Desde su retorno a la liga en 1999 los Browns han sido una franquicia sin rumbo y gafada por las malas decisiones en la adquisición de nuevos jugadores. Como muestra perfecta sirve la pasada temporada que fue un nuevo ejemplo de promesas incumplidas y proyectos inacabados.
En el 2010 la cosa no fue mucho mejor, pero las sensaciones transmitidas por el quarterback novato Colt McCoy y el corredor Peyton Hillis hacían encarar el futuro con moderado optimismo. Sin embargo, una vez más, las expectativas no se vieron refrendadas en una decepcionante campaña en la que Hillis naufragó completamente (algunos dirán que por culpa de la maldición del Madden otros dirán que por su falta de compromiso y ética de trabajo) lo que dejó a McCoy a los pies de los caballos. Sin un juego de carrera que le quitase presión y con un cuerpo de receptores malo de solemnidad el quarterback poco pudo hacer. Su mal juego y el famoso incidente de la «conmoción fantasma» contra los Steelers agotaron la paciencia de la gerencia que desistió en su idea de convertirle en el futuro de la franquicia.
Así las cosas, llegado el momento del draft el staff técnico lo tuvo claro. Era hora de apostar por jugadores enblemáticos para favorecer el ansiado resurgimiento de la histórica franquicia. Sin embargo y a pesar de contar con un magnífico arsenal de rondas del draft, fueron superados por los Redskins en la lucha por hacerse con los servicios de Robert Griffin III. Este hecho levantó ampollas entre los aficionados y cuestionó gravemente la capacidad de Mike Holmgren como general manager.
Una vez descartada la opción RGIII los Browns se conformaron con el runningback Trent Richardson y el quarterback Brandon Weeden, ambos seleccionados en primera ronda y ambos llamados a ser la nueva cara de la franquicia en el enésimo proyecto de reconstrucción. Reconstrucción que bien pronto puede verse amenazada si Jimmy Haslam III, flamante nuevo propietario del equipo, decide dar un nuevo giro en la dirección del equipo.
Pat Shurmur debutó como head coach la pasada temporada gracias a su currículum como coordinador ofensivo y su intento por implantar un ataque de pases cortos y rápidos (la mal llamada West Coast Offense) para adaptarse a las características de Colt McCoy devino en un completo fracaso. Entre la dejadez y las lesiones de Hillis y la falta de un sustituto de nivel el juego de carrera naufragó completamente lo que dejó toda la responsabilidad del ataque en el inexperto brazo de McCoy y en las manos de un grupo de receptores de ridículo nivel. El resultado de esta combinación de factores sólo se puede calificar como desastroso.
Para evitar problemas similares los Browns se jugaron el todo por el todo con la adquisición de Trent Richardson. El runninback procedente de la universidad de Alabama es de esos corredores a la antigua usanza, capaz de llevar el balón treinta veces por partido y machacar a las defensas sin desfallecer. En su rendimiento están depositadas las esperanzas del ataque porque Montario Hardesty y Chris Ogbonnaya ya demostraron el año pasado que son incapaces de ofrecer poco más que relevos ocasionales. Brandon Jackson llega procedente de Green Bay para aportar versatilidad en tercer down mientras que Owen Marecic repetirá como fullback en su segunda temporada como profesional.
Para que Richardson pueda convertirse en el «workhorse» que todos esperan es fundamental que la línea de ataque recupere viejas sensaciones perdidas en el caos de la pasada temporada. Conviene recordar que esta unidad fue capaz de convertir en portada del Madden a un percherón como Peyton Hillis, así que la calidad está ahí. Para empezar cuentan con el mejor LT de la liga en la inmensa fiugra de Joe Thomas, que si bien no es especialmente brillante en el juego de carrera es el indiscutible amo y señor a la hora de proteger a su quarterback. Junto a él repiten el jugador de segundo año Jason Pinkston que fue titular en su temporada rookie, el sólido Alex Mack en el centro de la línea y el right guard Shawn Lauvao. La única novedad llega en la posición de right tackle en la que jugará el novato de segunda ronda Mitchell Schwartz.
