Los sueños, sueños son

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Nada os pertenece en propiedad mas que vuestros sueñosFriedrich Nietzsche.

 

El mundo del deporte es un campo abonado a los sueños. Todos los que nos gusta el deporte, y no te cuento los que lo practican, sueñan con triunfar y ganar. Los seguidores soñamos con ver a nuestro equipo coronarse campeón, nos da igual el cómo, sólo nos importa el resultado. Los que practican deportes sueñan con ser ellos los que hacen la jugada definitiva, estoy más que seguro que Andrés Iniesta habrá soñado mil veces con algún gol, pero cuando su gol hizo a España campeona del último Mundial de fútbol, seguramente ni en el mejor de sus sueños podía suponer que aquel solitario gol tendría tanta repercusión.

 

Las películas sobre deportes no dejan de ser sueños llevados al cine. Casi siempre se nos plantea la misma historia, un jugador de cualquier deporte que sueña con jugar o competir en no sé qué, un día ve cumplido su sueño, en algunos casos gana y es un vencedor, son películas con final feliz, de las que yo siempre he llamado de la sección pastel. En otras ocasiones es derrotado, es mucho más fácil hacer un final feliz que un final donde se sale derrotado, pero suelen ser mejores películas. Por eso siempre he dicho que la primera película de la saga Rocky es una buena película. Rocky Balboa sale derrotado tras una pelea épica con el campeón Apollo (en cierto punto recuerda al mítico combate de Manila entre Joe Frazier y Muhammad Ali). Sin embargo, las sucesivas secuelas son mas de lo mismo, un Rocky Balboa triunfador, por eso la primera es cine en estado puro mientras que el resto son un sacacuartos, no hay ya una historia de por medio, sino el intento de sacar el máximo rendimiento comercial.

 

La NFL es otro campo de sueños, no hay grandes películas sobre el mundo del football. El deporte más abonado a esa faceta suele ser el baseball o el boxeo. Las pocas películas que hay sobre football suelen ser mas del género de las comedias más o menos blandas o sobre hechos más o menos reales que ocurrieron en el high school o college, pero a nivel de profesionales no hay demasiadas películas. La NFL no suele permitir que el mundo del cine se inmiscuya en su liga, la única película que se metió en el mundo del football profesional fue “Any Given Sunday” de Oliver Stone, un intento fallido y efectista muy torpe donde se denunciaba el mundo del football profesional. La película no triunfó comercialmente y pasó con más pena que gloria, de no haber sido realizada por un director que aún tenía cierto prestigio es más que probable que se hubiera perdido en el circuito de las películas de alquiler, ni la presencia de Al Pacino, Cameron Diaz o Dennis Quaid eran motivo suficiente para ver lo que es una película muy efectista, pero vacía de todo lo demás.

 

Quienes más sueñan con la NFL son los aficionados, estos son los que sostienen al que es el deporte número uno de los USA. Todos ellos sueñan con ver a sus equipos triunfar, en ganar ese partidos tan especial que es la Superbowl, la única final de las 4 grandes ligas norteamericanas que se juega a partido único, lo que la hace a la vez tan diferente y tan especial. El sueño de cualquier aficionado al football es ése, acudir algún día a una Superbowl, y si además gana su equipo el sueño se completa del todo. Por desgracia ese sueño solo se cumple una vez al año y son muy pocos los que pueden ver sus sueños colmados, la gran mayoría tiene que esperar al siguiente año, y muchísimos no han tenido nunca jamás cumplido su sueño, y año tras año ven como ese sueño se rompe una vez tras otra, y así hasta la siguiente vez. En mi caso personal a mi rompieron mi sueño un 20 de enero de 1985, aquella fue la última vez que mis Dolphins llegaron a una Superbowl, aquél fue el día que la más fantástica actuación jamás realizada por un QB se quedaba sin premio, nunca más he visto ese partido.

