Soy de letras

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Como si de una frase de algún personaje histórico se tratara, “soy de letras”  ha sido la excusa perfecta durante gran parte de la historia estudiantil para explicar los fracasos en esas asignaturas engorrosas llenas de fórmulas y números que tantas tardes aburridas nos proporcionaron. A menudo era verdad cómo en mi caso y otras veces era para justificar antes los padres algún suspenso “injusto” (este también era mi caso). Al final cuando se acaba la secundaria cada uno hace lo conveniente y estudia en el campo en el que puede explotar su potencial. Algunos nos vamos a letras por gusto y otros porque huyen de los números. Pero en cierta manera es correcto, en la vida cada persona tiene una serie de cualidades que lo hacen ideal para hacer tareas concretas y la NFL no es diferente al resto del planeta. Es bien sencillo, las empresas constructoras construyen y las empresas de ropa hacen ropa.

 

A menudo observamos equipos en la NFL con características muy concretas que  juegan de una manera que no les beneficia, ya sea porque la plantilla no se adecua a la filosofía del coach o porque la filosofía del coach no se ajusta a la plantilla. Claro ejemplo de ello son los Oakland Raiders que realmente no saben a que ajustarse.

 

Si analizamos a los Oakland Raiders encontramos un equipo en reconstrucción después de una  pasada temporada con un sabor agridulce. El equipo marchaba bien hasta la lesión del QB titular Jason Campbell. Tenían una defensa agresiva, un juego terrestre sólido con Darren McFadden al mando y un ataque aéreo que cumplía su papel. Tras la lesión de Campbell a Hue Jackson se le va la cabeza y malgasta múltiples selecciones de draft en Carson Palmer dejando una cosa clara: Vamos a lanzar el balón que llegaremos a playoff. Critiqué mucho esa decisión porque sabía que significaría que los Raiders montarían un circo aéreo que no despegaría… y no me equivoqué.  Siguiendo ese hecho el equipo pierde también a Darren McFadden una semana más tarde pero Michael Bush que fungió efectivo como reserva en las primeras jornadas hacía lo suyo para mantener el juego terrestre vivo y lo  hizo de manera notable. El resultado final acabó con el equipo fuera de playoff, con Jackson en la calle, con un QB titular de 32 años  y sin la primera y la segunda selección de draft del 2012. ¿Qué hubiera pasado si los Raiders se hubieran mantenido fieles a su estilo y el balón hubiera avanzado más por tierra? Quizás hubiéramos visto un equipo con menos entregas de balón (Carson Palmer lanzó 16 intercepciones en 10 partidos), menos errores en momentos claves y quizás por tanto con alguna posibilidad más de entrar a playoff (se quedaron a un partido).

 

Este año con Reggie Mckenzie como nuevo GM, con la marcha del DE K. Wimbley con un equipo mermado en talento, en espacio salarial y sin selecciones de draft valiosas; la intención era cambiar la tónica y la historia después de la muerte del legendario propietario Al Davis, alma de los Raiders. Los Raiders se hacen con los servicios del coordinador defensivo de los Broncos Dennis Allen y todos pensamos en que el nuevo HC haría las cosas con cabeza, que volverían los viejos Raiders. Trabajaría  en fortalecer la defensa y explotaría a Darren McFadden como verdadera arma de los Raiders. El panorama era poco claro pero aunque  los Raiders eran débiles la división también flojeaba. Los Chargers venían a menos con la marcha de WR Vincent Jackson, los Broncos llegaban con un Peyton Manning con muchas dudas de salud y los Chiefs con un equipo sólido pero con interrogantes en tres de sus jugadores más importantes, el HB Jamal Charles, el S Eric Berry y el TE Tony Moeaki. Quizás… pudiera existir una oportunidad para la proeza pero después de 9 semanas los Raiders marchan 3-5  con unos Broncos lanzados, unos Chargers que sobreviven y sin ningún tipo de identidad y un rumbo fijo.

 

Si analizamos de nuevo el juego de los Raiders esta temporada  nos damos cuenta del mismo error: Siguen apostando por el juego de pase. La misma fórmula que los llevo al fracaso la pasada temporada pero ahora con menos talento del que ya tenían, con Darrius Heyward Bey a medio gas y con un cuerpo de receptores que no despega. Los números no engañan. Los Raiders se encuentran ahora mismo ubicados en la 7ª posición en yardas aéreas totales y en una ridícula 31ª posición en yardas terrestres totales produciendo unos ridículos 3.,6 yardas por carrera. En definitiva, optando a pasar el balón los Raiders han conseguido destruir su temporada.

 

Además debemos sumar que con la llegada del nuevo OC, G.Knapp, el equipo cambia a un esquema ofensivo nuevo que incluye el uso de roll outs a los cuales Carson Palmer no está acostumbrado y que utiliza en línea bloqueos zonales y no al hombre lo que perjudica ampliamente al HB Darren McFadden cuyos números actuales son ridículos comparados con los que nos tiene acostumbrados. 132 intentos de carrera por 438 yardas con una media de 3.3 por carrera y solo dos TD es el triste balance de un jugador que el año pasado a estas mismas alturas y con solo 113 carreras ya había amasado 614 yardas con 5,4 de media y 4 TD. No vale ahora justificar que el backfield esta mermado. Está claro que algo no funciona en esa ofensiva y ese algo tiene que ver con el  “ajuste de piezas”, algo parecido a lo que ya ocurrió el año pasado con Philadelphia donde a pesar de tener a uno de los mejores de los mejores cuerpos de Conerbacks que incluía a Ndami Asomugha (Brillante en cobertura al hombre), apostó por una defensa en zona menos efectiva para sus características.

 

En contraposición a los Raiders, los 49ers (sus queridos vecinos de la bahía)  presentan una gestión mucho más brillante. San Francisco se encuentra ubicado en la 2º lugar de yardas terrestres totales (1º posición en media de yardas por carrera con 5,6) y  en el 26º lugar en yardas aéreas de pase con una defensa formidable y temible. Es cierto que la diferencia de talento es muy obvia pero a los 49ers nadie le ha regalado nada y en estos dos años Jim Harbaugh entrenador de clara vocación ofensiva aérea, se ha amoldado  una la  plantilla que estaba lejos de poder conformar un circo ofensivo aéreo. Harbaugh  ha conformado un equipo basado en una defensa muy sólida, un ataque terrestre poderoso y un ataque aéreo eficiente. La diferencia radica en el ajuste de personal. Harbaugh ha sido consciente del tipo de personal que tenía y de las fortalezas de la plantilla ajustando su filosofía y su plan de juego para crear un equipo competitivo. Resultado: 1 juego de campeonato de la NFC y una ventaja holgada como actuales líderes de su división. Podríamos discutir esto y argumentar que los 49ers quisieron a Peyton Manning, quisieron un algo más pero no podemos culpar a Jim ¿Quién no quiere trabajar a su manera? La diferencia es que después de no conseguir a Manning, Harbaugh ha sido inteligente apostando por lo mismo.

 

Es simplemente un ejemplo de que como a veces no son las personas las que deben adaptarse a un trabajo sino el trabajo a las personas. Intentar ser eficaces y tener la pieza adecuada en cada puesto de manera que el resultado sea el óptimo y en la NFL igual que en el resto del mundo esto quizás no sea diferente.
A partir de ahora les diré a mis profesores de la universidad que adapten las asignaturas a mis cualidades o intentaré yo  adaptar mis cualidades a las asignaturas y si no pues les diré a mis padres… “es que soy de letras”.

 

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