La clase de la costa oeste

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El plan del head-coach Chip Kelly para ejecutar una “pseudo transición” en Eugene tras la marcha del legendario Mike Belloti, experimentaría un impacto inmediato en el programa la pasada temporada después de poner un publicitado upset sobre los Trojans, conseguir el campeonato indiscutido de la PAC-10 (el primer head-coach de toda la historia de la conferencia en conseguirlo como novato) y devolver al programa a la Rose Bowl por primera vez desde 1995. Sin embargo, el Blount-Gate de Idaho, la decepcionante derrota en Pasadena y los constantes escándalos en el campus durante el verano, que acabarían con el estelar QB Jeremiah Masoli siendo expulsado del programa (por robo) o el RB LaMichael James suspendido (por intimidación física), solamente alimentarían las dudas más pesimistas de los analistas más reputados del país. Pero con más experiencia a ambos lados del balón (17 titulares retornando), Kelly tiene a su squad donde quería. Oregon es ahora muy difícil de ganar y pueden presumir en Eugene de ser la clase de toda la Costa Oeste, título honorífico en posesión hasta ahora de Southern California. Realmente la Stanford de Jim Harbaugh demostró ser un rival muy serio, inteligente y con las ideas muy claras, pero fracasarían en su objetivo por sacar del campo al poderoso ataque de Oregon. La Cardinal aprovecharía un fumble en el intento de retorno de Cliff Harris y una intercepción del OLB Chase Thomas cayendo ligeramente en cobertura y leyendo las intenciones en el screen-play del QB Darron Thomas, para subir 18 puntos de ventaja sobre el marcador (en un déficit de 21-3). El QB sophomore Andrew Luck (29/46 para 341 yardas, 2 TD y 2 INT) lideraría con maestría y eficiencia la ofensiva Cardinal, mientras que su old-fashioned-offense sublevaría sobre la línea de scrimmage con el poderoso runningback Stepfan Taylor, a una menos pesada y tenaz línea defensiva (donde nadie supera las 268 libras). Pocos realmente echan ya en falta a Toby Gerhart en Stanford. El problema comenzaría cuando en el segundo cuarto la defensa de la Cardinal fue incapaz de detener la veloz y atlética zone-read offense de un inteligente Darron Thomas, quien además abriría el campo con la Spread distribuyendo con velocidad sus lanzamientos en campo abierto y lejos de la física línea defensiva de SU. Con la defensa de Stanford desquiciada y ya demasiado obsesionada en detener la zone-read, Darron Thomas conectaba con sencillez en el slot con el WR Jeff Maehl en un TD de 29 yardas, y Kelly entonces entendió que Oregon debía aprovechar su momentum, algo de lo que éste squad se nutre en su éxito. Con un onside-kick recuperado por el propio PK Rob Beard en la yarda 46 de UO, el RB LaMichael James reduciría la diferencia en cuatro puntos con una carrera corta de 5 yardas. Sin embargo, en apenas cuatro minutos de drive, Andrew Luck bajo la Power-I, ejecutaba un fantástico PA y encontraba por encima de la secundaria en el seam al TE Coby Fleener en un lanzamiento de 36 yardas para TD, pero Darron Thomas (20/29 para 238 yardas, 3 TD y 2 INT) volvía a aprovechar otra nueva cobertura rota de la defensa de Stanford para encontrar junto a la banda derecha en un lanzamiento de 41 yardas para TD al WR freshman Josh Huff, dejando al descanso solamente una anotación (7 puntos) de diferencia sobre el marcador. En la segunda parte, la línea defensiva de Oregon con su velocidad, explosividad y agresividad desquiciaría a Andrew Luck y su línea ofensiva, y el ataque de Jim Harbaugh definitivamente se bloquearía. Además, la defensa de Stanford mostraría signos prematuros de sufrir con la high-tempo Spread local y el cansancio comenzaba a hacerse ya muy palpable entre los pupilos del DC Vic Fangio. El resto lo pondría por tierra LaMichael James (31 carreras para 257 yardas y 3 TD) y Darron Thomas (15 carreras para 117 yardas y 1 TD), y éste último anotaría en el QB-Keeper en una nueva carrera corta de 6 yardas, poniendo por delante en el marcador a Oregon. La jugada definitiva llegaría en el fumble del WR Chris Owusu tras un fuerte golpe de Javes Lewis en un screen-play de Andrew Luck, y que sería recuperado 51 yardas por el rover Eddie Pleasant hasta la 3 de la Cardinal, donde sería detenido por el propio Luck. LaMichael James solventaría la distancia con otro nuevo TD de carrera. Oregon superaría adversidades ante un rival físico e inteligente, en un duelo donde ambos programas llegaban ranqueados dentro del Top25 por primera vez en la historia de estas series. (R: 31-52)

