Una vez leí que los Phoenix Suns de Jason Kidd, Kevin Johnson o “Rostro Pálido” Chapman hubieran sido los máximos favoritos al anillo de la NBA siempre y cuando no se permitieran en la liga los jugadores de 2 metros. Los Arizona Cardinals están en una situación parecida. Serían un aspirante si la figura del QB no tuviera la importancia que tiene hoy en día en la NFL.
La temporada pasada no fue mala, un récord de 8-8 y ganando casi todos los partidos de la segunda mitad del año. Después de una bonita remontada, el equipo se quedó fuera de los PO por culpa del resbalón de Early Doucet en Cincinatti, el día de Nochebuena. Los inicios fueron horribles, Kevin Kolb no se enteraba de nada en ataque y la defensa naufragaba bajo continuos intentos de blitz por parte del entonces nuevo DC procedente de los Steelers Ray Horton. El equipo fue a más a medida que la defensa captaba los nuevos conceptos procedentes de Pittsburgh. Hasta conseguía tapar los continuos fallos de un ataque que mejoró, pero poco, bajo la batuta de John Skelton.
La gerencia a punto estuvo de cerrar de un plumazo el problema del QB, metiéndose de lleno en la puja por Peyton Manning. La cosa no salió bien y el futuro Hall of Famer se decidió por los Broncos. Ni la mediación de Larry Fitzgerald consiguió convencer al veterano pasador. Una pena, ya que su impacto podría haber sido muy parecido, y hasta superior, al de Kurt Warner en su momento.
Tampoco en las primeras rondas del draft se buscó un nuevo QB. La gerencia apostó por dar más armas a los pasadores disponibles y se trajo al receptor de Notre Dame Michael Floyd, que había hecho buenas migas con Fitz durante el proceso previo al draft. No fue hasta sexta ronda, eligiendo a Ryan Lindley, cuando se decidió mejorar la posición. Este pick completó un buen draft, dónde se taparon gran parte de las carencias del equipo.
Ken Wisenhunt sigue al frente del equipo como HC. A pesar de haber tomado decisiones difícilmente explicables (Derek Anderson??? Are you kidding me?!?!?) es un buen gestor de vestuarios y, si aprende a delegar un poco más en ataque, se convertirá es uno de los HC más codiciados en unos años. Russ Grimm será el OL coach y principal asistente de Whiz a pesar de su patético papel intentando montar una OL decente. Mike Miller seguirá siendo el OC y Horton el DC.
Como hemos comentado los QB son el talón de Aquiles del equipo. Kevin Kolb parte como favorito para ganarse el puesto de titular, sobretodo porque con el pedazo de contrato que tiene, no puede ser el #2 del equipo. Es el típico QB que se adapta perfectamente a la WCO: snap y pase rápido. El problema es que Arizona no juega a eso y Kolb se pierde. Si a esto le sumamos que la OL no le daba demasiado tiempo tenemos que lo más habitual fue ver al de Houston en continuos scrambles y rollouts descontrolados. El otro aspirante al puesto es John Skelton. El de Fordham entró después de la lesión de Kolb y mejoró el papel de su antecesor. Cierto es que cometió más fallos, pero también lo es que fue mucho más valiente y que el ataque mejoró con ello. Tiene una buena química con Fitzgerald y su tipo de juego se adapta mejor a lo que quiere Whiz: brazo potente y precisión lanzando profundo. Es más atlético de lo que parece y no tiene miedo a salir del pockett. Si le gana el puesto a Kolb, éste último será cortado y todo quedará en manos de “mandíbula” Skelton. Por cierto, se comenta que el vestuario está a favor de este último.
En el puesto de RB, Beannie Wells viene de realizar su mejor temporada como pro. Superó las 1.000 yardas a pesar de perderse algún encuentro por lesión. Además, consiguió el record de la franquicia en yardas de carrera en un partido, machacando a los Rams con más de 200 el día que se jugó en el Edward Jones Dome. Es grande y rápido, pero tiene el handicap de ser frágil. Para evitar el sobredesgaste de Wells, el equipo contará este año con el recuperado Ryan Williams, 2ª ronda del año pasado que se lesionó en la pretemporada y no pudo debutar. El pequeño y explosivo LaRod Stephens-Howling volverá a ser el tercer corredor, aportando mucho como receptor fuera del backfield y retornando los kick-offs. Javarris James ha sido fichado en FA, pero sólo se quedaría si alguno de los anteriores se lesionara. El FB será Anthony Sherman, un jugador joven y seguro.
