Los Indianapolis Colts han sido el paradigma de lo distinto que es el football en temporada regular y en playoffs. Los de Peyton Manning, durante la pasada década, dominaban la regular season como nadie, pero cuando llegaban los playoffs, el equipo caía una y otra vez, con la excepción de 2006, precisamente en la temporada en la que mejor defendieron en playoffs. Si alguien se preguntaba si servían para algo las defensas, en esta jornada tiene la respuesta. Por lo manos, en los playoffs, sí.
En el mejor fin de semana de football, dos de los tres ataques más floridos de la temporada regular fueron derrotados por grandes defensas. Sobrevivieron los Pats, que no encontraron ningua oposición por parte de los Broncos, pero para hacerse con el Lombardi Trophy van a tener que superar la prueba del algodón de dos grandes defensas, la de los Ravens y la de los Niners o Giants.
La maldición del líder en yardas de pase sigue en pie. En las 45 ediciones de la Super Bowl disputadas, nunca la ha ganado el QB que haya liderado a los pasadores en la temporada regular. Ni el «casi perfecto» Brady de 2007. En la 46ª edición tampoco lo hará el «estratosférico Brees».
THE CATCH III
El partido de la jornada fue, sin lugar a dudas, el de un encendido y rojo Candlestick Park. En el mismo momento en el que el reloj se quedó en cero ya era un «instant classic», y el nombre del mismo no podía ser otro que «The Catch III«.
Hacía mucho que los San Francisco 49ers (14-3) no ganaban un partido de playoffs, pero los mineros tienen tradición de convertir en clásicos sus victorias en la postemporada. La última fue precisamente contra los Giants, su rival en la Final de Conferencia, en los Wild Cards de 2002, con una increible remontada de 24 puntos y con un final polémico e increíble.
Pero antes existieron los inolvidables «The Catch«, la recepción de Dwight Craig a pase de Joe Montana en la Final de Conferencia de 1982 frente a los Cowboys, y «The Catch II«, la de Terrell Owens (todavía no era T.O.) a pase de Steve Young en Wild Cards de 1998 frente a los Packers. Mi vecino Jose Villelabeitia nos relata las jugadas. La denominación de «The Catch III» era pues, obligada.
Este título puede dejar en segundo plano el increíble partido que jugaron los Niners en defensa, pero al final fue la guinda del partido y es lo que se va a repetir hasta la saciedad. Ver al gigantón Vernon Davis llorar como un niño tras la jugada, no tiene precio, va a ser otro clásico.
Antes de entrar a analizar el partido en detalle, es justo felicitar a los New Orleans Saints (14-4), que se mantuvieron vivos hasta el final en un partido en el que cometieron 5 turnovers y les cayeron palos por todos los lados. Su gran determinación y el gran talento que atesoran casi les da el billete para la Final de Conferencia, con la vitola de favoritos para ganar la Super Bowl, pero al final el gran esfuerzo de los 49ers tuvo su premio en la ya histórica jugada.
El partido tuvo dos partes bien distintas, los primeros 56 minutos y los últimos 4, en el que el partido se volvió loco. Es una de las grandezas de este deporte, el partido podría tener análisis muy distintos según en que punto se acabara el partido. Pero como hasta el rabo, todo es toro, cuentan los 60 minutos, y el resultado fue un partido para las videotecas.
La clave del partido radicaba en si la mejor defensa de la liga era capaz, si no de frenar, de ralentizar el que llegaba como mejor ataque de la historia de la liga. Los Saints, además de liderar la liga en juego aéreo, eran los 6º en juego de carrera. Drew Brees no sólo había batido el mítico récord de Dan Marino, sino que lo había hecho batiendo a la vez su propio récord de porcentaje de pases completados. Los Niners son la mejor defensa terrestre de la liga y la que menos puntos permite, sobre todo por su gran eficacia en la redzone. Contaban con la ventaja de que el partido era al aire libre, los Saints no han ganado un partido de postemporada outdoor, pero el tiempo era casi primaveral.
Las dudas sobre la capacidad de la defensa minera quedaron resueltas de inmediato. Los Niners permitieron yardas a Brees en el 1º drive, pero cuando llegaron a la redzone un duro, pero legal, golpe de Donte Whitner a Pierre Thomas no sólo forzó un fumble, que recuperó Patrick Willis, sino que sacó al RB del campo. Era la jugada que iba a sentar el tono del partido durante los primeros 56 minutos.
