w9: Midseason. La botella medio vacía

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Cada vez pasa más rápido, pero ya hemos cubierto la primera mitad de la temporada regular. Es tiempo de mirar lo que los americanos llaman «the big picture».

 

No soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero no recuerdo una primera mitad de la temporada tan floja, tan sosa, con tan poco football y con tan malos presagios. Suelo ser optimista por naturaleza, pero esta vez veo la botella medio vacía, no medio llena.

 

En 1º lugar, y lo que es más importante, ningún equipo está maravillando por su juego. Es la temporada en que antes nos hemos quedado sin equipos invictos, y para midseason los mejores de la liga ya han perdido dos encuentros. Otros años andamos especulando sobre temporadas perfectas, en éste estamos viendo cómo los gallos están muy lejos de la prefección y cómo han tenido algunas derrotas sonrojantes. No estamos viendo ni ataques explosivos ni defensas impenetrables.

 

Tampoco estamos viendo tácticas novedosas ni nada inesperado. Hay historias interesantes, como la mejor versión de Vick, la recuperación de Tomlinson, las sorpresas de Chiefs y Bucs, el buen nivel del #1 del pasado draft y, sobre todo, el batacazo de los Cowboys en el que tenía que ser su año. Pero el foco en esta primera mitad de la temporada ha estado más centrado en aspectos tangenciales del juego, como alguna decisión arbitral controvertida, como la de Gene Steratore, y sobre todo los golpes «casco contra casco» y en general la deriva de la liga hacia un juego más seguro, pero también más blando y aséptico.

 

Y como colofón, cada vez suenan con más fuerza los rumores de una posible huelga para la próxima temporada. El futuro no parece demasiado halagüeño, pero hay que ser optimista. En la 2ª mitad de la temporada, si no mejora el football, por lo menos aumentará la emoción, porque el campeonato está totalmente abierto. Menos una Super Bowl XLV entre Bills y Panthers o Cowboys, lo cierto es que me puedo creer cualquier otro ticket.

 

El partido de Cleveland es un ejemplo de la indefinición de la temporada. Los New England Patriots (6-2) llegaban con un juego sólido, una racha de 5 victorias consecutivas y el mejor récord de la liga, pero los Cleveland Browns (3-5), uno de los del furgón de cola, no sólo les ganaron sino que los machacaron.

 

Eric Mangini, que está en el punto de mira de Mike Holmgren, se reivindicó frente a su némesis Bil Belichick, volviendo a buscar en las «trick plays» la manera de equilibrar la teórica desventaja entre las escuadras.

 

Los Browns pasaron por encima de los Pats a lomos de su percherón Peyton Hillis. Suyos fueron más de la mitad de los snaps. Corrió en 29 ocasiones para 184 yardas (recórd personal) y 2 TD, y sumó otras 36 yardas en tres recepciones. Los Browns doblaron así el tiempo de posesión de los Pats, mantuvieron el ataque de éstos en la banda y cansaron a una defensa que fue incapaz de frenar el juego de carrera.

 

Tom Brady (19/36, 224 yardas) y los suyos tuvieron una mala tarde. Brady conectó en dos ocasiones en la endzone con el TE Aaron Hernandez (una de rebote y otra en los minutos de la basura) y poco más.

 

En el desarrollo del partido fue clave otra trick play de Mangini, cuando el resultado estaba aún apretado, al filo del descanso. Con toda la OL levantada, como si aún no estuvieran preparados para el snap, amagaron una carrera a la derecha y Chansi Stuckey cogió el balón y corrió hacia el otro lado hasta la endzone. El engaño hizo mella en el ánimo de los de Belichick en el resto del partido. Colt McCoy (14/19, 174 yardas, TD en un scramble de 16 yardas) a lo tonto lleva un récord de 2-1 como titular, con derrota esperada frente a los Steelers y victorias sobre los campeones y sobre los Pats. No está mal para un rookie que sólo era el «plan C» de Mangini.

