Esta temporada se presenta crucial en Miami. El staff técnico y el Front Office necesitan que el equipo entre en los playoffs o de lo contrario sus horas en el sur de Florida estarán contadas. Lo cierto es que no corren buenos tiempos en Miami. La salida de Wayne Huizenga de la propiedad del equipo trajo a un nuevo propietario, Stephen Ross, que tras un primer año bastante quieto y sin inmiscuirse demasiado en cuestiones deportivas (a ello contribuyó el tapón Bill Parcells), en su segundo año ha lanzado una ofensiva a todos los niveles y que hasta la fecha solo se ha saldado en que varios famosos de postín son propietarios minoritarios del equipo y asiduos a los palcos de lujo, pero todo el resto de actuaciones de Stephen Ross podríamos calificarlas siendo generosos de circenses, incluso rozando el más absoluto de los ridículos, sobre todo cuando ha metido las narices en cuestiones deportivas. Bill Parcells intuyó muy pronto por donde se movía Stephen Ross y solicitó pasar de Vicepresidente con todos los poderes a simple asesor externo. Ha terminado desvinculándose totalmente del equipo, no sin antes realizar declaraciones que no dejan bien parados a nadie, incluso a él mismo.
Con Bill Parcells fuera de la parcela deportiva toda la responsabilidad descansaba sobre Jeff Ireland, el segundo de Parcells, y sobre el propio Tony Sparano, un entrenador que se tuvo que tragar su orgullo y tragarse un sapo de dimensiones colosales en la post temporada más vergonzosa que se recuerda en la historia de los Dolphins. Cuando Stephen Ross decide jugar sus cartas se lanza a la búsqueda de un nuevo entrenador y no se conforma con cualquiera, sino que se va a por la mas guapa del baile y la mas cotizada, Jim Harbaugh, el entrenador de moda tras su etapa en Stanford y que era objeto de deseo de muchos equipos de la NFL. Stephen Ross se desplaza en su jet privado con Jeff Ireland hasta la misma zona de la Bahia, a pesar de negarlo, para entrevistar a Harbaugh y teniendo un entrenador bajo contrato, pero se vuelva con las manos vacías y después de haber hecho el más absoluto de los ridículos, algo que se acentúa pocos días después cuando Jim Harbaugh ficha por los San Francisco 49ers por menos dinero del que en principio le ofrecía Ross. Tras sonar otros nombres como Jeff Fisher y Bill Cowher finalmente Stephen Ross acaba ofreciendo la renovación a Tony Sparano, el capítulo mas grotesco de toda la historia, aunque en Miami es mas que sabido que es una renovación a plazos. Si Tony Sparano entra en los playoffs salvará el puesto, de lo contrario se puede ir buscando nuevo equipo, al igual que Jeff Ireland, otro que está en la cuerda floja. La caída de ambos podría encadenar la llegada de un nuevo régimen en Florida, el enésimo desde que Don Shula abandonara la nave.
El otro gran nombre en la picota en Miami es Chad Henne, no precisamente por sus virtudes sino por sus defectos. La temporada de Chad Henne el año pasado solo puede calificarse de desastrosa, si acabó siendo titular fue por la falta de otros jugadores que pudieran ocupar el puesto y ser una amenaza seria, de hecho Henne perdió la titularidad a favor de Chad Pennington que duró exactamente un snap antes de lesionarse de gravedad y devolver la titularidad de nuevo a Henne. Tyler Thigpen fue un remplazo mas voluntarioso que otra cosa. Todo indicaba que el gran objetivo para la siguiente temporada era buscar un QB, que bien pudiera poner en peligro el puesto de Henne caso de traer un veterano, bien formar a un nuevo QB para que asumiera la titularidad mas adelante, pero todo lo que ha conseguido el equipo es fichar a Matt Moore, ex Panther y que no pasa de ser un mero jornalero y Pat Devlin, un rookie no elegido en el draft. El equipo intento traer a Kyle Orton, pero nunca hubo un acuerdo con Denver, no pujó por otros QB como Matt Hasselbeck ni Donovan McNabb. Sobre Carson Palmer mejor ni hablar, solo era un rumor.
