Tras una temporada 2010 completamente decepcionante en la que no se logró ganar una división venida muy a menos, los San Francisco 49ers han vuelto a dar un giro en su rumbo. Atrás queda Mike Singletary y comienza la era Jim Harbaugh. Jed York (presidente) y Trent Baalke (general manager) apostaron en enero por un entrenador ofensivo como Harbaugh. Hizo falta un contrato muy alto por ser un entrenador novato en la NFL para hacerse con sus servicios dada su impecable trayectoria universitaria en Stanford y anteriormente en San Diego. Harbaugh fue quarterback en la NFL durante quince temporadas, por lo que dotará a la posición más importante de este deporte la relevancia que había perdido en las últimas campañas en el equipo de la bahía.
Harbaugh se ha traído de Stanford varios de sus asistentes, incluido el que será su coordinador ofensivo, Greg Roman. Entre los dos caerá principalmente la responsabilidad de volver a instalar en ataque la “West Coast Offense” (en adelante WCO), el sistema que el legendario Bill Walsh instaurara en nuestro equipo y que revolucionó el juego ofensivo desde los años ochenta. No será fácil hacer funcionar el sistema con los quarterbacks que hay en plantilla. Increíblemente continúa Alex Smith en el equipo. El ex nº 1 del draft ya ha demostrado sobradamente que no es un válido quarterback franquicia, pero el destino vino en forma de “lock-out” y su compromiso con el equipo para organizar “entrenos privados” con sus compañeros pese a no tener contrato en vigor le valió para ganarse la confianza de Harbaugh. Smith tiene entre sus principales defectos la lentitud para localizar al receptor desmarcado, poca precisión en el pase corto y mala lectura del blitz, ingredientes que arruinan su éxito en un ataque WCO (y en realidad en casi cualquier ataque). Aún así Smith parte como titular puesto que junto a él ahora mismo sólo está Colin Kaepernick, quarterback elegido en la segunda ronda del draft para en teoría ser el QB del futuro. El ex de la universidad de Nevada tiene unas condiciones atléticas impresionantes, pero al igual que en su día Smith, proviene de un ataque “Spread-Shotgun” que nada tiene que ver con lo que está estudiando ahora. Antes de poder saltar al campo con mínimas garantías tendrá que adaptarse al sistema y pulir mucho su mecánica. Eso puede tardar por lo menos un año. En vista del panorama es muy probable que en agencia libre se recupere a algún quarterback veterano para dar algo de profundidad. Como dato estadístico a seguir señalar que en 2010 los quarterbacks de San Francisco completaron apenas el 56.4% de sus pases (como contraste 65.1% nuestros oponentes). Esa cifra en la era del “pass-happy”, con muchos jugadores por encima del 60%, tendrá que verse incrementado esta temporada si la WCO funciona mínimamente.
Hay más motivos para el optimismo si miramos los componentes del resto de la ofensiva. Frank Gore es la estrella del grupo, un corredor muy versátil que nunca da una jugada por terminada. Por desgracia esta virtud se ha convertido en su principal obstáculo, puesto que ya que son cuatro temporadas consecutivas en las que va disminuyendo su número de intentos de carrera (312 en 2006, 260, 240, 229 y 203 el año pasado) al igual que el de partidos. Harbaugh tendrá que vigilar su cantidad de trabajo, y qué mejor manera que combinarlo con los prometedores Anthony Dixon y el novato Kendall Hunter.
También hay buenas armas en el cuerpo de receptores. Vernon Davis se ha establecido como uno de los grandes tight ends de la competición. Su reserva, Delanie Walker, es un jugador más que valido. Entre los receptores destaca el recién fichado Braylon Edwards, al que curiosamente en su día se estudió la posibilidad para haberle elegido como nº 1 del draft en 2005. Edwards llega con un contrato de un año bajo el brazo sin apenas sueldo garantizado por lo que es de esperar que su rendimiento y esfuerzo sea máximo. Junto a él formará la pareja titular de wide receivers Michael Crabtree, quien en su tercer año en la liga debe dar un salto de calidad siempre y cuando supere sus problemas crónicos en el pie izquierdo. Por detrás lucharán por tiempo de juego los establecidos Josh Morgan y Ted Ginn Jr. con los jóvenes Roland Johnson, Kyle Williams, Lance Long, Kevin Jurovich y compañía. El rendimiento del cuerpo de receptores dependerá en gran medida de cómo se adapten Smith y/o Kaepernick a la WCO. “Playmakers” hay de sobra para despertar una ofensiva que lleva una década dormida, pero falta el hombre que se encargue de ejecutarla.
Finalizamos el repaso al ataque con la línea ofensiva. No hay muchos cambios respecto al año pasado. Simplemente reseñar el fichaje de Jonathan Goodwin (center titular con los Saints campeones en 2009) para cubrir la marcha de David Bass a los Giants. Joe Staley en el tackle izquierdo, Mike Iupati como guard a su lado y Anthony Davis en el tackle derecho, tienen casi asegurada su titularidad, y la principal batalla estará entre Chilo Rachal (muy poderoso pero con lapsus mentales graves) y Adam Snyder (más consistente pero con menos potencial) por el puesto de guard derecho. Si las lesiones respetan a este grupo debemos tener confianza en que sólo con la progresión de los jugadores de 2º año, Iupati y Davis, la línea de ataque de San Francisco vaya a ser una unidad a respetar dentro de la liga.
