Un dèjá vu

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El pasado es un prólogo”. William Shakespeare.

 

No sé vosotros, pero a mí me ha ocurrido en más de una ocasión, me refiero a los “Dèjá Vu”, la sensación de haber vivido algo, de haber estado en un sitio, algunas veces pueden ser una realidad, en otras ocasiones un sueño, otras es un sitio que has visto ya tantas veces que al final tienes la sensación de haber estado allí. El más reciente dèjá vu que he tenido fue cuando visité hace un par de años la ciudad de San Francisco, tenía la sensación de haber estado en todas los rincones, en todas partes, y puedo aseguraros que no, era la primera, y de momento única vez que había estado en esta maravillosa ciudad del norte del estado de California.

 

No hace mucho, en ese magnífico programa sobre cine que presenta Felix Linares en la ETB, y que puede verse también en su versión vía satélite, leía que era una de las ciudades que más veces había salido en la historia del cine, por no hablar de la multitud de series que tienen lugar en sus calles. Esta misma semana se ha estrenado una nueva serie que promete ser una de las revelaciones de la temporada, Alcatraz, la famosa isla cárcel en la mitad de la Bahía, serie que tendrá lugar en la famosa urbe. Supongo que por eso muchas veces todos sus rincones, calle y lugares nos son tan conocidos, casi los podemos ver y tocar, aunque os puedo asegurar que por muchas veces que las TV americanas nos muestren como se cruza el puente del Golden Gate o que nos enseñen mil tomas de la isla de Alcatraz, hay que estar allí y ver las dimensiones colosales del puente, de su altura. No es suficiente haber visto la escena final del Origen del Planeta de los Simios, que en mi opinión es la que mejor recoge el puente; o del tétrico sitio que era y es la prisión de Alcatraz. Ni tan siquiera contemplar todos los días la maravillosa vista del skyline de la ciudad de San Francisco con la Pyramid Tower o la Colt Tower en primera línea justifican el pasar una temporada en un sitio tan lúgubre.

 

En la madrugada del domingo de nuevo tuve un dèjá vu, de haber vivido esto con anterioridad, de haberlo visto, y nuevamente la ciudad de San Francisco se cruzó en mi camino, aunque luego recapacité, me pellizqué en un par de ocasiones y me di cuenta que no, que lo estaba viviendo realmente, o más que lo estaba viviendo, lo estaba viviendo otra vez. Han pasado más de 30 años, pero el mismo sitio, el mismo campo, parecidos colores en los uniformes, de rojo burdeos el equipo local, de blanco y oro el equipo visitante, aunque en la ocasión anterior eran los colores blanco y plata, y en lugar de una estrella, una flor de lis.

 

Las similitudes no se acababan allí tampoco. En 1979 Eddie De Bartolo, propietario del equipo se dejó convencer por su General Manager para fichar a un tal Bill Walsh. Walsh triunfaba en la NCAA con el equipo de la universidad de Stanford, una ciudad que está al otro lado de la Bahia de San Francisco, era considerado un innovador en el juego, estaba naciendo la West Coast Offense. Jim Harbaugh ha seguido el mismo camino, se fue a la universidad de Stanford y no tardó mucho en hacerse un nombre, no solo había devuelto a la notoriedad nacional al equipo de football de la universidad, sino que era el descubridor de un talento sin igual, Andrew Luck, el jugador universitario del que seguramente más se ha escrito en los últimos años.

 

Harbaugh rechazó la oferta de Miami para ser su nuevo Head Coach, seguramente en un acto que le honra y un signo de lealtad y camadería hacia uno de los puestos mas escasos del mundo, Head Coach de una franquicia de la NFL. El propietario y el General Manager de Miami hicieron algo imperdonable y que un año después les sigue marcando, entrevistar a un entrenador cuando aún tenían en nómina a otro entrenador, aquello le valió a la franquicia de Florida ser el hazmerreír nacional, algo que se ha vuelto a repetir con el turbio capítulo de la fallida contratación de Jeff Fisher.