En teoría línea de ataque y juego de carrera forman el binomio estelar de la ofensiva de los Browns, porque su juego aéreo sigue despertando muchas más dudas. Para empezar las prestaciones de Brandon Weeden en pretemporada no han sido demasiado buenas lo que está despertando bastante polémica en un jugador cuya elección ya fue bastante controvertida. Recordemos que Weeden abandonó su carrera en el football para practicar el baseball de manera profesional y es un rookie de veintiocho años. Pues bien, por lo visto en pretemporada su juego no se ajsuta para nada a lo que cabe esperar de un jugador en teoría más maduro y asentado. Brazo tiene de sobra y parece ser que no tiene ningún problema a la hora de sacarlo a pasear. Lanza todo y poco importa lo que tenga enfrente que él se juega el pase sin dudar. Mucho peligro, tanto que los debates en torno a su titularidad sobre Colt McCoy no parecen del todo cerrados. El quarterback procedente de los Longhorns de Texas es todo lo contrario de Weeden, tiene poco brazo pero es un jugador muy cerebral y que toma pocos riesgos hasta el punto de parecer demasiado timorato en su juego. Muchos piensan que tienen calidad para ser titular en la liga y que su defenestración ha sido algo precipitada teniendo en cuenta las condiciones de trabajo que tuvo que padecer la pasada temporada. En cualquier caso no parece contar con los favores del staff técnico y de la gerencia así que no sería extraño verle salir del equipo vía traspaso. Como número tres y posible número dos figura el veterano Seneca Wallace, preparado para deleitar al público con sus carreras y sus erráticos lanzamientos a la más mínima oportunidad.
Dejamos para el final la unidad de receptores que fue de las peores de la liga en la pasada temporada y que apenas si ha sido reforzada. Greg Little fue una de las pocas notas brillantes del curso pasado y su temporada de debut en la liga resultó tan prometedora que este año ha sido nombrado receptor primario del equipo. Por el contrario Mohammed Massaquoi decepcionó completamente en la temporada que debía servirle de consagración y ha sido degradado a la condición de número dos. Los novatos Josh Gordon y Travis Benjamin aparecen como primeros suplentes y el veterano Joshua Cribbs volverá a demostrar su peligro como «chico para todo» a la menor ocasión. En la posición de tight end Ben Watson aportará un poco de brillo y verticalidad en un grupo bastante anónimo completado por Jordan Cameron y Alex Smith. Nada como para tirar cohetes, la verdad.
Uno de los puntos brillantes de la pasada temporada fue el rendimiento de una defensa que sin grandes nombres se coló entre las mejores de la liga en el apartado estadístico. Mérito de Dick Jauron que recuperó la 4-3 tras los frustrados experimentos con la 3-4 y consiguió formar un grupo sólido y de rendimiento más que aceptable.
La línea defensiva tuvo sus luces y sus sombras. La luz la puso Jabaal Sheard que en su temporada de debut demostró que puede convertirse en uno de los mejores defensive ends de la competición. Las sombras aparecieron por la incapacidad mostrada para frenar el juego de carrera de los rivales, un problema que se espera paliar con la incorporación a la alineación titular del novato de cuarta ronda John Hughes como DT al lado del inmenso Athyba Rubin. Para el lado opuesto de Sheard se ha apostado por la incorporación del veterano Frostree Rucker un jugador que no ha cumplido las expectativas en su periplo en los Bengals pero que destaca en la contención de la carrera. Los veteranos Juqua Parker, Scott Paxson, Emmanuel Stephens y el novato Billy Winn serán los encargados de mantener la frescura en la trinchera con sus relevos puntuales.
El cuerpo de linebackers cuenta con la presencia intimidante de esa máquina de placar conocida como D’Qwell Jackson en el centro, acompañado en el exterior por el sancionado Scott Fujita y Kaluka Maiava. El novato James-Michael Johnson se postula como titular durante la sanción de Fujita mientras otro novato L.J. Ford y el jugador de segundo año Craig Robertson aportan profundidad.
En la secundaria figura la joya de la corona de esta defensa el cornerback de tercer año Joe Haden cuyas dos primeras campañas han resultado magníficas aunque no ha gozado del reconocimiento merecido por culpa del bajo número de intercepciones conseguidas. En el lado opuesto repetirá el veterano Sheldon Brown que a pesar de los años sigue manteniendo ese juego físico y aguerrido que le hizo famoso en los Eagles. Buster Skrine, Dimitri Patterson y el novato Trevin Wade completan la rotación. En la posición de strong safety se esperan grandes cosas de T.J. Ward quién decepcionó el curso pasado tras una brillante temporada rookie. En la posición de free safety hay más dudas puesto que ni Eric Hagg ni Usama Young terminan de convencer.
Sin novedad en este apartado repiten el eterno Phil Dawson como kicker, Reggie Hodges como punter y Joshua Cribbs volverá a deleitarnos con sus eléctricos movimientos en los retornos.
|
Comenta la actualidad de los CLEVELAND BROWNS en su Post Oficial de nuestro foro.
{jcomments on}