Una vez más, arrancamos este espacio con un resumen de lo que fue la temporada pasada para Tampa. Un equipo tremendamente joven, del que no se esperaba mucho más de lo que fue el desastroso 2009. Sin embargo, estos Buccaneers fueron una de las grandes sorpresas del 2010, al lograr 10 victorias y quedar por muy poco afuera de la postemporada. Comandados por un Josh Freeman muy maduro, con la emergencia de jóvenes valores como Mike Williams o LeGarrette Blount y un Raheem Morris cada vez más afianzado en su doble labor de Head Coach y Coordinador Defensivo, aún al punto de excederse alguna vez en sus declaraciones (“Somos los mejores de la NFC”, ¿les suena?). Aprovechando un calendario benévolo, Tampa ganó los partidos que tenía que ganar, salvo uno, y perdió los que podía perder, salvo uno. Citando una estadística típicamente yanqui (o sea ñoña y rebuscada, pero sin embargo útil para demostrar un punto) los Bucs modelo 2010 son el primer equipo en tener más de 10 rookies como starters y terminar con récord positivo, salvo en temporadas recortadas por huelga.
Si hace varios años, a cualquier fanático de Tampa le decían que los Bucs tendrían un equipo que ganaría los partidos del lado ofensivo del balón, las carcajadas inundarían el ambiente. Sin embargo, en 2011 lo mejor de la franquicia fue el ataque.
Gracias a la buena labor de Greg Olsen como coordinador y la tarea de Alex Van Pelt como QB coach, Josh Freeman es la cara de la franquicia y uno de los QBs más prometedores de los últimos años. Maduro, con mucha serenidad en el pocket y peligroso cuando sale de éste, sólo tiró seis intercepciones en 2010. Como backups están Josh Johnson, de quien se rumoreaba un trade a San Francisco que finalmente no se cumplió, Rudy Carpenter y el rookie Mike Coughlin. Johnson jugó algunos snaps el año pasado, fundamente en la formación wildcat y tiene casi seguro el segundo lugar del depth chart, mientras que los otros dos pelearán por un puesto en el roster.La línea ofensiva del año pasado tuvo bastantes problemas para mantenerse sana. Sin embargo, los sustitutos cumplieron y la unidad parece destinada a ser una de las más promisorias. Entre los tackles, hay que reconocer el buen juego de Donald Penn en la izquierda y la promesa de James Lee superando a Jeremy Trueblood en la derecha, ante la falta de un refuerzo en la posición. Davin Joseph probablemente sea el jugador más talentoso de esta línea como RG, Jeremy Zuttah no ha sido el gran jugador que esperaban todos del otro lado y podría ser desbancado por Ted Larsen, aunque también podría pelear el centro de la línea con Jeff Faine, para ello deberá mejorar sus snaps. Los otros jugadores con capacidad de llegar a los 53 serían Demar Dotson, Derek Hardman, Brandon Carter y Marc Dile.
Una de las grandes sorpresas del año pasado en toda la liga fue la producción de LeGarrette Blount, undrafted cortado de Tennessee al comienzo de la temporada. Con más de mil yardas en sólo 13 partidos, lideró a todos los rookies en ese apartado. Un corredor físico, duro de tacklear y con la agilidad suficiente para saltar por encima de algunos defensores, es el titular. Carnell Williams perdió el puesto, pero se mantuvo jugando como third-down back y cumpliendo un papel clave como bloqueador y válvula de escape en situaciones de pase. Sin embargo, ya firmó con los Rams y serán Kregg Lumpkin, el rookie Allen Bradford y Earnest Graham quienes disputen el lugar de segundo corredor este año. El último venía jugando como fullback, posición en la que Erik Lorig parece ser el único viable.
En cuanto a los wide receivers hay que destacar la gran temporada de Mike Williams, que se ganó el primer puesto en el training camp y no lo soltó más, sumando casi 1000 yardas y 11 TDs. Tuvo algunas lagunas mejorables, pero sin lugar a dudas fue lo mejor que mostró Tampa en 2010. El otro rookie elegido, Arrelious Benn, tuvo un comienzo menos explosivo pero se hizo de la otra posición titular hasta que se lesionó el ligamento cruzado. Sammie Stroughter no estuvo al nivel del 2009, pero mostró que puede ser una muy viable opción desde el slot. Y por último, queda comentar la adaptación del “special teams ace” (THE GREAT CURSE HAS BEEN LIFTED!) que es Micheal Spurlock al puesto de WR, donde tuvo un par de jugadas importantes, y a ese proyecto que es Dezmon Briscoe, sacado del practice squad de Cincinnati en una maniobra poco menos que limpia. El resto de los receptores parece carne de training camp. Por el lado de los tight ends, la temporada de los WR rookies hizo que Kellen Winslow II no destacara tanto como en 2009, pero sigue siendo una de las opciones más viables en el juego aéreo. Para la función bloqueadora, la franquicia apuesta a que Ryan Purvis o los rookies Luke Stocker y Daniel Hardy puedan llenar el vacío que dejó John Gilmore al marcharse en la agencia libre. Jerramy Stevens, por suerte, ya no está más en Tampa.