El juego y percepción de la OL dependerá que clase de Levi Brown veamos este año. Si su juego es como las 10 primeras jornadas del año pasado, la cosa estará difícil. Ahora, si el de Penn St logra alcanzar el nivel de juego de los 6 últimos partidos (dónde secó a hombres como Demarcus Ware) la OL entera se verá beneficiada. Ha sido recontratado a la baja, así que la apuesta no nos ha salido especialmente cara. Jeremy Bridges y el rookie Bobbie Massie se jugarán ser el RT titular. El primero es flojete, pero parte como favorito visto lo poco que confía Whiz en los rookies. El interior de la OL debería también. Adam Snyder, llegado en la FA, ocupará el puesto de RG, completando una decente parte central de la línea junto a los veteranos Lyle Sendlein y Daryn Colledge, C y LG respectivamente.
El cuerpo de receptores es de total garantía, a pesar de haber cometido algún fallo en momentos importantes. Larry Fitzgerald seguirá acaparando toda la atención de las defensas. Para sacar ventaja de esta situación, el equipo escogió a Michael Floyd en el draft. El Fighting Irish debería ser el #2 a principios de temporada, estirando el campo y jugando contra coberturas individuales de CB mucho más pequeños que él. André Roberts será otra vez el slot y Early Doucet intentará volverse a ganar el crédito perdido el año pasado con sus drops. Los TE’s volverán a ser más bloqueadores que receptores … a no ser que Rob Housler comience a mostrarnos alguna cosa. Yo soy escéptico y a pesar que el chaval tiene maneras, ningún TE a triunfado en el esquema de Whiz en Arizona. Todd Heap dará sus últimos coletazos en la liga, siendo el titular si está sano.
La D despejó las dudas que había a principios de la temporada pasada. La unidad montada por Ray Horton ha dado claros signos de ser una de las más fuertes de la liga. Es un DC extremadamente agresivo, que no tiene problemas en enviar a cualquier jugador a la caza del QB contrario. Una de las dudas es el NT. Dan Williams, primera ronda de hace 2 años sólo ha mostrado detallitos ya que ha tenido problemas con las lesiones. Si juega al nivel que se le presupone cerrando la carrera interior, sus compañeros de línea se pueden salir. Ha llegado en su mínimo histórico de peso (142 Kg) demostrando sus ganas de triunfar. Su sustituto y compañero de fatigas interior será David Carter, que sorprendió cuando el Williams cayó lesionado el año pasado. Es joven y un poco undersized, pero puede aportar un buen descanso al de Tennesee. Los Ends volverán a ser propiedad de Calais Campbell y Darnell Dockett. Casi nada. Aportan en todos los aspectos posibles y forman una de las parejas más temibles de la liga. Campbell, además, es todo un experto en bloquear FG’s.
El cuerpo de LB es dónde hay más juventud y expectativas. Por el medio Daryl Washington y Paris Lennon intentarán jugar al nivel del año pasado. Son dos LB’s rápidos y atléticos, sin muchas fisuras, y sobretodo Washington, con un futuro espectacular. Muchos le comparan al MLB de los 49ers, Patrick Willis. Por fuera estarán Sam Acho y O’Brien Schofield. El primero sorprendió en su año rookie, jugando por encima de lo esperado. La gerencia encontró una joya en 4ª ronda. Schofield, ya recuperado de su rotura de ligamentos de hace un par de años, debe demostrar si vale para jugar como OLB o simplemente es un caza QB. Stu Bradley, que se ha bajado el sueldo para seguir en el equipo, intentará ganar minutos jugando en cualquier posición, especialmente por el medio.
La secundaria se ha reforzado también. Patrick Peterson es una estrella en ciernes y con una pretemporada por delante puede convertirse en un «top 5» de la liga ya mismo. Para jugar en el lado contrario habrá una lucha terrible durante el training camp. William Gay (recien fichado), A.J. Jefferson (el titular el año pasado), Greg Toler (recuperado, después de pasar todo el año en IR) y Jamell Fleming (3ª ronda del draft) lucharán por hacerse con el puesto. Los safeties volverán a ser Wilson y Rhodes, jugadores de muchas garantías. El #24 jugó el año pasado una de sus mejores temporadas, y acaba de renovar (a la baja) para acabar su carrera como Cardinal. En una leyenda en la franquicia y su número será retirado una vez que decidacolgar las botas. Rhodes es más un FS profundo y oportunista. Esperemos que se haya recuperado al 100% de la lesión que le mantuvo fuera muchos partidos del año pasado. Para dar descanso estará el Crimson Tide Rashad Johnson, que ha jugado muy por debajo de lo que se le presuponía.
Dave Zastudil volverá a ser el punter y Jay Feely el kicker. Son irregulares, no como el mejor retornador de punts de la liga, Patrick Patrick Peterson que volverá a retornar los punts y seguir aumentando su leyenda después de los 4 TD del año pasado. LSH será el que retorne los pocos kick-offs que los pateadores contrarios no envíen a las gradas.
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