 

También los jugadores sueñan con la NFL. Los miles de jugadores que cada año juegan al football en los cientos de college repartidos por toda la nación sueñan con ser alguna vez parte de la NFL, pero son muy pocos los que lo consigue. La NFL permite que cada año 224 nuevos jugadores sean elegidos directamente por los equipos profesionales para entrar en la NFL, pero muchos mas son los que se presentan a ser elegidos y que ven como su sueño de ser parte de la liga se marcha cuando su nombre no sale de la boca de ningún directivo de los 32 equipos que conforman la NFL. Pero ni tan siquiera aquellos que sí salen seleccionados ven cumplir su sueño, si lo alcanzarán aquellos que suelen salir elegidos en las 3 primeras rondas, pero a partir de la cuarta ronda las elecciones de los equipos son auténticas loterías, algunas salen bien, otras no salen nunca, y esos jugadores nunca serán parte de la liga y comienza un peregrinar que nunca se sabe como terminará, algunos acaban en ligas indoor, otros juegan en ligas menores o estatales, algunos otros emigran a Canada, y la gran mayoría se recicla para otra profesión y lo más cerca que estarán de su sueño es ver a los pros jugar el domingo en TV.

 

Con cada nueva temporada empiezan 32 nuevos sueños, y a medida que la temporada avanza cada vez quedan menos. Algunos suelen caer a las primeras de cambio, aunque en muchos casos son equipos que ya estaban marcados antes de empezar la competición, son franquicias a los que el soñar les está casi prohibido, simplemente no cuentan con los elementos suficientes para poder soñar. Otros muchos sueñan durante un periodo de tiempo, ellos sí tienen motivos para soñar, pero a medida que la realidad se impone se despiertan de sus sueños, muchos ven como todo aquello por lo que soñaron se rompe, otros muchos se quedan cortos, y finalmente están aquellos que ven sus sueños se transforman mas bien en pesadillas.

 

El fin de semana de Acción de Gracias nos ha traído una semana especialmente intensa en forma de sueños rotos, varios equipos han visto como todos sus sueños se les iban, perdían ese último autobús que les permitiría seguir soñando.

 

Los Lions soñaban con repetir una gesta del pasado cuando los Lions aún jugaban en el desaparecido Tiger Stadium, un campo al aire libre. En 1962 recibían en Acción de Gracias a unos invictos Green Bay Packers, igual que en 2012, y les derrotaban de forma muy clara. Aquellos Packers no volverían a conocer la derrota aquella temporada, ganaron todo lo que quedaba y se acabaron proclamando campeones de la NFL, por entonces aún no existía la Superbowl sino el partido del campeonato. Los actuales Lions, que ahora juegan al abrigo de un estadio cerrado, soñaban con repetir aquella misma hazaña. No parece que haya nadie que pueda poner en peligro la tremenda superioridad de los Green Bay Packers esta temporada, los Lions querían ser el primer equipo en derrotarlos. Pero no pudo ser, aguantaron más o menos de forma razonable las tarascadas de Aaron Rodgers y Cía, un solo TD, pero Ndamukong Suh decidió que ya había tenido bastante y cometió un error imperdonable en un profesional, error que encima no se arrepintió tras el partido y que sólo rectificó al día siguiente tras una larga conversación con su entrenador. La fea acción de Suh no solo supuso su expulsión del campo, sino que dejó descompuesto a su equipo, no tanto por lo que aporta, Suh que hace unas jornadas no es el jugador que era al principio de temporada, sino porque permitió que Green Bay anotara un TD cuando iban a ejecutar el FG, no es lo mismo tener que remontar 14-0 que un 10-0, además del efecto psicológico que tiene en un equipo que aún es muy bisoño en muchas parcelas de sus juego, empezando por el propio Matthew Stafford, que con guante o sin él juega con miedo y se está volviendo una máquina de hacer intercepciones. Rodgers tras una primera parte discreta despertó en la segunda y tuvo otro de sus días habituales en la oficina, vamos, que puso otra pica en Flandes para casi garantizarse el MVP de la temporada, solo una lesión puede dejar al de California sin ese premio.