 

LOS GIANTS ERAN LOS TAPADOS DE LA NFC

Si al final va a resultar que los New York Giants (6-2) son el mejor equipo de la NFC en el ecuador de la temporada. Nadie lo pensaba en pretemporada y menos después de la 3ª jornada, cuando iban 1-2 y habían recibido serios correctivos de Colts y Titans. Ya empezaba a sonar el nombre de Bill Cowher, que va a ser una especie de talismán entre los equipos que fracasen esta campaña, empezando por los Cowboys. Pero desde entonces los Giants han encadenado 5 victorias consecutivas y el domingo se permitieron ir al difícil Qwest Field y hacer callar al «jugador nº 12» con un 41-0 al final del 3º cuarto.

 

Eli Manning (21/32, 290 yardas, 3 TD), con Hakeem Nicks 6 recepciones, 128 yardas, TD) como 1º espada, y un renovado «Earth, Wind & Fire» en el juego de carrera con Ahmad Bradshaw, Brandon Jacobs y Danny Ware (191 yardas en total, con 2 TD del primero), tuvieron poco más que un entrenamiento.

 

Los Seattle Seahawks (4-4), sin el conmocionado Matt Hasselbeck, no son de fiar ni en casa. Charlie Whitehurst tuvo su primera titularidad como profesional, y después de lo visto, puede que no tenga muchas más. Completó 12/23 pases para 113 yardas, un TD y dos picks, pero gran parte de su producción ofensiva vino en el 4º cuarto, en los minutos de la basura, cuando el TD de Ben Obomanu evitó el rosco. Los Seahawks han permitido 1.032 yardas en los dos últimos partidos. Se puede decir que no ha sido un gran esfuerzo defensivo. Los Giants, que tuvieron la posesión del balón casi tres cuartos de hora, consumieron 13 minutos en un drive del 4º cuarto en el que corrieron 19 veces seguidas.

 

Tras los Giants, los Green Bay Packers (6-3) ocupan el 2º lugar en el escalafón. El domingo por la noche tampoco tuvieron un partido de verdad, porque los Dallas Cowboys (1-7) son un equipo roto. El descalabro de Lambeau Field ha supuesto la caída de Wade Phillips. Jerry Jones es la 1ª vez que defenestra a su técnico en mitad de la temporada, pero no le quedaba otra solución porque el equipo parece una banda de zombies. El coordinador ofensivo, Jason Garrett se va a hacer cargo del equipo.

 

De los Cowboys no hay más que hablar. Sin juego de carrera, Jon Kitna lanzó un pase de TD y fue interceptado en dos ocasiones, lo que desequilibra el 156-156 de su carrera. Ya veremos cómo terminan la temporada, sin pena ni gloria o cuesta abajo y sin frenos. Los Packers tuvieron un día tranquilo. Aaron Rodgers completó 27 de 34 pases para 289 yardas y 3 TD, con James Jones (8 recepciones, 123 yardas, TD) y Greg Jennings (7, 80, TD) como principales referencias. Por su parte, Brandon Jackson anotó corriendo y recibiendo. Pero quizás el Packer más aplaudido fue Clay Matthews, candidato a defensor del año, quien sumó un sack a su liderato en la especialidad y cerró el partido con una intercepción retornada 62 yardas para TD.

 

Los Packers deberán mirar el retrovisor de vez en cuando, porque los Minnesota Vikings (3-5) no están muertos, aunque lo estuvieron durante más de 65 minutos en su enfrentamiento contra los Arizona Cardinals (3-5).

 

El partido parecía que lo había diseñado un guionista pagado por Brett Favre, dando emoción y épica donde no se esperaba, ante la visita de uno de los equipos más flojos de la competición. Pero durante 55 minutos parecía que los Vikings no eran conscientes de lo que se estaban jugando. Los Cards, con un correcto Derek Anderson (15/26, 179 yardas, TD), que por lo menos evitó turnovers, con un retorno de 96 yardas para TD de LaRod Stephens-Howling, y con una defensa que forzó tres turnovers: 2 picks a Favre y un retorno de fumble de 30 yardas de Michael Adams, estuvo casi todo el partido por delante en el marcador, ante la indolencia de los locales.

