Texas Longhorns

En menos de un año los Longhorns pasaron de luchar por el campeonato nacional a no conseguir clasificarse para una bowl. Y es que, la temporada pasada fue un desastre en todos los sentidos para Texas. El ataque se caracterizó por su inoperancia, mientras que la defensa a pesar de su buen comienzo se vio arrastrada por la negatividad del resto del equipo y terminó siendo un juguete roto en manos del QB rival.

Nadie estuvo a la altura de las expectativas. Empezando por el QB Garrett Gilbert a quién se le lanzó a los leones demasiado rápido pensando que iba a ser el nuevo Mesías. Perjudicado por la presión del entorno o simplemente por falta de carácter, Gilbert tuvo un año desastroso lanzando para 10 TDs por 17 INTs. Pero sería injusto centrar toda la crítica en él. Sus receptores no le ayudaron con continuos drops, el juego de carrera fue inexistente, la OL incapaz de protegerle y sobre todo el playcalling del ya exOC Greg Davis que fue un despropósito.

Mack Brown ha reaccionado con el típico borrón y cuenta nueva haciendo una auténtica revolución en el staff. En diciembre dejaron el programa un total de 5 entrenadores, entre ellos ambos coordinadores. Greg Davis fue destituido y en su lugar se contrató al joven y revolucionario Bryan Harsin responsable (junto a Chris Petersen) del ataque de Boise State. A su lado estará Major Applewhite que consiguió la tan esperada promoción y fue nombrado Co-OC. Por su parte, Will Muschamp se marchó a Gainsville para convertirse en el nuevo HC de los Florida Gators. Para liderar la defensa Mack Brown se decantó por el joven innovador Manny Díaz que había hecho un gran trabajo en Mississippi State. Con 34 y 37 años respectivamente Harsin y Díaz traen un soplo de aire fresco al programa.

Con la marcha de Nebraska (Big Ten) y Colorado (Pac-12), el calendario sufre modificaciones. La Big 12 (-2) pasa a ser una liga de todos contra todos sin divisiones, por lo que se ha tenido que eliminar uno de los enfrentamientos contra rivales de fuera de la conferencia, para ajustarse al calendario de 12 partidos (9 partidos de conferencia + 3 interconferenciales).

Su debut será en casa, en el tradicional enfrentamiento con Rice, un rival teóricamente asequible. La semana siguiente serán los mormones de BYU los encargados de visitar Austin en lo que se presenta un duelo bastante duro que servirá para medir el nivel real de los Longhorns. El último de los rivales de fuera de la Big 12 es UCLA que ya el año pasado derrotó de forma clara a Texas en el DKR Memorial Stadium y que querrá hacer lo mismo este año en el mítico Rose Bowl. Tras una semana de descanso comenzará el calendario de la Big 12 con el enfrentamiento ante Iowa State fuera de casa, que servirá como antesala a los durísimos encuentros ante Oklahoma en Dallas en una nueva edición de la Red River Rivalry y contra Oklahoma State en casa, ante unos Cowboys que se presentan como favoritos a todo. El bye de la semana siguiente servirá para descansar de los durísimos enfrentamientos y coger fuerzas para los 6 últimos partidos de temporada que determinarán el lugar real del equipo. Tres partidos en casa frente Kansas, Texas Tech y Kansas State y otros tres fuera frente Missouri, Texas A&M y Baylor.

El objetivo mínimo de Texas este año debe ser alcanzar las 8 victorias. Es una meta realista. Esas ocho “W” podrían salir venciendo a uno de los tres gallitos (Oklahoma, Oklahoma State o Texas A&M), más dos victorias contra los rivales que se prevén que estén a su nivel (UCLA, Missouri y BYU) y sacar con solvencia el resto de encuentros más asequibles ante Rice, Kansas, Texas Tech, Kansas State y Baylor. Aunque en football no hay nada garantizado y Texas es capaz de ganar a cualquier rival, pero dada la situación también lo es de perder ante cualquiera.

En su toma de posesión como nuevos Co-OC tanto Harsin como Applewhite dejaron claro que partirían de cero a la hora de confeccionar el depth chart y que todos los miembros del roster partirían con igualdad de condiciones para hacerse con el puesto de titular. Eso fue en enero y entre los spring practices, la preparación física de verano y las dos primeras semanas de fall practices, los entrenadores ya han podido recapacitar que jugador ha creado separación respecto a sus competidores. De todas formas a día de hoy (18 de agosto) aún no se ha publicado ningún depth chart oficial y teniendo en cuenta que todos los entrenamientos han sido a puerta cerrada es complicado saber quién ocupará cada lugar.