 

Miami, la vida te sería más fácil si Harris cuidara del football

 

Nuevamente el front-seven de los ‘Canes liderado por el LB Sean Spence volvería a crear asfixiante presión penetrando el backfield y generando constantes turnovers (3 fumbles y 3 intercepciones) sobre un ataque de Clemson que llegaba de sobrevivir con éxito ante otro sofocante frente defensivo como el de Auburn en The Plains. Fuera del aislado big-play de carrera del RB Adrian Ellington de 71 yardas (la acción más larga de Clemson en tres años) y un drive de 10 jugadas y 61 yardas en el segundo cuarto, rematado nuevamente por Ellington en una acción terrestre de 14 yardas para TD, la defensa de Miami convertiría literalmente en miserable la tarde del QB Kyle Parker (3 sacks tras 14/33 para 149 yardas y 3 INT), quien tampoco ayudaría a los Tigers con sus paupérrimas decisiones. Jacory Harris (13/33 para 205 yardas, 4 TD y 2 INT) conectaría con el WR Leonard Hankerson (7 recepciones para 147 yardas y 3 TD) para touchdown hasta en 3 ocasiones en acciones aéreas de 22, 65 y 7 yardas (con 10 segundos sobre el reloj antes del descanso), donde Hankerson superaría y ganaría distancia con facilidad sobre la secundaria de los Tigers. El problema fueron nuevamente la cantidad de errores y las pobres decisiones de Jacory Harris. El FS Rashard Hall interceptaría un horrible lanzamiento sobrelanzando al WR Travis Benjamin, donde Harris se centraría demasiado en su objetivo aéreo telegrafiando el lanzamiento y nuevamente en situación de goal-line en la yarda 4 de Clemson, el CB Marcus Gilchrist interceptaría otro pobre lanzamiento de Harris a la endzone en situación de 3rd down y goal. De no ser por sus errores, los Hurricanes hubiesen disfrutado de un viaje muchísimo más placentero a Death Valley. Sin ir más lejos, un intentional-grounding junto a la goal-line de los ‘Canes por parte de Harris, forzaría al especialista Matt Bosher a ejecutar el punt desde su propia endzone. Cerca del medio campo, Clemson tomaría ventaja de la excelente posición de campo gracias a un nuevo TD de carrera de 3 yardas de Adrian Ellington (17 carreras para 107 yardas y 3 TD) para reducir la diferencia en 6 puntos. En el último cuarto, Harris sufriría un sack y fumble del end Da’Quan Bowers, pero sobreviviría a este potencial game-changing-play gracias al tackle novato Seantrel Henderson, quien recuperaría la posesión. En un partido que debió ser mucho más placentero tras observar el modo en el que la DL de Miami dominó con autoridad la línea de scrimmage, los ‘Canes aún necesitaron otra acción decisiva para escapar con la victoria, después de que en el último cuarto el estelar CB Brandon Harris detuviese a Ellington en situación de 4th down y 1 yarda en la 20 de Miami con poco más de 8 minutos sobre el reloj. Tras forzar el turnover-on-downs, Mike James y Damien Berry se comerían por tierra casi 6 minutos en 10 jugadas y 69 yardas, para sentenciar el partido con un FG de 29 yardas del PK Matt Bosher. (R: 30-21)

 

Guía avanzada desde la banda de como tirar un partido

 

