w7: A perro flaco…

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A perro flaco todo son pulgas. En estos momentos, los Buffalo Bills (0-6) son el perro más flaco de la NFL. Y no sólo porque sean los únicos sin estrenar su casillero de victorias, esta situación de desesperanza arranca desde hace bastante tiempo atrás, desde finales del siglo pasado.

 

Los Bills ya habían pagado su cuota de maldición en la primera mitad de la década de los 90. De todos son conocidas sus 4 derrotas consecutivas en la Super Bowl, a partir del famoso «wide right» de la SB XXV, una edición en la que partían como favoritos con un spread de (-7). Eran los años de los Hall of Famers Jim Kelly, Thurman Thomas y Bruce Smith, y de otros 6 Pro Bowlers en la plantilla. Pero a los Dioses del football no les pareció suficiente tributo.

 

Los Dioses del Football son como las meigas: haberlas, haylas. Nadie puede pensar que lo que ocurre en los campos de football es debido a aciertos y desaciertos de jugadores y entrenadores. Ocurren demasiadas cosas inexplicables. Los Dioses del Football viven en Canton, Olimpia y de vez en cuando mandan también a un enviado para hacer y deshacer en la tierra lo que ellos no hacen desde el Olimpo. El último enviado es GODell, digo Goodell. Pero de darle caña ya se encarga mi vecino de columna.

 

Decía que a los Dioses no les pareció suficiente tributo las Super Bowls fallidas, a fin de cuentas también significaban una dominancia en la conferencia con 4 títulos consecutivos de la AFC, y se inventaron el Music City Miracle.

 

El Music City Miracle ocurrió en el último partido de playoffs disputado por los Bills hasta la fecha. Fue el 8 de enero de 2000 en Nashville, en los Wild Cards de la AFC. En un partido de alternativas, los Titans se adelantaron 15-13 a 1:48 para el final. Los Bills, sin tiempos muertos, consiguieron llegar a FG range para darle la vuelta al marcador con un FG a 16 segundos del final. Entonces vino una de las jugadas más controvertidas de la historia de la liga. Los Bills chutaron el kickoff, el FB Lorenzo Neal recibió el balón y en una jugada ensayada se la pasó al TE Frank Wycheck, éste hizo un «lateral» a Kevin Dyson y el WR retornó el balón 75 yardas para TD, pegado a la banda. Todo habría sido perfecto si el pase lateral no hubiera sido claramente un pase adelantado, a pesar de que la NFL lo sigue negando. Pero para qué argumentar si cada uno lo puede ver con sus propios ojos.

 

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Desde esa jugada los Bills no han vuelto a los playoffs. Son el único equipo de la NFL que no ha jugado un partido de postemporada en este siglo (sin contar los Texans, que han tenido menos oportunidades y que seguro que lo consiguen antes). Los Lions, que les hacían competencia en cuanto a desesperanza, tienen más ilusión en estos momentos, a pesar de que su récord esta década es claramente inferior. Los Bills no han tenido temporadas tan desastrosas, pero siempre se han quedado fuera, hasta cuando han tenido un récord positivo (9-7). Ha habido entrenadores poco lustrosos, jugadores descontentos, malas selecciones de Draft, coqueteo con Toronto y, sobre todo, una situación de incertidumbre y marasmo en la franquicia ante los previsibles últimos años de su fundador, dueño y presidente Hall of Famer, Ralph C. Wilson, Jr., quien acaba de cumplir 92 años.

 

El partido del domingo frente a los Baltimore Ravens (5-2) fue otra prueba de que alguien está jugando con los pobres Billievers. Los Bills, descansados tras la semana de bye y con un Ryan Fitzpatrick formidable (29/43, 374 yardas, 4 TD, 2 picks), sorprendieron a los locales y a 5 minutos para la mitad dominaban 24-10 en el marcador.

 

Con unos estelares Lee Evans (6 recepciones, 105 yardas, 3 TD) y Steve Johnson (8, 158, TD), el juego vertical de los Bills puso en evidencia a la secundaria de los Ravens, totalizando 506 yardas contra una de las mejores defensas de la liga. Los de Buffalo llevaban 60 partidos consecutivos sin alcanzar las 300 yardas ofensivas en un partido.

