w8: Un deporte de pulgadas

1368

Los estadounidenses tienen sus cosas particulares, como todos. Una de ellas es la persistencia del Sistema Métrico Inglés o anglosajón, un sistema métrico más antiguo que el Sistema Métrico Internacional, y al que hasta los ingleses en gran medida renunciaron en favor del sistema de base decimal creado en Paris en 1799.

 

Pero curiosamente en los Estados Unidos se mantuvo el viejo sistema, a pesar de que su sociedad fuera mucho más cercana a la de la Revolución Francesa que a la de la vieja Inglaterra. El caso es que así nos hemos familiarizado con las yardas, los pies y las pulgadas.

 

Sabemos que una yarda es poco menos que un metro (91,44 cm.), y que las alturas de los jugadores vienen en pies y pulgadas. Una yarda tiene tres pies y un pie tiene 12 pulgadas. En el football siempre hablamos de yardas y sólo nos referimos a la pulgadas cuando falta un poquito para un 1º down o un TD. Pero haciendo cuentas, podemos ver que en una yarda hay 36 pulgadas, por lo que el largo del campo es de 3.600 pulgadas. Sumando las endzones nos quedan 4.320.

 

A lo que voy, sólo una de esas 4.320 pulgadas le sobró a Dez Bryant a la hora de atrapar un pase de TD en el último suspiro que habría cambiado el resultado del partido y la historia de la rivalidad en el Cowboys Stadium, y podría cambiar además la dinámica de la temporada o incluso el futuro de Jason Garrett en la franquicia.

 

Sólo una pulgada, es lo que sobresalió de la endzone su mano derecha. Si se hubiera cortado las uñas el domingo, la mano le queda dentro. Pero así es el football, un deporte de pulgadas.

 

El TD hubiera significado una remontada notoria, probablemente merecida, por que en los 17 primeros minutos de juego los Dallas Cowboys (3-4) parecían echar el partido por la borda. Tres intercepciones a Tony Romo y un fumble de Bryant en un retorno de kickoff, adelantaron a los New York Giants (6-2) en el marcador 23-0. Pero sin embargo, Romo y los suyos no dejaron de remar, y sin volverse locos fueron poco a poco remontando el partido, a base una buena defensa y un ataque tranquilo. Romo lanzó 62 pases, de los que completó 36 para 437 yardas y un TD y anotó otro de carrera. Jason Witten fue la válvula de escape del QB y atrapó hasta 18 de sus pases (récord de la franquicia), para 167 yardas. En defensa los Cowboys frenaron en muchas ocasiones a Eli Manning (15,29, 192 yardas), lo interceptaron una vez e hicieron trabajar a Lawrence Tynes (5/5 FG), limitando daños en la redzone.

 

Los Giants están en plan vaguete, sabiendo que solucionan los partidos en el 4º cuarto. Esta fue la vigésima vez que Manning remontaba un partido en el último cuarto (los Cowboys anotaron 24 puntos incontestados), pero tuvieron que tirar de dos FG de Tynes y de muchos onzas de suerte para llevarse el partido. Los Giants van 4-0 en Jerry’s World, pero están gastando demasiada suerte en la temporada regular y luego la van a necesitar en la postemporada.

 

¿GIGANTES CON PIES DE BARRO?

La Black’n’Blue está siendo una de las divisiones más interesantes de la liga. El buen nivel de los Bears, junto con los siempre favoritos Packers, los sorprendentes Vikings y los silentes Lions, a la espera de dar un zarpazo, auguran una dura competición. Y si uno mira la clasificación, cuenta más victorias que en ninguna otra división, pero esta jornada no han dado una imagen de fortaleza, precisamente.

 

Los cuatro jugaban en casa, salvo los Lions contra rivales netamente inferiores, pero tanto Bears como Packers sufrieron mucho para deshacerse de equipos del nivel del Barkleyómetro®, y los Vikings incluso perdieron con contundencia. Los Lions también ganaron por los pelos, pero contra un rival más serio, aunque baja muchos enteros como visitante.

