Los Baltimore Ravens acabaron la pasada campaña con un récord de 12-4, ganando la dura división norte de la Conferencia Americana y accediendo por cuarto año consecutivo, todos desde que John Harbaugh se hizo cargo del equipo, a los playoffs. Y todo ello a pesar, o quizá gracias, a importantes bajas en la plantilla del año anterior.
Sin embargo, la temporada será recordada en el futuro con un sabor muy agridulce debido a la tragedia griega que aconteció en los últimos segundos de la disputa del trofeo Lamar Hunt contra los New Engalnd Patriots. Ese drop inducido a Lee Evans que daba el pase directo a la segunda Superbowl, seguido por un clamoroso field goal errado por Billy Cundiff que iba a renovar las opciones del equipo en la prórroga, permanecerán en la retina de los ravenfans por mucho tiempo.
Al comienzo de la era Harbaugh, la filosofía del front office, al menos para la galería, era crear sin exigencias a corto plazo un equipo fuerte y estable, con relevos generacionales suaves, capaz de llegar con asiduidad a los playoffs. Lo que allí después ocurriera tendría menos importancia. Y podemos decir que esto ya se ha conseguido, pero el ser humano siempre quiere más, y los aficionados de Baltimore verán como una temporada imperfecta aquella en la que no se llegue al gran partido y un gran fracaso si no se accede a las eliminatorias. El listón está ya muy alto.
Mr. Joe Flacco liderará por quinto año el ataque. Aunque siempre en cierta medida discutido por su rendimiento poco consistente, lo cierto es que ha llevado, o al menos no ha sido un obstáculo, para que siempre el equipo alcance bajo su mando de ataque los playoffs. Y si bien no son nada frecuentes en él las actuaciones dignas para el recuerdo, tampoco somos capaces de recordar actuaciones para el olvido. En la recámara tenemos a Tyrod Taylor, un diamante en bruto pero una completa incógnita hasta ahora en la NFL y a Curtis Painter, traído desde Indianápolis por el ex-headcoach Jim Caldwell -ahora preparador de quarterbacks- que no es ninguna incógnita, puesto que ya ha probado con los Colts que es un jugador muy mediocre. En importante señalar que Flacco se juega su futuro este año, el último de su contrato de rookie, por lo que intentará por todos los medios dar lo mejor de sí y solucionarse la vida para siempre.
La línea de ataque que debe protegerlo tuvo muchas dificultades para hacerlo el año pasado, y tras la marcha de Ben Grubbs, junto con el probowler Marshall Yanda el valor más sólido de la línea, surgen muchas dudas acerca de cuál será su rendimiento. Veamos por qué. El lado ciego lo debería seguir cubriendo Bryant McKinnie, muy correcto en 2011, pero que sin embargo ha llegado tarde y con mala preparación física al inicio de los entrenamientos. El puesto de left guard dejado por Grubbs lo ocupará el veterano adquirido a los Bengals Bobbie Williams, un jugador probado y experimentado, pero ya entrado en años (35) y con una lesión grave y reciente en un tobillo, que no creemos pueda de ningún modo llegar a tener el rendimiento del anterior titular. Para iniciar los snaps volverá a estar Matt Birk (36 años), que el año pasado comenzó ya a dar muestras de deterioro tras catorce años de servicio. Se ha elegido como su sucesor a Gino Gradkowski en la cuarta ronda del draft y probablemente sea un año de transición en este puesto. No habrá sin embargo ninguna sorpresa en el puesto de right guard: Marshall Yanda, probowler el año pasado debe ser un año más el jugador más valioso de la línea. Michael Oher decepcionó el año pasado en el puesto de tackle derecho, ya que causó buenas impresiones en su año de rookie en una posición teóricamente más complicada como es la de tackle izquierdo. Aún así parece que va a seguir cubriendo nuevamente esta posición, pero debido a los problemas que hemos comentado antes con Bryant McKinnnie, seguramente no sabremos hasta septiembre si volverá al lado izquierdo sustituyéndolo, o si permanecerá en el mismo puesto con un año más de experiencia.