Como ya hemos dicho el gran nombre del ataque, para bien o para mal, será Chad Henne, un QB que seguramente tiene el brazo mas potente de la liga con permiso de Michael Vick, pero que se muestra siempre muy inseguro en el pocket, cuyas lecturas dejan mucho que desear y que no ha mostrado madera de líder desde que aterrizó en el equipo. Sin embargo la clave del ataque pasará irremediablemente por Henne, que estrena coordinador ofensivo con Brian Daboll, ex coordinador de Cleveland, una de esas extrañas decisiones que nadie alcanza a entender. Miami fue el ataque número 30 a efectos estadísticos de la temporada pasada y superado por Cleveland que ocupaba el puesto 31, para remediarlo se ficha al coordinador ofensivo precisamente de Cleveland.
Pero las novedades en ataque no acaban con Daboll sino con el que ha sido el gran fichaje de la pretemporada del equipo. Tras varios años jugando al juego de las sillas con el puesto de RB y la formación Wildcat con Ricky Williams y Ronnie Brown, el equipo ha prescindido de ambos jugadores y ha optado por ceder los trastos a Donald Thomas, un RB rookie que se supone corre duro y por el centro, y una supuesta estrella en claro declive como es Reggie Bush, un fichaje incomprensible y que sólo se puede entender dentro de la faceta circense del propietario Ross. Es un fichaje más destinado a vender abonos que a los resultados que se pueda obtener en el campo. Bush nunca ha rendido en profesionales como lo hacía en la universidad, ni mucho menos ha rendido como un jugador que pudo ser la primera elección del draft. Su fichaje parece más destinado a revitalizar un ataque que ha mostrado ser de encefalograma plano los 2 últimos años porque si algo está claro es que Bush no es un RB que corra por el centro ni es un RB que pueda soportar el peso del ataque, sí sin embargo es peligroso en campo abierto donde utiliza su velocidad, movimientos y buenas manos.
El juego aéreo es una completa incógnita. El año pasado se ficho a Brandon Marshall, unos de los WR jóvenes mas potentes y mas proyección de la liga, pero un año en Miami le ha supuesto bajar enteros en el escalafón de los WR. A pesar de ello Marshall se las ingenió para ser el mejor receptor del equipo, entre lesiones Su nulo entendimiento con Chad Henne (al que ha acusado de ser un robot) y un sistema ofensivo que encorseta el juego aéreo hizo descender la cotización de Marshall. A eso se debe añadir los líos fuera del campo del WR, que le llevaron a estar ingresado por un supuesto apuñalamiento de su ex esposa. El resto de WR se completa con Davone Bess, un WR que logró explotar en la penuria ofensiva de la temporada pasada además de Brian Hartline, un WR con proyección pero que no termina de explotar. Cierra la terna el rookie Edmod Gates. El TE en el antiguo sistema era un bloqueador mas que un receptor, pese a ello Anthony Fasano se las ingenió para tener números decentes, aunque está por ver qué papel desempeñara con el nuevo sistema, en todo caso Miami no ha reforzado esta parcela en la post temporada.
La OL fue determinante hace dos temporadas, cuando el ataque usaba la wildcat y el juego terrestre era la base del ataque, pero la temporada pasada la OL no rindió a un nivel siquiera parecido y quienes pagaron la inoperancia de una OL hecha con retales fueron los RB. El bastión de la línea sigue siendo el tackle izquierdo Jake Long, quien aún lesionado toda la temporada fue el mejor y se consolidó entre la élite de los OL. Pero el resto de la línea ha mostrado una conducta irregular, tan solo el guard izquierdo Richie Incognito ha mostrado carácter y se ha ganado un puesto para esta temporada. El center rookie Mike Pouncey es la gran novedad de la OL, el hermano gemelo de Marquis se espera que ofrezca el mismo resultado que aquel en su primer año como profesional. Vernon Carey, otro de los puntales en su día de la OL y único vestigio que queda en el equipo de la era David Wannstedt seguramente vuelva a su antiguo puesto de guard derecho, mientras que el veterano Marc Colombo le acompañará como tackle derecho.
Una de las máximas de la NFL es que las defensas ganan campeonatos, y Miami cuenta con lo que se podría denominar con una defensa de campeonato, sin embargo ésta por si sola no es capaz de ganar los partidos como lo hacía Baltimore, no al menos con un ataque tan anémico como el del año pasado y que era conocida como el ataque de los 3 puntos, su máxima capacidad de anotación, Y es que para ganar partidos hay que anotar algo más que FG. Miami el año pasado se quedó hasta en 9 ocasiones por debajo de los 15 puntos. De no ser por la defensa lo más probable es que Miami hubiera terminado la temporada con un par de victorias, sin embargo la defensa logró que el equipo terminara con 7 victorias, de las cuales sólo una fue en su propio estadio, lo que demuestra aún más la fortaleza de la defensa capaz de ganar encuentros en campo ajeno.