La posición de QB es la que más dudas genera. Garrett Gilbert es el único con experiencia pero si nos guiamos por como lo hizo en 2010 no se le ve capacitado para liderar al ataque, otra cosa es como reaccione al cambio de sistema y los nuevos entrenadores. Case McCoy fue su backup el año pasado, pero se limitó a lanzar dos pases y a jugar en situaciones irrelevantes. Connor Wood es un RS freshman con excepcionales cualidades físicas pero muchos problemas de puntería. Por último está David Ash que según apuntan todos podría convertirse en el titular como true freshman. El joven Ash es el que mejores entrenamientos está realizando y parece acoplarse a la perfección a lo que Bryan Harsin pide en un QB.

Un año más, y ya van tres, Texas careció de un RB que capitalizase el juego terrestre, en parte por la incapacidad de la OL para abrir huecos. Este año volveremos a tener a Fozzy Whitakker y Cody Johnson que vuelven para su último año en Austin. Whitakker parece haber trabajado mucho este verano y se perfila como titular, mientras que se utilizará el tamaño de Johnson para la posición de FB. De todas formas todos los ojos están puestos en otro true freshman, este caso Malcolm Brown que fue calificado por la mayoría como el mejor jugador salido de HS en su posición este año y es en quién están puestas todas las esperanzas para realzar el juego de carrera. Por último está el rapidísimo DJ Monroe que ocupará el rol de back en jugadas diseñadas para que reciba el balón en espacios abiertos. Mis previsiones son que Malcolm Brown compartirá carries con Fozzy en los primeros encuentros y si resulta ser tan bueno como lo pintan, acabará haciéndose con el puesto de titular hacia el partido contra Oklahoma.

En cuanto a receptores, Texas ha perdido en los últimos meses a cuatro de sus miembros. Entre estas ausencias destacan las de Marquise Goodwin que participará en los mundiales de atletismo, y la de Malcolm Williams por razones familiares. Ambos se perfilaban como claros titulares y fueron tras Mike Davis los líderes tanto en recepciones como en yardas aéreas del equipo en 2010. En su segundo año, Davis seguirá siendo el go-to-guy para el QB que se haga con el puesto. Sus compañeros de titularidad serán seguramente el también sophomore y enormemente talentoso Darius White en el flanker y el true freshman, Jaxon Shipley en el slot, a quién le han bastado un par de semanas de entrenamientos para demostrar su talento. Además de estos tres la posición está bien cubierta con la presencia de DeSean Hales, los freshmen John Harris, Chris Jones y Miles Onyegbule, más el DB reconvertido a WR Bryant Jackson.

La situación de los TEs no dista mucho de lo comentado con los RBs. Desde que se lesionara Blaine Irby en el tercer partido de 2008, no ha habido nadie que plantease una amenaza al rival. El propio Irby parece haberse recuperado definitivamente y junto al también injure prone DJ Grant son los predestinados a ocupar un puesto que a Harsin, según lo visto en Boise State, le gusta mucho utilizar. Si ambos consiguen mantenerse sanos no habrá ningún problema porque tienen un talento enorme.

Cuando Mack Brown presentó a los nuevos entrenadores, dijo que Stacey Searles (OL) era el que más trabajo tenía de todos y no se equivocaba. Con su incorporación se busca revitalizar la posición ya que teóricamente la calidad de los jugadores (siempre valorados muy bien a la salida de HS) está ahí. La OL titular, de izquierda a derecha, se perfila de la siguiente forma: Tray Allen – Trey Hopkins – Dominic Espinosa – David Snow – Mason Walters. La principal variante será la entrada de Thomas Ashcraft en el RG y la vuelta de Snow al centro. Además de Ashcraft, el resto de la rotación la componen los OTs Paden Kelley y Luke Proelhman, más el G/C Garrett Porter.

La defensa recupera a 6 de sus titulares en 2010, pero al igual que ocurre con el ataque ninguno de ellos tiene el puesto asegurado. El sistema defensivo que trae Manny Díaz presenta grandes variaciones respecto a lo que nos tenía acostumbrados Will Muschamp. A pesar de partir de la básica 4-3, el ex de Mississippi State no se centra tanto en los esquemas fijos sino que busca la superioridad y la sorpresa atacando la línea de scrimmage con continuos blitzes.

