Penn State Nittany Lions

1597

 


Record 2009:
11-2 (6-2 local)
Bowl: Victoria ante LSU en la Capital One Bowl (19-17)
Conferencia: Big-Ten
Coach: Joe Paterno

Calendario:

Fecha Rival
04-09-2010 Youngstown State
11-09-2010 en Alabama
18-09-2010 Kent State
25-09-2010 Temple
02-10-2010 en Iowa
09-09-2010 Illinois
23-10-2010 en Minnesota
30-10-2010 Michigan
06-11-2010 Northwestern
13-11-2010 en Ohio State
20-11-2010 Indiana (Landover)
27-11-2010 Michigan State

Estadísticas 2009:

Categoría
Total
País
Yardas Totales
406,9
37º
Yardas de Carrera 169,8 41º
Yardas de Pase
237,1
39º
Yardas Totales Permitidas
274,5
Yardas de Carrera Permitidas
89,8

Yardas de Pase Permitidas

184,6
24º

Líderes 2009:

PASE PAS CMP YDS TD
Daryll Clark 381 232 3.003 24
CARRERA CAR MED YDS TD
Evan Royster 205 6 1.169 6
RECEPCIÓN REC MED YDS TD
Derek Moye 48 16 785 6

 

En temporada baja, una de las clásicas especulaciones y debates por Happy Valley solía dirigirse sobre la propia fecha de caducidad del eterno mandato de Joe Paterno en State College. En los últimos cinco años, JoePa ha conseguido un total de 3 temporadas con records 11-2 y otras 2 con 9-4 (78,5% de victorias en ese periodo) con triunfos en las prestigiosas Orange, Outback, Alamo y Capital One Bowl, y solamente una derrota ante los Trojans en la Rose Bowl de hace dos temporadas. En su temporada número 45 consecutiva al frente de los Nittany Lions (desde 1966), con 83 años de edad y una extensión de contrato por al menos dos años más, solamente el curso natural de la vida podrá acabar con que este ochentón de pantalones beige con dobladillos, calcetines blancos y zapatos negros, vuelva a pasear una vez más por la banda de Beaver Stadium.

 

Y es que a muchos pudo parecérsele un tanto mediocre o estéril la anterior temporada, pero fuera de las derrotas ante Iowa y Ohio State (a la postre ambos first-class de la conferencia) y en donde liderando 10-5 en el últimos cuarto a los Hawkeyes, permitirían un punt bloqueado 53 yardas para TD y cederían la posesión con tres turnovers en las últimas tres posesiones, los Lions cerrarían la temporada como No.9 en el ranking BCS, su tercer Top10 en las últimas cinco temporadas. Además, la ajustada victoria de año nuevo sobre el barro ante la poderosa universidad de LSU, proporcionó aún mayor satisfacción y prestigio a una temporada plagada de lesiones y dificultades.

 

Cierto es que Penn State carece de una victoria o logro de gran magnitud e impacto en este periodo, pero nadie puede negar que no hayan obrado su trabajo durante este tiempo. De sus 51 victorias en los últimos cinco años, solamente 16 fueron ante rivales BCS que finalizaron con records victoriosos, y cinco de esas victorias fueron en aquella exitosa temporada del 2005 (donde sólo Michigan les apearía de pelear por el campeonato nacional). Solamente 3 de todos estos triunfos (Wisconsin y Ohio State en el 2005 y Ohio State en el 2008) llegaron ante rivales de la élite que finalizarían sus temporadas con record de victorias de dobles dígitos.

 

Pero en la presente temporada, solamente mantener esta línea positiva será todo un auténtico reto para Joe Paterno y su squad. PSU estará sobre las manos de un quarterback inexperto después de la graduación de Daryll Clark y perderá a varios de sus estandartes defensivos como el DT Jared Odrick (jugador defensivo del año en la Big-Ten) o el estelar tridente en la unidad de linebackers formado por Sean Lee, Navorro Bowman y Josh Hull. Penn State presenta varios apartados con muchas dudas, en una temporada que se entiende de reconstrucción, y este año será el primer equipo de toda la historia que se enfrente ante 3 rivales con victorias en bowls BCS la anterior temporada (Alabama, Iowa y Ohio State), y todos estos duelos serán fuera de casa para una mayor dificultad.

