¡SuperBowl Champions!
Tras el aluvión de críticas por el «caso Favre», Ted Thompson y Mike McCarthy —General Manager y Head Coach respectivamente— con su buen hacer y sus muy a menudo criticadas difíciles decisiones han logrado lo más soñado por todos los seguidores queseros: traerse el trofeo de campeón de la Super Bowl a Green Bay. El mérito ha sido enorme, inmenso, por las circunstancias excepcionales en que se desarrolló: un equipo plagado de lesiones desde el comienzo de temporada, con las pérdidas del RB titular Ryan Grant y de su TE estrella Jermichael Finley por citar las más sensibles. Muchísimas bajas en defensa por todos lados, durante toda la temporada, incluso Aaron Rodgers perdiéndose algún partido por conmociones.
Pese a todo, el equipo se coló en wild cards y llegó a la Super Bowl, donde volvió a sufrir de nuevo más bajas importantísimas que obligaron a cambiar el game plan en mitad del partido. Pese a todo, se logró el ansiado trofeo frente a los laureados Steelers; el 4º en la historia de la franquicia (desde la era Super Bowl).
Mucha parte del mérito lo tiene el ya reconocido como genio Dom Capers —coordinador defensivo—, que en su 3-4 ha sabido reponerse a lesiones importantísimas y abundantes para hacer importantes y titulares incluso a jugadores free agents e incluso a “street players”, gracias a sus espléndidos sistemas defensivos.
Este año, debido al lockout, la cantidad de jugadores jóvenes con la que cuenta el equipo ha sufrido un varapalo importante en su preparación entre temporadas y los rookies lo tendrán muy difícil para aportar algo, pero el regreso de los jugadores lesionados y la calidad de la plantilla en general hacen que se pueda afrontar la temporada con una buena dosis de optimismo. Si con tantas lesiones se ganó, ¿por qué no poder repetir de nuevo?
Este año se espera un ataque aplastante. El regreso de algunos jugadores lesionados, junto al espectacular juego de receptores y el nivel estelar del quaterback invitan a ver con entusiasmo cada partido de los Packers. Aunque no todo es positivo, como veremos. Aaron Rodgers ha demostrado que ya no es sólo un QB de números, sino también de resultados. Su primer reto fue deshacerse de la sombra de Favre, después llegar a playoffs, y por último ganar algún partido. Actualmente ya lo tiene todo, incluso un MVP de una Super Bowl, y no tiene nada que envidiarle a su antecesor. Hoy por hoy se encuentra en la élite de la NFL, y su nivel como mínimo se equipara al de los otros 3 grandes (Manning, Brees y Brady). Matt Flynn demostró en el partido que jugó contra los Patriots la temporada pasada que es un QB de garantías pero precisamente por ese motivo es muy probable que a final de temporada busque suerte en otra franquicia para jugar como titular. Es por ello que habrá que ir enseñando al tercer QB, Graham Harrell, quien de momento es casi un desconocido pero que año tras año va mejorando y podría acabar siendo un suplente de garantías.
El juego de carrera de los Green Bay Packers, sin llegar a ser espectacular, fue tremendamente efectivo mientras Ryan Grant estuvo al frente del equipo. El año pasado tuvo la mala suerte de lesionarse al comienzo, y no pudo repetir lo hecho en los dos anteriores (superar las 1200 yardas en cada uno de ellos). Este año, aunque es el titular, se prevee una lucha intensa con James Starks por ese puesto, que es incluso posible que compartan. Starks fue la sensación de los playoffs el año pasado, cuando tras volver de su lesión se afianzó en ese puesto en la ausencia de Grant. El chaval tiene progresión pero debe mejorar en protección y lectura de blitzes, donde flaquea estrepitosamente, de momento. El lockout no ha ayudado a su progreso, pero se prevee que mejore en su segundo año. Alex Green es un interesante rookie en un principio con intención de ser utilizado más en retorno de kickoffs, pero podría aportar mucho también como runningback y no se descarta que les robe carreras a los dos anteriores en momentos puntuales, incluso que se haga con el puesto de RB de tercer down si resulta mejor que los otros en protección y con las manos. Ahí es donde flaquea el equipo, a pesar de tener 3 runningbacks decentes se echa mucho en falta a Brandon Jackson —actualmente en los Browns— quien siendo un RB mediocre era tremendamente efectivo en las protecciones y lecturas. Tanto Green como Starks tienen mejores manos (y por supuesto piernas) que Jackson, pero no protegen ni la cuarta parte de bien. Grant, por su experiencia, es mejor en las protecciones, pero carece de las manos de los otros dos. John Kuhn será el fullback del equipo sin lugar a dudas. Aparte de ser un favorito de los fans —que gritan “Kuuuuuuuuhn” cada vez que hace una jugada—, aporta cosas positivas tanto como fullback como falso runningback, incluso anotando TDs de recepción y de carrera en distancias cortas. Además, es el especialista del equipo en la goal line o en situaciones de 3&1, 4&1 o pulgadas. Muy completo. Detrás de él Quinn Johnson debe mejorar en equipos especiales para hacerse un puesto en el equipo; es un fullback decente abriendo huecos y muy físico, pero aprende muy despacio, no tiene manos y en equipos especiales no aporta prácticamente nada, lo que cada año que pasa hace más complicada su continuidad en un equipo tan orientado hacia el juego de pase.