La defensa minera, incluyendo el sensacional y bailongo equipo de cobertura de patadas, forzó 5 turnovers (además del de Thomas, dos picks a Brees y dos fumbles forzados por Blake Contanzo en sendas coberturas de kickoff y punt), resultó hermética al juego de carrera (menos de 40 yardas), sumó tres sacks, no falló un placaje y golpeó con dureza en cada uno de ellos. Los receptores de los Saints se tiraban al suelo tras cada recepción para no ser golpeados. Hasta un jugador tan desequilibrante y escurridizo como Darren Sproles fue placado a la primera, siendo contenido en 5 yardas por recepción en sus primeras 13 (hasta que se escapó). La presión a Brees fue importante, pero la cobertura estuvo mejor aún de lo esperado. Brees tuvo en ocasiones todo el tiempo del mundo para lanzar sin encontrar receptor. Su 5/14 en 3º down debe ser el peor en mucho tiempo. Al final Brees acabó sumando 462 yardas y 4 pases de TD, pero gracias a los big plays del final y de la cantidad de veces que lanzó.
El partido se juega a ambos lados del balón, el ataque de un equipo condiciona su defensa y vicerversa, y en estos primeros 54 minutos, el ataque de los Niners, no ayudó demasiado a la defensa y les hizo trabajar más. Es cierto que gracias a un grave error de Malcolm Jenkins, Alex Smith abrió el marcador con un big play, un pase de TD de 49 yardas a Davis, y la ventaja aumentó a 17-0 aprovechando los turnovers. Pero la agresiva defensa de los Saints mantuvo el ataque de los Niners bajo control durante gran parte del partido. Los 49ers corrieron menos de lo esperado (89 yardas en 13 acarreos de Frank Gore) y Smith sucumbía a la presión en jugadas de «3º y largo» poco imaginativas, encajando 4 sacks. Los WR estuvieron realmente flojos, con numerosos drops.
El ataque no retenía el balón. No tuvo un drive de más de 8 jugadas en todo el partido (8, 2, 3, 4, 3, 6, 5, 2, 6, 4, 3, 4, 3, 5, 6 y 7), y sumó menos de 10 yardas en la mitad de ellos. Eso hizo que Brees tuviera 16 drives en el partido, y que llegara a lanzar hasta en 62 ocasiones. Es cierto que lanzó dos impecables pases de TD, a Marques Colston y al TE Jimmy Graham, pero no hay defensa contra el pase perfecto. El permitir sólo 3 anotaciones en los 13 drives de los primeros 54 minutos es algo bastante remarcable, teniendo en cuenta de que los Saints llegaban de anotar 5 TD en sus 5 drives de la 2ª mitad del partido contra los Lions. Thomas Morstead chutó 5 punts, cuando la semana pasada ni se levantó del banquillo.
Así los Saints llegaron al descanso con (-4) en turnover ratio pero sólo 3 puntos abajo en el marcador. La defensa de los Niners seguía a lo suyo, pero se mascaba la tragedia. Es imposible mantener un equipo de tanto talento ofensivo y tan bien preparado por Sean Payton fuera de la endzone el resto del partido. Y a falta de 4 minutos pasó lo que tenía que pasar.
La defensa de Vic Fangio sólo falló dos placajes en todo el partido, pero los Saints se lo cobraron caro, 14 puntos. Primero fue un fallo de placaje sobre Sproles, y el pequeño RB se fue 44 yardas para TD y ponía a los Saints arriba en el marcador. Podía haber sido el final del partido. Habría sido un gran disgusto para la parroquia Niner, pero una victoria increible para unos Saints que nunca le perdieron la cara al partido, a pesar de la que estaban recibiendo.
Pero como ocurre en muchas ocasiones en este deporte, en los minutos finales hay que echarlo todo y Smith y Davis completaron los mejores cuatro minutos de su vida. Tras un gran pase de 37 yards al TE, una absurda penalización por 12 hombres en el huddle, y al filo de un FG largo para remontar, Smith, desde un backfield vacío, ejecutó un naked bootleg magníficamente diseñado por Greg Roman, y que contó con los impecables bloqueos del WR Kyle Williams y de Joe Staley, y se fue 28 yardas para TD. La locura, pero demasiado tiempo para Brees, y más si Whitner estropea su gran partido cometiendo un grave error, no haciendo honor al nombre de su posicion, por ir a interceptar el balón y dejar que Graham se fuera 66 yardas para poner a su equipo tres puntos arriba a falta de 1:37 para el final.
El estadio enmudeció. Smith ya había hecho el gran drive del partido, ¿podría llegar a FG range para forzar la prórroga? El resto es historia. Otro gran pase de 47 yardas a Davis en el que la secundaria de los Saints quedó retratada, y a falta de 14 segundos, en 3ª y 4 en la yarda 14, un head coach rookie, Jim Harbaugh, mostró su carácter, no escondiéndose detrás de una carrerita y un FG. Balón al tráfico y un «Catch» para la historia.
