el que el equipo casi siempre se ha mostrado sensacional, pero que en el año pasado alcanzó el climax. En el llamado “turnover margin” (diferencia entre conseguidos y cedidos) el equipo fue el mejor de la NFL, ni más ni menos que con un asombroso +24 (muy por encima de su más inmediato seguidor, los Philadelphia Eagles, que acabaron con +15). Su peor estadística, en cambio, son las penalizaciones, que siguen siendo una lacra insalvable para un equipo que con 118 terminó siendo el peor de la liga en este aspecto. La cruz la ponen los equipos especiales, donde Shawn Slocum no ha conseguido revertir la línea regresiva que había marcado Mike Stock, el antiguo entrenador. El equipo sigue siendo de lo peorcito de la NFL en este aspecto, y es un apartado que debe mejorar a poco que se trabaje más, ya que empeorar es prácticamente imposible.

 

Se ha apostado por renovar a “veteranos de guerra” en posiciones clave, tanto en ataque como en defensa, a pesar de sus salarios, y en atar con buenos contratos a los jugadores jóvenes más promisorios, dejando de lado como viene siendo habitual el fichaje de estrellas vía free agency. En este sentido la aportación de los agentes libres es prácticamente nula en las últimas temporadas.

 

En lo estrictamente extradeportivo, el culebrón Favre parece haberse superado finalmente y es de esperar que este año no existan tantas distracciones como en los dos pasados. El primer año con Favre en los Jets todas las miradas estaban puestas en Rodgers con el público dividido entre detractores y seguidores de Brett, y el segundo año de nuevo las miradas y la presión estuvieron puestas en él tras la incorporación del emblemático número 4 al principal rival divisional, los Minnesota Vikings, debido en gran parte al casi fanático esfuerzo de Brad Childress por hacerse con sus servicios. Se rompió el hielo con el regreso de Favre a Lambeau Field y es de esperar por tanto que este año no haya tanto drama, con lo que Ted Thompson, Mike McCarthy y Cía., podrían tener menos presión y un trabajo más cómodo al frente del equipo, con los jugadores más centrados en su profesión, dejando que el culebrón recaiga este año en el equipo vikingo en lugar de en el quesero.

 

El objetivo es, por tanto, ganar la división y llegar profundo a los playoffs, donde el año pasado el equipo cayó en la prórroga en una jugada desafortunada en el partido de wildcard contra los Arizona Cardinals, en lo que fue un toma y daca con un marcador que reflejó un alocadísimo 51-45, con un gran espectáculo, pero con una capacidad defensiva en momentos importantes bajo sospecha, como sucedió también en temporada regular en otro partido de marcador abultado frente a los Steelers. Algo sin duda a mejorar teniendo en cuenta además que este año el calendario será algo más complicado que el pasado.

 

MVP ATAQUEMVP ATAQUE: Aaron Rodgers. Debe ser la columna vertebral sobre la que se asiente el ataque de la franquicia de los Green Bay Packers. Tras darse a conocer en esta liga y poner su carta de presentación después de dos años como titular que le han llevado a la probowl, no solo ha dejado claro que no le asusta la presión de suceder a Brett Favre, sino que además es ya capaz de codearse con los más grandes. Ahora mismo sólo Manning, Brees y Brady están por encima de él y lo único que le separa de ellos es una Superbowl. Con el excelente cuerpo de receptores que tiene a su disposición, este año se perfila como uno de los jugadores a seguir muy de cerca en la NFL.

Un año más el equipo fue una máquina en ataque, con ciertos matices. Vamos a analizar por separado los aspectos positivos y negativos:

*Positivos: 3º de la NFL en puntos anotados, 6º en yardas, 14º en yardas de carrera, 7º en yardas de pase, primer equipo en la historia de la NFL que logra tener dos receptores por encima de las 1000 yardas, un runningback por encima de las 1200 y un quarterback por encima de las 4000 yardas de pase durante dos años consecutivos.