 

Cuando quedaban 5 minutos para el final, 14 puntos abajo en el marcador, y con el público pidiendo la cabeza de Brad Childress, los Vikes debieron decir «vale, ya les hemos dado suficiente ventaja» y se fueron a por el partido. Acababan de llegar a la yarda 1 para morir en un 4º down, pero aprovechando que los Cards no ganaron una sola yarda en sus tres últimos drives, Favre (36/47, 446 yardas, 2 TD) firmó una remontada de las suyas, para inflar un poco su ego después de la derrota en Foxboro. Con Adrian Peterson (81 yardas de carrera, 63 de recepción y 2 TD totales), Percy Harvin (9 recepciones, 126 yardas, récord personal) y Visanthe Shiancoe recibiendo el TD del empate a 30 segundos del final, forzaron una prórroga que ganaron cómodamente con un FG de 35 yardas de Ryan Longwell.

 

Las 446 yardas de Favre son un récord personal ¡en su 20ª temporada!. Es curioso que un pistolero como él sólo haya superado la barrera de las 400 yardas en dos ocasiones. El partido puede suponer un punto de inflexión para los Vikings, que deben ganar 7 o los 8 partidos de la 2ª mitad de la temporada si quieren tener opciones de alcanzar los playoffs. Yo, personalmente, no soy tan optimista como mi amigo Jose Villelabeitia.

 

LA AFC OESTE SE IGUALA

A los Kansas City Chiefs (5-3) parece que se les está acabando la gasolina a la vez que sus rivales etán espabilando. Se prevé una 2ª mitad de la temporada caliente al oeste del río Pecos. Los Oakland Raiders (5-4) pusieron la división al rojo vivo al ganar en la prórroga un típico derby entre ambas franquicias: 5 turnovers, 27 faltas, 2 punt fakes malogrados y hasta una anotación de un Tackle. Fue una gran remontada iniciada con el el retorno para TD del kickoff tras el descanso por parte del rookie Jacoby Ford.

 

Los Chiefs dominaron la 1ª mitad, aunque esta vez su «dúo dinámico», Mr. Inside (Thomas Jones) & Mr. Outside (Jamaal Charles), 1º ataque terrestre de la liga, se vieron frenados por una gran defensa de los Raiders, que los limitó a 85 yardas entre ambos. Sin embargo, Matt Cassel (20/35, 216 yardas, 2 TD, pick) aprovechó la ausencia de Nnamdi Asomugha en la secundaria local y fue el encargado de mover las cadenas para su equipo.

 

Los Raiders fueron blanqueados en la 1ª mitad (10-0), pero animado por la defensa y el TD de retorno, el impreciso  Jason Campbell (19/33, 229 yardas, TD, pick), a pesar de la ausencia del TE Zach Miller y de la escasa producción de Darren McFadden (89 yardas de carrera, 25 de recepción, un fumble perdido), consiguió darle la vuelta al marcador. Los Raiders se hicieron con el control del partido, pero un incomprensible error arbitral que le dio un balón a los Chiefs en un fumble que no existió en un retorno de punt (Tom Cable ya había gastado sus challenges), aprovechado por Dwayne Bowe (5 recepciones, 63 yardas) para volver a poner por delante a los suyos, estuvo a punto de girar por completo la división. Pero Ford hizo el partido de su vida. No sólo anotó el TD de retorno, sino que en el último drive del tiempo reglamentario convirtió lo que parecía una intercepción clara en una recepción de 29 yardas, adelantándose al defensor y dejando el partido a los pies de Sebastian Janikowski, que lo mandó a la prórroga con un FG de 41 yardas. En el tiempo extra, tras un «3 y fuera» de los Chiefs, Ford (6 recepciones, 148 yardas) atrapó otro balón para 47 yardas que dejó al kicker un cómodo FG de 33 para sumar la 3ª victoria cosecutiva y llegar al bye a medio paso del liderato. Además rompieron la racha de 7 derrotas en el Coliseum frente a los de Missouri.