Les Miles no deja indiferente a nadie; le veneras o no le soportas. Personalmente me inclino por esto última, aunque hay que reconocer que aunque esté bastante “desequilibrado”, el tío tiene más vidas que un gato. Miles heredaría un programa en bonanza de talento y estabilidad tras la marcha de Nick Saban a los Miami Dolphins de la NFL, y todo lo que ha hecho en seis años es ganar un campeonato nacional (en el 2007), un campeonato de la SEC, dos veces la división Oeste y acumular un record de 84-36 (70% de victorias). No está nada mal, pero soy de la opinión de que en Baton Rouge sobreviven gracias a la prosperidad y publicidad del programa para continuar atrayendo multitud de talento. Sin embargo, guste o no, Miles sigue ganando en Louisiana, que al fin y al cabo es de lo que trata este juego (5-0 y No.12 del AP Poll con vistas a Gainesville esta semana). Después del desastre del año pasado en Oxford ante Ole Miss (cuya despreocupada gestión final le costó el encuentro) o por contra, la victoria ante Auburn en Death Valley en el 2007 con un último lanzamiento milagroso (que entonces se le reconoció como todo un valiente, genio y figura), Miles volvió otra vez a las suyas con su paupérrima gestión final del reloj, intentando cambiar de quarterback en una caótica situación de tercer down y 1 yarda con apenas segundos sobre el reloj para finalizar el encuentro. El problema es que si su gestión fue estúpida, la de su homónimo en la banda Derek Dooley se podría calificar de idiota. Os aconsejo echar un ojo a mi reflexión final, porque no tiene desperdicio el final de este partido, al que muchos califican ya como el más ridículo en la historia del college football. De cualquier modo, Les Miles no tiene arreglo, sus declaraciones en el post partido a Sam Ryan de la CBS serían tan absurdas (aunque evidentes) como su gestión del reloj final: “Para todo el talento de este equipo, no estamos jugando demasiado inteligentes ahora mismo”. El QB Jordan Jefferson conseguiría anotar en un big-play de carrera de 83 yardas en la primera jugada de todo el partido, pero a partir de entonces, su juego iría decreciendo paulatinamente, algo habitual en su mediocre presente temporada (3/10 para 30 yardas y 2 INT). Después de promediar únicamente 110 yardas aéreas por partido, Miles se decidiría por un sistema dual de quarterbacks con Jarrett Lee (16/23 para 185 yardas y 1 INT), quien después de caer en el ostracismo la pasada temporada, recibirá prácticamente la mitad de los snaps. Lee conseguiría completar varios lanzamientos críticos en el último drive ganador, después de conectar con el WR Terrence Toliver en situación de 3rd down y 13 yardas y 4th down y 14, pero el centerpiece de la victoria sería el RB Stevan Ridley (22 carreras para 123 yardas y 1 TD), quien sobrepasaría al frente defensivo de los Vols, teniendo que recibir hielo alrededor del brazo izquierdo después de tan dura batalla. LSU sobrepasaría a Tennessee 434 a 217 en yardas totales ofensivas, pero los Bayou Bengals, en cambio, experimentarían 4 turnovers y 1 fumble. (R: 14-16)

 

La falta de un ataque y constantes errores condenaron a los Longhorns

 