*Negativo: el número de sacks recibidos fue simple y llanamente algo irreal, inexplicable. Se juntaron varios factores, por un lado varias lesiones en la línea ofensiva, la avanzada edad de los tackles titulares, siendo el conjunto totalmente incapaz de defender al QB, y por otro lado la dificultad de Rodgers, por su estilo de juego, de deshacerse del balón rápidamente. El problema se solucionó favorablemente en la segunda mitad de la temporada, con la re-contratación de Tauscher, la recuperación de Clifton, la mejora en el juego de carrera, el ajuste en el playcalling, la visión de Wells como center, la mayor velocidad en las decisiones de Rodgers y especialmente la figura emergente del tight end Finley, que obligó a las defensas a buscar un modo de defenderlo y no poder centrarse tanto en presionar al QB.

 

En los dos años como titular, Aaron Rodgers no ha demostrado solamente que es capaz de sobreponerse a lo que significa ser el sucesor de una leyenda, sino que se ha ganado al vestuario fácilmente y algo mucho más complicado: a casi el 100% de los que hace dos temporadas eran sus más acérrimos detractores. Hoy por ahí nadie cuestiona que es ya uno de los mejores QB de la NFL. Sus números le han otorgado una probowl y está haciendo valer su contrato. No en vano sus números, además de dar más de una alegría a los jugadores de fantasy, son sencillamente soberbios, mejorando incluso su excelente primer año: 4434 yardas de pase (4º de la NFL); 8.2 yardas de promedio (4º de la NFL); 103.2 de rating (4º de la NFL), 30 TD (4º de la NFL); solamente 7 INT lanzadas (1º de la NFL junto a Brett Favre; los QB con números similares son de mucha menor valía estadística, como Bulger, Young, Quinn, que no llegan ni de lejos a los números de Favre o a los de Rodgers); 17 pases de más de 40 yardas (1º de la NFL, empatado con McNabb y Romo). Su estadística negativa es, no obstante, los sacks recibidos como ya hemos apuntado. El año pasado recibió ni más ni menos que 50, empatando en lo más alto con Big Ben de los Steelers, que tiene un juego similar al de Rodgers. Por suerte la mayoría de esos sacks fueron, como se comentó antes, en la primera mitad de la campaña; en los últimos 7 partidos la cosa cambió y su vida fue mucho más segura, algo que debe seguir sucediendo de ese modo el próximo año. Le falta demostrar que puede ganar partidos de playoffs, y mostrarse también algo más seguro en los momentos finales o decisivos de los partidos importantes. Además, Rodgers ha liderado la NFL entre los quarterbacks con 316 yardas de carrera (5.4 de promedio) y 5 TD, mostrándose muy ágil y rápido. Tras él en el depth chart, otro año más estará Matt Flynn, que debería dar un salto de calidad y mejorar más por si algo le sucediera al bueno de Rodgers. Si el equipo, como el año pasado, decide aguantar sólo con 2 QB, no podremos disfrutar del tercero en discordia: Graham Harrell.

 

Aunque Ryan Grant no haya sido el mismo que maravilló a medio mundo hace dos años, su juego dista mucho de ser catalogado como malo. Su puesto como corredor titular y principal del equipo es incuestionable ahora mismo, y aunque no reluzca como las superestrellas de la liga se muestra muy sólido, ganando fuerza conforme pasa la temporada y también conforme pasan los minutos de un partido. Su estadística es demoledora en los últimos cuartos y va a más cuantas más carreras tiene en un partido. El año pasado finalizó con una media de 4.4 yardas por carrera (11º en la NFL), con 1253 yardas de carrera (7º) y con 11 TD (7º), que no está nada mal, aunque sigue siendo bastante limitado a la hora de romper placajes. Como añadido, no cometió ni un solo fumble de carrera (aunque sí uno en jugada de pase), mostrándose como un RB muy seguro. Su racha sin cometer fumbles de carreras empieza a hablar por sí sola. Su mejor virtud, en cambio, no es precisamente recibir el balón en pase. Brandon Jackson será el RB para terceros downs, pues aunque no sea un jugador en el que se pueda confiar a la hora de correr, sí sigue siendo muy efectivo en este tipo de jugadas por su habilidad de leer el juego y los blitzes, protegiendo al QB, y con unas manos aceptables. El tercer puesto está más abierto, con Kregg Lumpkin, el rookie James Starks, y el rookie no drafteado Quinn Porter, que poco a poco empieza a maravillar en los training camps, aprovechándose de las lesiones de Starks. El año pasado el equipo mantuvo tres fullbacks en el roster, a saber: John Kuhn, Quinn Johnson y Korey Hall. A día de hoy los tres permanecen en el equipo, pero teniendo en cuenta la calidad en otras posiciones (especialmente los tight ends) es de esperar que este año queden sólo dos. Lo sabremos en no mucho tiempo, y en un principio el que tiene ahora mismo más boletos para hacer las maletas en caso de producirse un recorte es Korey Hall, por su pasado de lesiones. Quinn Johnson es demasiado joven y tiene potencial, y Kuhn se ha mostrado lo suficientemente seguro en las temporadas que lleva en el equipo. No obstante, cualquiera de los tres parece válido para servir de escudero a Ryan Grant.