 

Los Chiefs, que ya sufrieron con los Bills, aunque tuvieron más fortuna en la prorroga, también se pueden preocupar por los San Diego Chargers (4-5), que llegan a noviembre, su mes favorito, enlazando dos victorias consecutivas. Philiph Rivers tuvo una de esas actuaciones de eterno candidato a MVP (17/23, 295 yardas, 4 TD, pick) con un cuerpo de receptores de circunstancias, tras las bajas de Antonio Gates, Malcom Floyd y Legedu Naanee por lesión (y no poder contar con Vincent Jackson aún, por sanción), con jugadores exóticos como el rookie Seyi Ajirotutu (4 recepciones, 11 yardas, 2 TD), procedente del practice squad, o TE semijubilados como Randy McMichael (2 magníficas recepciones, ambas para TD, por 1ª vez en su carrera), victimizando a la peor defensa aérea de la liga.

 

Los Houston Texans (4-4) han perdido sus dos partidos tras el bye y gran parte del crédito ganado en el inicio de la campaña. O dan un giro de timón en la 2ª mitad de la temporada o se van a quedar como los eternos candidatos frustrados a equipo revelación. Pero lo cierto es que la defensa no carbura, no genera presión al QB y su secundaria es un coladero. A eso añadimos que Matt Schaub (21/31, 266 yardas, pick) no está tan productivo como acostumbra. Andre Johnson (4 recepciones, 41 yardas) arrastra una lesión de tobillo y tampoco está fino. Sólo Arian Foster destaca entre los tejanos. El domingo sumó 127 yardas de carrera y 2 TD en 27 acarreos, además de otras 70 yardas en 4 recepciones, lo que supone la mitad de las yardas ofensivas de su equipo y todos los TD.

 

Schaub tuvo dos oportunidades para firmar un drive ganador, una de sus especialidades. Pero el 1º drive murió en downs en la yarda 32 y el 2º por una intercpeción de rebote, cuando Johnson dio un rodillazo al balón que acababa de recibir. Puede ser mala suerte, pero es revelador del estado actual de los Texans. Por cierto, a los Chargers les volvieron a bloquear un punt, el 5º de la temporada. De locos.

 

CHEERLEADER DE LA SEMANA

Las Cheerleaders de los Baltimore Ravens (6-2) no necesitaron animar demasiado a la parroquia local. El buen juego de los suyos era más que suficiente. Los Miami Dolphins (4-4) contaban sus salidas por victorias, pero en el MT&T Bank Stadium fueron los Ravens los que dominaron el encuentro, gracias a un preciso Joe Flacco (20/27, 266 yardas, 2 TD) y a un productivo Ray Rice (83 yardas de carrera en 22 acarreos y 97 más en 7 recepciones).

 

En defensa interceptaron en tres ocasiones a Chad Henne (22/34, 231 yardas) y desarbolaron por completo a unos Phins que fueron blanqueados en la 2ª mitad. Por fallar, falló hasta Dan Carpenter (1/2 FG). Sólo la falta de efectividad de los Ravens en la redzone mantuvo el partido vivo. Billy Cundiff convirtió 4 de los 5 que chutó, el más largo de 39 yardas.

 

La 7ª victoria consecutiva de los Ravens en casa, no han perdido en casa tras un bye en este siglo, deja al equipo en el grupo de cabeza de la liga, bien encaminados para los playoffs y con un buen balance entre ataque y defensa que los puede hacer muy peligrosos en postemporada.