 

Probablemente, PSU no se muestre entre la élite durante la temporada, pero el talento y potencial de este programa siguen ahí, con capacidad y orgullo suficiente para vencer a cualquier rival del país. Además, una temporada de dobles dígitos se encuentra perfectamente sobre su alcance. Motivación suficiente para los pupilos de JoePa.

 

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Shane VereenMVP ATAQUE: Evan Royster. Puede estar ante la temporada que le encumbre como un Top5 del Draft y líder histórico terrestre de Penn State. Tiene todas las herramientas necesarias para ser un back dominante y sobre sus hombros estará este ataque.

El ataque de los Nittany Lions se ha caracterizado por una Spread HD (High Definition) en los últimos años, un término que realmente postula por High Diverse, donde se aprovechaba el atletismo, velocidad y explosión del ataque en campo abierto para atacar las defensas contrarias, dejándolas fuera de equilibrio. Con Daryll Clark y antaño Michael Robinson, junto con un cuerpo de receptores de enorme talento como Derrick Williams o Deon Butler, éste ha sido el patrón común del coordinador ofensivo Galen Hall. Probablemente, el concepto necesitará ser reinventado tras las graduaciones y bajas de las dos últimas temporada, centrándose sobre un mayor control del balón y poderosas batallas por cada pulgada, donde el denominador común será martillar las defensas rivales bajo un poderoso juego terrestre.

 

Después del transfer de Pat Devlin a Delaware antes de la disputa de la Rose Bowl frente a los Trojans, JoePa lanzaría sus redes sobre el QB Kevin Newsome, quien procedía de la prestigiosa academia militar de Hargrave (Virginia) como uno de los reclutar más importantes de su promoción. Debido a las circunstancias, Newsome participaría ya en la primavera de la anterior temporada como true-freshman, llevando el tablón durante el resto de la misma como backup oficioso de Clark. La adaptación y el propio conocimiento del ataque no deberían ser problema alguno para Newsome (sophomore), pero su experiencia en el gridiron es muy reducida con apenas minutos de juego. Newsome presenta un tamaño fantástico, con inteligencia y liderazgo natural, además de un brazo explosivo. El potencial está ahí, pero tiene que demostrar que es capaz de escanear el campo y golpear objetivos con precisión. Bajo un playbook limitado, se espera de él capacidad de gestión y control del balón, proveyendo una amenaza real como scrambler saliendo del pocket. Por detrás de él, tanto Paul Jones como Robert Bolden (ambos true-freshman) son dos de los reclutas más prestigiosos de la presente promoción. Jones lleva trabajando desde la reciente primavera y se ajusta a los estándares habituales de los quarterbacks en College Station; gran tamaño (6-3 y 226 libras), movilidad y un poderoso brazo. Bolden es más atlético con un release vertiginoso. Es el full-package para cualquier Spread. Estos dos jóvenes baluartes pelearán la posición de backup al antiguo walk-on Matt McGloin (sophomore), quien partirá con ventaja debido a su mayor experiencia dentro del equipo.

 