 

En 1981 los San Francisco 49ers, tras una larga etapa dando tumbos años lograban el mejor record de la NFC y ello les suponía poder ser el equipo local en la final de la NFC y recibir a los todo poderosos Dallas Cowboys de Tom Landry y su famosa Doomsdale Defense. A pesar de que en Dallas Roger Staubach ya no era el QB sino Danny White, aquel equipo seguía siendo el Equipo de America, con toda su soberbia, el glamour, la “grandeur” que dirían los franceses. Los 49ers por su parte eran un equipo que venía del más lejano oeste, durante años a la sombra de los Los Angeles Rams cuando estaban en la primitiva NFL, y más tarde del equipo que estaba al otro lado de la Bahía, los Oakland Raiders, que de la mano del fallecido Al Davis y John Madden habían hecho del ganar una filosofía y forma de vida.

 

Walsh estaba en un año definitivo, o hacía algo ese año o sabía que su destino estaba escrito, De Bartolo se había cansado de aquel entrenador y sus revolucionarios métodos, no le traían títulos a su juguete favorito y De Bartolo había venido desde Cleveland con un solo objetivo, ganar y obtener notoriedad y reconocimiento, para eso había comprado la franquicia. El partido fue un tomo y daca continuo, hubo hasta 6 cambios en el marcador y una auténtica pelea táctica entre Walsh y Landry. El primero inventó toda una nueva serie de jugadas para aquel partido con el solo objetivo de despistar a la mítica defensa de los de Texas. Los Cowboys de Landry se pusieron por delante con muy poco tiempo en el marcador y en el siguiente drive se empezó a forjar la leyenda de Joe Montana, se recorrió todo el campo hasta llegar a la endzone, y entonces en 3ª y 8 llegó la famosa jugada, Joe Cool ejecutó un bootleg hacia su derecha y lanzó un pase a la endzone. El pase tenía todas las trazas de ser un pase desesperado, incluso hay jugadores que dijeron que la orden que tenía  Montana era que si se veía presionado y no había nadie desmarcado lanzar el pase fuera, los Niners se iban a jugar el cuarto down si no anotaban. El pase llegó a Dwight Clark, quien con la punta de los dedos lo pudo atrapar. En la foto se puede observar como atrapa la pelota con las yemas de sus dedos. Clark dijo que la jugada la habían ensayado más de una vez, pero sin embargo otros jugadores apuntan que la auténtica realidad es que Montana intentó lanzar el pase fuera pero que fue atrapado por Clark.

 

En cualquier caso da igual lo que pudo pasar, y mientras Montana no lo aclare nunca lo sabremos, el resto de la historia todos la sabemos, los 49ers avanzarían a la Superbowl que acabarían ganando y se empezó a forjar la historia de la legendaria franquicia. Por el contrario los Cowboys empezarían una cuesta abajo de la que solo se recuperarían cuando Jerry Jones compró el equipo y empezó una guerra directa contra los todos poderosos 49ers, guerra en la que por cierto se hundirían ambos equipos, el límite salarial siempre se ha achacado a la guerra sin cuartel que se declararon San Francisco, Eddie De Bartolo, y Dallas Cowboys, Jerry Jones.

 

En 1999 en Candlestick se jugó un partido de Wildcards frente a los Green Bay Packers de Brett Favre donde tuvo de nuevo algo muy parecido, faltando apenas ocho segundos Steve Young lanzó un pase, tras casí caerse al salir trastabillado de la línea de scrimmage, a un entonces muy joven Terrell Owens, que tras una impresionante temporada regular tenía uno de los peores días de su carrera con lo que luego sería una de las cruces de su carrera, los drops, hasta cuatro pases atrapables se había dejado escapar esa tarde en Candlestick. De alguna forma Owens aprovechó su imponente físico para atrapar el pase y dar la victoria a los 49ers que avanzarían en los playoffs, y de paso acabar con una racha maldita, los Packers les habían eliminado hasta 3 veces en los playoffs los años anteriores, además de derrotarlos también en temporada regular.

 

Pero ahora que están tan de moda los errores arbitrales, en aquel último drive de San Francisco hubo una jugada con polémica, en el único pase que atrapó ese día Jerry Rice cometió un clarísimo fumble, las imágenes de la televisión sólo lo corroboraron, sin embargo los árbitros lo dieron como pase completo. Entonces no cabía la posibilidad de revisar las jugadas, y con las actuales reglas tampoco, porque faltaban 46 segundos de tiempo y en ese tiempo no caben pedir challenges por los equipos, pero en esos dos minutos finales un equipo de árbitros que revisan el partido sí puede pedir la revisión, de haberlo hecho los árbitros sin muchas dudas hubieran tenido que haber dado fumble y posesión para Green Bay, y el partido se hubiera acabado allí, nunca hubiera tenido lugar The Catch II. Sé que a los seguidores de los 49ers no les gustará esto, ellos siempre hablan de este partido como The Catch II, pero creo que esa jugada nunca debió haber tenido lugar si los árbitros aciertan, el fumble se pudo ver claro desde el primer momento pero por lo que sea los árbitros no se atrevieron a pitarlo, jugadores de los Packers dijeron que si hubiera sido cualquier otro jugador que no fuera Jerry Rice probablemente hubieran dado el fumble, con aquel pase Rice pudo continuar con su racha de partidos consecutivos en los que al menos recibió un pase, racha que se rompería 5 años después jugando con ya en Oakland.