El cuerpo de receptores vuelve a ser un año más el punto fuerte de este equipo y probablemente el más completo y peligroso en la NFL. Greg Jennings y Donald Driver serán los titulares, aunque con un Driver que cada vez irá perdiendo más y más minutos y recepciones a costa de James Jones —renovado contra todo pronóstico— y Jordy Nelson. Jennings empezó flojo pero acabó la temporada muy fuerte y fue la referencia del equipo. Este año además se cuenta con la incorporación de un excelente rookie recién drafteado llamado Randall Cobb, que vino como retornador pero que es muy posible que acabe afianzándose como un WR de futuro del equipo, si sigue trabajando como en los entrenamientos. Detrás de él, jugadores como Tori Gurley o Chastin West tendrán que pelear por una plaza en el equipo que podría incluso no existir. West consiguió un espectacular TD en la pretemporada, de más de 90 yardas, y tiene cualidades como retornador. Pero Gurley ha jugado muy bien en equipos especiales, bloqueado nada más y nada menos que 3 ó 4 punts en los entrenamientos, además de hacer recepciones espectaculares de todo tipo aprovechando su altura y físico. Es una lástima no poder mantenerlos a todos. De nuevo el cuerpo de tight ends es también de lo mejor, y especialmente este año. Tras pasarse 3/4 partes de temporada lesionado, Jermichael Finley vuelve a lo grande para tratar de convertirse en el mejor TE de la liga, si su alto historial de lesiones y su lengua demasiado larga lo permiten, ya que cualidades no le faltan para ello. Los rookies drafteados este año D.J. Williams y Ryan Taylor parecen tener demasiado potencial como para cortarlos, pero el problema es que el equipo cuenta con otros dos jóvenes tight ends: Andrew Quarless —con un perfil parecido a Finley, aunque no tan explosivo ni tan preparado aún— y Tom Crabtree —el mejor del grupo en bloqueos. No es descartable que se les mantenga a los cinco.
Uno de los talones de aquiles del equipo podría llegar a ser la línea ofensiva. Tras la salida de Daryn Colledge —guard izquierdo titular las últimas temporadas— la protección parece haber caído enteros al menos por lo visto en preseason (aunque también cuenta la pérdida de Brandon Jackson). Chad Clifton está cada año más viejo, si bien la temporada pasada estuvo a muy alto nivel. Será el tackle izquierdo, y jugará en el lado opuesto de Bryan Bulaga, tackle derecho de segundo año que lo hizo bien cuando entró de titular después de la lesión de Tauscher. Se espera una mejoría este año. El center será de nuevo Scott Wells, inamovible, y el guard derecho será Josh Sitton, quizá el hombre más seguro y sólido de toda la línea, el que menos fallos comete, y candidato a probowler si sigue a ese nivel. El puesto más débil es el de guard izquierdo, pues para suplir a Colledge se va a tirar de T.J. Lang, que le ganó el puesto al primera ronda de este año Derek Sherrod, que ha empezado con una bastante mala adaptación a la NFL. Requerirá tiempo y se prepara como suplente de Clifton. Otros hombres a tener en cuenta como suplentesserán Nick McDonald, Marshall Newhouse y Caleb Schlauderaff, que parece haber adelantado a Evan Dietrich-Smith, quien podría verse fuera. Todos ellos deben proteger a su estrella Aaron Rodgers para que no sufra conmociones como el año pasado y juegue más tranquilo y libre de tanta presión. Aunque por lo visto en pretemporada, no se augura nada bueno este año en ese aspecto.
Tras dos años con el sistema 3-4 de Dom Capers, prácticamente cada jugador ya sabe su misión. Ello unido a la calidad de algunos jugadores, ha permitido al coordinador jugar con las formaciones y sorprender a los rivales, incluso independientemente de los jugadores, pues muchos eran jugadores sacados de la calle rookies que conseguían adaptarse y explotar lo que dejaba el ataque rival.