 

Pero si a 5 minutos del descanso ganaban por 14 puntos, en la 1ª jugada de la reanudación el de Harvard fue interceptado por, ¿quién si no?, Ed Reed, que volvía a la a la alineación. En la siguiente jugada Joe Flacco (16/31, 250 yardas, 3 TD), en un flea flicker para Anquan Boldin, puso a los suyos por delante en el marcador.

 

Es muy difícil recuperarse de un palo así, los Ravens anotaron 24 puntos consecutivos, pero Fitzpatrick estaba entonado, y a pesar de que la última jugada del 3º cuarto fue como la 1ª (otro pick de Reed), consiguó remontar 10 puntos en el 4º cuarto y forzar la prórroga a 8 segundos del final. La defensa consiguió además frenar el 1º drive de los Ravens, pero cuando estaban a punto de cruzar el medio campo, Ray Lewis sacó las castañas del fuego robando el balón en una melée a Shawn Nelson en una jugada que debía estar finalizada ya. Además, una falta personal dejó un FG facilito para Billy Cundiff y éste dio la victoria a los suyos para alegría del 90% de jugadores de ligas survival y clavó otro clavo en el ataúd de los Bills.

 

Los de Chan Gailey tienen una salida difícil el próximo domingo, el Arrowhead Stadium, pero luego recibirán a Bears y Lions en semanas conescutivas. Será su oportunidad para evitar una temporada funesta.

 

¿HEMOS VISTO EL ÚLTIMO PARTIDO DE FAVRE?

Fallaré muchas de mis predicciones de pretemporada, no me cabe la menor duda, pero la de «Este es el año de la retirada de Brett Favre, pero ésta se va a producir antes de la jornada 17. Creo que se va a romper antes de finalizar la temporada.» creo que la voy a clavar.

 

Favre llegó a Lambeau Field para disputar su partido nº 119, batiendo el récord de John Elway en el Mile High. Salió derrotado y con un par de fracturas en su operado tobillo. ¿Es este el último partido de Favre en Lambau Field? ¿Es el último de su carrera? ¿Se quedará el récord de titularidades consecuitvas en 291?

 

Es posible que tengamos que esperar al próximo domingo para conocer las respuestas. Atrás queda otro partido para la historia. El renqueante #4 tuvo la oportunidad de salir por la puerta grande con su 43º drive ganador (24º en Lambeau Field). Superó dos situaciones de 4º down, se vio tras dos faltas consecutivas en un «1ª y 30» cuando llegó a la redzone, lanzó lo que parecía un pase de TD de 35 yardas a Percy Harvin (106 yardas y un TD desde el scrimmage, más 81 yardas más en retornos), pero que fue declarado incompleto en la revisión, hasta llegar a un 4ª y 15 desde la yarda 20 a falta de 28 segundos. Favre recibe el que puede ser el último snap de su carrera… ¡oh no! se tropieza y cae… pero se levanta, ve a Randy Moss en la endzone… lanza…

 

Si hubiera completado el pase sería una jugada perfecta para retirarse. Parecía una jugada especialmente diseñada para ello. Pero el balón fue demasiado alto y los Minnesota Vikings (2-4) pasaron de favoritos para ganar la Black’n’Blue a un equipo con la temporada en el alero. Los Green Bay Packers (4-3) no hicieron muchos más méritos que los Vikings para llevarse el partido, pero sí hicieron menos deméritos. Aaron Rodgers estuvo perfectamente protegido por su OL y salvo el «pase» tonto a Jared Allen, tuvo un buen partido (21/34, 295 yardas, 2 TD). En cambio, Favre lanzó 3 pics en un intervalo corto de tiempo, dos de ellos realmente estúpidos y uno de ellos retornado para TD por Desmond Bishop. Pero Favre no fue el único que falló, a Brad Childress le falló algún encargado de revisar las jugadas, porque el TD de Andrew Quarless no debió haber subido al marcador y no lanzó el pañuelo rojo. Claro que incomprensiblemente también le anularon un TD legal en una revisión. Adrian Peterson corrió para 131 yardas y un TD con otras 41 de recepción, pero no fue relevante.