 

El cuerpo de receptores volverá a ser un año más uno de los puntos fuertes del equipo. Greg Jennings y Donald Driver —si la edad se lo sigue permitiendo— serán los receptores estrella. Jennings notó un bajón en su juego por las dobles coberturas a las que está siendo sometido, pero de eso se pueden y deben aprovechar todos los demás. Jordy Nelson y James Jones pelearán de nuevo el 3er puesto de receptor, por ahora con una ligera ventaja del primero. En el que previsiblemente será el 5º y último puesto, se perfila una dura lucha entre Brett Swain (recuperado de su lesión) y Charles Dillon. El resto apenas tiene opciones. Como complemento a los receptores, el cuerpo de tight ends es también portentoso, con la figura emergente del superclase Jermichael Finley, que tras superar sus problemas de madurez en el primer año, en su segundo despuntó y se convirtió prácticamente en el “go-to-guy” del equipo, en el principal playmaker; el hombre en el que Rodgers deposita su confianza. En la segunda mitad de la temporada fue el jugador de los Packers hacia el que más balones se lanzaron, y él se mostró capaz de atrapar prácticamente todo lo que pasaba cerca, independientemente de que fuese un buen o un mal pase. Su talón de Aquiles son las lesiones, que evitaron que acabase con una estadística monstruosa. Apunta a ser probowl y a pelear con los grandes TE de la liga. El segundo puesto (y el tercero o hipotéticamente cuarto) no está claro, ya que es una decisión muy abierta entre el veterano pero gran jugador de equipo y vestuario Donald Lee, el talentoso rookie Andrew Quarless, y el “hombre para todo” Spencer Havner, reconvertido desde LB a TE, gran jugador de equipos especiales, y que a pesar de haber tenido un accidente de moto se está recuperando y le avala el hecho de que el año pasado aprovechó mucho sus escasísimos minutos convirtiendo en TD casi cualquier pase que recibía. La calidad de estos jugadores deja casi sin opciones a Tom Crabtree.

 

La línea de ataque debe ser el baluarte que proteja a A-Rod para que no suceda lo que en los 9 partidos del año pasado: los sacks. Los veteranísimos Chad Clifton y Mark Tauscher serán los tackles izquierdo y derecho respectivamente si se lo permiten las “achaques”. Como center seguirá Scott Wells, que logró mantenerse en el equipo el año pasado y hacerse titular indiscutible cuando las lesiones de otros lo mandaron al 11 titular. Los guards izquierdo y derecho serán Daryn Colledge (que a pesar de estar descontento con su contrato no ha dudado en acudir a los training Camps y firmar su tender) y el joven Josh Sitton, el jugador más sólido de la línea el año pasado. Los suplentes que ayudarán en caso de lesiones, y que incluso podrían perfectamente pelear por puestos de titulares serán la flamante primera ronda de este año Bryan Bulaga, que podría jugar de LT o incluso de LG, y hasta disputar el puesto de titular a los anteriores, el bueno de T.J. Lang —un jugador polivalente—, el gigante Breno Giacomini que sigue mejorando año tras año, el también polivalente y veterano Jason Spitz (puede jugar de LG, de C y de RG), Allen Barbre —que fue un fiasco el año pasado pero parece haber mejorado—, y el rookie de 5ª ronda Marshall Newhouse, entre otros.