Por 2ª temporada consecutiva los Sanits caían en casa del Campeón de la NFC Oeste. El año pasado se les olvido placar al Marsawn Lynch. Este año, la defensa del ya Ram Gregg Williams tambien tiene pecado. Durante 54 minutos contuvieron a los 49ers a base de heavy blitzes, pero entonces la misión de Smith era no perder balones. Cuando estás detrás en el marcador en los últimos minutos, tienes que lanzar el balón. La agresiva defensa de Williams es de alto riesgo y alta recompensa. Smith sumó 164 yardas de pase en los primeros 54 minutos, cuando tenía que ser conservador, pero sumó 135 en sólo 4 minutos cuando tenía que arriesgar. Creo que a los Saints les hubiera venido mejor una defensa con más hombres en cobertura en estos últimos 4 minutos. Les habría resultado más difícil a los 49ers complatar drives de xx y xx yardas en 4 minutos.
Entre las curiosidades, a pesar de la dureza de la defensa, a los 49ers sólo le pitaron 3 penalizaciones para 33 yardas, sólo dos en defensa. Más curiosamente, los Saints no cometieron ninguna.
EN LA ESTELA DE 2007
Los New York Giants (11-7) siguen pareciéndose demasiado a los Giants de 2007, y si ganan el próximo domingo otra vez a domicilio y se entrentan en la Super Bowl a los Pats sería más que un déjà vu.
Los Green Bay Packers (15-2), en cambio, hicieron el papel de los Colts en esta postseason. Casi imparables en la temporada regular, y todo un fiasco en los playoffs.
Fue un partido en el que los neoyorkinos estuvieron mejor que los queseros en todos los frentes. Los Giants atacaron bien y defendieron mejor, o igual de bien. Los Packers atacaron mal y defendieron peor, o igual de mal. El resultado babría sido de escándalo si el referee Bill Leavy no se hubiera equivocado gravemente en dos jugadas que alargaron precisamente los drives en los que los Packers anotaron sus dos TD (el clarísmo fumble de Greg Jennings, no revertido, y un inexistente roughing de passer de Osi Umenyiora).
La defensa de los Giants fue un factor evidente: Aaron Rodgers (26/46, 264 yardas, 2 TD, pick) no se sintió cómodo en ningún momento ante el pass rush rival, con Michael Boley y Umenyiora repartiéndose sacks a pares. Los Giants no tuvieron problemas en frenar los tímidos intentos de los Packers por establecer un juego de carrera y forzaron 4 turnovers: pick y fumble de Rodgers, y fumbles de John Kuhn y Ryan Grant. Además se mostraron muy sólidos en la cobertura, frente a la peligrosa panoplia ofensiva de los Packers. Estos frecuentemente sobrevivían a costa de las carreras del propio Rodgers, que acabó como el mejor corredor de su equipo, con 66 yardas en 7 acarreos, 6 de ellos para primer down.
Pero además de la gran defensa de los Giants, el ataque de los Packers también tuvo su cuota propia en el desastre, porque se mostró totalmente desincronizado, como si las semanas de «bye» de Rodgers y la lesión de Jennigs hubieran oxidado el engranaje perfecto de la temporada regular. el QB falló pases claros y los receptores dieron un recital de drops, por lo menos media docena, con el TE Jermichael Finley como mayor agujero.
En el otro sentido del juego, también se sumaron el hambre y las ganas de comer. Eli Manning (21/33, 330 yardas, 3 TD, pick) está jugando su mejor football, y cuenta con un Hakeem Nicks (7 recepciones, 165 yardas, 2 TD) en estado de gracia en los playoffs. Parece que ha tomado el relevo de un Victor Cruz que estuvo espectacular en el final de la temporada regular. Si esto lo conjugas con uno de las peores defensas aéreas de la historia de la liga, el resultado es obvio. Los Giants, que ni siquiera necesitaron machacar a la defensa rival con Brandon Jacobs y Ahmad Bradshaw, llegaron a anotar hasta en un Hail Mary de 37 yardas antes del descanso, en el que la secundaria quesera se dedicó a observar cómo Nicks atrapaba el balón cómodamente en la endzone.
Los Packers pierden la oprtunidad de repetir título. Los Giants vuelven a San Francisco para una Final de Conferencia que se presume apasionante entre dos equipos muy igualados.