 

Favre está tirando más partidos que los que gana pero es intocable para Childress. La doble fractura de tobillo puede ser la clave para que los Vikings puedan pasar página y tirar para adelante con Tarvaris Jackson. Sería la excusa perfecta para Childress. Los Packers dan un giro a su singladura y vuelven a parecer los favoritos en su división.

 

DÉJÀ VU

Del partido entre los Miami Dolphins (3-3) y los Pittsburgh Steelers (5-1) nadie recordará que Dan Carpenter convirtió los 5 FG que chutó, el más largo de 40 yardas, paliando la falta de acierto de Chad Henne (23/36, 257 yardas, TD) en la redzone. Tampoco será relevante la buena actuación de Ben Roethlisberger (19/27, 302 yardas, 2 TD), que llevó el peso del ataque ante la inoperancia del juego de carrera.

 

Del partido sólo quedará la controvertida decisión arbitral que inmerecidamente dio el triunfo a los Steelers. Todo empezó con uno de los famosos TD de 99,9 yardas de Big Ben (déjà vu). Los Steelers, dos puntos abajo en el marcador, avanzaban en la redzone y quemaban los tiempos muertos de los Dolphins. En 3ª y goal desde la 2, Big Ben se lanzó en un QB draw sobre la endzone, estirando el brazo y perdiendo el balón tras en contacto con Chris Clemons a la altura de la goaline. Los árbitros dieron por bueno el TD pero debieron identificar quién recuperaba el balón suelto en la endzone, aunque algunos de los jugadores de Miami afirman que los árbitros dijeron que el balón era de los Dolphins. De hecho Ikaika Alama-Francis es el que salió de la montonera con el mismo.

 

La jugada se revisó y se anuló el TD, pero Gene Steratore dijo no tener evidencia de quién había recuperado el balón, por lo que los Steelers tuvieron la oportunidad de chutar el FG que les dio el partido. Este error ya lo cometió Ed Hochuli en el Chargers@Broncos de 2008, cuando dio un fumble como pase incompleto y aunque se determinó en la revisión que era fumble, no se dio el balón a los Chargers (que lo habían recuperado) porque ya había pitado. A partir de la jugada, la NFL dio instrucciones a los cebras para determinar, en casos como «down by contact» o dudas con la «Tuck rule», quién se hace con el balón suelto por si la jugada es revertida. De hecho esto ocurrió justo antes del descanso en este MNF y el balón cambió de manos en la revisión.

 

La polémica resolución de la jugada ha hecho pasar por alto el error de Rothlisberger. Dos puntos abajo a dos minutos del final un TD venía muy bien, pero lo importante era no perder el balón, ya que con un FG bastaba para ponerse por delante, como así ocurrió. Big Ben arriesgó demasiado buscando la endzone en lugar de proteger el balón y los cebras evitaron que su acción malograra el partido. En la 5ª victoria consecutiva de Steelers sobre Dolphins no todas las noticias fueron buenas para los de Pittsburgh, ya que perdieron al DE Aaron Smith probablemente para el resto de la temporada.

 

JUEGUE USTED TRANQUILO, YA NOS DERROTAMOS NOSOTROS MISMOS

Los San Diego Chargers (2-5) tienen estadísticamente el mejor ataque (422,7 yardas por partido) y la mejor defensa (244,3 yardas permitidas) de la liga y sí, su récord es de 2-5. Claro que si en cada partido pierden un par de balones de la manera tan absurda como los perdieron frente a los New England Patriots (5-1), el récord se explica mejor.

 

Primero el WR rookie Richard Goodman hizo el canelo como en su día hicieron Plaxico Burress y el propio Vincent Jackson (aunque en este caso le pitaron un salvador «illegal forward pass»). Goodman celebró su primera (y única) recepción como profesional soltando el balón después de caer… aunque no había sido tocado por ningún rival. Luego el FB Jacob Hester no pudo atrapar uno de esos pases laterales y se desentendió del balón. En ambos casos los Pats estuvieron más listos y lo recuperaron. La 1ª lección que les debería dar Norv Turner a estos chicos es que se juega hasta que los árbitros pitan, si es que sigue en su cargo esta semana.