El peso del ataque y una parte importante de su éxito recaerán sobre los hombros del runningback Evan Royster, quien eludió los cantos de sirena de la NFL prefiriendo retornar a State College en su año senior, cuando muchos analistas incluso le proyectaban como un pick bastante importante en el pasado Draft de Abril. Royster tuvo que superar varios problemas de gripe en los primeros compases de la temporada que limitaron su productividad, sin embargo, recuperó la forma y en un año aparentemente mediocre y poco trascendente a nivel nacional, finalizaría con 1.169 yardas y 6 TD tras una OL mediocre para los habituales estándares de Happy Valley, quedándose a 482 yardas de superar a Lydell Mitchell como líder histórico de yardas terrestres en la historia de la universidad. Un record que se espera que lo reviente en la presente campaña. Con un tamaño importante para machacar por tierra (6-1 y 213 libras), inteligencia y velocidad para romper una defensa en cualquier instante, Royster tiene todas las herramientas para emular perfectamente la exitosa temporada del 2.002 de Larry Johnson. De cualquier modo, sus espaldas estarán muy bien cubiertas con un jugador del talento de Stephfon Green (junior), quien ya mostró de lo que es capaz en su temporada freshman corriendo para 578 yardas y 4 TDs, pero que tuvo que recuperarse de una pierna rota tras la Rose Bowl, limitando considerablemente su anterior temporada. El ataque habitualmente no focaliza un fullback pero Joe Suhey es un bloqueador muy sólido y un tremendo receptor, suponiendo una pieza importante dentro del backfield de los Nittany Lions. La familia Suhey es sinónimo de Penn State football, donde su padre Matt experimentaría una carrera legendaria como runningback, mientras que su abuelo, Bob Higgins, sería el segundo All-American en toda la historia del programa y head-coach desde el periodo de 1930 a 1948. Tampoco habrá que olvidar al antiguo prestigioso recluta Curtis Dukes (redshirt freshman), quien con fantástica velocidad y poderoso tamaño (6-2 y 235 libras), espera ser un arma importante en los minutos finales para derribar las defensas con su dimensión straight-line.

 

Después de la marcha del talentoso tridente formado por Deon Butler, Derrick Williams y Jordan Norwood (los tres serían los líderes aéreos del programa en tres de su cuatro temporadas en Happy Valley), el cuerpo de receptores se mostraría como todo un question-mark la pasada pretemporada, sin embargo, éste grupo desbordaría las expectativas y ahora es una unidad francamente experimentada, con mucho talento y profundidad. Podríamos hablar de Derek Moye (junior) como el verdadero feature-guy, el objetivo No.1 entre el grupo, después de liderar al equipo con 48 recepciones para 785 yardas y 6 touchdowns. Moye presenta altura, velocidad para atacar en profundo (como antiguo campeón estatal de Pennsylvania) y las manos para bajar los lanzamientos de medio rango sobre cualquier ángulo. Tal vez el antiguo walk-on Graham Zug (senior) no sea tan “flashy” o atlético como el propio Moye, pero no se pueden obviar sus 46 recepciones para 600 yardas y 7 anotaciones. El tercer hombre del grupo es Curtis Drake (sophomore), todo un antiguo All-State de Pennsylvania como QB en el instituto, cuya explosividad, velocidad y versatilidad pueden hacerle muy peligroso tanto por dentro en el slot como por fuera yendo profundo (X-receiver). Brett Brackett (senior) es una póliza muy sólida dentro de la unidad. Su experiencia y liderazgo fue importante para un grupo joven y emergente, además de que su capacidad de bloqueador y excelente tamaño como gran objetivo aéreo, le convierten en importante en una potencial rotación con Derek Moye. Justin Brown (true-sophomore) tiene potencial de playmaker e incluso como retornador de punts, Shawney Kersey presenta explosividad y velocidad como auténtica amenaza profunda (con incluso mayor físico y presencia que Drake) y Devon Smith es una auténtica flecha dentro de un diminuto cuerpo (su mejor marca es 4.19). Muchos de estos efectivos deberán esperar su oportunidad, algo que habla de la fantástica profundidad de la unidad.

 

Las bajas de Andrew Quarless y Mickey Shuler dejarán un vacío importante en la unidad de tight-ends, pero Andrew Szczerba (junior) parece preparado para cubrirlas. Con gran tamaño y aptitudes de auténtico receptor (fue un recluta destacado como WR en su promoción, todo un Gatorade Player of the Year en el estado de Delaware), Szczerba tiene capacidad para ser el full-package dentro del ataque y una sólida válvula de escape en el juego aéreo.