 

Sus grandes rivales en este camino serán los Pittsburgh Steelers (6-2), que tuvieron problemas para deshacerse de sus rivales divisionales Cincinnati Bengals (2-6), a pesar del «spread» con que contaron en el MNF. Los Bengals dieron una ventaja de 10 puntos a los Steelers en forma de sendos «gaffes» de los equipos especiales. Primero cometieron un fumble en el kickoff inicial y luego les bloquearon un punt en el siguiente drive. Total: 10-0 en los primeros 5 minutos. Así no ganarán en muchas ocasiones a sus odiados Steelers. Los de Pittsburgh, en los últimos 23 años, sólo han perdido dos partidos en los que fueran 10 puntos arriba. Ambos fueron contra los Bengals, pero en esta ocasión no fue así. Tampoco han perdido nunca, en la historia de la franquicia, uno en el que fueran ganando de 20, pero el lunes estuvieron a un acierto de Carson Palmer (22/36, 248 yardas, 2 TD, pick) de venirse del Paul Brown Stadium con una derrota.

 

Ben Roethlisberger (17/27, 163 yardas, otro «TD fantasma», pick) no tuvo un día demasiado fino. Ambos equipos se conocen bien y se saben defender, pero con un trabajador Rashard Mendenhall (22 acarreos, 99 yardas, TD, más 31 yardas de recepción) y con una trick play en la que Antwaan Randle El conectó para TD con Mike Wallace (5 recepciones, 110 yardas), pusieron tierra de por medio en el 4º cuarto (20 puntos).

 

Los Bengals apretaron al final, pero le habían dado demasiada ventaja a sus rivales. Terrell Owens (10 recepciones, 141 yardas, 2 TD) y Cedric Benson anotaron sendos TD en drives consecutivos, con una intercepción a Big Ben en medio. Y después de un fallo de Jeff Reed en un FG de 46 yardas, Palmer tuvo un balón para ganar el partido, algo que nadie se esperaba unos pocos minutos atrás. Pero el drive de 16 jugadas de pase por ninguna carrera murió en un «4ª y 5» en la yarda 12, cuando James Harrison salvó a su equipo de caer como el año pasado, quitando prácticamente de las manos de Jordan Shipley el último pase de Palmer.

 

Ravens y Steelers, con un estilo de juego similar, pelearán por el título divisional, pero sería una gran sorpresa el que no estuvuieran los dos en los playoffs. Bengals, tras su 5ª derrota consecutiva, y Browns, en cambio, tendrán que pelear por evitar el farolillo rojo.

 

UN VISTAZO A LA NFC SUR

La loca NFC Sur está tan interesante como siempre. Sólo unos desangelados Panthers están fuera de juego. Los Falcons marchan conforme a lo que se esperaba de unos favoritos para ser el campeón de turno, pero no tienen lejos a sus rivales. Los Bucs se quedaron a una yarda de ganar el partido en el Georgia Dome y ponerse en posición para protagonizar el típico «del 4º al 1º» de la división. Los Campeones no están jugando al nivel del año pasado, pero siguen batallando contra las maldiciones que los asolan. En resumen, se prevé mucha batalla aún en esta apretada división.

 

Como decía, los Tampa Bay Buccaneers (5-3) se quedaron «one yard short». Los Atlanta Falcons (6-2) dieron primero y dieron dos veces, en forma de sendos TD de Michael Turner (24 acarreos, 107 yardas). Matt Ryan (24/36, 235 yardas, TD) tuvo el partido de cara, pero los Bucs se están creyendo lo que dijo Raheem Morris e hicieron la goma todo el partido, de la mano de un Josh Freeman que completó la mitad de sus 22 pases para 189 yardas y repartió por igual sendos pases de TD e intercepciones. Pero lo que hace Freeman en los tres primeros cuartos es calentar para luego remontar el partido en el 4º. En el Georgia Dome, los Bucs se acercaron a 6 puntos gracias al retorno de 89 yardas para TD de Micheal Spurlock al final del 3º cuarto. Freeman fue interceptado en su 1º drive del último cuarto, pero volvió a tener un balón para ganar el partido a falta de 10 minutos en su propia yarda 9.

 

Es su especialidad. Recorrieron el campo. Llegaron a 1ª y 10 en la yarda 11. Los Bucs corrieron y se vieron en 4ª y 1 en la yarda 2. Pero LeGarrette Blount fue frenado y esta vez la remontada fue un «coitus interuptus». El goaline stand mantiene a los Falcons al frente de la división, pero también se confirman los Bucs como equipo revelación de la primera mitad de la temporada. Son un equipo muy joven. Pueden tener altibajos, pero su récord no es achacable a la fortuna.