 

Otro equipo que vio todos sus sueños esfumarse fueron los Miami Dolphins. Un equipo que empezó de forma desastrosa la temporada, cuando estaba al borde de la eliminación reaccionaron, soñaron por momentos en alcanzar algo que nunca nadie antes jamás había conseguido como era meterse en la post temporada tras haber empezado con 7 derrotas consecutivas. Los jugadores y una parte la afición se lo llegó a creer, el equipo jugaba como se esperaba que debería haber jugado desde la pretemporada y el calendario, si bien no era asequible, tampoco era del todo descabellado si todo rodaba bien. Durante una gran parte del partido los Dolphins parecía que iban a poder seguir con su sueño, pero Tony Romo se encargo de fulminarlo con un último drive donde realizó pases que solo Romo se atreve a realizar. Los Dolphins hicieron un ejercicio de resistencia en Dallas con una defensa enorme que jugó a un gran nivel y a punto estuvieron de poder enlazar su 4ª victoria consecutiva, pero como le ha venido pasando en gran parte de la temporada se dejó birlar la victoria en el último drive del rival. Los Dolphins de haber sido mejores en esos últimos minutos de los partidos estarían 7-4 y no 3-8. Matt Moore no estuvo al nivel de los 3 partidos anteriores y no cometió fallos, simplemente se quedó corto. Su problema es el mismo que ha lastrado a Chad Henne, su total incapacidad para hacer algo dentro de las últimas 20 yardas finales. Los Dolphins entraron 4 veces en la red zone y se fueron con cuatro FG, en otra ocasión se quedaron en la yarda 21 y se fueron de vació tras fallar un FG. Los Dallas Cowboys, con un Romo que empezó como sólo él sabe hacerlo, se fueron asentando poco a poco y entraron cuatro veces en la red zone, con la diferencia que ellos anotaron 2 TD y 2 FG, y en su favor que no necesitaron mas tampoco en el último drive, Dallas hizo un último drive magistral comiendo el reloj y anotando el FG cuando el tiempo se acababa, justo lo contrario a que hicieron los de Miami. Si los de Tony Romo hubieran necesitado un TD nunca lo sabremos, pero lo que diferencia a los buenos QB de los jornaleros es precisamente eso, unos ganan el dinero en la yarda 20 en adelante y los otros los ganan entre ambas yardas 20.

 

Pero no solo en el día de Acción de Gracias se rompieron sueños, el domingo dos equipos que estaban en las apuestas de muchos para ser protagonistas de la misma Superbowl veían como su sueño se esfumaba. Ni Miami ni Detroit apuntaban a una Superbowl, su objetivo era entrar en playoffs y una vez allí ver lo que podía suceder, pero nadie les iba a exigir mucho mas que eso, era a lo máximo que podían soñar sus aficiones. Pero ese no era el caso de Philadelphia Eagles y San Diego Chargers, dos equipos con muchísimo talento en sus plantillas, con jugadores desequilibrantes en ataque y en defensa, equipos que saben lo que es estar cada año en la lucha por los playoffs, equipos que suelen participar en la post temporada y con jugadores con experiencia y galones. Ambos equipos partían con posibilidades, los Eagles se habían reforzado mucho y bien, incluso se pusieron la etiqueta de “Dream Team”, un error garrafal de Vince Young en una rueda de prensa de la que se acordará por los años. Los Chargers por su parte fueron el año anterior el mejor ataque y la mejor defensa, pero eso no les sirvió para entrar en post temporada, la habitual desidia con la que suelen empezar las temporadas les acabó pasando factura y en esa ocasión no les dio tiempo a remontar.

 

Philadelphia ya empezó la temporada mal, no era la primera vez que pasaba y luego remontaban, pero los de Andy Reid de alguna forma lograron seguir enganchados, más que nada por la impericia de sus rivales de división para distanciarse. En un momento llegaron a estar a tan solo un partido de diferencia a pesar de su pésimo comienzo de 1-4. Pero más que el mal record el problema que tenían los Eagles eran la sensación que transmitían, ser una banda mal organizada y donde cada jugador hacía la guerra por su cuenta. Aún así los Eagles tienen mucho talento y tras un tropiezo se las arreglaban la semana siguiente para ganar y reengancharse para seguir soñando. Pero el problema de cuando vas haciendo lo que en el argot ciclista se llama “hacer la goma”, hay un momento en que esta se rompe y todo se acabó. Los Eagles tras una bochornosa derrota ante Arizona parecía que habían tocado fondo, pero la semana siguiente ganaron en New York y seguían vivos, pero esta semana fueron derrotadas de forma rotunda y clara por los New England Patriots, las sensaciones que dejaron en el campo no fueron nada buenas, fueron superados ampliamente en su propio estadio, pero lo peor es que Dallas ha aprovechado su calendario para poner distancia y a falta de 5 partidos le saca tres partidos y tienen que rendir visita a los Cowboys en el parque de atracciones de Jerry Jones.