La semana en Austin había sido muy tensa y complicada para el head-coach Mack Brown después de la dolorosa derrota ante la underdog UCLA en el Memorial Stadium, pero con el Red-River Shootout (permitirme la coletilla Western) sobre el horizonte, Texas se veía obligada a dejar sus propias penas aparcadas. Al fin y al cabo, este “clásico entre los clásicos” suele tradicionalmente decidir la conferencia Big-XII y supone mucho más que un simple partido en el Lone Star State y para ambos estados divididos por el propio Red River. Sin embargo, los Longhorns mostrarían su curso depresivo durante la primera parte más pobre y vulgar de los ‘Horns que un servidor recuerde. Qué el ataque carece de playmakers o jugadores especiales e incluso ideas es evidente, no creo que nadie en Austin se sorprenda ya en este punto de la temporada, sin ir más lejos, el big-play terrestre de 60 yardas para TD del RB DJ Monroe es la única acción vertical de Texas en toda la primera media hora (ante una defensa de OU que llegaba como No.97 total del país), el resto son todos tres-y-fuera (salvo 2 drives mínimamente extendidos con 2 primeros downs totales y en uno de ellos James Kirkendoll cerca estuvo de provocar un turnover con un fumble). Pero lo que nadie entiende es el missing de la defensa del DC Will Muschamp durante ese periodo, sobre todo su front-seven, que sería absolutamente dominado sobre la línea de scrimmage por la línea ofensiva de los Sooners y por su high-tempo offense, en un ritmo que la desconcertaría constantemente, hasta tal punto de cometer un total de 9 penalizaciones para 81 yardas. Sin ir más lejos, una falta personal y un holding serían claves en la primera anotación terrestre de 18 yardas del RB senior DeMarco Murray (25 carreras para 115 yardas y 2 TD). Los errores defensivos de Texas serían aprovechados por Oklahoma hasta tal punto de que 4 drives anotadores de los Sooners fueron ampliados por penalizaciones de los ‘Horns en situaciones de tercer down. Mientras, el QB Landry Jones (24/39 para 236 yardas y 2 TD) experimentaría un día en la oficina con una eficiente pitch-and-catch, encontrando al WR true-freshman Kenny Stills en un fantástico lanzamiento por encima de su hombro de 16 yardas tras el pump-fake y al TE James Hanna en una situación corta de 2 yardas en la endzone, después de varios shifts sobre la línea de scrimmage que confundirían completamente a la defensa Longhorn. Pero en el tercer cuarto todo cambió, Texas ejecutaría finalmente un snap sobre territorio Sooner (a falta de 10 minutos para finalizar el tercer cuarto) y la poderosa pareja de ends entre Alex Okafor y sobre todo, Sam Acho comenzaría a llegar hasta Landry Jones y su front-seven empezaba a mostrar toda la agresividad y explosividad que se le atesora. El ataque de los Sooners se bloquearía, hasta que nuevamente Texas cometería un regalo, en posiblemente la acción decisiva de este rivalry-game. En situación profunda de 20 yardas en tercer down, el super-recruit Jackson Jeffcoat (DL No.2 del país para varias consultoras de prestigio) cometería un error gravísimo de novato con un estúpido unsportsmanlike-conduct que acabaría en un TD de 20 yardas de auténtico funambulista sobre la línea de banda del RB DeMarco Murray. Cuando los Sooners parecían sentenciar, a Landry Jones y el propio coaching-staff se les encogería el brazo nuevamente (los Sooners han sido sobreanotados 41-10 en el último cuarto en esta temporada). Garrett Gilbert (27/41 para 266 yardas y 1 INT) conectaba 34 yardas con el RB Cody Johnson como puro wide-out para que él mismo resolviese en una acción terrestre de 5 yardas y nuevamente Gilbert conectaría 44 yardas con el WR Malcolm Williams teniendo que apostar (con tiempo aún sobre el reloj) por el FG corto del PK Ryan Tucker desde la yarda 4 de OU. El plan cobraría todo su sentido después de que el LB Emmanuel Acho forzarse un sorprendente fumble tras un sack sobre el roll-out de Jones, estando muy cerca de recuperarlo antes de salir por la yarda 6 de los Sooners, para la mala suerte de los de Austin. Pero después de forzar el punt y con tiempo sobre el reloj, un nuevo error de los ‘Horns traducido en un fumble del estelar CB Aaron Williams en el intento de retorno de punt, acabaría definitivamente con las esperanzas de victoria de Texas. En solamente la quinta ocasión en sus 13 años de mandato en Austin, Mack Brown ha experimentado dos derrotas consecutivas y después de llegar como No.21 del AP Poll, Texas corre serio peligro de viajar el 16 de Octubre a Nebraska sin ser ranqueado dentro del Top25, en una racha que se vería truncada después de 162 semanas (la sexta más longeva del país que data del 15 de Octubre del año 2000). (R: 28-20)

 

Urban Meyer se reencuentra con sus fantasmas de T-Town

 