 

Los New Orleans Saints (6-3) dieron buen cuenta de unos infelices Carolina Panthers (1-7), que tienen el peor ataque de la liga. La defensa de los Saints sólo les permitió anotar un FG en su primer drive, que ya empezó en FG range después de un pick a Brees. A partir de ahí, nada. Lo intentaron con de Matt Moore (3/6, 13 yardas, luego lesionado, al igual que Jonathan Stewart), con Jimmy Clausen (8/18, 47 yardas, pick) y hasta con Tony Pike (6/12, 47 yardas), pero nada. A Drew Brees (27/43, 253 yardas, 2 TD) no le hizo falta más que mover un poco el balón para ir poniendo tierra de por medio. Jabari Greer puso el colofón defensivo retornando 24 yardas para TD la intercepción a Clausen.

 

TWO MINUTES WARNING

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

Peyton Manning (31/51, 294 yardas, TD), como Felipe II, debió pensar que no había mandado a luchar a sus naves contra los elementos. A las conocidas bajas de sus TE Clark y Eldridge, sus dos primeros RB Addai y Hart, y de su WR Gonzalez, además del CB Powers, vio como el recién recuperado Austin Collie encajaba un terrible y feo golpe, casco contra casco, que lo mandaba al hospital entre muy negros presagios (al final todo quedó en un susto). Además en el otro equipo jugaba uno de sus peores enemigos, Asante Samuel, que lo interceptó en dos ocasiones. Y para colmo, jugaba contra los Philadelphia Eagles (5-3) tras un bye (Andy Reid va 12-0 en partidos tras la semana de descanso). Estoy seguro de que los Indianapolis Colts (5-3) tenían apuntado este partido como «perdible».

 

Pero además los Eagles contaron de nuevo con Michael Vick, un mes después, y jugó un auténtico partidazo. Completó 17 de 29 pases para 218 yardas, incluyendo un pase de TD y un sensacional pase de 58 yardas desde su propia endzone, ambos a DeSean Jackson (7 recepciones, 109 yardas, TD). Y además corrió 74 yardas anotando otro TD de carrera. Es el único QB titular de la liga que no ha sido interceptado aún. Un fenómeno.

 

Los Detroit Lions (2-6) están jugando mejor de lo que su récord indica, pero además de ser más consistentes deben aprender a no regalar partidos como el del domingo. Con una gran actuación, de nuevo, de Matt Stafford (20/36, 240 yardas, 2 TD, más otro de carrera), tenían el partido bastante controlado en el 4º cuarto. Si a los New York Jets (6-2) les frenas la carrera, su ataque se resiente. Mark Sanchez (22/39, 336 yardas, TD, pick, TD de carrera) está demostrando buenas dosis de «poise» en el clutch, pero hasta el 4º cuarto sólo había brillado en un pase de 74 yardas para TD a Braylon Edwards.

 

A 6 minutos del final, los Lions tenían el balón y 10 puntos de ventaja. ¿Qué paso? Primero cazaron a Stafford en un scramble y volvió a lesionarse el hombro. Con Drew Stanton apenas sumaron 10 yardas en el resto del partido. Entonces vimos al mejor Sanchez, que dirigió un buen drive que culminó con un QB sneak que los acercó a tres puntos. Los Lions agotaron los tiempos muertos de los Jets, pero en 3º down, a dos minutos del final y con os Jets sin tiempos muertos, vino Jim Swartz y quiso ser más listo que todos, ordenando una jugada de pase. Este resultó incompleto y otorgó el tiempo extra necesario a Sanchez para que pudiera llevar el balón a FG range y empatara el partido, además con ayudas como la falta personal de Julian Peterson.