En el backfield Baltimore usará de nuevo un sistema con dos hombres: Vonta Leach es el sucesor de Lorenzo Neal como fullback puro. Su desempeño será de nuevo de extraordinaria importancia para dar oportunidades al corredor, especialmente este año donde surgen dudas como hemos comentado antes sobre como será el desempeño de la línea de ataque. Su principal beneficiario es la estrella del equipo ofensivo de los Ravens: Ray Rice. Acaba de ser nombrado jugador franquicia y ha firmado un merecido y suculento contrato, todo ello como premio a sus extraordinarias prestaciones en los últimos años, mostrándose pese a su pequeño tamaño (173 cm / 95 kg) como un corredor versátil, que sabe tanto buscar huecos como atrapar balones en jugadas de screen. Por ello ha sido el jugador número 1 de toda la liga en 2011 con más yardas acumuladas desde la línea de scrimmage, nada menos que 2068 y 15 touchdowns anotados. Tras la retirada de Ricky Williams hay una lucha en pretemporada por quien será el segundo corredor, pero todos tienen un factor en común: una total inexperiencia en el puesto dentro de la NFL.
En el puesto de tigh end volverá a haber rotaciones.Tras la marcha del gran Todd Heap el puesto volverá a ser cubierto por Ed Dickson en mayor medida y Dennis Pitta. Ambos son jugadores trabajadores pero con dos años ya de experiencia ninguno de ellos tiene pinta de poder llegar a ser un Gates, un Witten o un González. El primero se desenvuelve bien en tareas de bloqueo pero no tiene buenas manos. Y con el segundo ocurre justo lo contrario. Serán usados por tanto según precise la situación. Se ha contratado recientemente al veterano Billy Bajema para complementar a la pareja.
De igual modo el protagonismo del cuerpo de receptores recaerá fundamentalmente en dos jugadores que se complementan: Anquan Boldin y Torrey Smith. Boldin es un jugador veterano (31 años) que ha comenzado a dar muestras de declive, pero aún se muestra bastante seguro y fiable. Este año seguirá sin duda siendo un excelente receptor de rutas cortas y medias. Smith en su segundo año es por contra el joven rookie que se ganó el puesto a pulso y dio muy buenas sensaciones el año pasado, especialmente mediante el uso de su velocidad en pases profundos desbordando a defensive backs rivales. Probablemente el tercer receiver que más ovoides atrape será Jacoby Jones, adquirido en la agencia libre a los Texans, donde ha dado, de forma irregular, destellos de calidad y siempre a la sombra de Andre Johnson, estando dedicado mayormente a los retornos.
En definitiva, el ataque de los Baltimore Ravens pivotará de nuevo sobre la figura de Ray Rice ayudado por Vonta Leach. Un cuerpo de receptores polimórfico y de calidad muy aceptable tratará de sacar provecho del establecimiento del juego de carrera. El desempeño de la línea de ataque es una incógnita y a priori no parece, por la suma de calidades individuales, que pueda ser mejor que la del del año pasado.
La defensa ha sido tradicionalmente el pilar de este equipo y quien más ha tirado de la franquicia. Siempre se había pedido en Baltimore que el ataque simplemente acompañara y no estropeara los logros del juego defensivo. Lógicamente esto ha ido cambiando a lo largo de los años, pero hasta ahora, Baltimore ha llegado siempre hasta donde ha llegado gracias a su defensa y ha solido fracasar por culpa de acciones ofensivas, cual es el caso del año pasado sin ir más lejos.
Y aunque el desempeño del año pasado volvió a ser brillante, las espada de Damocles que cada año amenazan el comienzo de la temporada son la edad o estado de salud de sus dos figuras más emblemáticas: ¿será este el año de declive definitivo de Ray Lewis (37 años y 16 temporadas)? ¿será este el año de declive definitivo de Ed Reed (33 años y 10 temporadas)? Y el colmo es que la mala salud con quien se ha cebado de momento no es con los veteranos sino con quien es el tercer hombre, el más jóven y quien más logros ha dado al equipo defensivo el año pasado, al punto de lograr el premio al jugador defensivo del año, que no es otro que Terrell Suggs, y que de momento no tiene fecha prevista de vuelta aunque se espera que sea para diciembre.