En lo que a comienzos de temporada estaba llamado a ser todo un auténtico rematch de los dos últimos campeonatos de la SEC entre Alabama y Florida, finalmente este clásico interconferencial entre ambas powerhouses de sus respectivas divisiones, concluiría en una cómoda victoria local que rememoraría las peores pesadillas de Urban Meyer en aquella temporada de su debut en Gainesville (en el año 2005), cuando la (entonces) underdog Tide de Mike Shula (UF llegaba como Top5) sacaría del campo literalmente a unos Gators completamente superados durante la primera parte. El guión fue calcado (al igual que el resultado final, que sólo difirió en 3 puntos de más para UF), sin embargo, esta vez no hubo ningún Shula en la banda que “acabase” con la carrera de su jugador más brillante. Realmente, BAMA no necesitó de un Mark Ingram estelar (12 carreras para 47 yardas y 2 TD) como en las dos anteriores semanas, ni de un Trent Richardson (10 carreras para 63 yardas) que atropellase a cada defensor en su camino. Sin ir más lejos, Nick Saban se vería ligeramente “comprometido” en premiar a su runningback por excelencia con varios balones en los minutos finales, para que engordase sus mediocres estadísticas terrestres (fruto de las circunstancias del partido). Ingram guiñaría la cortesía de su head-coach atropellando violentamente al estelar CB Janoris Jenkins en una acción terrestre. En el propio proceso por instaurar un ataque más balanceado y explosivo por parte de Saban, el rival no pudo ser más accesible para avanzar en esta progresión, con una defensa de Florida con jugadores pesados sobre su línea defensiva (Omar Hunter y Terron Sanders como tackles superando las 310 libras), el habitual DT Jaye Howard como end puro (302 libras) y un DL extra con Duke Lemmens como LB híbrido (250 libras), en una aparente frente 5-2 bajo este “heavy-package”. Los Gators quisieron parar a toda costa al “monstruo de dos cabezas” Crimson Tide, sin embargo, el planteamiento se les volvería en contra con los constantes screens, hitchs y underneath-patterns explotados por Greg McElroy (11/17 para 84 yardas), quien esta vez retornaría a su versión de manager cuidando el balón y evitando la atlética y talentosa secundaria de Florida. La defensa de BAMA mostró su más puro estilo defensivo bendbutdon’tbreak (Florida superaría a Alabama con 281-273 yardas, de las cuales 202 fueron aéreas), pero sacaría a relucir su fantástico talento, ball-skills y capacidad oportunista para generar 4 turnovers. Especialmente uno de las acciones más oportunistas fue la alerta en el back-seven para interceptar un jump-pass de Trey Burton (missing después de su boom la anterior semana) desde la yarda 2 de UA en manos del LB Nico Johnson. Florida pasó de tener el empate sobre su mano, ha observar como Mark Ingram aprovechaba el pull del LG Chance Warmack para anotar en una carrera terrestre de 6 yardas. Julio Jones retornaría con bastante facilidad un punt 41 yardas para dejar en franquicia otra nueva anotación corta de Ingram y el joven CB Dre Kirkpatrick, quien alterna pobres jugadas con otras fantásticas, leería las intenciones de Brantley en el cover-zone y adelantándose a su marca, interceptaría el lanzamiento, dejando el football en la 18 de UF. El WR Marquis Maze conectaría en la endzone desde la wildcat en el trickery con el TE Michael Williams en un lanzamiento de 19 yardas. El puss-rush de BAMA esta vez funcionó (algo que el equipo anhela desde que arrancase la temporada), aunque bien es cierto que la inexperimentada y joven línea ofensiva de los Gators (87 titularidades del grupo) se vería desbordada ante los Marcell Dareus, Courtney Upshaw o Dont’a Hightower (por nombrar unos pocos). El LB true-freshman CJ Mosley sentenciaba definitivamente el partido interceptado a Brantley y retornándolo 35 yardas para TD en el tercer cuarto. (R: 6-31)

 

¿La historia aquí? Iowa es buen equipo, Penn State dejó de serlo.