Una de las dudas para saber si se repetirá el enorme éxito defensivo del año pasado será saber si Mike Neal será capaz de suplir al Cullen Jenkins, que ha acabado en los Eagles. Jenkins tenía un serio historial de lesiones, alto salario y bastante edad, pero había demostrado que incluso jugando con una mano —en la otra lucía un aparatoso vendaje— seguía siendo el segundo mejor pass rusher del equipo, con mucha diferencia. Neal aporta frescura y calidad parece que le sobra, pero aparentemente también es un «injury prone», es decir, un jugador propenso a lesionarse con facilidad. Le pasó la temporada pasada —como a tantos en el equipo— y se ha vuelto a lesionar en pretemporada este año, no se sabe por cuánto tiempo. El nose tackle será de nuevo B.J. Raji, jugador de tercer año que explotó la temporada anterior de forma sensacional, no sólo parando la carrera sino también con su fuera y rush interior. Ryan Pickett será el tercer hombre, un jugador veterano y sólido en su puesto, capaz de cambiar de posición con Raji y jugar también en el medio. Los tres suplentes serán en principio Howard Green —un jugador con el que nadie contaba pero que en la Super Bowl ayudó con su golpe a Big Ben en la intercepción retornada para touchdown de Collins—, C.J. Wilson y Jaryus Wynn, que cuando han tenido que jugar lo han hecho bastante aceptablemente. No se descarta añadir a alguien en agencia libre.
La posición más endeble del equipo es la de linebackers interiores. A.J. Hawk y Desmond Bishop forman un sólido dúo. Ninguno contaba el año pasado pero tras las lesiones —de nuevo este tema— de Chillar y Barnett, ahora despedidos, les hicieron jugar a ellos y lo hicieron de forma tan espectacular como sorprendente. El problema es que detrás de ellos no existe ningún jugador de garantías y si no logran mantenerse sanos el equipo podría verse en problemas. Jóvenes promesas luchando por estos puestos de suplentes serán el rookie D.J. Smith, Robert François o incluso Cardia Jackson, que lo está haciendo muy bien en los training camps. Como linebackers exteriores —y dirigidos por Kevin «it is time» Greene—estarán por la izquierda el mejor jugador defensivo del equipo, casi elegido MVP de la liga, y una máquina de hacer sacks, incluso jugando casi toda la temporada con una rotura sin decir nada: Clay Matthews. Por la derecha el puesto no está claro, en principio el mejor posicionado era Frank Zombo, pero tras lesionarse no se sabe si acabará en IR. El titular ahora mismo parece Erik Walden —lo hizo muy bien el año pasado, al igual que Zombo—, y entre los posibles suplentes figuran tanto el más veterano Brad Jones como las dos jóvenes promesas Vic So’oto y Jamari Lattimore, que están también deslumbrando en ls entrenamientos. El rookie Ricky Elmore parece tener ya pie y medio fuera del equipo. No es descartable tampoco la contratación de algún free agent para cualquiera de los puestos de linebacker.
El mejor cornerback del equipo, y muy sabiamente utilizado por Capers sigue siendo Charles Woodson, convertido en un entrenador en el campo y en uno de los líderes del equipo dentro y fuera del camp; un jugador del que todos deberían aprender mucho. Aunque últimamente no juega como CB puro, ya que es utilizado tanto de falso safety, como blitzer, o simplemente con libertad para moverse libremente por todo el capo en busca del balón, sigue formando un tandem espectacular con Tramon Williams, un jugador que ha explotado la temporada pasada —como tantos otros— siendo buena culpa de él el éxito defensivo del equipo. Los quarterbacks rivales le evitaban y cuando lanzaban a él, Tramon se encargaba de que no lo hicieran una segunda vez. Sam Shields pasó a ser contra todo pronóstico el nickel cornerback, y eso en el sistema de Capers supone jugar casi todos los snaps del partido. Se hizo un lugar en el equipo el año pasado cuando nadie contaba con él para nada, y se afianzó en ese puesto haciendo además jugadas espectaculares en los playoffs. Tras ellos, el rookie Davon House intentará hacerse con el puesto de dime cornerback (es decir, el 4º), y los que corren el riesgo de ser cortados son jugadores inconsistentes como Pat Lee y Brandon Underwood —este último con grandes problemas extradeportivos también. Jarrett Bush, conocido en los foros de NFL Hispano como el playmaker#24, seguirá en el equipo a pesar de su juego como cornerback, y gracias a su polivalencia y buenas jugadas en equipos especiales. En su defensa hay que decir que en la Super Bowl pasada se vio obligado a jugar por la lesiones de Woodson y Shields, y lo hizo de forma sobresaliente. Sin embargo, en otros partidos comete errores tan infantiles como garrafales… Nick Collins tiene un puesto de safety asegurado un año más, uno de los jugadores defensivos de más garantías del equipo, casi siempre jugando a un altísimo nivel. A su lado Morgan Burnett en principio debería ser el titular, pero sus malas jugadas en pretemporada y el buen juego el año pasado de Charlie Peprah podrían poner su puesto en entredicho. Anthony Levine podría ser suplente, pero lo tendrá difícil por la polivalencia de Bush y Underwood.
Mason Crosby, tras ser renovado con un gran contrato, será el kicker del equipo en una decisión no exenta de dudas. El año pasado no tuvo su mejor juego, fallando bastantes field goals y en general rindiendo a un nivel muy por debajo de lo esperado. Tim Masthay será el punter por segundo año consecutivo, y parece ser que acabará siendo un gran jugador. Brett Goode será el long snapper, un año más.
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