Durante las últimas semanas se ha hablado mucho de Ray Lewis. El linebacker de Baltimore, líder espiritual de los Ravens, anunciaba sus intenciones de poner punto y final a su carrera al final de la temporada y el mundo NFL se estremecía. Uno de los grandes «totems» de la liga durante la última década anunciaba su adiós para dedicarle tiempo a su familia.
Desde entonces cada partido de los de Maryland se ha calificado como el posible último partido de Ray y los aficionados al football, independientemente de sus colores, tenían sus ojos puestos en el devenir de la suerte de los Ravens y la sola posibilidad de que el viejo guerrero se vaya del campo de batalla coronado una vez como campeón tiene todos los ingredientes de la mejor de las películas épicas.
Obviamente la despedida de un jugador de semejante calibre merece toda la atención pero hay otros jugadores, también en la recta final de sus carreras, para los que lograr el anillo sería el gran colofon a tremendas trayectorias, jugadores que, al contrario que el gran Lewis no han conocido las mieles de la gloria en forma de Lombardi Trophy, a los que la fortuna les ha sido esquiva en situaciones cruciales y que, en mi opinión, no merecen menos «cariño» ni menos apoyo por parte de la parroquia «independiente» que el LB de los Ravens.
Mis cuatro reyes sin corona son: Ed Reed (Ravens), Randy Moss (49ers), Tony González (Falcons) y Wes Welker (Patriots). Todos ellos estrellas absolutas, todos ellos referentes en sus posiciones y todos ellos más que dignos merecedores de un flamante anillo de campeón.
Veamos uno a uno la trayectoria de estos monarcas no coronados.
ED REED
34 años. 11 temporadas. 9 Probowls.
«Tres cuartas partes del planeta están cubiertas por agua. La restante está cubierta por Ed Reed». Con esta frase describía un asistente de la Universidad de Miami las capacidades en cobertura del jugador de los Ravens. Veloz, contundente, con unas manos prodigiosas y con un instinto inigualable, nadie duda de que Reed es uno de los mejores safeties de la historia, sin embargo, al contrario de lo que los menos habituales de la NFL creen, nunca ha sido campeón.
Es el único de los cuatro que ha permanecido toda su carrera con el mismo equipo y ,con los rumores sobre su retirada circulando desde hace meses, el reloj empieza a correr en su contra.
El año pasado se quedó a las puertas de la Superbowl ante el mismo rival que enfrentará el próximo domingo de la forma más dramática posible cuando el kicker Billy Cundiff falló un field goal que hubiera forzado la prórroga de la final de conferencia en los últimos segundos. Ahora tendrá la oportunidad de conseguir su gran revancha.
RANDY MOSS
35 años. 16 temporadas. 7 Probowls.
Sin duda uno de los mejores receptores de todos los tiempos. En sus inicios unía lo mejor de Calvin Johnson, Julio Jones o AJ Green en un sólo paquete. «The freak» le llamaban. Su velocidad, altura y capacidad de salto le hacían imparable. Sólo su mala cabeza le han apartado de superar algunos de los registros de Jerry Rice (aún así acecha varios de ellos).
En el 2007 tuvo su gran oportunidad cuando, resucitado por Bill Belichick tras un desastroso paso por los Oakland Raiders, se convirtió en el arma profunda con la que siempre soñó Tom Brady. Juntos firmaron registros estratosféricos (record de TD en una temporada incluido), alcanzaron la Superbowl invictos y cuando parecía que al fin iba a tocar la gloria Eli Manning y los Giants se cruzaron en su camino.
Ahora, tras un año apartado de los terrenos de juego, vuelve a tener una nueva oportunidad, quizás la última, de conseguir su soñado anillo.
TONY GONZÁLEZ
36 años. 16 temporadas. 13 Probowls.
El más veterano de mis cuatro reyes, por ello, el más apremiado por el tiempo. El mejor tight end de todos los tiempos nunca había ganado un partido de playoffs hasta la semana pasada. González tiene todas las marcas de su posición, su nivel no ha bajado un ápice y sigue siendo pieza fundamental de la ofensiva de su equipo del mismo modo que lo era hace más de 12 años en la de los Kansas City Chiefs.
Al contrario que los jugadores nombrados hasta ahora González jamás ha tenido la oportunidad real de jugar una Superbowl porque nunca ha jugado una final de Conferencia. Este es su momento, esta es su gran oportunidad. Al principio del curso comentó que este iba a ser su último baile. Si finalmente logra su título de campeón no podría poner mejor colofón a su ilustre carrera, en caso contrario pasaría a formar parte de otro club de ilustres… el de grandes mitos sin anillo. Ese club que preside Dan Marino.
WES WELKER
31 años. 10 temporadas. 5 Probowls.
El más joven de los cuatro jugadores pero no por ello menos apurado. Al igual que le sucede a Reed el éxito reciente de sus equipos puede llevar al engaño de que ya han sido campeones pero la fortuna también le ha sido esquiva al bueno de Wes.
Siempre menospreciado, siempre puesto en duda, lo cierto es que año tras año (y eso apesar de haber sufrido una grave lesión de rodilla por el medio) se las apaña para amasar recepciones y yardas, se ha permitido el lujo de apuntarse récord pertenecientes a jugadores mucho mejor valorados y ha llegado a ser el prototipo del «slot receiver». El pequeño jugador de los Pats se ha convertido en un estandar y todo el mundo busca al nuevo «Wes Welker».
Welker ha disputado dos Superbowls y en ambas sucumbió ante el empuje de los New York Giants. Especialmente triste para él es el recuerdo de la última ya que, un balón que se le escurrió entre las manos pudo haber sido el de la sentencia de aquel partido. Con un futuro incierto (no ha renovado con New England y será agente libre al final de la temporada), las oportunidades empiezan a agotarse para él.
Dentro de dos semanas uno de estos grandes jugadores abandonará esta lista. Dejará de ser un rey sin corona. Los otros tres, un año más, verán como la ocasión se les escurre entre las manos. ¿Quién será el afortunado?