Moises separó las aguas del mar Rojo. Josué derribó las murallas de Jericó con una trompas. Jesús caminó sobre las aguas, multiplicó los panes y los peces, resucitó a Lázaro. No voy a comparar los milagros bíblicos con la hazaña de Tim Tebow el domingo en el Mile High, en primer lugar porque aquellos son figuras literarias y lo del #15 fue tan real como que los Broncos van a visitar Foxboro el sábado que viene. Pero Tebow hizo un poco de todo ello: separó la secundaria de los Steelers como las aguas del mar Rojo, derribó la muralla defensiva de acero, y aunque no fue exactamente sobre las aguas, caminó y corrió sobre el césped, multiplicó las yardas ofensivas de su equipo y resucitó a unos Broncos que cogió moribundos y los ha llevado a los Divisionales.
Para los escatológicos, la victoria de los Broncos es una señal. Sus 316 yardas de pase no son otra cosa que una señal del famoso cartel de John 3:16, omnipresente en las competiciones deportives en USA, un versículo del Evangelio de San Juan: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquél que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna«. Para mí, la victoria es obra de la fe, pero no de la fe religiosa de Tebow, sino de la fe en sí mismos, primero de Tebow y luego del resto de sus compañeros, que se conjugaron como los denostados Seahawks de la pasada temporada, y como un David, derrotaron a un Goliath. La fe mueve montañas… y gana partidos de Wild Cards.
OVERTEBOW TIME
Y si fuera poco el mérito de Tebow al destrozar a la mejor defensa de la nación en yardas totales y aéreas y en anotación, el #15 resolvió el partido en una prórroga que duró menos tiempo del que empleó el árbitro en explicar las nuevas normas de la misma. Ha sido la prórroga más corta de la historia de la NFL.
El pase de 80 yardas a Demaryius Thomas en la 1ª jugada de la prórroga fue un magnífico broche de oro para un gran partido, y una metáfora del mismo. Inspiración y fe de los Denver Broncos (9-8), y exceso de confianza y pobre ejecución defensiva de los Pittsburgh Steelers (12-5), con 9 hombres en el box en una «cover 0», que se comieron el play action y que fueron incapaces de dar alcance al WR.
Sí, los Steelers llegaron tocados por las lesiones (sin Rashard Mendenhall, Maurkice Pouncey, Ryan Clark) y fueron perdiendo efectivos en el transcurso de la batalla (Brett Keisel, Casey Hampton), pero eso no se puede alegar como eximente, como mucho, como atenuante.
El partido en el 1º cuarto resultó según el guión previsto. La defensa de los Steelers frenaba cualquier intento de carrera de Tebow y controlaba a los receptores locales, permitiendo sólo 8 yardas totales en todo el cuarto a unos Broncos que se parecían mucho a los de las tres últimas derrotas. Pero el renqueante Ben Roethlisberger (22/40, 289 yardas, TD, pick) no se encontraba cómodo moviendo el balón desde el pocket frente a la agresiva defensa de los Broncos, sin poder usar su mejor arma, el ganar tiempo con sus piernas, y el dominio de los Steelers se tradujo en sólo un par de FG de Shaun Suisham.
Pero, de repente, el partido se giró en el 2º cuarto, a la vez que los equipos cambiaron de campo. Con la defensa de los Steeelers metiendo a 8 en el box y acercando a los safeties, invitando a Tebow a ganar el partido pasando, éste aceptó el reto y comenzó a lanzar misiles profundos y quemando a la secundaria acerera una y otra vez. Tebow hizo el mejor 2º cuarto de su vida. Completó pases consecutivos de 51, 30 y 58 yardas (y uno de 21 que fue revertido en un challenge al soltar Eric Decker el balón cuanto cayó al suelo lesionado). Todo ello sin su mejor receptor. Luego completó otro de 40 yardas. Tebow lanzó un pase de TD y corrió para otro, y dos FG de Matt Prater completaron el parcial de 20-0 en el 2º cuarto. Los Steelers permitieron 185 yardas aéreas en el cuarto, cuando promediaban 171,9 en todo el partido en temporada regular.
Tebow encendió además a la defensa y puso nervioso a Big Ben, que fue interceptado en dos pases consecutivos, aunque uno de ellos fue anulado por un offside defensivo. El gameplan de los Steelers se fue al garete. No corrieron todo lo que debieron con Isaac Redman, quien sumó 121 yardas en sólo 17 acarreos, y no abrieron sus líneas para abrir la defensa de los Broncos como hicieron con éxito Chiefs y Bills en las dos últimas jornadas. Haciendo cuentas, los Steelers ganaron una media de 5,4 yardas por jugada de pase y 6,8 yardas por carrera, y sin embargo pasaron el doble de lo que corrieron.