 

Con estos dos y otros dos turnovers más cometidos por los Chargers en la 1ª mitad, el partido fue más sencillo para la Pats. Sin embargo, el desempeño de Tom Brady (19/32, 159 yardas, TD) y los suyos fue regularcillo. Llegaron al 4º cuarto con 17 puntos de ventaja, pero los Chargers espabilaron y estuvieron a punto de ganarles el partido. Philiph Rivers (34/50, 336 yardas, TD, pick) llevó el peso del ataque casi en exclusividad, y dirigió dos drives consecutivos (gracias a un onside kick recuperado por Goodman, que se hizo perdonar su error) en los que sumó 14 puntos. Quedaban 4 minutos, los Patriots estaban paralizados y Bil Belichick, sin querer devolver el balón tras un «tres y fuera», se jugó un 4ª y 1 en medio campo. Pero BenJarvus Green-Ellis fue frenado y Rivers tuvo un «balón de partido». No obstante, no es aquí donde se criticará esta decisión del manierista Belichick.

 

Fue entonces cuando la defensa de los Pats despertó y frenó a Rivers. Kris Brown, cubriendo la baja de Nate Kaeding tuvo un FG de 45 yardas para mandar el partido a la prórroga, pero los Chargers cometieron su enésimo fallo en forma de salida falsa y el balón se retrasó 5 yardas. El disparo se estrelló en el poste derecho, como se está estrellando la temporada de los Bolts.

 

De errores también saben mucho los Chicago Bears (4-3) y los Washington Redskins (4-3). Dos equipos con récord positivo combinaron 6 intercepciones, 8 fumbles y 6 sacks. Donovan McNabb (17/32, 200 yardas, TD, 2 picks) sigue jugando regular, pero con Ryan Torain (125 yardas en 21 acarreos) moviendo las cadenas y con la defensa, los Redskins van sacando partidos adelante. Pero lo de Mike Martz, a.k.a. «Erre que Erre», es peor. No mueve un ápice su gameplan y a Jay Cutler (26/40, 281 yardas, TD) le siguen cayendo intercepciones (4), sacks (4) y fumbles (1).

 

El partido fue un despropósito, un festival de turnovers que parecía salido de un vídeo de «follies». El hombre del partido fue DeAngelo Hall, que fue el que interceptó a Cutler en las 4 ocasiones, sumando 92 yardas y un TD en sus cuatro retornos Fue el mejor receptor de Cutler, superando a Johnny Knox (6, 88, TD).

 

Los Dallas Cowboys (1-5) no es que se derrotaran a sí mismos esta vez, aunque volvieron a cometer numerosas faltas y su renombrada defensa apenas apareció en todo el partido, hubo otros factores. Sin embargo, en los primeros 10 minutos parecía que el partido iba a ser un shutout para los Cowboys. Eli Manning fue interceptado en sus dos primeros drives, en sendos balones deflectados por sus receptores, y los Boys se pusieron cómodamente 10-0 habiendo empezado sus drives en la redzone.

 

Pero pasaron dos cosas. Por un lado la defensa de los New York Giants (5-2) volvió a machacar a un QB y Tony Romo se rompió la clavícula de su brazo lanzador, asfaltado por Michael Boley en un blitz. Fue un mazazo para el partido y para el resto de la temporada. A partir de la jugada los Boys sólo tuvieron el acierto del retorno de punt de 93 yardas para TD de Dez Bryant, quien también anotó sendos TD en unos largos minutos de la basura. Jon Kitna, oxidado sin jugar desde hace dos años, mejoró sus números en el 4º cuarto (16/33, 187 yardas, 2 TD) pero en ningún momento dio miedo a la defensa de los Giants.

 

Pero no sólo fue demérito ofensivo de los Boys. Manning, después de un inicio del partido tan desafortunado, en el sentido estricto de la palabra, no se vino abajo y cuajó un partido perfecto, completando 25/35 pases para 306 yardas y 4 TD. Sin presión defensiva de los Cowboys, el ataque de los Giants funcionó como un reloj. Ahmad Bradshaw corrió para 126 yardas y Brandon Jacobs para otras 75 y un TD, mientras que el juego aéreo lo repartieron Hakeem Nicks (9 recepciones, 108 yardas, 2 TD), Steve Smith (9, 101, TD) y Mario Manningham (3, 40, TD).