 

Después de la ajustada derrota en el desierto de Arizona ante una audiencia nacional, en su camino por arrebatar la conferencia Big-Ten a Ohio State, Iowa (No.17 del AP Poll) recibiría a una Penn State (No.22) a la deriva en el homecoming de los Hawkeyes en Iowa City. Después de sufrir hasta el límite la semana anterior en State College ante Temple (necesitarían un comeback en la segunda parte), los pupilos del head-coach Joe Paterno continúan mostrándose completamente inoperantes en ataque. Nadie puede pretender que el QB true-freshman Robert Bolden (20/37 para 212 yardas y 1 INT) gane el partido él solito ante la dura, áspera y experta línea defensiva de los Hawkeyes, pero es que la línea ofensiva de los ‘Lions y el propio Evan Royster (10 carreras para 56 yardas) están missing. Ahora entiendo las duras críticas de JoePa durante todo el verano acerca de la condición física (por evidente sobrepeso) de éste runningback First-Team Big-Ten. Después de sufrir ante los Owls, la ofensiva de los Nittany Lions demuestra que está demasiado limitada para competir frente a las defensas más destacadas del país, y Iowa era una de estas (sólo han permitido 4 TD en toda la temporada, y ninguno fue terrestre). Esta vez los pupilos de Kirk Ferentz no necesitaron un FG sobre el límite o una vertiginosa remontada en el último cuarto para poder deshacerse de Penn State, fue mucho más fácil. En la peor derrota encajada por PSU ante Iowa en toda la historia y la tercera victoria consecutiva de los locales ante los ‘Lions, Ricky Stanzi (16/22 para 227 yardas, 1 TD y 1 INT) gestionaría el ataque con eficiencia durante los primeros compases para situar un cómoda parcial de 17-0 sobre el que navegarían durante el resto de la noche (los ‘Lions serían superados 148-1 yardas en el primer cuarto). Manteniéndose alto en el pocket, Stanzi encontraría en el fondo de la endzone en una lanzamiento de 9 yardas al WR Derrell Johnson-Koulianos y él mismo resolvería con un scramble una situación corta de 1 yarda para TD. El resto lo pondría la defensa liderada por el entrenador de LB Darrell Wilson (el DC Norm Parker lleva ingresado 19 días en el hospital por una complicación en su diabetes, pero está ya de vuelta), permitiendo 3 de 13 en conversiones de tercer down y solamente 54 yardas terrestres. Los Hawkeyes pararían a Bolden en pulgadas en una situación de cuarto down dentro de la yarda 1 de Iowa y en el último cuarto, el CB Shaun Prater retornaría una intercepción 33 yardas para TD con 1:27 restante para finalizar del partido. (R: 3-24)

 

 

 

 


  • Muchos especialistas señalan al QB de Texas A&M Jerrod Johnson como un jugador especial, a tener muy en cuenta próximamente en la Combine de Indianapolis, pero sigue mostrándose muy lejos de ser un producto terminado y ésta semana en Stillwater fue una nueva muestra de ello. Johnson tiene un tamaño imponente, es fuerte y presenta capacidad para poner un zip poderoso sobre sus lanzamientos, pero su gestión, protección y control del balón es horrible para ser un jugador senior de quinto año en campus y con tres años de experiencia como titular. Con 8 INT en los últimos dos partidos, sus lecturas son pobres, fuerza demasiados balones y muestra inconsistentes mecánicas y capacidad de decisión. Su fumble en el último cuarto en una acción sin contacto que sería retornada 63 yardas para TD por el LB James Thomas y la intercepción final ante tráfico que sellaría el FG de la victoria de Dan Bailey, sepultaron a unos Aggies que dominaron a Oklahoma State durante grandes fases del encuentro.

  • ¡Cómo me recuerda el TE sophomore de Clemson Dwayne Allen a Antonio Gates! Una pena que Kyle Parker no sea el QB más adecuado para explotarle en el seam, pero sus movimientos, punto de gravedad y tamaño son clónicos a los de Gates.

  • Kyle Parker, con 3 INT y pobres decisiones, también me recordó porque firmó recientemente con los Colorado Rockies de la MLB. Su futuro se encuentra en el baseball después de haber sido seleccionado en la primera ronda del Draft. ¡Ahí es nada!

  • Sigo con mi teoría de que la fórmula de los Hurricanes debería ser fácil con su poderosa defensa y especialmente su espectacular front-seven, y la habilidad del WR Leonard Hankerson para utilizar su tamaño y ganar separación frente a la secundaria rival. Jacory Harris continúa mostrándose como un lastre con sus constantes irregulares decisiones y su tendencia a centrarse en un único objetivo aéreo.

