Es impresionante como en un solo año los San Francisco 49ers han pasado de ser la eterna decepción y un equipo sin aspiraciones a nada a convertirse en uno de los bloques más poderosos y más firmes candidatos para luchar por la Super Bowl. El máximo responsable de este cambio es el head coach, Jim Harbaugh, quien en su primera temporada en la NFL demostró sobradamente que sus éxitos no se iban a limitar al ámbito colegial. Con una plantilla bastante similar a la que había fracasado estrepitosamente en 2010 fue capaz de conquistar la división con facilidad y quedarse a un par de jugadas de participar en la gran final. Su intensidad y seguridad en sí mismo se contagiaron a un grupo de jugadores que rindió muy por encima de las expectativas. Hace un verano nadie quería venir a la bahía, los 49ers tenían que “sobre pagar” para realizar fichajes. Ahora jugadores veteranos se pelean por ser reclutados por Harbaugh buscando su última oportunidad de ganar el anillo. Los años malos han pasado definitivamente en San Francisco, bienvenidos a “La Era Harbaugh”.
Tras muchas temporadas en la bahía menospreciando la posición de quarterback, Harbaugh y su staff tomaron cartas en el asunto y en su año 1 centraron su atención en recuperar la confianza de Alex Smith. Haciéndole ver que no tenía que ser el líder del equipo por su condición de pasado nº 1 del draft quitaron toda la presión de encima de un hombre que llevaba años jugando con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza. El resultado se tradujo en una ofensiva que sin ser muy espectacular sí que resultó muy consistente. Sólo dos veces se quedaron los niners por debajo de los 19 puntos anotados en regular season. Smith produjo la mejor campaña de su carrera con un fantástico registro de 17 TD / 5 INT. Nadie cuidó del balón en ataque como San Francisco, diez turnovers, marca que igualó el récord de la NFL establecido por los Patriots dos años antes.
Pese a todas estas alabanzas, Smith no recibió una oferta inmediata de renovación al comenzar el período de agencia libre. Al contrario, se estudió la posibilidad de Peyton Manning, y sólo cuando éste marchó a Denver los 49ers firmaron un nuevo contrato con Smith. Pasados varios meses de aquello parece que la relación entre el quarterback y el head coach está intacta. Smith es el claro nº 1 del equipo y este año promete que dará un paso más en su carrera. A su disposición tiene la mejor plantilla en ataque que ha montado San Francisco desde su llegada en 2005.
Las nuevas caras en ataque incluyen dos viejos conocidos de los Giants, Brandon Jacobs y Mario Manningham, y un receptor histórico que busca darle un final feliz a su carrera deportiva, Randy Moss. A sus 35 años y una temporada después de anunciar su retirada, Moss vuelve dispuesto a ser lo que pocas veces fue, un ejemplo en el vestuario para el resto de sus compañeros, en busca del anillo que se le escapó con los Patriots. Receptores jóvenes que puedan aprender de Moss abundan en la bahía: Michael Crabtree, quien afrontará esta campaña con ganas de revancha tras sus decepcionantes playoffs; Kyle Williams, otro que tiene que hacerse perdonar de sus errores garrafales en final de conferencia; y el novato de primera ronda, A.J. Jenkins, cuya velocidad debe darle al ataque un elemento que adoleció por completo en 2011. Junto a los tight ends Vernon Davis y Delanie Walker, más la sorprendente vuelta de Ted Ginn Jr., los niners cuentan con un cuerpo de receptores muy mejorado respecto al que montaron en la pasada postemporada.
No obstante, donde verdaderamente radica la calidad de esta ofensiva es en el backfield. Frank Gore, continúa siendo un jugador de élite en su posición, Kendall Hunter da cada vez más muestras de poder ser un digno sucesor y Jacobs se ha sumado a la mezcla para añadir potencia y seguridad en jugadas de pocas yardas y “goal line”. Por si fuera poco todo esto en el draft se eligió contra pronóstico otro corredor, LaMichael James, cuyas principales virtudes (enorme velocidad y agilidad) complementan las del resto de sus compañeros. Al igual que comentamos con Jenkins en el juego aéreo, James debe aportar explosividad en el backfield. Eso sí, las expectativas para 2012 han de contenerse en ambos casos puesto que la competencia en sus puestos es feroz y es probable que no cuenten con muchas oportunidades de juego si no median las lesiones.
La línea ofensiva se mantiene casi intacta con la excepción del puesto de guard derecho, ocupado por un Adam Snyder que buscó pastos más verdes en la agencia libre. Su hueco será cubierto desde dentro con Alex Boone. Su tándem en el lado derecho con Anthony Davis (en su tercer año muy propenso aún a las penalizaciones) es un punto de preocupación en comparación con el lado izquierdo, donde Joe Staley y Mike Iupati funcionan muy bien. El center Jonathan Goodwin, un gran fichaje la pasada campaña, equilibra el grupo.
Reseñar finalmente la lucha en el puesto de quarterback suplente, donde Colin Kaepernick mantiene una sólida ventaja sobre Scott Tolzien y el protegido de Harbaugh, Josh Johnson (jugó para él en la universidad de San Diego). Uno de estos dos últimos hombres será cortado casi con seguridad una vez concluya la pretemporada.