 

El caso de San Diego es merecedor de un estudio aparte, cargados de talento en ataque y defensa algo siempre funciona mal en el equipo de Norv Turner. Este año no comenzaron mal, llegaron a estar 4-1 y liderando con comodidad la AFC West, sin embargo los Chargers no estaban finos, o mas bien quien no lo estaba era Phillip Rivers, adicto a las intercepciones esta temporada cuando era uno de los QB menos interceptados de la NFL teniendo en cuanta la cantidad de veces que lanza por partido. Los Chargers entraron en barrena y han perdido 6 partidos de manera consecutiva, como es habitual en ellos siempre buscan maneras mas o menos originales de salir derrotados, siendo la mejor de ellas la de Kansas cuando cometieron un fumble cuando sólo necesitaban arrodillarse para ejecutar un FG ganador, son todos unos expertos en dispararse a su propio pie y la derrota el pasado domingo en la prórroga ante Denver les ha roto el sueño de esta temporada, al igual que en el caso de Philadelphia las matemáticas dicen que no están eliminados, pero la realidad es muy diferente, superados por Denver y con Oakland a tres partidos parece que la temporada de los Chargers ha terminado.

 

 

  • Por fin hemos tenido un año con partidos de football el día de Accion de Gracias que han merecido la pena. En años anteriores nos hemos tenido que tragar auténticos pestiños o simplemente partidos que al primer cuarto ya estaba claro quien iba a ganar, solo era cuestión de tiempo saber por cuanto iban a ganar.. La Harbaugh Bowl fue un partido sin sutilezas y que ambos equipos jugaron sin demasiadas contemplaciones. Hasta la fecha sabíamos que los Baltimore Ravens siempre se aplican con dureza cuando juegan contra los Pittsburgh Steelers, ahora también lo sabemos que lo hacen ante el equipo del hermano de su entrenador. Los dos equipos se repartieron leña de lo lindo, afortunadamente para ellos cuenta con 4 días adicionales para descansar de semejante esfuerzo. Los Ravens sacaron toda la presión que pudieron de su Front Seven y pusieron en demasiados apuros a la OL de San Francisco que se vio superada en todo momento. Especialmente doloroso fue el día para el QB Alex Smith que aún me pregunto como pudo salir por su propio pie del campo, la paliza que recibió le tuvo que doler durante el largo vuelo de vuelta a San Francisco y aún le debe estar doliendo. Afortunadamente a los Niners nos les quedan más partidos de este corte en lo que resta de temporada, el único partido duro que tienen por delante es un duelo contra New Orleans, pero estos Niners si no fallan se pueden apuntar al Seed nº 2 de la NFC. Los Ravens ahora deberán andar con cuidado, es un equipo que acostumbra a no fallar en las grandes citas para seguido plantar un huevo de proporciones bíblicas, esa ha sido la cruz de John Harbaugh todo el año, su equipo no suele rendir al nivel que rinde tras un gran partido y donde la motivación es mas parte del juego que el propio juego en sí.

 

  • Los buenos hábitos son fáciles de perder, los malos hábitos son muy difíciles dejarlos. Dejar de ganar es fácil, pero dejar de perder suele ser bastante mas difícil, es una espiral que muchas veces se retroalimenta. Los Indianapolis Colts aprovecharon la semana de descanso para darse cuenta de que una victoria en su casillero puede tener un doble premio, por una parte no afecta en lo más mínimo a su interés en poder elegir a Andrew Luck en el próximo draft, con independencia de lo que vayan a hacer con esa elección, pero por otra les servía para salir de ese exclusivo club del Hall of Shame, que sólo tiene dos miembros y que supone perder todos los partidos de una temporada regular. Mirando el calendario los Colts se dieron cuenta que seguramente la mejor y única oportunidad que pueden tener para ganar un partido era el domingo, llegaban los Carolina Panthers del QB rookie Cam Newton con su record de 2-8. Los Colts le pusieron empeño, al menos le pusieron más ganas que en casi todos los partidos anteriores. Por momentos se pudo ver al viejo Reggie Wayne, algunas carreras con potencia de Donald Brown y Joseph Addai e incluso cierto esfuerzo defensivo por parte de Dwight Freeney y Cía. Pero el problema es precisamente ese, los malos modos una vez adquiridos son difíciles de eliminar, los Colts le han cogido tal callo a esto de perder que por una vez que intentar no hacerlo no han sido capaces de buscar una manera de evitarlo. Con New England y Baltimore por delante y cerrando con 3 partidos divisionales, los Colts no sólo tienen más que asegurado esa primera elección del draft, sino que ya pueden no esperar ninguna compasión de sus rivales divisionales para evitar la humillación de terminar toda la temporada sin ganar un solo partido. Tantos años siendo humillados por Peyton Manning esos equipos no van a desaprovechar la oportunidad de devolver la moneda.