 

A Jerry Jones se le escapa su sueño de ser el 1º anfitrión que disputa una Super Bowl. Sólo ha visto así a su equipo cuando compró la franquicia. Sólo los Bengals de 1970 jugaron los playoffs tras un 1-5. Wade Phillips, va a ser tu última temporada tejana.

 

CHEERLEADER DE LA SEMANA

Da gusto que los Tampa Bay Buccaneers (4-2) ganen en casa para poder poner a alguna de sus Cheerleaders, y no sé si voy a tener muchas más oportunidades, o sea que habrá que aprovechar la ocasión.

 

Nadie tiene menos derrotas que los Bucs en la NFC. ¡Quien lo diría! No debería ser tan raro que los Bucs ganaran, pero sigo sin creerme lo que veo. De hecho, en la victoria ante los St. Louis Rams (3-4) colaboró la bisoñez de los de Seve Spagnuolo, que siguen sin saber ganar a domicilio aunque vayan ganando 17-3 contra un equipo con grandes carencias ofensivas.

 

Sam Bradford (13/26, 126 yardas, 2 TD, con pases a 8 receptores) y Steven Jackson (145 yardas desde el scrimmage con 24 balones) volvieron a ser los pilares del ataque de los Carneros, con una muy buena 1ª mitad en la que Jackson superó a Eric Dickerson como 1º corredor de la franquicia. Pero no consiguieron subir un sólo punto al marcador en los últimos 33 minutos del partido. Así no se puede ganar un partido ni aunque sea contra los Bucaneros.

 

Los Bucs debían pensar que la endzone quemaba porque ni se acercaron. 4 FG de 4 intentos de Connor Barth, el más largo de 53 yardas, fueron limando poco a poco la diferencia, pero no fue hasta a 10 segundos del final cuando Josh Freeman conectó con Carnell Williams para el TD de la victoria. Fue un perfecto drive de 81 yardas en 4:45. Los Rams se quedaron con la cara que se suele quedar en estos casos. No hace falta precisar más. De las 7 victorias de Freeman como profesional, 5 de ellas han sido remontadas en el 4º cuarto. Es todo un clutch QB.

 

Los Seattle Seahawks (4-2) quedan por tanto como el tuerto en el país de los ciegos. Con otro partido correcto ya ganaban 16-0 entrado el 3º cuarto. Marshawn Lynch (24 acarreos, 84 yardas) se está aclimatando a su nuevo hogar y es el encargado de mover las cadenas y de hacer la vida más fácil a Matt Hasselbeck (20/38, 192 yardas, TD). Justin Forsett corrió 41 yardas en 9 arreos y sumó otras 31 en dos recepciones.

 

No hay que decir que los Arizona Cardinals (3-3) se lo pusieron muy fácil, cometiendo 5 turnovers. Max Hall, la gran esperanza Cardinal, fue sustituido tras recibir un golpe en un «sack + fumble» en el 1º drive de la 2ª mitad. Para entonces llevaba 4 pases completados de 16 para 36 yardas y una intercepción. Derek Anderson volvió a repartir los balones pero con más pena que gloria (8/17, 96 yardas). Es increible que los Cards no lleven un récord negativo a estas alturas de la temporada.

 

LONDON CALLING

Estamos a unos pocos días de hacer las maletas para asistir al partido más intrascendente de los que se han disputado en Wembley hasta la fecha. La derrota de los San Francisco 49ers (1-6) en Charlotte ha liquidado el escaso interés deportivo que le quedaba al encuentro.

 

Pero siempre nos quedará el ambiente, las Golden Rush, las pintas de cerveza y una especial celebración del Halloween a orillas del Tamesis. Algún día nuestras mujeres/novias/parejas en general, se enterarán de que lo del partido es una excusa para escaparse de casa un fin de semana. Mientras tanto, guardadnos el secreto.

 

Los Carolina Panthers (1-5) llegaban descansados, con la vuelta de Matt Moore (28/41, 308 yardas, 2 TD, pick) a los mandos del equipo y no necesitaron hacer grandes alardes para derrotar a un equipo que definitivamente no es muy bueno. El ataque de los 49ers volvió a su especialidad: un buen primer drive liquidado con un TD (Vernon Davis, tras otra recepción de 53 yardas), y a partir de ahí, nada. Pero nada de nada. Bueno, otras 12 faltas cometidas.