 

Los Chicago Bears (6-1) ganaron con un FG de 41 yardas de Robbie Gould sobre la bocina, más justo imposible. Y pueden dar gracias a Cam Newton que los resucitó cuando estaban groguis. Los Carolina Panthers (1-6) dominaron el partido con una buena defensa (6 sacks, 2 fumbles y un pick a Jay Cutler) y con un ataque que a trancas y a barrancas fue poniendo puntos en el marcador. Justin Medlock convirtió los 5 FG que chutó y el WR Louis Murphy recuperó en la endzone un fumble de Newton. Pero les faltó rematar.

 

Con un 19-7 en contra en el marcador entrando en el 4º cuarto y después de fallar un fácil FG, los Bears sólo consiguieron apretar el partido con otro TD a falta de menos de medio cuarto para el final. Para los Panthers, 5 puntos arriba, era el momento de sostener el drive e ir consumiendo tiempo, pero en la 1ª jugada Newton fue interceptado por 2ª vez por Tim Jennings y esta vez éste retornó cómodamente el pick para TD. Los Bears remontaron el partido en 6 segundos. Los Panthers volvieron a adelantarse con un FG pero dejaron tiempo suficiente para que los Bears se lo devolvieran con el reloj a cero.

 

No fue más fácil para los Green Bay Packers (5-3), que tuvieron que resolver el partido en el 4º cuarto a pesar de que enfrente tenían a los Jacksonville Jaguars (1-6) sin su mejor arma, Maurice Jones-Drew, y tuvieron que echar mano incluso de jugadas como un punt bloqueado y retornado para TD. Vale, aceptamos que no estaban Greg Jennings ni Jordy Nelson, pero a pesar de todo, le presuponíamos más recursos a un Aaron Rodgers (22/35, 186 yardas, 2 TD) que estaba jugando su mejor football. Al final tuvo que echar mano del veterano Donald Driver. Blaine Gabbert (27/49, 303 yardas, TD) movió las cadenas, pero de ahí a rematar el partido hay un trecho.

 

El jueves los Minnesota Vikings (5-3) lo hicieron aún peor. Los Tampa Bay Buccaneers (3-4) leyeron mi artículo de la semana pasada y pusieron las bases de la victoria primero quitándose el uniforme naranja y luego dando el balón al rookie Doug Martin. El explosivo RB de Boise State corrió en 29 ocasiones, sumando 135 yardas y un TD, 214 yardas desde el scrimmage. Josh Freeman completó otro par de pases de TD y los Bucs dominaron el partido de principio a fin. Greg Schiano tuvo a Ray Rice en Rutgers, y sabe sacar provecho de RB explosivos como Martin, y el partido del jueves fue un ejemplo.

 

Los Vikings volvieron a contar con Adrian Peterson (15 acarreos, 123 yardas, TD) y Percy Harvin (7 recepciones, 90 yardas, TD) como armas más efectivas, pero el pobre juego de Christian Ponder (19/35, 215 yardas, TD, pick), les está empezando a pesar.

 

Como he dicho antes, los Detroit Lions (3-4) ganaron también casi sobre la bocina. Faltaban 20 segundos, era 3ª y goal desde la uno, y un down antes Calvin Johnson (antes conocido como Megatron, ahora como nueva víctima de la Madden Curse) dejó caer un pase de TD clarísimo. Un FG mandaba el partido a la prórroga, pero sería duro después de tener un 1ª y goal desde la yarda 1. Matt Stafford (34/49, 352 yardas, 3 TD, pick) buscó entonces a Titus Young y éste se lo agradeció con el TD de la victoria. Era su 2º de la tarde después de atrapar 9 pases para 100 yardas.

 

Los Seattle Seahawks (4-4) hicieron un partido subpar, como casi siempre que se alejan de la lluviosa Seattle (3-0 en casa, 1-4 fuera). Su jugada más espectacular fue la carrera de 77 yardas para TD de Marshawn Lynch. Con todo, se adelantaron en el marcador a falta de poco más de 5 minutos para el final, con un pase de TD de Russell Wilson a Zach Miller. Sin embargo, su defensa no supo frenar el drive final a base de pases cortos de Stafford.