Todo hace indicar que el personal que tiene en la plantilla, responde a la perfección con la idea que tiene Díaz y salvo el compañero de Randall en el interior de la DL, los puestos de titular en el depth chart parecen claros. Kheeston Randall se perfila como el gran beneficiado en el cambio de estilo, su par saldrá entre Asthon Dorsey, Calvin Howell o el true freshman Desmond Jackson. En los ends veremos a Alex Okafor y Jackson Jeffcoat, que serán una continua pesadilla para los QBs rivales. Además con Reggie Wilson y un mejorado Dravannti Johnson existe la seguridad de una rotación de garantías y confianza.

El cuerpo de LBs es considerado por muchos el de más calidad y profundidad de toda la era Mack Brown. Calificativos superlativos aparte, es cierto que la posición está muy bien cubierta. Los seniors Emmanuel Acho y Keenan Robinson que durante su carerra han demostrado ser magníficos jugadores. Ambos se combinaron en 2010 para más de 200 tackles, 5 sacks y 3 intercepciones, siendo lo mejor de una unidad gris. Robinson será el encargado de ocupar el puesto de Mike (MLB), mientras que el pequeño de los Acho será el Will (lado débil), posición que hará destacar sus geniales cualidades atléticas. El sophomore Jordan Hicks será el que ocupe la posición de Sam (lado fuerte) en la formación inicial. La unidad también posee una amplía rotación aunque con mínima experiencia. Demarco Cobbs que pasó de jugar WR a principios de 2010 a hacerlo de FS a final de la temporada pasada, ha sido pasado a OLB con muy buenos resultados y se perfila como la primera opción saliendo del banquillo. Sus compañeros de la clase del año pasado, Tevin Jackson que se perdió todo 2010 por ser declarado inelegible por motivos académicos y Aaron Benson deben dar frescura a los titulares. También habrá que estar atentos al true freshman Steve Edmond que está teniendo un brutal TC.

La secundaria es la posición que más dudas presenta y es que suplir a 3 CBs drafteados por la NFL no es sencillo para ningún equipo. De todas formas Duane Akina ha demostrado ser capaz de modelar a jóvenes experimentados y convertirlos en estrellas, véase Earl Thomas. El chico para todo va a ser Adrian Phillips cuya versatilidad le permite jugar en todas las posiciones. A partir de ahí podemos confeccionar el resto de personal. En las esquinas Carrington Byndom debe ser el jugador que se empareje con el WR#1 rival, en el lado opuesto estará Quandre Diggs que tan sólo lleva seis meses en el campus y ha relegado a AJ White, convirtiéndole en el tercer CB. Los safeties titulares serán con toda seguridad Blake Gideon y Kenny Vaccaro. La responsabilidad de Gideon será alta por la tendencia de Díaz de jugar muy cerca del box, asique Gideon tendrá que convertirse en un placador eficaz en campo abierto, en caso de big plays. Por su parte, Kenny Vaccaro será como un LB más, apoyando en parar el juego de carrera y presionando al QB en continuos blitzes. Christian Scott y Nolan Brewster son junto a Adrian Phillips los recambios.

Los equipos especiales volverán a tener en Justin Tucker a su principal hombre. Tucker será el encargado de todas las funciones de pateo (kickoffs, punts y FGs). El último año demostró tener una pierna potente y con puntería.

En las labores de retorno, el veloz DJ Monroe será el retornador principal para los KOs. Después de anotar dos retornos para TD en 2009, el año pasado fue limitado a una media de 20.5 yardas por retorno, su compañero será Darius White. Los retornadores de punts serán Jaxon Shipley, junto a Adrian Phillips y Carrington Byndom.

	El lavado de cara que ha sufrido el programa que parecía encasillado y sin capacidad para renovarse. Con la llegada de un staff tan joven y prometedor se asegura la construcción de un nuevo proyecto que aunque pueda no tener los resultados inmediatos que todo el mundo querría, hace pensar que es un proyecto a largo plazo. A pesar de lo que podía pensarse Mack Brown ha demostrado capacidad para renovarse.
	Inexperiencia e inestabilidad en la mayoría de puestos del ataque. Nadie tiene el puesto asegurado, y aunque eso pueda ser una buena señal, también puede añadir presión extra a los jugadores que se verán cuestionados a cada error que cometan. Los QBs más veteranos no parecen estar a la altura y confiar el mando del equipo a un true freshman conlleva muchos riesgos.

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