 

31 años después se repetía una historia con muchas similitudes, en San Francisco nuevamente había un entrenador que venía de la Universidad de Stanford, Jim Harbaugh. A diferencia de Bill Walsh, Harbaugh no era cuestionado por nadie en la ciudad, de hecho era uno de los ídolos, había conseguido lo que parecía imposible, devolver a los 49ers a la primera plana nacional, algo que en San Francisco en la última década solo habían logrado el equipo de baseball, primero de la mano de Barry Bonds y después de Tim Lincecum y Brian Wilson.

 

Pero allí se acababan las similitudes, Harbaugh heredó un equipo de deshechos y de jugadores sin ninguna motivación tras más de una década de penurias. Heredaba un QB que se suponía que era el salvador de la franquicia y que había sido un completo fiasco. No se podía igualar al de su compañero del otro lado de la Bahia, JaMarcus Russell, pero Alex Smith no era precisamente lo que se esperaba de una primera elección de un draft. En defensa tenía algunos jugadores con futuro como Patrick Willis o un veterano de esos que tienen la mala fortuna de caer en un mal equipo como Justin Smith. Pero con todo eso no era lo peor, la huelga en la que estaba sumida la NFL impedía a Harbaugh tener toda una pretemporada para preparar al equipo. A diferencia de Walsh, que tardó tiempo en formar a su equipo y lo pudo hacer con varios drafts de por medio, con los que llegaron jugadores como Ronnie Lott o Montana entre otros, Harbaugh apenas contó con un draft y una agencia libre casi inexistente para poder juntar las piezas de su equipo.

 

Los 49ers terminaron la temporada con un record de 13-3, empatados con los New Orleans Saints pero con el factor desempate a su favor y el segundo mejor record de la NFC, justo por detrás de los intratables Green Bay Packers. Eso les daba el privilegio de no tener que jugar la ronda de wildcards y jugar la ronda de los Divisionales en su campo. Desde hacía casi una década no sabían en San Francisco lo que era jugar un partido de playoffs en su vetusto estadio. Todo apuntaba que serían los Saints los que visitarían San Francisco, y así fue, los Saints con su formidable maquinaria ofensiva perfectamente engrasada y que había eliminado con relativa facilidad a los Detroit Lions llegaban a Candlestick, la única estadística favorable para los 49ers era una que decía que los de Saints nunca habían ganado un partido de playoffs al aire libre y fuera de su estadio, todas las demás daban como favoritos a los Saints.

 

En 1981 a pesar de que los 49ers eran los locales frente a Dallas no eran los favoritos. Dallas no tenía el mejor record de la NFC, pero no lo tenía porque ellos jugaban en la durísima NFC East mientras que los San Francisco 49ers jugaban en la débil NFC West, una división donde nadie tenia record positivo con unos Los Angeles Rams en decadencia. En 2012 tampoco los 49ers eran favoritos, la NFC West al igual que aquel año tampoco tenía a ningún equipo con record positivo y era considerada la división mas débil de la NFC, por el contrario los Saints jugaban en la potente NFC South que había metido a dos equipos en la post temporada. La gran incógnita era cuanto tiempo podría aguantar la defensa de los 49ers a las embestidas de los Saints, de su ataque pocos podían esperar algo mas que carreras y carreras de Frank Gore.

 

Con un Candlestick con un ambiente impresionante y en un inhabitual día soleado en la bahía empezó el partido y fueron los 49ers los que marcaron el ritmo del partido con su axfisiante defensa que cortocircuitaba a los de Drew Brees y que muy pronto empezaron a cometer errores en forma de fumbles e intercepciones. Antes casi de que los de Brees se pudieran asentar se encontraron con un 17-0, San Francisco tenía posiblidades. Anotar puntos a esta defensa es cosa de titanes, pero enfrente estaba la mayor maquinaria ofensiva de la liga y para los que remontar 17 puntos puede ser cosa de unos minutos, y así fue en el segundo cuarto, los Saints cortaban distancias y se ponían a tan sólo 3 puntos tras 2 TD, ninguno por fallos defensivos, sino porque el ataque de los Saints es por momentos demasiado perfecto.