  • Tras observar el mediocre nivel tanto de Texas (sin playmakers en ataque) como de Oklahoma (sin mentalidad «killer» ni una defensa de garantías), en Lincoln deben estar dando palmas con las orejas en la que podría ser la gran oportunidad del programa de abandonar la conferencia Big-XII con el título bajo el regazo (por primera vez desde 1999).
  • Había quien incluso apuntó a Garrett Gilbert como candidato serio al Heisman después de su osada actuación como true-freshman en la segunda parte del campeonato nacional ante Alabama. Su brazo es más poderoso y sus aptitudes sobre el papel son superiores a las de Colt McCoy, pero en su segundo año en campus, McCoy interrumpiría ya como el líder de futuro del programa después de una sorprendente actuación ante North Texas. Gilbert aún busca su rol dentro del equipo y dista bastante de ser el icono absoluto del programa que algunos pronosticaban. Puede parecer ventajista por mi parte, pero su “hype” me ha parecido muy precipitado. Aquella noche la defensa de BAMA pecó de ingenua enviando tanto blitz y siendo demasiada agresiva ante un QB novato. Su potencial es evidente pero aún está lejos de ser un jugador dominante e influyente como su predecesor.

  • Con una joven e inexperta Florida en busca de identidad en ataque, Georgia tambaleándose por el país (hasta Colorado pescaría esta semana en río revuelto) y Tennessee bajo profunda reconstrucción, ¿Quién se llevará este año la división Este de la SEC? La respuesta para mi es fácil. South Carolina es el squad más completo y sólido sobre el papel, pero esta semana deberán bailar con la más fea de toda la conferencia (y del país entero), Alabama y el head-ball coach Steve Spurrier se ha convertido en todo un «pupas» desde que cogiese el programa de Columbia. Eso si, una victoria es medio billete a Atlanta.
  • La defensa de Alabama. No es el grupo dominador, castigador e infranqueable de la anterior temporada, pero bajo una filosofía «bend-but-don’t-break», los Crimson Tide disponen de jóvenes ball-skill-players por todo el campo, que no paran de progresar (su eficiencia en la redzone está sorprendiendo). Además, BAMA está recuperando su temible pass-rush, que va a más cada semana, acercándose al nivel que muchos esperábamos con especialistas consumados como Dareus, Upshaw, Hightower o Square. Los tiempos cambian, pero la defensa sigue proporcionando grandes dividendos a este programa.

  • El estado de forma de LaMichael James. Sabíamos de lo que era capaz después de haber sido elegido Freshman ofensivo del año en la PAC-10 la temporada pasada, pero este año, James llega aparentemente más grande, más agresivo, más paciente y aún más explosivo, convirtiéndose una amenaza «home-run» con el mínimo espacio. Sobre su figura gira la explosiva Spread de Chip Kelly, siendo actualmente la imagen más representativa del programa.

  • La atlética y explosiva defensa de Oregon. Aunque las estadísticas muestren lo contrario (517 yardas encajadas), la defensa de los Ducks dejaría al poderoso y pesado ataque de Stanford en cero puntos durante toda la segunda parte, volviendo a ser parte fundamental en los autoritarios comebacks de Oregon en las últimas semanas. Su agresividad, velocidad y explosividad sobre la línea de scrimmage, además de su fantástica disciplina, sería asfixiante e incómodo de gestionar para un ataque de ritmo pausado como el de Stanford.

  • Ya que está tan de moda, me estoy incluso planteando crear un grupo en Facebook como medida de «presión» sobre mi compañero Josu Arrieta para que modifique el nombre de su célebre «Lockerómetro». Nuevo clinic de Andrew Luck y esta vez en uno de los venues más ruidosos y complejos de todo el país como es Autzen Stadium. Luck desplegó todo tipo de lanzamientos, mostró una compostura espléndida en el pocket, ejecutando lecturas brillantes y con una fluída movilidad en sus acciones. Realmente, Luck te deja una impresión muy pro y su evolución física (235 libras para 6-4) y mental es importante respecto a la anterior temporada. Luck lo intentó todo, bombardeando constantemente la secundaria de los Ducks y liderando con inteligencia a la Cardinal, pero no hay quien pare a Oregon.