 

MVP DEFENSAMVP DEFENSA: Charles Woodson. Es el MVP defensivo no sólo del equipo, sino de la NFL al completo. La campaña pasada fue merecidamente elegido como jugador defensivo del año, con una estadística simple y llanamente soberbia, que habla por sí misma: 9 intercepciones, 3 TD defensivos, 4 fumbles forzados, 1 fumble recuperado, 27 pases defendidos, 2 sacks y 74 placajes (66 de ellos solo). Unos números sólo al alcance de unos pocos elegidos y que le permiten ser muy flexible, permitiéndole jugar tanto como cornerback puro como safety, e incluso como falso pass rusher, haciéndose ver en el campo con su capacidad para estar siempre cerca del balón y volviéndose una pesadilla para el ataque y coordinador ofensivo rivales.

La llegada al equipo del coordinador defensivo Dom Capers y la implantación del sistema 3-4 —tres hombres de línea, cuatro linebackers— ha supuesto una enorme mejoría en el rendimiento defensivo. El equipo ha terminado siendo lider de la NFL en la defensa de carrera y en diferencia de turnovers, quintos defendiendo el pase y segundos en número de yardas; es decir, la segunda mejor defensa de la liga (llegó a ser la primera durante una parte de la temporada, casi hasta el final). Para ser el primer año, no está nada mal. Ahora sólo queda avanzar y profundizar en ello, y con un año de vídeos del equipo y de experiencia, tratar de arreglar los problemas que se siguen teniendo, especialmente a la hora de crear presión y defender a QB de primer nivel de la liga, donde la defensa estuvo ausente en algunos momentos del año pasado. Esto es especialmente importante teniendo en cuenta el endurecimiento del calendario con respecto al inmediatamente anterior.

 

La línea defensiva ha sufrido un tremendo varapalo en la offseason. Johnny Jolly se perderá al menos toda esta temporada, sancionado por sus problemas con las drogas, y su futuro en la franquicia es muy incierto. Jolly, sin hacer mucho ruido en los medios, se había asentado como titular indiscutible, sin perderse partidos, y con una agilidad asombrosa para su tamaño, ayudando muchísimo a sus compañeros. Una de las claves del éxito de la defensa ha sido la dureza de la línea defensiva, que hacía más fácil el trabajo de todos los demás (defensive backs y linebackers). Ted Thompson, muy inteligentemente y previendo lo que podría suceder, drafteó nada menos que a dos hombres de línea esperando que ambos contribuyesen al equipo si algo le sucedía a Jolly. A día de hoy se puede decir que en contra de lo que muchos pensaban, incluido este humilde servidor (se hablaba de locura de TT), el General Manager acertó plenamente. La línea de 3 la formarán B.J. Raji en el centro, en el puesto de nose tackle, en la que es su mejor posición y en la que debe demostrar por qué fue drafteado en primera ronda con el pick número 9 el año pasado. Para hacer esto posible el equipo no ha dudado en cambiar de posición a Ryan Pickett, el antiguo y veteranísimo NT que ha sido relegado ahora a defensive end. Pickett se mostró como una fuerza y un auténtico muro a la hora de parar la carrera (como hemos visto, el equipo fue primero de la NFL en este aspecto); habrá que ver si el experimento funciona como se piensa. El otro puesto de defensive end será para Cullen Jenkins. Es de esperar que en el roster quede solamente espacio para otros tres hombres. Un puesto casi casi seguro es el rookie de segunda ronda de este año, Mike Neal. Quedarían por tanto dos puestos más a rifarse entre C. J. Wilson (otro rookie capaz de generar rush por el centro), Jarius Wynn y Justin Harrell, siendo este último el más favorecido por la ausencia de Jolly y siendo también el que más difícil tendrá convencer a todos para quedarse en el equipo, por su pasado de lesiones constantes, ya que a pesar de ser un primera ronda en tres años prácticamente no ha jugado nada. Debe mantenerse sano durante todos los training camps y además debe demostrar su valía para que el equipo se arriesgue a hacerle un hueco en el equipo y rezar para que mediada la temporada su espalda no le juegue de nuevo una mala pasada. Su ventaja es que es talentoso y el más fuerte de la plantilla.