Con todo, tras el descanso la defensa de los Steelers volvió a centrarse y los Steelers fueron acercándose en el marcador a la chita callando. También hay que decir que les ayudó un garrafal fallo arbitral, que consideró incompleto un claro pase lateral. Está mal que los árbitros se precipiten y piten en jugadas dudosas y que luego no se puedan revisar (eso hay que cambiarlo en la offseason), pero es que además nadie que viera la jugada podía dudar que el pase fuera lateral y, por consiguiente, fumble.
El partido llegaba al clutch y había una sensación de dèjá vu, faltaba el típico big play defensivo de los Steelers que te gana el partido al final. Y este llegó en forma de fumble forzado a Willis McGahee. Entonces apareció el mejor Big Ben y empató el partido con un pase típico, de los suyos, a Jerricho Cotchery. El partido parecía de los Steelers, que frenaron a los Broncos y que llegaron al filo del FG range en los últimos segundos del tiempo reglamentario- Pero entre un delay of game del center reserva Doug Legursky (quien ya había fastidiado una opción de FG antes del descanso con un estrepitoso snap) y un sack que no debió encajar Roethlisberger, los Steelers fueron para atrás. Probablemente debieron intentar un FG de 67 yardas sobre la bocina, en el Mile High no era imposible. Pero el partido llegó a la prórroga con el resultado conocido.
Tebow terminó el partido completando 10/21 pases para 316 yardas (si las matemáticas no me fallan son 31,6 yardas por pase completado) y 2 TD, con un QB rating de 125,6, además de 50 yardas de carrera y otro TD. No está mal para un debut en playoffs. También fue un un gran día para su compañero de draft y ronda Demaryius, quien acabó sumando 204 yardas en 4 recepciones.
El sábado los de John Fox visitarán a los New England Patriots (13-3), quienes ya los derrotaron contundentemente en Denver hace un mes pero, ¿hay alguien que dé por enterrados a los Broncos?
P.D. Los Broncos han establecido un nuevo récord de la NFL al ganar su 4º partido en la prórroga esta temporada. Are you kidding me?
TEXAS, ESTADO DE PISTOLEROS
Pero no sólo de milagros vive el football, también se jugaron otros tres partidos en la ronda de Wild Cards, esta vez sin sorpresas, aunque tal vez la principal sorpresa es que quedaron eliminados todos los equipos con plazas de Wild Card y avanzan a Divisionales los 8 campeones de división, por primera vez desde hace media docena de temporadas.
Otro de los focos de atención del fin de semana era el 1º enfrentamiento en playoffs entre dos QB que habían lanzado para más de 5.000 yardas en temporada regular. De qué otro estado que no fuera Texas podían salir dos pistoleros de ese calibre.
El duelo, tras una primera mitad más igualado, se decantó en la 2ª mitad en favor de Drew Brees (33/43, 466 yardas, 3 TD). Debe ser porque Matt Stafford no es un tejano auténtico (nació en Tampa, aunque se hizo «footballísticamente» en Texas), o también porque los New Orleans Saints (14-3) fueron bastante mejores a ambos lados del balón.
Brees no salió a quenar la traca, y en contra de lo que se pudiera prever, los Saints comenzaron el partido corriendo más que lanzando. El problema (para las defensas rivales) es que los Saints tienen demasiadas armas ofensivas, y si les da por correr, corren. La increible velocidad de Darren Sproles (10 acarreos, 51 yardas, 2 TD), la capacidad de ganar yardas tras el contacto de Pierre Thomas (8, 66, TD), y hasta el sustituto del lesionado Mark Ingram, Chris Ivory (13, 47), fueron imparables para una defensa que no placa.
Los Detroit Lions (9-8) se mantuvieron en el partido en la 1ª mitad por las oportunistas jugadas de su defensa, que recuperó sendos fumbles de Brees y de Marques Colston (uno de ellos pudo ser retornado para TD si los árbitros no hubieran pitado precipitadamente), pero en la 2ª mitad los Saints no perdieron ningún balón y lo llevaron hasta la endzone en los 5 drives de la última media hora. De hecho, salvo los dos fumbles, los Lions fueron incapces de frenar un sólo drive de los Saints. El punter Thomas Morstead ni cobró por el partido del sábado. Cuando hizo falta jugarse cuartos downs, Sean Payton lo hizo, aunque estuviera en su propia yarda 38. Sabía que la mejor defensa era mantener el ataque en el campo.
Los Saints batieron el récord de los playoffs con sus 626 yardas ofensivas totales. Sumaron 34 primeros downs. Anotaron 3 TD de carrera y otros tantos de recepción (Robert Meachem, Devery Henderson, Jimmy Graham). El recórdman del año firmó su 8º partido consecutivo por encima de las 300 yardas de pase. ¿Hay que seguir?. La mejor OL de la liga protegió de maravilla a Brees y abrió los huecos para la carrera que quisieron, Namdukong Suh pasó inadvertido. ¿Sigo?