En resumidas cuentas, las adquisiciones de Moss y Manningham así como los “picks” en el draft de Jenkins y James dan a entender un cambio de filosofía en la ofensiva. Sin embargo no debemos esperar un ataque “pass-happy” que quiera apabullar de inicio a los rivales como lo hacen Packers, Saints o Patriots. Lo que buscarán Harbaugh y el coordinador ofensivo Greg Roman con este grupo de jugadores es una mayor efectividad y profundidad en el juego aéreo (solucionando los problemas en la zona roja de 2011), sin por ello perder de vista que el objetivo principal seguirá siendo mover el balón por tierra y no cometer turnovers.
Este planteamiento de la ofensiva encaja a la perfección con el rendimiento de una defensa que el año pasado fue una de las mejores de la competición. Hacía mucho tiempo que en San Francisco no disfrutaban tanto con el juego de su unidad defensiva. Tradicionalmente en los niners el ataque es el que ha mandado y se ha llevado el protagonismo, pero a día de hoy los aficionados locales esperan casi con más ansia que salte al campo su defensa, un poco en el molde de los fans de los Steelers.
Estrellas no faltan en cada una de las líneas, pero lo que resalta es el funcionamiento del grupo completo que prácticamente no tuvo puntos débiles en 2011. Los niners contaron con la mejor defensa contra la carrera, produjeron más turnovers que nadie y sobre todo hacia final de temporada le pusieron las cosas harto complicadas a los quarterbacks rivales. Todo dirigido desde arriba por el coordinador defensivo Vic Fangio, cuyos planteamientos supusieron un salto de calidad.
El líder en el campo de esta “máquina trituradora” es Patrick Willis. Sin temor ninguno podemos afirmar que el middle linebacker pasará a la historia de la franquicia como uno de los más grandes. Había cierto interés en ver cómo respondía sobre el campo tras la marcha de su mentor, Takeo Spikes. Como era de esperar Willis tomó el mando como capitán indiscutible de la defensa. Lo que nadie podía imaginar es que encontrara en NaVorro Bowman un escudero de tal categoría. El linebacker de segundo año sorprendió a propios y extraños con una temporada para algunos incluso mejor que la de Willis. La calidad del grupo de linebackers es impresionante. Ahmad Brooks jugará con la seguridad de un nuevo y jugoso contrato y Aldon Smith estrenará titularidad en 2012 tras demostrar como novato una habilidad especial para el pass-rush. Dos jugadores muy sólidos como Parys Haralson y Larry Grant no tienen más remedio que esperar en la banda su oportunidad.
En la línea encontramos a posiblemente el mejor jugador del equipo en los últimos años, Justin Smith. El inmenso defensive end recibió por fin el reconomiento público merecido tras muchas campañas espectaculares a la sombra de una escuadra sin rumbo. Pasarán muchos años para que se olviden sus dos actuaciones en los playoffs. Junto a él Ray McDonald y Isaac Sopoaga conforman el bastión de una defensa que no encajó un solo touchdown de carrera en los primeros catorce encuentros de temporada regular. Por detrás del trío titular no hay grandes nombres pero sí hombres que cumplen con su cometido, entre ellos destacan Ricky Jean François y Demarcus Dobbs, quien incluso puede doblar como tight end en esta campaña.
La secundaria era el grupo de la defensa que había flojeado en temporadas anteriores, pero en 2011 se unió a la fiesta con un total de 23 intercepciones, segunda mejor marca de la NFL. Dos fichajes que llegaron sin mucho bombo, Carlos Rogers y Donte Whitner, ofrecieron un rendimiento espectacular. Como consecuencia de su buen juego se beneficiaron Tarrell Brown y Dashon Goldson, quienes cumplieron con creces las expectativas que había depositadas en ellos desde que fueron elegidos en el draft. En el puesto de cornerback hay recambios en Chris Culliver, Tramaine Brock y el fichaje de invierno Perrish Cox. Donde hay más dudas es con la posición de safety donde figuran C.J. Spillman (más conocido por su gran labor en equipos especiales), Darcel McBath (agencia libre) y los novatos Trenton Robinson y Michael Thomas.
Con todos los titulares de 2011 de vuelta en el equipo, puntualizando el cambio de Haralson por Smith en el “depth chart”, no debemos tener duda alguna que esta defensa volverá a hacer de las suyas en esta nueva temporada.
Bajo los mandos de Brad Seely los equipos especiales de San Francisco fueron los mejores de la NFL en 2011. Tanto Andy Lee como David Akers fueron elegidos como All-Pro, éste último con el récord de field goals convertidos en una temporada bajo el brazo (44). Ambos vuelven este año para formar una pareja de pateadores de auténtico lujo.
En el apartado de retornos destacar la renovación de Ted Ginn. Su ausencia fue decisiva en la derrota en final de conferencia ante los Giants y eso pesó mucho en el front office, que no quiso perder un jugador que en ataque aporta más bien poco. Por detrás de él aparecen con opciones de tocar el balón en equipos especiales Kendall Hunter, LaMichael James y Kyle Williams, cuyos dos errores en el citado encuentro por el campeonato no parecen haberle hecho perder confianza.
Por supuesto los Spillman, Brian Jennings (long snapper), Tavares Gooden, Colin Jones y compañía (los apodados “bailongos” en el foro de los niners) seguirán haciendo las delicias de los aficionados locales con su magnífico trabajo de cobertura en los retornos.
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