 

Durante los entrenamientos de la última primavera, el First-Team Big-Ten y estrella de la OL, Stefen Wisniewski (senior), sería movido del center a una ubicación mucho más natural para sus características, el right-guard. Wisniewski (hijo de la antigua estrella de PSU, Steve), fue uno de los jugadores más destacados y sólidos dentro una pobre actuación general de la línea de ataque, y probablemente estemos frente a uno de los jugadores más técnicos y refinados de todo el país. El movimiento de Wisniewski ha provocado que Doug Klopacz se haga cargo de la posición de center, un jugador que sufrió hace dos temporadas una grave lesión del ligamento cruzado pero que está llamado a ser un sustituto bastante sólido en la demarcación. Pero lo gran clave del éxito del grupo (y del propio ataque) se encontrará sobre el reemplazo del LT All-American Dennis Landolt. El inexperimentado junior Quinn Barham podría recibir esta oportunidad y ha trabajado con mucho esfuerzo para ello durante la offseason, pero deberá mostrarse más consistente ante la importante responsabilidad de proteger la espalda de un quarterback igualmente inexperto. Otra posibilidad aquí es el guard junior DeOn’tae Pannell, quien ya ha mostrado su versatilidad y capacidad trabajando como RT o LG, aunque es un jugador que ha tenido problemas protegiendo el pase. El puesto de LG durante los últimos tres partidos de la pasada temporada fue propiedad del propio Pannell, pero en el caso de competir por el lado ciego como puro tackle, Johnnie Troutman (junior) es la opción más natural en el left-guard debido a su experiencia de juego en esta posición (sin ir más lejos, perdió su puesto en detrimento de Pannel por una lesión muscular). Lou Eliades (senior) se pasó toda la anterior temporada trabajando en el RG, pero ahora deberá hacerse cargo del RT. Tiene relativa experiencia como tackle (titular en la Rose Bowl) y presenta el tamaño suficiente para ser efectivo en esta demarcación. Matt Stankiewitch es toda una póliza de seguros en el interior de la OL (titular en el LG los dos primeros partidos hasta que se recuperó la estabilidad), aunque partirá como backup en la demarcación de center.

 

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Mike MohamedMVP DEFENSA: Jack Crawford. Auténtico freak de la naturaleza que sí es capaz de refinar su técnica y elevar sus fundamentos, podemos estar ante el siguiente estelar puss-rusher de los Lions. De momento, se impone gracias a su tremenda capacidad atlética y física.

El coordinador defensivo Tom Bradley (32 años trabajando para la universidad de Penn State y 11 como responsable defensivo) ha tenido y tiene mucho trabajo que hacer para reconstruir una defensa que pierde un estelar tridente sobre la unidad de linebackers y que muestra una peligrosa escasez de profundidad sobre la secundaria, pero afortunadamente para los intereses de PSU y del propio Bradley, su línea defensiva está llamada a ser el cornerstone de la defensa y éstas son siempre grandes noticias para un back-seven que buscará progresar y ganar experiencia a grandes pasos.

 