Un puesto en la dirección defensiva de los Baltimore Ravens es un potente trampolín para convertirte en head coach: tras los pasos de Marvin Lewis, Mike Nolan, Rex Ryan y Mike Smith le ha tocado el turno a Chuck Pagano que dejó el equipo para dirigir a los Colts. La coordinación de la defensa recaerá este año en Dean Pees (hasta ahora entrenador de linebackers y ex coordinador defensivo de los Patriots). Como es tradición en este equipo se volverá a usar un sistema 3-4 para organizar el front seven.
Terrence Cody, aunque hasta ahora siempre ha sido un jugador un tanto errático será el nuevo nose tackle en sustitución de Cory Redding. A su diestra estará Haloti Ngata, sin duda otro de los pilares de este equipo, tres veces probowler, y que ya ha anunciado que su salud está totalmente recuperada, tras terminar el año con molestias de espalda. Ello para terror de sus adversarios, ya que este portento natural en plena forma suele ser desequilibrante para las líneas ofensivas rivales, necesitando habitualmente una doble cobertura. Y a la izquierda de Cody se disputan la titularidad Arthur Jones y Pernell McPhee, con 6 sacks en su haber en su primer año.
En el cuerpo de linebackers, hasta la vuelta a la competición de Terrell Suggs, la responsabilidad de mantener un pass rush potente recaerá en los linebackers exteriores Courtney Upshaw (RUSH) y Paul Kruger (SAM). Upshaw es la primera elección del draft de este año y viene de liderar la defensa de la Universidad de Alabama con 10 sacks. Mantiene dura competencia en pretemporada por el puesto con Albert McClellan, un jugador novato adquirido el año pasado en la agencia libre y que está rindiendo a gran nivel este verano y junto a Kruger están siendo los LB más en forma durante la pretemporada. Un año más Ray Lewis (como MIKE) y Jameel McClain (como TED) se encargarán de las posiciones interiores para frenar el juego de carrera. El fondo de armario del cuerpo de linebackers de los Ravens es de gran calidad y deben ser mencionados Brendon Ayanbadejo, Dannell Ellerbe y Sergio Kindle. Todos ellos, salvo Kindle, son probados y sólidos suplentes que participarán en numerosas rotaciones. Kindle, elegido en la primeras ronda del draft hace dos años, está en su última oportunidad de demostrar su verdadera valía si no quiere ser cortado.
En la secundaria por los laterales sólo Lardarius Webb tiene calidad contrastada en la banda izquierda. En el lado derecho tanto Cary Williams como Jimmy Smith han demostrado hasta el momento ser jugadores medios, con muchos problemas para intimidar a receptores rivales de gama alta. Cerrando la cobertura defensiva continua un año más el gran Ed Reed, a quien Dios le de salud, y Bernard Pollard, que cumplió a la perfección en su primer año en Baltimore, especialmente en tareas de defensa terrestre. Un potencial problema en esta línea es que tras la marcha de Haruki Nakamura y Tom Zbikowski, recambios experimentados para ambos titulares, no hay nadie que atesore ni de lejos la calidad o experiencia de éstos.
Sam Koch es uno de los punters más seguros de toda la liga y se encargará de esta labor por séptimo año consecutivo. Billy Cundiff fue perdonado públicamente por su gran error en el último lanzamiento del año pasado y recabó numerosas muestras de apoyo. Sin embargo eso no le ha servido de nada puesto que fue recientemente cortado en detrimento del pateador novato Justin Tucker.
En cuanto a los retornos Probablemente sea Jacoby Jones, que desempeñaba este cargo en los Texans, el encargado principal en retornar balones durante este año, rotando la posición con alguno de los jóvenes jugadores adquiridos en los draft recientes. El cornerback Asa Jackson ha tenido buenas actuaciones tanto en los entrenamientos como en los partidos oficiales de pretemporada disputados hasta el momento.
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