 

OLD ENGLAND PATRIOTS

Si las intenciones de la NFL son las de establecer una franquicia en Londres no deberían seleccionar a los Jaguars. Los New England Patriots (5-3) encajan mucho mejor.

 

Primero, tienen incluso el nombre de Inglaterra en su pedigree. Sólo les faltaría adaptarlo a su nueva ubicación, Old England Patriots. Y si lo quisieran adaptar más se podrían llamar los Old England Royals.

 

La afición ya la tendrían, no cabe duda, sólo hay que darse una vuelta por Londres para ver que Patfans no faltan. Y por último, son el único equipo que va 2-0 en Wembley, el «home field advantage» ya lo tienen. Además sendas victorias han sido apabullantes. Si hace tres años fueron los Bucs, estre año han sido los St. Louis Rams (3-5) sus víctimas propiciatorias. Los Pats tienen un marcador global de 82-14 allí.

 

En relación al partido en sí, poco hay que decir. Sam Bradford abrió el marcador con una bomba de 50 yardas a Chris Givens, pero eso fue todo por su parte. El resto fue un festival de los de Bill Belichick.

 

Por los Pats, Tom Brady superó las 300 yardas de pase y lanzó 4 pases de TD. Rob Gronkowski recibió dos de ellos, sumó 146 yardas en 8 recepciones e hizo el «Granadero de la Reina» en la endzone. Brandon Lloyd, quien ya anotó en Wembley como Bronco, recibió los otros dos pases de TD. Stevan Ridley sumó 127 yardas de carrera y un TD. ¿Qué más se puede pedir? Ahora una semana de bye para reponerse y a afrontar la 2ª mitad de la temporada.

 

Los Pats batieron el récord, precisamente de los Rams, con su 17º partido consecutivo por encima de las 350 yardas ofensivas. Por cierto, el año que viene tendremos ración doble de la NFL en Londres.

 

Vista cómo está la AFC Este, los Pats sólo se tienen que preocupar de los Miami Dolphins (4-3) quienes sorprendentemente tienen récord positivo a estas alturas de la temporada (y podría ser mejor con un poco de suerte en el inicio de la misma). El domingo se deshicieron con facilidad de unos deprimidos New York Jets (3-5), y les bastó con jugar con su QB suplente Matt Moore después de la lesión de Ryan Tannehill. No necesitaron mover mucho el balón, Moore coompletó 11/19 pases para 131 yardas y un TD. El juego de carrera de Reggie Bush y Daniel Thomas sumó un centenar de yardas y otro TD y hasta anotaron gracias a un punt bloqueado y recuperado en la endzone.

 

Los Jets llegaron al descanso con un 20-0 en contra en el marcador y sin ninguna capacidad de reacción. Mark Sanchez no tiene ningún crédito ya pero Rex Ryan no acierta a reaccionar. Esto no lo levanta ni un milagro de Tim Tebow. Tienen una semana de bye para ver qué giro le pueden dar al equipo.

 

LOS HALCONES VUELAN MÁS ALTO QUE LAS ÁGUILAS

Recordado los programas de Félix Rodríguez de la Fuente, los de mi generación ya saben de qué hablo, sé que los halcones no vuelan más alto que las águilas, pero en la NFL, por el momento, sí.

 

Que los Philadelphia Eagles (3-4) tenían problemas era conocido, pero si una cosa sabíamos de Andy Reid es que tras un bye ganaba el partido. En sus 13 temporadas con los Eagles así había sido. Pero si los Eagles pierden ya hasta tras el bye es que el proyecto de Reid está finiquitado.

 

También hay que señalar que recibían la visita de los líderes, los Atlanta Falcons (7-0), que ya convencen a casi todos.

 

Matt Ryan se llevó el partido trabajando sólo 30 minutos. Para el descanso había completado 17/20 pases para 197 yardas y 3 TD, llegando al descanso 24-7 arriba en el marcador, con 252 yardas ofensivas frente a 94 de los Eagles. En la 2ª mitad los Falcons sólo pasaron en 9 ocasiones y se dedicaron a correr y a agotar el reloj.