La esperanza y estrella es el end Jack Crawford (5.5 sacks y 14.5 placajes para pérdida de yardas la última temporada), llamado a ser el siguiente puss-rusher estelar procedente de Happy Valley. Crawford (junior) tiene habilidades como puss-rusher propias del siguiente nivel, un motor incansable y una tremenda explosividad inicial combinada con una gran capacidad atlética. Hay quien asegura que su progresión es tremenda y que solamente se ha visto un pequeño indicio de su potencial, ya que Crawford procede de Londres (Inglaterra) y apenas lleva tiempo jugando y envuelto en el football. En el lado contrario se alineará Eric Lattimore, quien presenta tamaño de auténtico end de esquema 3-4 y probablemente se erija en un pivote importante frente al juego terrestre rival. En el interior como tackle, Ollie Ogbu (el único senior del two-deep) tal vez no sea “flashy” ni lo suficientemente playmaker para reclamar la atención mediática, pero es bastante bueno penetrando el backfield y un jugador duro, que siempre ha sido productivo dentro del frente defensivo de los Lions. Ogbu es el ancla indiscutible sobre el que se sostiene toda la defensa. Junto a él, Devon Still (junior), de quien se espera gran impacto sustituyendo a Jared Odrick (jugador defensivo del año de la Big-Ten) y con un rol mucho más importante (el año pasado entró en la rotación). Still ha tenido que superar una lesión de rodilla su año freshman y más tarde, una fractura de tobillo, pero su gran actuación como titular en la bowl ante LSU y su potencial NFL (si se mantiene sano), tienen muy entusiasmados a los fanáticos. El end Kevion Latham es un backup interesante que podría entrar como speed-rusher en diferentes paquetes, mientras que Jordan Hill es una grande y poderosa presencia interior (6-1 y 305 libras) como DT que mantendrá fresco a Ogbu después de un prometedor inicio como freshman (en tiempo muy limitado). Otro jugador importante en el interior será James Terry, quien con su masivo tamaño será toda una muralla frente al juego terrestre rival.

 

El cuerpo de linebackers pierde a sus tres líderes defensivos en tackles de la temporada pasada; Josh Hull, Navorro Bowman (Primer Equipo Big-Ten) y Sean Lee (Segundo Equipo Big-Ten), quienes se combinaron para 295 placajes, 7 sacks, 12 pases defendidos, y 36.5 placajes para pérdida de yardas, pero esto es “Linebacker U”, un programa que ha exportado 6 linebackers drafteados en los tres últimos años y donde se han disfrutado de auténticas leyendas como Dennis Onkotz, Jack Ham o LaVar Arrington. La reconstrucción de tan orgullosa unidad para el programa partirá desde el MLB Michael Mauti (sophomore), quien estaba predestinado a ser la futura estrella de todo el grupo el año pasado hasta que sufrió una rotura de ligamentos antes de que arrancase la temporada, perdiéndose la totalidad de la misma. Por delante del tiempo planeado en su recuperación, Mauti es un tremendo golpeador y un jugador extremadamente duro. En el caso de que por cualquier problema físico Mauti no fuese la referencia sobre el medio, Chris Colasanti (senior) es una decente presencia interior pero con rango limitado y sin demasiada influencia en el backfield, aunque con suficiente experiencia como backup y lo sumamente inteligente (estará entre los nominados a honores académicos All-American). Como SAM, Nathan Stupar tiene potencial para ser el auténtico all-around LB de la unidad, debido a su habilidad para penetrar el backfield y un fantástico rango de acción. Stupar es una especie de tweener, con apariencia de pequeño defensive-end más que de verdadero linebacker, y ya fue titular ante Syracuse y Temple (12 placajes) cuando Navorro Bowman estuvo fuera. En el caso de que Mauti acabe en el interior, el WILL será propiedad de Bani Gbadyu (senior), un jugador con excelente tamaño y gran atletismo, pero que necesitará mostrarse más consistente en su juego. Otros jugadores importantes serán el SLB Gerald Hodges, antiguo safety que ya dispuso de minutos como true-freshman, o Michael Yanich, con capacidad para ser desplegado por todo el frente como amenaza en el puss-rushing.

 