 

Moore estuvo mucho más productivo, con la colaboración del receptor David Gettis, quien a pesar de malograr un clarísimo TD con un drop, anotó en otras dos ocasiones y sumó 125 yardas en sus 8 recepciones. Alex Smith (2/3, 54 yardas, TD en su 1º drive; y 7/16, 74 yardas después) se lesionó el hombro y David Carr (5/13, 67 yardas) puso en evidencia lo equivocados que estaban los espectadores que gritaban «we want Carr». Después de que el DE Ray McDonald se convirtiera en el mejor atacante de los Niners, retornando para TD una intercepción, Carr fue interceptado en su intento por deshacer la igualada y fueron los Panthers quienes remataron el partido con un cómodo FG de 37 yardas.

 

Y si lo de los 49ers no pinta bien, qué decir de los Denver Broncos (2-5), que vieron cómo los Oakland Raiders (3-4), derrotados la semana pasada por los mineros, iban 38-0 a mediados del 2º cuarto en el Mile High. Al final del partido, los Raiders batieron el récord de la franquicia con sus 59 puntos. Darren McFadden fue la estrella del partido, corriendo 165 yardas, con 3 TD en sólo 16 acarreos y anotando otro en una recepción de 19, dejando un cómodo partido para Jason Campbell (12/20, 204 yardas, 2 TD). En la 3ª victoria consecutiva de los Raiders en Denver apilaron 508 yardas ofensivas.

 

Es de reseñar que los Broncos sacaron 11 jugadores en cada jugada defensiva. El desempeño que tuvieron ya es otra cosa. En ataque sólo pudieron maquillar un poco (pero poco) el resultado con un par de pases de TD de Kyle Orton (14/34, 209 yardas, TD) a Knowshon Moreno.

 

El partido de Wembley no va a tener relevancia, pero no quiere decir que vaya a ser malo. Los equipos están igualados y el encuentro puede ser entretenido. Todo el mundo quiere ver a Tim Tebow dirigiendo a los Broncos. No me extrañaría que el salado de Josh McDaniels le diera bastante cancha. Los aficionados de los 49ers preferiríamos ver a Troy Smith en lugar de a Carr, pero Mike Singletary luchará por su trabajo, más que por el equipo, y no estará para experimentos.

 

TWO MINUTES WARNING

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

La sorpresa de la jornada, para los que no tiran de hemeroteca, la dieron los Cleveland Browns (2-5), venciendo a los New Orleans Saints (4-3) en el Louisiana Superdome. Si se repasa el NFL & Fact Book, se puede ver que es la 3ª temporada consecutiva en que los Browns ganan al vigente campeón. No está mal para un equipo con el récord de los Browns.

 

Los Browns usaron un variado repertorio de trick plays: un fake punt con el que Reggie Hodges corrió 68 yardas (récord para un punter en la NFL moderna); un lateral de Josh Cribbs a Eric Wright en un retorno de punt con una ganancia de 62 yardas; y un pase a Colt McCoy para un 1º down. El resto lo puso Drew Brees (37/56, 356 yardas, 2 TD) en un día en que fue interceptado en cuatro ocasiones como si de un Favre cualquiera se tratara. Fue el día de David Bowens, un veterano LB jornalero, que en sus 11 temporadas había anotado un TD en un punt bloqueado. El domingo interceptó a Brees en dos ocasiones, retornando ambas (30 y 64 yardas) para TD. Un buen día para contar a los nietos.

 

Los Tennessee Titans (5-2) siguen ganando partidos, ya sea con Vince Young, o con las carreras de Chris Johnson (esta vez sólo 66 yardas en 24 acarreos), o con Kerry Collins (17/31, 276 yardas, 3 TD, 2 picks). Da igual. A pesar de que enfrente tengan a uno de los equipos más calientes de la NFC, los Philadelphia Eagles (4-3). ¡Somos los Titans, llevamos 12 victorias consecutivas contra equipos de la NFC!

 

El balón del partido fue para Kenny Britt, que en el juego vertical de Collins, atrapó 7 balones para 225 yardas y 3 TD. Fue una buena manera de hacer olvidar el que estuvo implicado en una pelea de bar dos días antes del partido. Los Eagles iban 9 arriba al final del 3º cuarto, ayudados por tres turnovers de Collins, con un poco de Kevin Kolb (26/48, 231 yardas, TD) y mucho de David Akers (4/4 FG). Pero por reglas de la NFL, hay que jugar un 4º cuarto y en los últimos 15 minutos los Titans anotaron 27 puntos incontestados.