SABE MÁS EL DIABLO POR VIEJO QUE POR DIABLO
Los Baltimore Ravens (13-4) ganaron un partido en el que no fueron mejores que los Houston Texans (11-7), pero en el que supieron llevar el mismo a su terreno, esperando, como un lobo agazapado, a que un QB rookie como T.J. Yates cayera en la trampa, como un corderito.
La derrota deja un buen sabor de boca en los tejanos, sin duda el equipo eliminado que mejor imagen deja. Los Texans han completado la mejor temporada de la franquicia sin su mejor defensor, sin su líder en el juego aéreo durante media temporada y con su 3º QB. Por el contrario, los Ravens avanzan a la Final de Conferencia con una sensación de haberse salvado por los pelos. El head coach John Harbaugh tuvo que recalcar en el vestuario que eran un buen equipo tras el partido.
El partido, como se presuponía, fue un duro duelo defensivo. Como bien reconocía Joe Flacco: «…si hemos ganado, no es gracias a mí, precisamente«. Y es que los Ravens apenas subieron 3 puntos al marcador en los tres últimos cuartos. ¡Y ganaron el partido!
Flacco se vio beneficiado de sendos turnovers de los Texans en el 1º cuarto, que le facilitaron el conectar para TD con Kris Wilson y Anquan Boldin. En el resto del partido no dio pie con bola, fallando pases claros y siendo incapaz de sacarse de encima la presión de la defensa tejana. La sensacional defensa de Wade Phillips tampoco permitió correr a los Ravens, y Ray Rice y Ricky Williams apenas sumaron 87 yardas en 27 acarreos, con ninguna de sus carreras llegando a las 10 yardas. Los Ravens sólo sumaron 227 yardas totales. A falta de Mario Williams, hombres como el rookie J.J. Watt en el front seven o Jonathan Joseph en la secundaria han marcado el tono defensivo.
La defensa de los Ravens también hizo un gran partido, de eso no cabe duda. Ray Lewis parece que nunca envejece, y su secundaria con Ed Reed a la cabeza, ahí está siempre, para dar el hachazo definitivo, pero tengo la impresión de que fueron los propios errores de los inexpertos tejanos los que al final les costaron el partido.
El mejor hombre en ataque en el M&T Bank Stadium fue, sin lugar a dudas, Arian Foster. El RB más completo de la NFL fue el 1º en correr para más de 100 yardas frente a la defensa de los Ravens en postemporada. Sumó 132 yardas y un TD en 27 acarreos, sumando otras 22 de recepción. Es una pena que su esfuerzo no tuviera recompensa, pero los tejanos se vieron lastrados por errores flagrantes, como el fumble de Jacoby Jones en la recepción de un punt después de que su equipo empezara entonado el partido. Y por supuesto, también se vieron lastrados por el juego de Yates, que se mostró como es, un rookie de 5ª ronda, frente a una defensa tan difícil como la de los Ravens.
Los de Baltimore se las saben todas, y fueron un hueso muy duro de roer para Yates. Con Andre Johnson (8 recepciones, 111 yardas), prácticamente como única referencia, pecó de inexperto y precipitado. Fue interceptado en el 1º cuarto, facilitando el despegue de los Ravens en el marcador, pero fue peor lo del 4º cuarto. Los Texans tuvieron contra las cuerdas a los locales al final del partido. Yates tuvo tres drives para ganar el partido en el 4º cuarto. En el 1º fue interceptado por Lardarius Webb, pero bueno, era un 3ª y 12 desde el medio campo. El fallo más grave fue el del 2º drive. Tras el FG de los Ravens los Texans aún forzaban la prórroga con un TD. Tras dos magníficos pases a Johnson, de 16 y 18 yardas, tras el two minutes warning, en 1º down en la yardas 38, tenía tiempo de sobra para buscar el momento de dar el zarpazo definitivo, pero se precipitó en un forzado pase profundo a su recpetor favorito y Reed hizo lo que mejor sabe hacer, finiquitar el partido con su pick.
Tras un tres y fuera Yates tuvo aún una oportunidad para el milagro, con 45 segundos y en medio campo pero allí murió el sueño de los tejanos. Los Ravens visitarán Foxboro el próximo domingo, y no sería extraño que dieran una imagen mucho mejor.
LOS PATRIOTS «ON FIRE»
No sé lo que pasó. O los New England Patriots (14-3) nos tenían engañados en la temporada regular, o los Denver Broncos (9-9) no fueron más que lo que indica su récord, o Bill Belichick tiene tomada la medida a Tim Tebow. O las tres cosas a la vez.