En la secundaria, D’Anton Lynn (junior) debería ser el mejor corner de todo el equipo, e incluso podría ser el defensive-back más versátil, con potencial de auténtico free-safety en caso de necesidad imperiosa. Lynn tiene el tamaño junto con una tremenda velocidad y una gran habilidad golpeadora, sin dejar de ser un sólido tackler en campo abierto. Es la referencia de PSU frente a los receptores principales rivales. Pero mientras Lynn es el shutdown-corner del equipo, Stephon Morris (sophomore) podría emerger como el defensive back más completo. Dio el salto a la titularidad frente a Michigan State como todo un true-freshman y a pesar de un tamaño ciertamente limitado, no es reacio al contacto ni a apoyar el juego terrestre rival, pero sobre todo, es un fantástico jugador con el balón entre sus manos, con potencial de auténtico retornador. Si es capaz de mantenerse sano (necesitó cirugía para reparar su hombro), Drew Astorino debería liderar al equipo como tackler desde la posición de FS, mientras que en el hero (el strong-safety en el sistema defensivo de los Lions), Nick Sukay deberá olvidar sus problemas de salud que le persiguieron durante la primera parte de su carrera, para continuar realizando fantásticas jugadas en el aire y ayudando a los corners, donde destaca ampliamente. Sukay tiene una capacidad innata para mantenerse alrededor del balón. Un ejemplo lo pudimos observar con el fumble recuperado que selló la victoria en la Capital One Bowl ante la universidad de LSU. En la offseason, Chaz Powell (cuarto líder aéreo del equipo con 8 recepciones para 366 yardas y 3 TDs) fue movido de la posición de receptor pasando al CB, algo que habla de la falta de profundidad en la unidad, aunque el movimiento parece realmente interesante ya que Powell ha mostrado una adaptación bastante natural a la posición. En el nickel o el dime un jugador a tener en cuenta será Derrick Thomas (clásico boom-or-bust), mientras que el veterano safety Andrew Dailey, quien sufrió la transición desde el cuerpo de LB el año pasado, siempre ha mostrado ser un sólido jugador en equipos especiales y se espera que adopte un rol más importante como póliza de seguros de Drew Astorino.

 

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La última temporada fue catastrófica para esta unidad, con auténticos gafes ante Iowa u Ohio State, y será literalmente imposible una peor actuación en la presente temporada. El antiguo walk-on Collin Wagner (senior) no experimentó una actuación notable, pero se podría catalogar de decente con 15 de 22 field-goals convertidos, donde se incluye un FG de 47 yardas ante Minnesota, y cada uno de sus extra-points (46) convertidos. Wagner no presenta una pierna portentosa, pero podría ser una arma a tener en cuenta en las grandes citas, como demuestran sus cuatro FGS convertidos (de 4 intentos) ante LSU, en la apretada victoria de los pupilos de JoePa.

 

Reemplazando a Jeremy Boone en tareas de punting, nos encontramos con una interesante batalla entre Russell Nye y el WR Graham Zug, aunque el punter transferido de Temple siempre será mejor opción que un puro receptor (en tareas compartidas como WR titular). Zug está solamente llamado a ser una opción de emergencia.

 

Las tareas de retorno de kickoff fueron un auténtico desastre con un paupérrimo promedio de 19,18 yardas, el peor de la conferencia Big-Ten y uno de los peores de todo el país. El jack-of-all-trades Chaz Powell promedió 23,2 yardas (sólo 16 de 38 retornos, debido a que los rivales buscaron evitarle), pero nadie fue capaz de dar un paso al frente cuando tuvieron la oportunidad. El retorno de punts fue igualmente horrible con Graham Zug promediando 3,2 yardas por intento, y será el momento de que Justin Brown aporte más que sus 5,9 yardas promediadas.

 

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El cuerpo de receptores ha progresado significantemente después de perder a varios baluartes hace dos temporadas y ahora es un grupo con tremenda profundidad y talento. Royster está llamado a consumar una temporada especial y sí la OL eleva su actuación de la pasada temporada (algo bastante probable), Newsome podría encontrarse muy cómodo dentro de un ataque controlado y poderoso terrestremente.

DOWN La unidad de linebackers es todo un question-mark, un denominador poco habitual en Happy Valley, y la secundaria depende mucho de que sus cuatro titulares se mantengan sanos durante todo el año, algo que no parece demasiado probable con el historial de salud que presentan algunos de sus componentes. La unidad de equipos especiales prácticamente puede carecer de influencia sobre los intereses de PSU, pudiendo incluso llegar a ser toda una losa a lo largo del año.

 

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