La edición 2011 de la Sugar Bowl presenta un matchup realmente atractivo por numerosos motivos. El principal será ver, no sólo a dos de los grandes equipos de esta temporada, sino competiendo frente a frente a dos de los mejores (pero a su vez muy distintos) quarterbacks que se han podido ver este año en college, Terrelle Pryor y Ryan Mallett, ambos finalistas al Manning Award como top QB de la competición. También suma el que ambos programas no se hayan visto las caras nunca en toda su historia.
Ohio State (11-1) llega como #6 y co-campeón de la conferencia Big Ten, siendo su 6ª BCS bowl consecutiva. Los Buckeyes tienen un balance de 1-2 en la Sugar, donde jugarán por primera vez desde que en 1998 vencieran 24-14 a Texas A&M.
Por su parte Arkansas (10-2) hace lo propio como #8, viendo recompensada su excelente temporada con su inclusión en una BCS bowl por primera vez desde que se instaurase el sistema BCS en 1998, aunque no será la primera para su entrenador, Bobby Petrino, que dirigió a Louisville a la victoria en la Orange Bowl en 2007 sobre Wake Forest. Su récord en la Sugar Bowl es de 1-4, siendo su última aparición en 1979, cuando perdieron por 24-9 con Alabama.
Ambos programas lucharán además contra su historia, pues Arkansas tienen un balance contra miembros de la Big Ten de 1-5, mientras que Ohio State tratará de vencer por primera vez a un equipo procedente de la SEC en una bowl (0-9 hasta la fecha).
Los Buckeyes jugarán en el Louisiana Superdome de Nueva Orleans por primera vez desde que en 2008 cayeran en el BCS National Championship Game ante LSU. Tres años después, apenas una quincena de jugadores siguen en el equipo que saltará al campo el próximo día 4. Dichos jugadores llevan ya casi una semana en tierras sureñas preparando el partido, pero todo podría haber sido muy distinto cuando el pasado 23 de Diciembre saltaba la noticia de que la NCAA suspendía a cinco jugadores de Ohio State (Pryor, el RB Daniel Herron, el receptor DeVier Posey, el OL Mike Adams y el DE Solomon Thomas) por recibir beneficios impropios, sin embargo la sanción será efectiva para los primeros cinco partidos de la próxima temporada y han sido liberados para disputar esta edición de la Sugar Bowl, lo que no deja de ser algo sorprendente a pesar de que Gene Smith (director deportivo de Ohio State) afirmase que las suspensiones iban a ser apeladas.
Esto hace que el partido se presente como posiblemente el último vestido de Scarlet & Grey para tres de dichos jugadores, el propio Pryor, Herron y Posey, que podrían tomar la decisión de presentarse al próximo draft en vez de regresar para su año senior y perderse la primera mitad de la temporada. Posey ha sido el único que se ha pronunciado recientemente afirmando que volvería la próxima campaña en una rueda de prensa posterior al anuncio de las sanciones.
Muchos esperan un auténtico shootout entre dos ofensivas de alto octanaje, con OSU promediando 39’4 puntos por partido y Arkansas 37’3, y ambos ataques girando en torno a los estilos diametralmente opuestos de sus directores de juego. Mallett es un classic drop-back passer gracias al cual los Razorbacks han promediado 338’4 yardas de pase por partido (tercer mejor registro de la competición) sumando 30 TDs, mientras que Pryor es un dual threat-quarterback cuya principal amenaza son sus poderosas piernas como scrambler, sumando esta temporada 639 yardas terrestres además de 2.551 aéreas y 29 TDs totales.