En defensa hay que reseñar en primer lugar el cambio de coordinador. Harbaugh convenció a Vic Fangio para que diera el paso de acompañarle a San Francisco, relevando así a Greg Manusky, que había hecho un buen trabajo durante las cuatro pasadas temporadas. Fangio ya ha sido anteriormente coordinador defensivo en la NFL, la mayoría de los años a los mandos de Dom Capers, actual entrenador de defensa de los Green Bay Packers. Bajo sus mandos Fangio aprendió el agresivo sistema 3-4 “Zone-Blitz” que ahora va a instaurar en San Francisco. El cambio en defensa puede venir bien para revitalizar una unidad que sin hacerlo mal en 2010, no terminó de dar el salto de calidad que se esperaba. En este grupo es donde se han producido las marchas más sonadas. En la línea de defensa Aubrayo Franklin se ha llevado sus demandas contractuales que venían ya de lejos a New Orleans. En el cuerpo de linebackers se ha dicho adiós al veterano Takeo Spikes y a Manny Lawson, que nunca alcanzó el potencial que se preveía cuando llegó a la liga y cuyas principales habilidades no son las requeridas para el nuevo formato de defensa. En la secundaria continuó la purga con la salida de Nate Clements, cuyo fichaje pasará a la historia de la franquicia como uno de los más infructuosos. Otro que estuvo a punto de marcharse fue Dashon Goldson, al que sólo la falta de mercado en esta alocada agencia libre le impidió obtener el gran contrato que deseaba.
Olvidemos el pasado. Vamos con lo nuevo. Para hacer funcionar el sistema de Fangio hacía falta un gran pass-rusher al molde de Clay Matthews o James Harrison, estandartes de los dos principales equipos (Green Bay y Pittsburgh) que emplean con más éxito este modelo de defensa. En la primera ronda del draft se cubrió esta necesidad con la selección de Aldon Smith, defensive end en Missouri al que se le está trasladando al puesto de outsider linebacker. De momento los resultados en esta pretemporada son muy alentadores y con seguridad será parte del once titular cuando comiencen los partidos de verdad. En el otro lado de la línea de linebackers debería acompañarle Ahmad Brooks, el otro jugador en plantilla más adecuado para este sistema. Por supuesto Patrick Willis seguirá al mando de la defensa desde su puesto de linebacker central, aunque también él está siendo entrenando de forma especial en el “pass-rush”. Y es que este año tenemos que esperar muchos “blitzes” en San Francisco, y no sólo de los jugadores en teoría encomendados a ello. Willis tendrá en el jugador de segundo año, Navorro Bowman, a su nuevo escudero. En la secundaria también tenemos varias caras nuevas.
El sustituto de Clements será Carlos Rogers, otro producto inacabado del Draft de 2005. Rogers es un aceptable “cover-corner”, pero su incapacidad para producir cualquier “big play” le ha alejado de la élite de su posición. Shawntae Spencer será el cornerback nº 2, y por detrás contaremos con Tarrell Brown, el novato Chris Culliver y Phillip Adams entre otros. Por diferentes motivos el cuerpo de safeties está más que cubierto. Cuando parecía que Dashon Goldson se marchaba (anuncio vía Twitter incluído) se contrató inesperadamente a Donte Whitner, strong safety proveniente de Buffalo, para acompañar a Reggie Smith. La lesión de éste último fue otro ingrediente en el retorno de Goldson, lo que añadido al también adquirido Madieu Williams (ex Viking) nos deja con cuatro jugadores válidos para dos puestos. Quien se queda fuera de la ecuación es Taylor Mays, al que su pobre capacidad de cobertura le ha colocado en la “lista de transferibles”.
Donde no se han producido novedades en defensa es en la línea. La marcha de Franklin la cubrirá Isaac Sopoaga, quien retorna al puesto de nose tackle en el que no tuviera demasiado éxito a su llegada a la liga. Los ends serán Justin Smith, nuestro mejor jugador la pasada temporada, y Ray McDonald, al que su jugoso nuevo contrato le presupone un mayor protagonismo en el equipo. Por detrás de los titulares sólo hay jugadores de segunda fila que de momento no aseguran nada. En 2010 la defensa contra la carrera de San Francisco fue de las mejores de la competición, veremos si la baja no cubierta con nadie de fuera de Franklin pesa o no.
Los equipos especiales tampoco se salvan en lo que a nuevo entrenador se refiere. Llega Brad Seely, uno de los técnicos más respetados de la liga en este aspecto del juego y que viene de trabajar más recientemente en Cleveland con Joshua Cribbs. Aquí también tiene un retornador de mucho pedigrí en Ted Ginn Jr., quien el año pasado firmó una respetable campaña devolviendo punts. Para los kickoffs quedarán los jóvenes Kyle Williams y Kendall Hunter, si bien la nueva regla (que en realidad es la antigua) de mover los kickoffs a la yarda 35 va a disminuir enormemente el peso de esta faceta en el juego.
Para las patadas seguimos contando con los servicios del punter Andy Lee, dos Pro Bowls en las últimas cuatro temporadas. Además, la guinda de la agencia libre vino de la mano de nuestro nuevo kicker, David Akers, ex de Philadelphia que ya en su primera actuación como niner en pretemporada dejó sello de su calidad con un field goal de 59 yardas. El cinco veces Pro Bowler (incluidas las dos pasadas campañas) reemplaza a Joe Nedney, quien hizo un gran trabajo en sus seis temporadas en la bahía. Para su desgracia dos años seguidos luchando con las lesiones son demasiados para una posición como la de kicker de la que los entrenadores no quieren “preocuparse”.
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