Sin juego de carrera, Stafford capeó el temporal como pudo, buscando la directa, es decir, a Calvin Johnson, que atrapó casi todo lo que le llegó. Stafford lanzó 15 balones a Megatron, de los que atrapó 12, para 211 yardas y 2 TD. Un gran esfuerzo, pero no comparable a toda la panoplia ofensiva de los Saints.
Es la 7ª derrota consecutiva en playoffs para los Lions, la 1ª en este siglo, pero con el equipo que tienen seguro que no van a tardar tanto en jugar otro partido de postemporada. Los Saints visitarán a los San Francisco 49ers (13-3), y esta vez sí que se encontrarán con una defensa enfrente. Habrá que ver si ésta es capaz de frenar, o por lo menos limitar, este vendaval ofensivo.
RETRASANDO EL RELOJ 4 AÑOS
Los New York Giants (10-7) están empezando a parecerse demasiado a los Giants de 2007, y eso no es bueno… para sus rivales.
Su defensa volvió por sus fueros, con un demoledor pass rush, una excelente cobertura y una sólida defensa contra la carrera, que dejó en «0» a un ataque tan prolífico y equilibrado como el de los Atlanta Falcons (10-7). Los Falcons no se fueron de vacío por un error de Eli Manning, un intentional grounding en la endzone, porque si no el shutout habría sido un hecho.
Los georgianos se volvieron a mostrar muy blandos en playoffs (0-3 bajo Mike Smith). Ni corrieron (41 yardas en 15 acarreos de Michael Turner, ni movieron el balón por el aire (24/41, 199 yardas, para Matt Ryan), ni el propio Smith estuvo muy fino en sendas situaciones de 4º down, saldadas con dos infructuosas y poco originales QB sneaks. Roddy White, Julio Jones y Tony Gonzalez fueron, durante gran parte del partido, meros espectadores. Gonzalez puede acabar su gran carrera profesional de 15 años sin ganar un partido de playoffs (0-5), una lástima.
Con la defensa neoyorkina «on fire», el ataque empezó tranquilo, sin cometer errores (salvo el Safety), y a medida que la defensa de los Falcons se fue derritiendo en la 2ª mitad, los Giants empezaron a mover el balón como les gusta, con Brandon Jacobs y Ahmad Bradshaw castigando la defensa (155 yardas en 28 acarreos a medias), y Manning (23/32, 277 yardas, 3 TD) quemando a la secundaria rival con el play action. El pequeño de los Manning (tal vez el único de los Manning a partir de ahora), estuvo casi perfecto, con Hakeem Nicks (6, 115 yardas, 2 TD, uno de ellos de 72 yardas) esta vez como receptor más productivo, y con Mario Manningham (4, 68, TD) como 2ª opción. Victor Cruz estuvo más apagado. Tal vez se reserva para Lambeau Field.
Smith remató el partido mandando un punt en el 4º cuarto, a falta de 9:22 para el final y perdiendo por 22 puntos. Cuando volvió a tener el balón quedaban menos de tres minutos para el final. Una decisión que no buscaba el bien del equipo (intentar ganar el partido) sino salvar su propio curriculum (evitar una marcador más abultado).
Es la 1ª victoria en casa en playoffs en este siglo para los Giants. Su próxima parada, la visita a los Green Bay Packers (15-1). Los Campeones ya ganaron en la Gran Manzana esta temporada. ¿Habrá revancha?
No es de extrañar el éxtasis de la Cheerleader de los Houston Texans (11-6) tras presenciar un acontecimiento histórico como la primera victoria de los Texans en playoffs, precisamente en el 1º partido de postemporada en la historia de la franquicia. Hacía más de 20 años de la última victoria de un equipo de la ciudad en playoffs, la de los Houston Oilers frente a los Jets en el Astrodome, por lo que es para estar contentos. Para la ocasión, el Reliant Stadium batió su récord con un aforo de 71.725 espectadores, 200 más que en la SB XXXVIII.
El partido se presentaba como la primera ocasión en la que se enfrentaban dos QB rookies en un partido de playoffs. Pero el héroe del partido fue otro novato, el que firmó la jugada que significó el punto de inflexión del partido, un minuto antes del descanso.
Sin que ninguno de los QB rookies estuviera especialmente fino, en una primera mitad igualada, parecía que los Cincinnati Bengals (9-8) movían el balón con más facilidad. Tras un «3 y fuera» inicial, Andy Dalton firmó tres drives consistentes, saldados con un TD de Cedric Benson, Un FG de Mike Nugent y otro fallado de 50 yardas. Los Texans habían anotado también 10 puntos, pero su TD fue facilitado por un pass interference (correctamente pitado) de ¡52 yardas!. A T.J. Yates le costaba más mover el balón (6/13, 79 yardas en la 1ª mitad) y se estaban mostrando menos efectivos que sus rivales en situaciones de 3º down.