 

  • Nunca el tópico de “Houston tenemos un problema” fue mas motivo de aplicación que para los Texans. Tras quedarse sin Matt Schaub para lo que resta de temporada por una lesión que roza lo absurdo, los Texans habían confiado el resto de su temporada a Matt Leinart. El ex chico de oro de los USC Troyans lleva tiempo sin jugar y su salida de Arizona lo había dejado muy tocado moralmente, sin embargo en Houston parecía haber encontrado un hogar, estaba recuperando la ilusión y si miramos el record personal de Leinart tampoco es tan malo, solo se le pedía que gestionara los partidos y no cometiera errores, el resto lo ponía la gran defensa que Wade Phillips ha conformado y el potentísimo juego terrestre de los Texans que juega tras una de las mejores OL de la liga, un seguro de vida para cualquier QB. Pero lo que nadie podía esperar es que Leinart se fuera a lesionar en su primer partido de forma completamente absurda y cuando estaba cumpliendo a la perfección el papel que se le había exigido, los Texans estaban cómodamente delante en el marcador y Leinart se sentía cómodo, incluso había pasado para un TD. Los Texans tuvieron que sacar a T.J. Yates, un rookie que tienen en el roster y que capeara el temporal lo mejor posible. Los Texans no volvieron a anotar, se apoyaron en su defensa y si pudieron salir vivos de Jacksonville fue por la tremenda bisoñez de Blaine Gabbert, que al final del partido fue envíado al banquillo a favor de Luke McCown. El futuro de los Texans ahora es de Kellen Clemens, un QB de esos mercenarios que andan sin equipo esperando una oportunidad, mal, pero que muy mal pintan las cosas en Houston, aunque quizás se puedan apuntar el modelo Denver, seguro que si se ponen encuentran algún QB de esos que ejecuta a la perfección la option y otras jugadas del mismo calibre.

 

  • Se me están agotando las líneas con Tim Tebow, sinceramente no sé ya que decir sobre el fenómeno Tebow que cada semana crece y crece, el problemón que se avecina en Denver puede tener dimensiones bíblicas. Con cada victoria que acumula Tebow el problema se hace más grande, a este paso los “John Brothers”, Elway y Fox van a tener que hacer como los míticos Blues Brothers, cogerse un coche, quitarse de en medio y que este toro lo toreé el siguiente. En estos momentos nadie en Denver, y dudo que haya nadie en toda la liga, se atreve a cuestionar a Tebow y quitarlo de la alineación. Es cierto que el ataque de Denver es atípico y de hace más de un siglo, es cierto que Tebow como pasador no tiene igual ni futuro, pero gana partidos y mas importante aún, no comete turnovers. Basta compararlo con Marc Sanchez, un 33% de los puntos que han recibido los NY Jets esta temporada son imputables a los turnovers de su QB. De Tebow no se puede decir lo mismo, no arriesga nada, corre incluso en 3 y largo y cuando lanza no le interceptan ni comete errores garrafales que le cuestan a su equipo posición en el campo. Y como decía Herm Edwards, “you play to win the game” y Tim Tebow responde a la perfección a la cita.