 

En la segunda parte los 49ers aguantaron a base de anotar FG, Smith era incapaz de ejecutar un pase y Gore no podía correr, el resto era un impresioante esfuerzo defensivo que estaba minimizando al ataque de los Saints dando toda una lección de fundamentos tanto técnicos como tácticos. Lo que todos podíamos ver era una auténtica lección de manual de cómo se ejecuta un tackle o como se cierra completamente el juego terrestre de los Saints. Pero el problema de jugar contra los Saints es que no se les puede aguantar durante casi 60 minutos sin cometer un solo fallo, y los 49ers a pocos minutos del final cometieron su primer fallo y eso permitió que los Saints se adelantarán por primera vez de la mano de Darren Sproles. Todo parecía perdido, pero entonces surgieron las figuras de los tres mejores jugadores ofensivos de los 49ers, Smith, Vernon Davis y Gore, entre los 3 consiguieron avanzar el campo para que el QB en una jugada muy arriesgada pudiera anotar un TD que nuevamente ponía en ventajas a los 49ers.

 

Pero poco mas de dos minutos es tiempo mas que de sobra para Brees y los suyos, y así fue, en apenas 30 segundos conectaba con Jimmy Graham y ponía nuevamente por delante a los Saints, esta vez por 3 puntos. Con uno 1.37 por jugar empezó el drive, y allí surgió entonces un enorme Smith, tan criticado durante años en la bahía, denostado, casi olvidado, considerado en el mejor de los casos como un mero gestor de partidos, por fin Alex Smith parecía ese QB que fue primera elección de un draft, conectaba con su TE Davis en unos pases perfectos en localización y potencia y los 49ers se plantaron en distancia de FG. El empate lo tenían casi garantizado si tenemos en cuenta que David Akers había tenido la mejor temporada de su carrera y había batido todos los records para un kicker.

 

Entonces llego el dèjá vu, esto lo había vivido antes, solo había una ligera diferencia, en 1981 los 49ers no tenían el lujo de un FG para poder empatar un partido, necesitaban un TD y también tenían un intento mas ya que el cuarto down seria nuevamente jugada de campo, ahora les bastaba con un FG e ir a la prórroga. Pero entonces Jim Harbaugh se jugó al igual que Bill Walsh un pase en tercer down, igual que 1981 tenía un down más, aunque fuera para empatar, Alex Smith decidio retrotraernos a 1981, lanzó un perfecto pase en medio de un tráfico muy pesado que terminó en las manos de Vernon Davis. La jugada en ejecución poco tenía que ver con The Catch, entonces Montana ejecutó un bootleg y le salió un pase más bien churrigueresco que de alguna forma inexplicable Dwight Clark se pudo hacer con él, en esta ocasión era un pase fuerte al pecho, a los números, entre dos defensas de los Saints que Vernon Davis se pudo calzar en el choque posterior, pero el resultado era el mismo, esto lo había vivido antes, esto lo conocía, habían pasado mas de 30 años entre The Catch I y lo que yo considero The Catch II, aunque para los aficionados de los 49ers probablemente sea The Catch III.

 

Pero como he dicho antes, siempre pensé que aquel día a los 49ers les regalaron de forma injusta la posiblidad de aquella jugada, el que no viera el partido es posible que nunca le importe, como tampoco le importara a un aficionado a los 49ers, pero al aficionado neutral, al que nada le va en el envite, sabe que hubo un garrafal error arbitral, y sí, es cierto que los errores arbitrales son una parte del juego y los equipos se suelen sobreponer a ellos, como se pudo ver en el partido de Lambeau donde el equipo arbitral cometió un par de errores muy graves en contra del equipo visitante, pero ninguno al final tuvo peso en el resultado, en aquel partido de 1999 sí la tuvo y mucho, el drive de los 49ers pudo continuar cuando debió haber terminado el partido y los Packers haber ganado, les bastaba con arrodillarse. Y se dice que los errores arbitrales no solo afectan al desarrollo del partido, sino que además descentrar al equipo que lo sufre porque no para de pensar en lo que pudo ser si los árbitros aciertan. Solo por eso a eso que llaman The Catch II en todo caso le pondría eso, The Catch II *.