 

Los Eagles (Michael Vick) no perdieron ningún balón esta vez, pero su ataque no pasó de discrero, con 45 yardas y un TD en 16 acarreos de LeSean McCoy, quien también recibió un pase de TD de Vick en los minutos de la basura. Tampoco funcionó demasiado bien la defensa, sólo hay que ver cómo se comió Julio Jones a Nnamdi Asomugha en una recepción de 63 yardas para TD.

 

Reid le va a dejar un partido de margen a Vick. Su próximo partido es contra los Saints. Si el ataque no funciona contra ellos (ver más abajo) es que no va a funcionar contra nadie, será entonces el momento del rookie Nick Foles.

 

Esta semana no tenía cheerleaders que cumplieran el requisito de la sección. Sólo ha habido 6 victorias locales, 5 de ellas de equipos que no tienen cheerleaders. Sólo quedaban las de los Broncos, pero ya las representé en la 4ª jornada y es pronto para repetir.

 

Por eso me he tomado la libertad de elegir una cheeleader de Halloween para representar a un equipo huerfano de ellas, los Pittsburgh Steelers (4-3). A fin de cuentas, si ellos pueden jugar con un horrible uniforme de presidiario de dibujos animados, yo puedo poner a una cheerleader disfrazada de calabaza de Halloween.

 

En lo que se refiere al partido, los Steelers demostraron su buen momento ganando con autoridad a otro rival duro, los Washington Redskins (3-5).

 

Por un lado Ben Roethlisberger hizo un partido perfecto, completando 24/33 pases para 222 yardas y 3 TD, y si tenía una cuenta pendiente con el umpire, más perfecto aún. Jonathan Dwyer volvió a tener un papel estelar corriendo para 107 yardas en 17 acarreos. Por otro lado, la presuntamente añosa defensa acerera ató en corto a Robert Griffin III (16/34, 177 yardas, TD), quien sólo sumó 8 yardas en 6 scrambles. Tampoco fue factor el RB Alfred Morris.

 

Los Steelers tienen dos noticias positivas. Por un lado vuelven a tener récord positivo y dependen de sí mismos para entrar en playoffs. Por otro lado, no van a volver a ponerse esos uniformes. Por lo menos este año.

 

La cheerleader-calabaza también puede representar a los Cleveland Browns (2-6), que ganaron el domingo. Sé que la afición de Cleveland es muy fiel, y ya tiene mérito que vaya a un campo tan frío a orillas del lago Erie, a ver partidos como el del domingo, con victoria por 7-6 frente a los San Diego Chargers (3-4), pero podrían tener cheerleaders, por lo menos para alegrar el ojo. Como digo, una afición que no tiene precio.

 

El domingo por lo menos los aficionados se fueron contentos a casa. Trent Richardson corrió para 122 yardas y valió su TD del 1º cuarto para llevarse la victoria. Brandon Weeden (11/27, 129 yardas) estuvo flojo y los Browns se dedicaron a chutar punts el resto de la tarde. Pero peor fue lo de los Chargers, sólo un par de visitas a la redzone con el resultado de sendos FG. Un desastre. Norv Turner tiene sus días contados en San Diego, porque este equipo va cuesta abajo.

 

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

En los partidos en prime time, tanto Broncos como 49ers dieron un golpe de autoridad en las divisiones del oeste. Los Denver Broncos (4-3) lo hicieron a costa de unos New Orleans Saints (2-5) que tienen oficialmente la peor defensa de la historia de la NFL, por lo menos estadísticamente hablando, porque ningún equipo jamás ha permitido tantas yardas en los 7 primeros partidos.

 

Peyton Manning aprovechó para lucirse, completando 22/30 pases para 305 yardas y 3 TD. Manning cada vez está mejor y suma ya 5 partidos consecutivos por encima de las 300 yardas de pase, batiendo el récord de la franquicia de John Elway e igualando el suyo propio. Por el contrario, a la defensa de los Broncos sí se le ocurrió defender y no permitió más de 252 yardas ofensivas, algo inaudito para el ataque de los Saints con Drew Brees. Thomas Morstead chutó 8 punts. No recuerdo un partido en el que tuviera tanto trabajo.