 

  • Esta es una temporada donde no hay semana donde no caiga un QB lesionado, y si te llamas Matt tienes mas boletos que nadie (el único titular que queda es Matt Hasselbeck). Cada vez son menos los equipos que pueden presumir de tener al mismo QB que empezó la temporada. Chicago y Oakland empezaron la temporada con Jay Cutler y Jason Campbell, el fin de semana de Accion de Gracias unos tienen a Caleb Haine y los otros a Carson Palmer como titulares. Mientras que en Chicago no se puede hablar de ganancia en Oakland sí, aunque Palmer está lejos de ser lo que fue, sigue siendo un QB que si limitara alguno de sus errores es aún mas que aprovechable. Entre tanto carrousel de QB los grandes protagonistas fueron dos elecciones que llevan la mas pura firma de Al Davis grabadas por todas partes, Sebastian Janikowski y Shane Lechler, el kicker y punter de los Raiders, jugadores ambos seleccionados en el draft del año 2000 y que fueron los protagonistas del partido, el primero anotó los 6 FG que ejecutó, da igual la distancia desde la que chute el díscolo jugador polaco, las anota todas. Pero Lechler hizo lo que nadie ha logrado esta temporada, dejar fuera del partido a Devin Hester, Lechler no sólo lanzó punts perfectos de colocación, sino que en los minutos finales con Chicago llamando a la puerta y los Raiders aguantando cuan gato panza arriba su ventaja en el marcador, le pegó una coz de 80 yardas a la pelota y a la que Hester que solo pudo asistir con total incredulidad como le pasaba por encima de la cabeza dejándolo sin opciones de retorno.

 

  • Perdido en el desierto se habla poco de él, pero Patrick Peterson lleva anotados 4 TD de retorno en su primer año en la NFL e iguala a Hester. Es de suponer que Peterson con el tiempo deje de ejecutar los retornos, salvo en casos de emergencia, los Cardinals en realidad lo quieren como CB y es un buen CB con un gran futuro por delante, pero de momento es una de las mejores armas ofensivas que tienen los Cardinals. Con Kevin Kolb lesionado los de Arizona volvieron a tirar de John Skelton, aunque la verdad tampoco fue necesario su concurso en demasía, Bennie Wells se destapó con mas de 200 yardas terrestres que desarbolaron por completo a los St. Louis Rams. ¿Y que pasa con los Rams? La respuesta es sencilla, son un muy mal equipo, tienen a algún jugador interesante en defensa, pero en ataque Sam Bradford está solo, no tiene ninguna ayuda ni de su OL ni de sus WR, por no hablar de un juego terrestre que solo aparece de vez en cuando, Stephen Jackson es muy irregular. Lo que le está sucediendo a los Rams es un aviso para navegantes, un QB no arregla una franquicia si no le rodeas de talento, Bradford es un excelente QB, pero no tiene ayuda, lo mismo le podría suceder a Andrew Luck en Indianapolis.

 

  • La tarde del domingo no nos dejó grandes partidos, a estas alturas de temporada hay demasiados partidos donde juegan equipos con poco o nada que hacer entre sí o donde juegan equipos a los que solo les queda hacer de spoilers. De los pocos partidos que merecían la pena la tarde del domingo el mas notable era el NY Jets @ Buffalo Bills, los dos equipos llegaban empatados a todos y el que ganara tendrá mas opciones a entrar en post temporada. El paritido fue tremendamente igualado y con alternancias en los marcadores, pero la sensación que dejaron ambos equipos es que el que llegue a la post temporada no tendrá muchas opciones, Marc Sánchez pasó para 4 TD, pero también fue interceptado regalando puntos a los Buffalo Bills que acumulan demasiadas bajas y han empezado su peculiar bajada a los infiernos. Los Bills se están demostrando como un equipo yoyo, terminaron la temporada pasada en gran forma, la retomaron al inicio y ahora han vuelto por donde empezaron el año pasado. Chan Gailey tiene muchos mimbres, pero aún tiene mucho que trabajar con este equipo.

 

  • El larguísimo fin de semana de Accion de Gracias terminaba con el que sobre el papel era un partido más que interesante, un New Orleans Saints contra los NY Giants. El gran ataque de los Saints contra la gran defensa de los Giants, aunque la verdad es que el partido no tuvo mucha historia, los Saints desarbolaron por completo a los de Tom Coughlin que carecieron totalmente de argumentos para poder hacer algo frente a la formidable maquinaria ofensiva de los de Drew Brees, que sigue en su particular carrera para igualar el record de partidos consecutivos lanzando al menos un pase de TD y que actualmente posee Johnny Unitas. Los Saints son ahora mismo el único equipo que puede hacer frente a los Green Bay Packers, pero su problema es que sus tres derrotas les obligará a pasar por Lambeau Field.

 

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