El sistema de Mike Nolan, una defensa 3-4 muy agresiva sigue siendo la columna vertebral del equipo, el único «pero» en facetas defensivas es esa tendencia que tiene la secundaria a irse en ocasiones de los partidos y permitir las grandes jugadas, pero con 2 y 3 años de experiencia en Vontae Davis y Sean Smith se espera que el equipo sólo mejore en esa faceta y pueda minimizar ese tipo de jugadas.
La temporada pasada los Dolphins navegaron en las aguas de la agencia libre para fichar al mejor jugador defensivo disponible aquel año, Karlos Dansby, y el jugador devolvió con su esfuerzo y estadísticas cada dólar que el equipo había invertido en él. Junto a él estará otro año mas la gran estrella defensiva del equipo, Cameron Wake, un jugador que llegó de la liga canadiense y ya forma parte de la élite defensiva de la liga, con 14 sacks fue el líder del equipo y uno de los mejores de toda la liga. Ambos jugadores, junto a las aportaciones puntuales que aportara el regreso del veterano Jason Taylor serán las claves de la defensa. Channing Crowder fue cortado por el equipo por sus problemas con las lesiones y para reemplazarlo se fichó al veterano Kevin Burnett, un jugador de vuelta de todo y que junto con el jugador de 2º año, Koa Misi completan la unidad.
En la DL Miami utiliza una rotación de jugadores donde la pieza mas importante hasta la fecha es el NT Paul Soliali. su excelente temporada pasada le ha supuesto ganarse una renovación mas que merecida y ha permitido que Randy Starks se desplace al puesto de DE donde juega mas cómodo. Se espera que este año se pueda incorporar a la DL Jared Odrick, la primera elección del draft del año pasado y que se perdió la temporada pasada por lesión. Su regreso en principio supone mejorar una DL que ya tenía profundidad suficiente junto con Phillip Merling, Kendall Langford y Tony McDaniel.
La secundaria es aún el objeto de quebraderos de cabeza de la defensa. Nadie duda de las excelente cualidades defensivas de Vontae Davis, que debe aprender a cuidar su agresividad, y de Sean Smith, pero a menudo tienen lagunas mentales o fallos puntuales que suponen big plays. El gran objetivo de la secundaria este año es limitar esa clase jugadas. Yeremiah Bell seguirá siendo el jefe de la unidad, pero Bell es un seguro de vida contra la carrera que sin embargo dejan mucho que desear en las coberturas., por eso las aportaciones del otro safety, en principio Reshad Jones. Se espera que la explosion de Nolan Carroll y el regreso del veterano Will Allen de su lesión den la suficiente profundidad y estabilidad a la secundaria, y sobre todo que no permitan grandes jugadas como la temporada pasada.
El gran fichaje de la pretemporada en Miami fue Reggie Bush. De Reggie Bush se puede discutir todo lo que se quiera sobre sus cualidades como RB, pero nadie le niega sus excelentes cualidades como retornador, algo que en Miami ni se sabe lo que es desde los tiempos de Tedd Ginn Jr., un jugador al que le pasó algo parecido a lo que le puede suceder a Bush. Llegó como WR y terminó siendo un excelente retornador, en el caso de Bush llega como RB y habrá que ver en que termina.
El año pasado el ataque de Miami era conocido por el sobrenombre del ataque de los 3 puntos, ello se debe a que toda la capacidad ofensiva del ataque eran las patadas de Dan Carpenter, único miembro del ataque que el año pasado mereció el galardón de MVP. Es cierto que Dan Carpenter falló algún que otro FG más que transformable, pero también batió el record de anotaciones en un partido y por momentos de la temporada era el único miembro del equipo que aportaba puntos ante el ataque de anemia que sufría el resto del ataque. El puesto de punter también está más que cubierto, el punter Brandon Fields es un jugador mas que fiable y con una patadas de gran longitud, si sus números no fueron mejores fue por la incapacidad del resto del equipo de darle protección o de no permitir retornos, de hecho el coordinador de equipos especiales fue despedido en plena temporada.
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