 

Muchos entrenadores quieren quedar como los más listos por hacer un pase cuando la defensa, el campo y toda la audiencia televisiva piensa que vas a correr. Pero si tienes que correr para quemar el reloj, tienes que correr, por eso todo el mundo piensa que vas a correr. Los aficionados echaron de menos un punto extra que falló el DT Ndamukong Suh, pero lo cierto es que en esa jugada no se llevaron un punto menos sino 3 puntos más, gracias al roughing de kicker de los Jets.

 

En la prórroga un pase de 52 yardas a Santonio Holmes dejó un cómodo FG de 30 yardas a Nick Folk para ganar el partido. Por cierto, aviso a navegantes, Darrelle Revis sólo permitió una recepción de 13 yardas a Megatron Calvin Johnson.

 

Por último, quedan pocas ganas para comentar nada del encuentro de Toronto. Lo cierto es que la NFL tiene mala suerte a la hora de exportar partidos. Los Buffalo Bills (0-8) perdieron una de las dos grandes oportunidades para estrenarse. La otra será el domingo que viene (ver Lockerómetro). Jay Cutler (17/30, 188 yardas, 2 TD) hizo un partido más apañado, sólo encajó un sack y no fue interceptado. Ya es bastante. Los Chicago Bears (5-3) se quedan con un récord inexplicable visto su juego.

 

Los Bills son los Bills. Su mejor vertiente ofensiva era el juego terrestre y se invirtió la 1ª ronda del draft en un RB, para luego llegar al Rogers Centre y sumar 36 yardas de carrera. Ryan Fitzpatrick se fue hasta los 51 pases, de los que completó 31 para 299 yardas, un TD y 2 picks. La mitad del yardaje fue para Steve Johnson (11 recepciones, 145 yardas). En el 4º cuarto, tres puntos por debajo en el marcador, Fitzpatrick tuvo dos drives para ganar el partido o para llegar a FG range y mandarlo a la prórroga. El 1º murió «on downs». En el 2º fue interceptado.

 

Es el 3º partido en Toronto de una serie de 5 y los Bills han perdido los tres. ¡Haciendo afición!

 

BYES DE LA SEMANA

Penúltima semana de byes, también con media docena de equipos de descanso. La verdad es que se agradece. En lugar de más partidos de temporada regular, lo que yo propondría es un par de byes para cada equipo, alargando el calendario sin aumentar el número de partidos que juega cada equipo. La jornada es más fácil de seguir con dos o tres partidos menos.

 

Los San Francisco 49ers (2-6) y los Denver Broncos (2-6), son los que más se merecen el descanso, después de su periplo londinense. Ambos ocupan las colas de sus respectivas divisiones, pero mientras los Broncos tienen difícil el engancharse a la liga en la 2ª mitad de la temporada, los 49ers no tienen ningún rival divisional con récord positivo y están apenas a dos partidos del liderato, con la mayoría de partidos intradivisionales por jugarse. Precisamente, los St. Louis Rams (4-4), también de descanso, pueden considerarse la «crema» de la NFC Worst, llegando a midseason con el récord equilibrado después de ser el peor equipo de la liga la pasada campaña.

 

A los Washington Redskins (4-4) les ha llegado en buen momento el bye, para poner orden en la franquicia después del «affaire Donovan McNabb y la two minutes offense». Por último, Tennessee Titans (5-3) y Jacksonville Jaguars (4-4) descansaron viendo perder a sus rivales divisionales, comprobado lo apretada que está la AFC Sur, con los cuatro miembros en un partido de differencia.

 

 

Están a la par que los Steelers, pero tuvieron una victoria más convincente el domingo

El próximo domingo reciben a los Pats. Si ganan, pueden volver a lo más alto.

Definitivamente hay un equipo sólido en la NFC… de momento.

 

El domingo disputarán la «Infra Bowl de la Década», entre un equipo que no ha ganado un partido y otro que puede batir su propio récord de derrotas consectivas a domicilio (25).

Definitivamente, un equipo sin talento.

Podrían competir con los Panthers, pero el cambio de timonel debe notarse algo.

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