No había diferencia en el marcador, Neil Rackers acababa de empatar el partido con un FG, pero los Bengals parecían más asentados en el campo. Dalton se disponía a realizar su «two minutes drill» antes del descanso, con la intención de irse al vestuario por delante en el marcador. Tras un pase corto y un scramble, vino la jugada del partido. Dalton buscó a su colega, el también rookie A.J. Green, pero el DE J.J. Watt leyó la jugada y en una acción acrobática no sólo bloqueó el pase sino que lo atrapó y lo retornó 29 yardas para TD.
Watt es el pick de 1ª ronda de los Texans del último draft. DE en Wisconsin, jugó de TE un año en Central Michigan antes de ser transferido a la universidad de su estado natal. Para rematar su minuto de gloria, cerró la 1ª mitad con un sack.
Marvin Lewis, además de gastar sus challenges en dos absurdas jugadas en la 1ª mitad, no supo recuperar a su equipo del mazazo, y en la 2ª mitad se vinieron totalmente abajo. Arian Foster (24 acarreos, 154 yardas, 2 TD) empezó correr lo que quiso frente a una defensa que no placaba (sólo la desidia puede explicar la acción del veterano SS Chris Crocker en su 2º TD), y Yates entró por fin en sintonía con Andre Johnson (5 recepciones, 90 yardas, TD). En el otro sentido del juego Jonathan Joseph secaba a Green (sin recepciones desde el 2º cuarto) y, sin juego de carrera (76 yardas, sólo 24 en la 2ª mitad), a Dalton se le exigió más (27/42, 257 yardas) y le fueron cayendo dos intercepciones más en sus lanzamientos desesperados. Los Bengals tuvieron sus oportunidades para protagonizar big plays defensivos, pero en la más clara, Crocker (vaya tarde la suya) dejó caer una clara intercepción, para ver cómo Yates ponía a los suyos 14 puntos arriba en el marcador con su pase a Johnson sólo tres jugadas después.
Los tejanos ya han logrado un sobresaliente esta temporada. Lo tendrán más difícil frente a los Baltimore Ravens (12-4) el próximo domingo, pero soñar es libre.
Los ocho campeones divisionales frente a frente. No está mal. Están los tres mejores ataques de la liga, pero tambíen tres de las 4 mejores defensas de la liga. Un 25% de los clasificados están entrenados por un Harbaugh, lástima que no tengan más hermanos. Mi sueño de una Super Harbaugh Bowl sigue intacto.
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No puedo esconder mis colores. Los Saints parten como favoritos, pero Candlestick Park no es el Superdome. Es la Defensa contra el Ataque. Los Niners no sólo pelearán por alcanzar la Final de Conferencia, sino por el orgullo de todas las defensas, que quieren ver cómo cae el, hoy por hoy, mejor ataque de todos los tiempos. Pronóstico: Saints 21 @ 49ers 22.
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Tebow y Demaryius Thomas se enfrentarán a quien los seleccionó en la 1ª ronda del draft de 2010, Josh McDaniels, recientemente despedido por los Rams y fichado por los Pats. Aquí hay argumentos para todos. Hace un mes los Pats ganaron cómodamente, pero en el 1º cuarto los Broncos marcaron su ley, o sea que ya saben lo que tienen que hacer. Los Patriots llevan una racha de 35-1 en Foxboro en temporada regular… pero de 0-2 en playoffs. Al final me decanto por el marido de Gisele Bundchen. Pronóstico: Broncos 21 @ Patriots 35.
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Los tejanos pueden llegar relajados, escondidos como underdogs. Su temporada es ya un éxito, pase lo que pase en Baltimore. Pero la defensa de los Ravens es un hueso demasiado grande para un QB rookie. Ya perdieron en la 6ª jornada en el mismo escenario, y entonces el QB era aún Matt Schaub. La defensa de los Ravens en la AFC tiene la misma misión que la de los 49ers en la AFC. Pronóstico: Texans 13 @ Ravens 21.
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Si los Giants se parecen a los de 2007, hay que recordar que ganaron la Final de Conferencia en Green Bay, en el último partido de Brett Favre como Packer. Esta vez Lambeau Field no va a estar gélido, pero el pass rush de los neoyorkinos va a estar ahí. Como en la jornada 13, en la que les sobró un minuto. Puede ser un duro día de «vuelta al cole» para Aaron Rodgers. Pronóstico: Giants 28 @ Packers 24.