 

El grupo de linebackers muestra versatilidad, especialmente por el sistema de Capers. Hasta hace bien poco, las cosas se tenían claras: los encargados de generar el pass rush como OLB iban a ser Clay Matthews por la derecha (probowl en su primer año en la NFL, elegido tercer mejor rookie del año y probablemente el segundo mejor playmaker defensivo del equipo) y Brad Jones, quien se hizo el año pasado con el puesto por la izquierda tras la lesión de Kampman, y no lo hizo nada pero que nada mal. Sin embargo, una lesión que le ha hecho perderse 5 días de entrenamientos ha hecho que el equipo experimente con el linebacker más versátil de todos: Brandon Chillar, capaz de jugar por el centro o incluso de safety en alguna formación puntual. Si empezase la temporada ahora mismo, Chillar sería titular por la derecha y Matthews se movería a la izquierda. El cuarto OLB será Brady Poppinga, ahora mismo relegado a la suplencia a pesar de su salario por ser un jugador que va bien contra la carrera pero no en cobertura ni en pass rush. Hay que decir que todo este jaleo es consecuencia de la confianza que depositaron TT y MM en Brad Jones como pass rusher, llevada al extremo de no fichar ningún agente libre y no draftear a ningún jugador en esta importantísima posición en un sistema 3-4. Por dentro los linebackers serán Nick Barnett (jugador muy sólido aunque no espectacular) y el segundo puesto no está del todo claro… En algunas formaciones será A. J. Hawk, quien a pesar de no cometer errores y tener calibre de titular no está rindiendo lo que se esperaba de un primera ronda, y su salario tan alto hará que sea cortado al final de la temporada si no acepta un recorte. En otras será Brandon Chillar. Y en otras podría ser Desmond Bishop, quien ha visto abiertas las puertas al mover a Chillar al exterior. Cyril Obiozor y Robert Francois podrían pelear por un puesto muy difícil. En líneas generales, la competitivdad y las rotaciones deberían lograr que casi todos tengan minutos y que el cuerpo de linebackers se mantenga fresco sin perder calidad al pasar por las distintas formaciones con diferentes jugadores.

 

El mejor cornerback indiscutible del equipo y actual jugador defensivo del año es Charles Woodson. Sobran las palabras, es un hombre capaz de hacerlo todo, con unas cualidades innatas para este deporte. Al Harris viene de una lesión gravísima de ligamentos de la rodilla, y aunque quiere estar para el comienzo de temporada, no es una garantía que esto sea posible. Tramon Williams será el encargado de suplirle si no llegase a tiempo. El resto son casi todos hombres con aparente calidad pero sin apenas experiencia: Brandon Underwood, Pat Lee, Sam Shields (la sensación de los training camps), sin olvidarnos de Jarrett Bush (un jugador muy poco querido por la afición) y Josh Bell. Aquí también hay muchas incógnitas, y es que de nuevo la franquicia ha preferido arriesgar en esta posición y no draftear ni fichar a ningún agente libre para reforzarla, algo cuanto menos discutible. Recordemos que el año pasado el equipo se partió en dos en los partidos importantes cuando varias lesiones dejaron en evidencia la falta de profundidad en esta línea. Para los puestos de safety, todo parece indicar que el dos veces probowler Nick Collins tendrá como pareja a su lado al rookie de tercera ronda Morgan Burnett, quien está aprovechando todos los snaps con los que se ha encontrado debido a la ausencia de Atari Bigby, el antiguo titular, en un intento fallido de renegociar su contrato y que le ha hecho incluso perder dinero. Para más inri, Bigby tendrá que pasar por el quirófano y su futuro está más en duda que nunca. Por tanto, se trata de la posición a priori más endeble de la defensa, o mejor dicho un puesto que cuenta (salvo Collins) con hombres de no mucha experiencia, como por ejemplo Derrick Martin y Charlie Peprah —más conocidos por sus labores en equipos especiales—, Will Blackmon —también un hombre de equipo especiales, y reconvertido para este año de cornerback a safety—, y el rookie Anthony Levine.