 

Michael Vick está sano y volverá a la titularidad en el próximo partido después del bye. Kolb no ha hecho méritos suficientes a los ojos de Andy Reid como para quitarle el puesto.

 

Los Atlanta Falcons (5-2) comandan junto con los Giants la NFC, gracias a otro sólido partido. La conexión Matt Ryan (24/33, 299 yardas, 3 TD, pick) – Roddy White (11 recepciones, 201 yardas, 2 TD), con Michael Turner (23 acarreos, 121 yardas, 2 TD) moviendo las cadenas es demoledora. El partido parecía controlado al descanso (24-3), pero a los Cincinnati Bengals (2-4) les dio por animar el partido en el 3º cuarto anotando 22 puntos consecutivos, con 3 TD en menos de 2 minutos y medio, merced a los pases de un productivo Carson Palmer (36/50, 412 yardas, 3 TD) a Terrell Owens (el 150º de su carrera) y a Jordan Shipley, y un fumble forzado y retornado 59 yardas para TD por Adam Jones.

 

Los Falcons se vieron de repente detrás en el marcador, pero en un ejemplo de madurez siguieron con su gameplan y volvieron a poner tierra de por medio en el 4º cuarto. Tal y como está la conferencia, es un claro favorito para la postemporada. Sólo necesita cerrar mejor los huecos atrás.

 

Por último, los Kansas City Chiefs (4-2) sumaron otra victoria frente a los Jacksonville Jaguars (3-4) un equipo cuesta abajo. Sin embargo los de Florida, esta vez dirigidos por Todd Bouman (18/34, 22 yardas, 2 TD, 2 picks) ante las lesiones de David Garrard y Trent Edwards, se mantuvieron en el partido hasta mediados del 3º cuarto, hasta que el jornalero cometió su 1º error en forma de intercepción retornada 15 yardas para TD por Derrick Johnson. Al final se impuso el rodillo con las 196 yardas y 2 TD de Mr. Inside (Thomas Jones) & Mr. Outside (Jamaal Charles), y los 2 pases de TD de Matt Cassel (13/18, 193 yardas) a Dwayne Bowe (3 recepciones, 81 yardas).

 

BYES DE LA SEMANA

Los New York Jets (5-1) se toman una semana de respiro en su racha de 5 victorias consecutivas. Tienen a los Pats en el espejo retrovisor y necesitan que hombres como Darrelle Revis y Santonio Holmes vayan entrando en su mejor forma para la 2ª mitad de la temporada. En la competida AFC Sur, les ha tocado descansar a Indianapolis Colts (4-2) y a Houston Texans (4-2). Los tejanos deben encontrar consistencia en su juego. Son capaces de ganar a cualquiera, pero también de perder cualquier partido. A los Colts les llega muy bien el descanso, para poder ir recuperando a hombres importantes como Austin Collie, y para irse preparando para la ausencia para el resto de la temporada de Dallas Clark, cuya muñeca necesita cirugía. Peyton Manning siempre encuentra alternativas en estas situaciones, pero la baja de Clark es muy importante en el esquema ofensivo de los Colts. Por último, a los Detroit Lions (1-5) les viene bien una semana extra en la recuperación de Matt Stafford, que podría reaparecer frente a los Redskins la semana que viene. El juego de los Lions ha mejorado, pero necesita el empuje que le podría dar su QB titular para empezar a traducir esa mejoría en victorias.

 

 

Si no es la defensa es el ataque. Y si no, los equipos especiales. Y si no, una muy cuestionable decisión arbitral.

En su descanso nadie ha hecho méritos suficientes para desbancarlo de su posición.

Un partido tonto lo puede tener cualquiera, pero cuidado que equipos como Pats, Chiefs, Titans, aprietan.

 

Ya he dicho en el encabezamiento todo lo que tenía que decir.

 

Entran de lleno en la pugna por un QB franquicia para el próximo draft.

 

Una victoria contra los Niners después de un bye no es aún motivo suficiente para abandonar el Lockerómetro.

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