  • Académicamente Stanford proporciona registros como un auténtico Ivy League del tamaño de Harvard, Yale o Princeton, pero atléticamente en football el programa ha progresado enormemente hasta convertirse en todo un BCS-contender. Jim Harbaugh tiene la culpa tras adaptar un sistema pro bajo una filosofía old-school que se está convirtiendo en el copyright de la Cardinal. Es fantástico comprobar como la excelencia académica y atlética pueden ir con toda naturalidad de la mano, y de ahí en parte los grandes esfuerzos en recruiting que deben hacer para rastrear los 50 estados. El «role-model» sobre el que se cimienta el programa es Toby Gerhart (3.25 GPA, un 81,25% sobre escala de 4.0 como licenciado en Gestión científica e Ingeniería, además de segunda ronda del último Draft elegido por los Minnesota Vikings). Sin embargo, Stanford ya presenta 22 jugadores comprometidos, en una de las clases más profundas de toda la PAC-10, algo que demuestra que la Cardinal comienza a mostrar una poderosa capacidad de atracción sobre los recruits e institutos más destacados del país. El siguiente producto de esta prestigiosa universidad privada es Andrew Luck (3.55 GPA, un 88,75% como licenciado en Diseño Arquitectónico después de sus prestigiosos honores Co-Valedictorian en el instituto). Este programa marcha.
  • Después de los Timmy Chang o Colt Brennan, Hawaii parece volver a producir un nuevo prolífero QB con capacidad para tumbar él sólo una defensa. El walk-on Bryant Moniz ha pasado de repartir pizzas este verano, ha liderar el país en ataque total con 15 TD (10 de ellos en los dos últimos partidos) y ser la esperanza en la reconstrucción del particular programa de Honolulu. Sus principales receptores, Kealoha Pilares y Greg Salas se combinarían para 28 recepciones y 414 yardas en la destrucción de Louisiana Tech.

  • Tras su lesión en el cruzado (recibió el redshirting) y la frustración de las primeras semanas, el talentoso QB Robert Griffin marcaría un record del programa con 444 yardas totales, completando 26 de 36 lanzamientos para 380 yardas, 3 TD y ninguna intercepción, mientras que correría para 64 yardas y una anotación, en la abultada victoria ante Kansas. Este es el signo del retorno de Griffin que reclamábamos por aquí, y además parece que le acompaña su propio equipo ¿Alguien recuerda la última vez que los Bears ganaron a alguien de la Big-XII o SWC por 55-7?

  • Y continúa la particular escalada de Virginia Tech, a quienes muchos enterraron en la célebre derrota ante James Madison (y un record de 0-2). Con tres victorias consecutivas (ante dos rivales de la ACC), los Hokies esta vez se cargarían al “hot-team” de la conferencia, NC State (su primera derrota de todo el año), en un total de 317 yardas terrestres, con el RB backup Darren Evans consiguiendo 160 y el QB Tyrod Taylor 121. Los pupilos de Frank Beamer entran de lleno en la pomada y todo esto sin su estelar RB Ryan Williams.

  • Procedente de la Universidad de Michigan, Steven Threet está siendo un lastre para Arizona State con sus constantes y decisivos turnovers, a pesar de ser todo un pocket-passer prototipo con un cañón por brazo. Ya ha lanzado 10 intercepciones (incluyendo 7 en los dos últimos partidos), y los Sun Devils podrían haber sido capaces de vencer tanto a Oregon como Oregon State, si Threet llega a cuidar mínimamente cada posesión.

  • La ineptitud e incompetencia de Les Miles para manejar el reloj en los instantes finales se está convirtiendo en todo un clásico. Sin tiempos muertos y ante el último minuto del partido, Miles intentaría introducir nuevo personal en situación de 3rd down y 1 yarda mientras el tiempo continuaban avanzando a ritmo de vértigo (32 segundos restantes), causando un snap errado y en todo un auténtico manual de como no debe gestionarse un reloj. Pero Derek Dooley y su coaching-staff no se quedarían demasiado lejos, dejando medio roster de los Vols (14 jugadores) en el campo en la última jugada del partido. Tras la penalización por participación ilegal sobre Tennessee, los Tigers dispusieron de una segunda oportunidad y el RB Stevan Ridley conseguiría esta vez la anotación ganadora sin tiempo sobre el reloj. Ridícula es la palabra.

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