 

Shown Slocum no ha conseguido que el equipo mejorase con respecto al año anterior. Desde que TT cortó equivocadamente hace dos temporadas al punter John Ryan en lo que hasta ahora ha sido su peor decisión como General Manager, no se ha encontrado sustituto de garantías. Con Jeremy Kapinos el equipo terminó el año pasado en el puesto penúltimo en cuanto a yardas netas en punts (34.1 yardas). No sólo fue culpa de Kapinos, sino también de las penalizaciones de los equipos especiales y de las malas coberturas. Este año se disputan el puesto de punter dos hombres que nunca han jugado un partido de football americano, y hasta ahora están igualados. Por un lado el exjugador de fútbol australiano Chris Bryan y por el otro Tim Masthay, cortado por los Indianapolis Colts sin llegar a debutar. El primero cuenta a su favor con la experiencia de haber jugado partidos reales importantes —aunque en otro deporte— y por tanto está acostumbrado de sobra a la presión. Además, es un experto en los punts direccionales, capaz de colocar la pelota prácticamente donde quiere. El segundo en cambio destaca por una potencia mayor y por unos mejores “hang times” (esto es, el tiempo que circula el balón por el aire), lo que da mayor tiempo a los demás hombres a hacer las coberturas; sin embargo, tarda más en patear aumentando el riesgo de ser bloqueado y no tiene tanta precisión en sus envíos. La decisión será muy difícil, aunque ambos se muestran muy superiores a lo que recientemente ha habido por aquí. Por otro lado, el equipo se ha encontrado con un problema que no tenía hace dos años y no es otro que el puesto de kicker. Tras un buen comienzo en la NFL, parece que Mason Crosby ha perdido algo de confianza y está bastante fallón, incluso en distancias relativamente cortas. No se sabe si puede influir el hecho de que le estén cambiando continuamente de holder, ya que a McCarthy le gusta que el punter haga las veces de holder y cada poco tiempo está siendo uno distinto. Sería muy importante que Crosby mejore o en su defecto haberle traído a alguien para competir con él y así motivarle. Veremos qué sucede este año.

 

En el apartado de los retornos también se sitúa el equipo de la mitad para abajo de la tabla. Desde la lesión de Will Blackmon (que aún sigue sin estar al 100%) no se ha encontrado un retornador de punts de garantías. Jordy Nelson no estuvo fino el año pasado. Woodson o Tramon Williams son buenos, pero no es aconsejable arriesgarlos por ser jugadores que juegan muchos snaps defensivos. Como retornador de kickoffs la primera opción también será Blackmon; si ello no es posible, el equipo tendrá que recurrir de nuevo a Nelson, quien aunque mantuvo buenos promedios y es bastante superior en kickoffs que en punts, sigue teniendo un problema en ocasiones a la hora de recoger el balón que le hace perder algo de tiempo y arriesgar un peligroso turnover. El equipo ha probado —y está probando aún— otras muchas opciones, como Starks, Shields, Porter, y un largo etcétera, pero no parece que ninguno esté respondiendo a las espectativas creadas. Brett Goode será el long snaper.

 

• La superestrella Charles Woodson a un lado, y Aaron Rodgers al otro

• La figura emergente de Jermichael Finley, que ya es una realidad

• Cuerpo de receptores de lo mejor de la liga

• La defensa contra la carrera y los turnovers

DOWN

• Los desastrosos equipos especiales

• Posible falta de pass rush si no funcionan los “experimentos”

• Secundaria muy poco experimentada más allá de algunos titulares

• La ausencia de Johnny Jolly

 

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