 

El que llaman The Catch III, The Catch II para quien esto escribe es eso, The Catch II, un auténtico Dèjá Vu, esto ya lo había vivido antes.

 

FINALES DE CONFERENCIA: YO A BOSTON Y TU A SAN FRANCISCO

No me he puesto a mirar si alguna vez se habían jugado dos finales de conferencia con tantísima separación, habría que mirar si en alguno de los años en que un equipo de Costa Oeste albergó una final de conferencia ese mismo año había final de conferencia en la costa del Atlántico, el caso es que San Francisco y Boston, dos de las ciudades mas bonitas de los Estados Unidos están separadas por 4.330 km.

 

New England tras su fácil y contundente victoria ante los Denver Broncos de Tim Tebow, que no tuvieron ni una sola oportunidad y que deberían de explicar porque decidieron empezar el partido dando el kickoff, reciben a los duros y correosos Baltimore Ravens de Ray Lewis y Ed Reed que sufrieron de lo lindo para ganar a los Houston Texans. El partido de New England como hemos dicho no tuvo mas historia que Tom Brady igualando el record de pases de TD en un partido y un punt que ejecutó el propio Brady y que acabó en una pelea entre ambos equipos. En Baltimore los Ravens haciendo honor a su nombre, actuaron como lo que son, unos cuervos, pero unos cuervos de vuelta de todo. Sin esforzarse más que lo mínimo fueron dejando hacer y hacer a los Texans, esperando al fallo, que tarde o temprano llegaría, es lo que tiene jugar con un QB de quinta ronda y encima rookie, que en algún momento cometerá un error.

 

El domingo el partido poco tendrá que ver, los Ravens es uno de esos equipos que resulta mas incómodo como visitante que como local, son muy veteranos, hacen su trabajo sin inmutarse lo mas mínimo y sobre todo tienen dos caras, la primera aquella que es plantar un huevo de la forma mas inesperada, y la otra la que te desespera por su eficacia y saber estar, solo queda por saber con qué cara llegaron a Foxboro. Los Patriots por su parte han mejorado en el tramo final de temporada, a juicio de los expertos llegan en mejor estado que en el año 2007, el año de la temporada imperfecta, y con un Brady en uno de sus mejores momentos que cuenta con dos armas que de momento nadie en la liga ha sabido parar, Aaron Hernández y Rob Gronskowski, o sí, porque si algo debe preocupar a New England es que este año solo ha perdido tres encuentros, uno de ellos en Foxboro y no han ganado a ningún equipo con récord ganador al que se han enfrentado en toda la temporada, y Baltimore tiene récord ganador.

 

En San Francisco parece que no podemos dejar los dèjá vu, esta final entre los NY Giants y los 49ers no nos es desconocida, ya tuvo lugar antes, en concreto la última vez fue un tremendo duelo defensivo en 1990, aquel día los Giants solo anotaron FG, el último en los segundos finales y cortaban el paso a la Superbowl a los 49ers que podían ser el primer equipo en hacerlo de forma consecutiva por tercera vez, de paso los Giants dejaron sin la final deseada a todo el país, Buffalo contra San Francisco.

 

Tanto Giants como 49ers vienen de ganar sendos partidos muy duros, los 49ers ya hemos visto lo que tuvieron que superar, pero los Giants no se quedan atrás, ellos tuvieron que ganar en Lambeau en otro dèjá vu a los Green Bay Packers, en otra noche de frío intenso Eli Manning daba una lección magistral de cómo debe actuar un QB en playoffs y superando con mucha mas solvencia a Aaron Rodgers, al que parece que la inactividad durante casi 3 semanas lo dejó frío.

 

Estos dos equipos también nos dejaron años atrás otro memorable partido de wildcards del que ya hablamos la semana pasada, con que se repita un partido similar todos nos podemos dar por contentos, que Manning lidera un magnífico ataque lo hemos visto este último mes, pero que Smith era capaz de intercambiar golpes con los Saints es lo que no sabíamo. Además ambos equipos tienen dos grandes defensas con lo que podemos asistir a otro gran espectáculo en Candlestick, a mi desde luego si tengo que vivir un nuevo dèjá vu no me importaría.

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