 

Los Broncos toman el mando de la AFC Oeste y tienen el calendario más fácil de la liga de aquí a enero. Sólo hay que ver el partido de los Chargers o el partido de «malos contra peores» que disputaron Kansas City Chiefs (1-6) y Oakland Raiders (3-4). Los Chiefs salieron con Brady Quinn de titular, pero fue sacado del campo con un golpe tras completar 2 de los 4 pases que lanzó para una yarda y un pick. Matt Cassel volvió pero tampoco le lució mucho el pelo. No consiguió meter el balón en la endzone hasta los minutos de la basura. Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio. Contigo porque me matas, sin ti porque yo me muero.

 

Los Raiders ganaron cómodos, pero tampoco es que hicieran un gran partido. Carson Palmer sólo completó la mitad de sus 28 pases, para 2 TD pero con una intercepción. Darren McFadden superó el centenar de yardas de carrera y el resto del trabajo lo tuvo que hacer de nuevo Sebastian Janikowski, convirtiendo los 4 FG que chutó.

 

Los San Francisco 49ers (6-2) dieron un golpe de mano aún más fuerte porque se van de bye con dos partidos de ventaja sobre sus perseguidores tras machacar a los Arizona Cardinals (4-4) a domicilio y tras las derrotas del resto de sus rivales.

 

John Skelton lanzó tres pases de TD frente a los 49ers… pero eso fue la temporada pasada. Se conoce que Jim Harbaugh se gana el sueldo estudiando los partidos y la defensa de los 49ers no le dio ninguna opción esta vez. Los Cards sólo movieron el balón sorprendiendo a la defensa rival con screens, todo lo demás era abolido al instante. Los pases defendidos fueron incontables, los sacks 4 y las yardas de carrera permitidas sólo 7 en 9 acarreos. Por si fuera poco, Alex Smith volvió a estar perfecto. Bueno, no tan perfecto, porque uno de sus pases se fue al suelo, en realidad se le cayó a un desmarcado Delanie Walker. Los otros 18 encontraron receptor, sumando 232 yardas y 3 TD. ¡Ahí es nada!

 

Y aún podemos decir más cosas buenas. Michael Crabtree le ganó la partida en dos ocasiones a Patrick Peterson en sendos TD. Randy Moss anotó en un celebrado cath&run de 47 yardas. ¿Qué más? Sí, que Andy Lee soltó unos punts impecables y la cobertura de los mismos fue magnífica. Peterson no tuvo ninguna oportunidad a la hora de retornarlos. Los 49ers han mantenido esta temporada a la mitad de sus rivales fuera de la endzone y por debajo de los 7 puntos.

 

Por último, Tennessee Titans (3-5)Indianapolis Colts (4-3) empataron a todo en el tiempo reglamentario, hasta que en la prórroga el RB rookie Vick Ballard protagonizó la jugada de la semana y una de las de la temporada, con una recepción de 16 yardas para desnivelar el encuentro con un increíble vuelo para TD, de espaldas, justo hasta el pilón. Es una jugada que vale un partido para los Colts, la 1ª victoria a domicilio desde hace tiempo, y el primer récord positivo de la temporada.

 

Los Colts no tienen probablemente equipo para optar a la postemporada, pero el proyecto está creciendo. Los Titans, en cambio, siguen nadando en la mediocridad.

 

BYES DE LA SEMANA: Esta jornada sólo descansan equipos de la AFC. A todo el mundo le viene bien, desde a los Houston Texans (6-1), que miran a todos desde arriba, a los Baltimore Ravens (5-2) y Cincinnati Bengals (3-4), que necesitan reconducir su declinar y, sobre todo, a los Buffalo Bills (3-4), que necesitan encontrar una defensa.

 

7-0. Nadie lo vio venir, pero ahí siguen firmes.
Descansan y nadie les inquieta aún en la conferencia.
Siguen ganando, siguen en la posición de privilegio.

 

El peor equipo de la liga. No ha ido por delante en el marcador en ninguno de los 7 partidos que ha jugado.
Casi dan un disgusto a los Packers, pero eso no los salva.
Cierra la terna de equipos con una victoria.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.