Mallett es todo un QB de legítimo calibre NFL, siendo el tercero en eficiencia de pase de todo el país. Hay que añadir además algo que no muestran las estadísticas y es que los Razorbacks han jugado este año en un calendario realmente difícil dentro de la SEC, teniendo que enfrentarse a bastantes equipos con calibre de BCS Top-10, y que lo han hecho haciendo realmente bien una cosa, lanzando el balón. Y es que el cuerpo de receptores de los Hogs ha sido posiblemente el mejor que hemos podido ver este año en la SEC, consiguiendo Mallett repartir excepcionalmente bien el juego entre ellos, terminando con 5 jugadores por encima de las 30 recepciones esta temporada. El TE senior DJ Williams ha sido su principal líder con 49 pases para 589 yardas y 4 TDs, con Joe Adams (41 recepciones para 693 yardas y 5 TDs) y Jarius Wright (38 para 718 yardas y 4 TDs) como go-to-guys especialmente que Greg Childs cayera lesionado. En la sombra, Cobi Hamilton con 31 recepciones para 609 yardas y 6 TDs, uno de los jugadores más infravalorados del ataque Razorback. Si su juego de carrera (65º del campeonato), protagonizado principalmente por Knile Davis (capaz de amasar 1.183 yardas y 13 TDs de carrera en tan sólo 7 partidos esta temporada), es capaz de dar un respiro al arsenal aéreo de Arkansas a lo largo del partido, harán que las cosas sean algo más sencillas para el brazo de Mallett y muy peligrosos a estos Razorbacks.
Enfrente tendrá esta vez a una de las que año tras año se presentan como una de las mejores defensa estadísticamente de la competición (4ª mejor contra la carrera, 4ª mejor contra el pase, 2ª en yardas totales permitidas, 3ª en puntos recibidos por partido…), y de largo la mejor secundaria a la que se han enfrentado los Hogs en todo el año, limitando a los QBs contrarios a un rating promedio de 96’88 (4ª más bajo del país y más 70 puntos menos que la media de la temporada de Mallett). Curiosamente no será la primera vez que Mallett juegue contra Ohio State, pues ya en su periplo en Michigan disputó algunos minutos contra los Buckeyes en su temporada freshman (2007), antes de ser transferido a Arkansas tras la llegada de Rich Rodriguez a Ann Arbor con su spread offense.
Pero como hemos comentado, la ofensiva Buckeyes no es tampoco precisamente manca. Ya conocemos el peligro de Pryor corriendo, pero este año ha seguido mejorando bastante con el pase, completando un 65’8% de sus lanzamientos y consiguiendo 25 TDs. Le ha acompañado en el potente juego terrestre de OSU principalmente Dan Herron, líder de la temporada con 1.068 yardas y 15 TDs. Mientras que en el cuerpo de receptores, Dane Sanzenbacher y DeVier Posey han sido los principales objetivos de Pryor, con Sanzenbacher recibiendo 52 pases para 889 yardas y 10 TDs, y Posey 50 pases para 778 yardas y 6 anotaciones.
La defensa de Arkansas por su parte se ha mostrado bastante firme a lo largo de toda la campaña, sin embargo, aunque no flaquea en ningún apartado tampoco brilla especialmente en ninguno, apareciendo en el medio de la tabla de la SEC en casi todos los apartados defensivos. Los Razorbacks han permitido 22’8 puntos por partido, pero tampoco ayuda unos equipos especiales ciertamente inconsistentes, capaces de lo mejor y lo peor en un mismo partido. Será interesante ver cómo se desenvuelve una defensa «media» de la SEC (conocidas por ser muy físicas y veloces) contra uno de los ataques más potentes y explosivos de la Big Ten.
Visto todo esto, me atravería a aventurar que probablemente la clave del partido se encuentre en el enfrentamiento particular entre la defensa Buckeye contra la ofensiva de Arkansas. Como hemos comentado anterioremente, si los Hogs son capaces de asentar primero un ataque balanceado con su juego de carrera, tendrán más cerca su propósito y harán que los Buckeyes tengan que poner el partido en manos de Pryor y su ofensiva, algo a lo que no están acostumbrados y que presumo que no entusiasmaría precisamente a Jim Tressel.
Pronóstico: Ohio State 34 vs 27 Arkansas.