Sea lo que fuera, lo cierto es que los Pats no sólo dejaron atrás los fantasmas de sus eliminaciones a las primeras de cambio en las dos pasadas postseasons, sino que realizaron un partido impecable a ambos lados del balón y sentenciaron la eliminatoria bastante antes del descanso. Lo de Tom Brady no nos pilla por sorpresa, aunque lanzar 6 pases de TD en postemporada sólo lo habían logrado Steve Young en la Super Bowl, XXIX, y Daryle Lamonica unos años antes, pero lo de la defensa, es una oportuna novedad.
Basta decir que para el descanso Brady había lanzado para 246 yardas y 5 TD, mientras que Tebow había completado tres pases para 28 yardas. La 2ª mitad sobró.
La defensa de Denver, un pilar del equipo en la temporada regular, ni molestó a Brady. Para cuando lanzó su primer incompleto los Pats ya ganaban 14-0. Al final acabó con 363 yardas (récord de la franquicia) en una serie de 26 de 34 pases completados. Rob Gronkowski, deberían saberlo los Broncos, es una parte importante del ataque de los Pats y se llevó 10 recepciones para 145 yardas y 3 TD. Los otros TD se los repartieron Deion Branch, Wes Welker y Aaron Hernandez, quien a sus 55 yardas de recepción sumó 61 de carrera.
En el otro sentido del juego, para sorpresa de propios y extraños, no les fue mejor a los Broncos. Con Vince Wilfork y Rob Ninkovich a la cabeza, los Pats controlaron la carrera de Willis McGahee (74 yardas, TD en 17 acarreos) y los Broncos ofrecieron poco más. Tebow fue incapaz de mover el balón ni por el aire (9/26, 136 yardas, fumble), ni por tierra (5 acarreos, 13 yardas), ni en jugadas option. No vio endzone ni en un 1ª y goal desde la 3. Los Pats, entre sacks y placajes para pérdida de yardas, forzaron 16 jugadas negativas.
En resumen, parece que los Broncos cogieron las vacaciones después de su increíble victoria en Wild Cards. Ahora les queda completar una offseason entera con Tebow confirmado por John Elway como QB1. Será interesante ver su evolución de aquí a septiembre.
Los Pats recibirán en Foxboro a unos Ravens que no les pondrán las cosas tan fáciles.
Ya he hablado mucho del partido. Esta semana toca poster central de Melissa, una de las capitanas del Gold Rush. La ocasión lo merece, una victoria así no se ve todas las semanas.
Después del pleno de aciertos en Divisionales me gustaría acterar en las Finales de Conferencia. Los clasificados entrenados por un Harbaugh han llegado al 50%. Mi sueño de una Super Harbaugh Bowl está más cerca. Ahora bien, lo primero que hay que decir es que los dos partidos están muy abiertos y puede ocurrir cualquier cosa. Los locales parten como favoritos, como en todas las Finales de Conferencia. Los Niners tienen un spread de -2,5. Está bien, podría ser incluso de 1. Pero me parece que el -7.5 de los Pats es demasiado alto.
@
Los Ravens ya saben lo que es eliminar a los Pats en Foxboro. Lo hicieron hace dos años, con Rice corriendo para un TD de 83 yardas en la primera jugada del partido. Pero para ello el ataque tendrá que estar más fino que la este domingo. Y la defensa deberá frenar a Brady y sus TE. Los Pats dieron una lección de footbal este sábado, pero a los Broncos les tienen tomada la medida y esta temporada no han ganado a un equipo con récord positivo. Me asaltan muchas dudas, pero in dubio pro Harbaugh. Pronóstico: Ravens 28 @ Patriots 24.
@
No hace falta ir muy lejos para encontrarnos un antecedente del partido, basta con remitirse a la 10ª jornada. Como dice Harbaugh, los Giants son mejores que hace dos meses, pero también lo son los 49ers. El partido tiene pinta de ser muy igualado, con las DL imponiéndose a las OL en ambos sentidos del juego. Es obvio paro la clave puede estar en los turnovers, como se ha visto en esta jornada. Espero una victoria minera, y si puede ser, en otro memorable partido como los que acostumbran en la rivalidad, como en Wild Cards de 1985, cuando Ronnie Lott se amputó un dedo para poder jugar el partido. O en los Divisionales de 1986, con el feo golpe de Jim Burt sobre Joe Montana. O en el durísimio Campeonato de la NFC de 1990, donde los Giants avanzarían para ganar su 2ª Super Bowl. O en los Wild Cards de 2002, con la espectacular remontada minera y el polémico final. Pronóstico: Giants 21 @ 49ers 24.