Desde que Raheem Morris se hizo cargo a mediados del 2009 de las llamadas como coordiandor defensivo, la unidad fue mejorando gradualmente desde el abismo en que había quedado durante la era Jim Bates. Aún sigue siendo la unidad débil, toda una novedad en la historia reciente de la franquicia, pero con las nuevas elecciones de draft, Morris y Mark Dominik esperan volver a construir la defensiva dominante de principios de siglo, con un esquema bastante parecido a la famosa Tampa Two de Monte Kiffin.
La línea defensiva era la base de ese esquema. Y es lo que Tampa ha intentado reconstruir en estos dos últimos drafts. Las adiciones de Adrian Clayborn y Da’Quan Bowers en 2011, sumadas a las de Gerald McCoy y Brian Price el año pasado (los cuatro en las dos primeras rondas), forman un frente defensivo temible. Estos deberían ser los cuatro titulares proyectados, con Roy Miller arrancando la temporada en lugar del lesionado Price. Entre los suplentes dignos de mención, está Michael Bennett, que jugó en los cuatro puestos, Kyle Moore como end y Frank Okam en el centro. El líder en sacks de la temporada pasada, Stylez G. White, al igual que Tim Crowder, son agentes libres y no parece que vayan a renovar con Tampa este año.
En cuanto a los linebackers, hay que mencionar la partida del líder tackleador de los Bucs en los últimos años, Barrett Ruud. Es una marcha que no llama la atención, ya que a pesar de ser el líder de la defensa, flaqueó contra la carrera y es incapaz de esquivar a los bloqueadores. Como resultado, sus tackles se hacen bastante atrás de la línea de scrimmage. No es de extrañar la cantidad de yardas por acarreo que permite Tampa. Su reemplazo saldrá de Tyrone McKenzie, un jugador rescatado del practice squad de los Patriots del cual no dejan de hablar cosas buenas en One Buc Place y el rookie Mason Foster. Del lado fuerte, Quincy Black ha sido renovado. Es un jugador sólido, que puede crear pass-rush desde su posición. Por el lado débil, Geno Hayes mantiene el nivel que lo llevó a ser titular el año pasado. No es tan espectacular como lo fue Derrick Brooks, pero cumple tanto en cobertura como tackleando. Entre los relevos, hay que destacar a Adam Hayward (que también es líder en equipos especiales) y Dekoda Watson. Otro de los jugadores que podría pelear un lugar en el roster es Nick Reveiz, un linebacker pequeño, pero con mucho empuje. Ideal para la Tampa 2.
Entre los defensive backs hay dos grandes incógnitas: Tanard Jackson y Aqib Talib. Ambos son los dos mejores jugadores que tiene la unidad, ambos han tenido problemas con la ley y ambos dependen de la buena voluntad de Goodell para volver a jugar. Sin Talib en el campo, la posición de cornerback se resiente bastante. Ronde Barber ya no es el gran jugador que solía ser y entre Myron Lewis, Elbert Mack y E.J. Biggers no hay grandes diferencias. Los tres son jóvenes y aún deben pulir aristas de su juego (el último es el más esperanzador) para aspirar a la titularidad. Otro jugador que podría entrar entre los 53 es el rookie Anthony Gaitor. Por el lado de los safeties, Sean Jones es un jugador veterano que cumplió sin destacar el año pasado y Cody Grimm fue la sorpresa en la defensa, con dos intercepciones y un juego muy bueno contra la carrera. Ambos podrían ser titulares hasta que el #36 (Jackson) vuelva. Otros jugadores que podrían entrar en la rotación son Larry Asante (que jugó un par de partidos y se dio el gusto de interceptar a Drew Brees), Corey Lynch (que no se destacó demasiado el año pasado) y el rookie Ahmad Black, que no parece tener aún el tamaño ni la velocidad para ser titular.
En esta unidad está la peor baja del coaching staff este año: Rich Bisaccia, que se fue a entrenar a los Chargers. Bajo su mando, Tampa rompió la maldición de 32 años sin retornar un kickoff para touchdown y fue de las mejores unidades, aún en los peores momentos de la franquicia. Su reemplazo es Dwayne Stukes, con la asistencia de Byron Storer, ex FB del equipo. Micheal Spurlock es el mejor retornador del equipo, pero su labor como WR puede abrirle las puertas a otros valores como Preston Parker o Jock Sanders. En cuanto a los “gunners”, Maurice Stovall ha salido del equipo (quizás por su fallo frente a Atlanta), habría que ver quién es su reemplazo.
Connor Barth parece estar cada vez más seguro en el puesto de K, aún con Josh Jasper en el training camp. El otro puesto parece volver a cambiar de manos, con la adición de Michael Koenen, punter proveniente de Atlanta, al que se le hizo un contrato bastante elevado. También se encargaría de los kickoffs, algo en lo que Barth no destaca precisamente. Por el lado del long snapper, ante la lesión de Andrew Economos, Christian Yount parece tener todos los números para quedarse con la posición.
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