La temporada pasada hablé de la Harbaugh Bowl que se disputó el Día de Acción de Gracias. Un día muy apropiado para una celebración familiar. Era la primera vez en 92 años de historia de la NFL en la que se enfrentaban dos head coaches hermanos en un partido de la NFL. Hablaba de lo orgulloso que estaría Jack Harbaugh, padre de John y Jim, tal y como se reflejaba en la foto que fijó para la historia el acontecimiento.
También señalaba que sólo un acontecimiento podía superar la satisfacción del progenitor en aquel día, el que el enfrentamiento entre las escuadras de sus hijos se formalizara en una Super Bowl.
Y no faltó mucho para que ese enfrentamiento tuviera lugar sólo un par de meses después. Niners y Ravens alcanzaron sus respectivas Finales de Conferencia la temporada pasada y no estuvieron lejos de ganarlas. Después de hacer lo necesario para ganar el partido, un par de fumbles en jugadas de retorno en un caso, y un imperdonable drop, con un impensable FG fallado en el otro, malograron el encuentro.
Aquél fue un domingo aciago para los Harbaugh, pero lo bueno del deporte es que siempre hay una temporada después, y si no te desanimas, si perseveras, siempre tendrás una nueva oportunidad. Y ésta no se ha hecho esperar, sólo doce meses después de aquél nefasto domingo los Harbaugh han tenido un domingo para la historia. Un domingo en el que Jack, sin duda, se ha vuelto a sentir el hombre más orgulloso y feliz del mundo.
VIDAS PARALELAS
Si los hermanos Harbaugh hubieran vivido en la Grecia o Roma clásicas habrían servido de material para las Vidas Paralelas de Plutarco. Sus carreras fueron distintas hasta llegar la la NFL. John tuvo una carrera discreta como defensive back en la Universidad de Miami (Ohio). Jim jugó con éxito como QB en Michigan, siendo seleccionado en la 1ª ronda del draft de 1987 por los Chicago Bears, y completando una carrera de 15 años en la NFL en varios equipos, incluyendo Baltimore en 1998.
Tampoco es paralela su carrera como entrenador a nivel de college, ya que John tuvo una larga carrera cono entrenador en distintas universidades pero nunca llegó a ser head coach. Jim fue un head coach de éxito para la Universidad de San Diego y en la prestigiosa Stanford.
Pero en donde ambos hermanos coinciden es en el éxito de sus carreras como head coach en la NFL, además del destino en las dos últimas rondas de finales de confrencia. John llegó a Baltimore en 2008, tomó un equipo que había terminado 5-11 la temporada anterior y lo llevó no sólo a los playoffs sino hasta la Final de Conferencia. En sus 5 temporadas los Ravens no han faltado nunca a la cita de postemporada y han amasado un récord de 8-4 en la misma. Jim cogió la temporada pasada un equipo que llevaba 8 temporadas sin terminar con récord positivo y sin jugarlos playoffs y también lo llevó a la Final de Conferencia en su debut. En sus dos temporadas ha alcanzado los playoffs donde ya tiene un récord de 3-1. Sumando, los Harbaugh tienen un 7/7 temporadas alcanzando los playoffs y un récord total de 11-5. En 15 días uno de ellos añadirá una Super Bowl a su curriculum. Realmente remarcable.
Pero sus «vidas paralelas» se han agudizado aún más este domingo. Si ya he hablado de los paralelismos entre ambos en las pasadas Finales de Conferencia, este domingo ha ido aún más allá. Ambos jugaban a domicilio, ambos llegaron al descanso por detrás en el marcador, ambos anularon los potentes ataques de sus rivales en la 2ª mitad, e incluso los blanquearon, y ambos obtuvieron el billete para New Orleans anotando cuatro TD, 28 puntos. Parece escrito por un guionista.
SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS…
… Por lo menos en la Capital del Sur. Los Atlanta Falcons (14-4) ganaban 20-0 al descanso el domingo pasado y ganaron el partido por los pelos después de que los Seahawks les remontaran en la 2ª mitad. Este domingo arrancaron con una ventaja de 17-0 y aún se fueron 10 puntos arriba al descanso. Pero en la 2ª mitad los de Mike Smith no anotaron un sólo punto y los 49ers remontaron el partido camino de su 1ª Super Bowl desde 1994.
Los Falcons han hecho una gran campaña y tienen un ataque que en ocasiones es imparable, sobre todo en casa, pero les ha faltado consistencia para rematar la temporada.
Porque lo cierto es que sorprendieron a propios y a extraños con un arranque espectacular en el 1º cuarto. Como dicen por allí, there is no defense against the perfect pass y cuando Matt Ryan se pone en plan estupendo, no hay que pare a su tridente Julio Jones – Roddy White – Tony Gonzalez.
La defensa de los San Francisco 49ers (13-4-1) anuló desde el inicio el juego de carrera de los Falcons, pero su secundaria, expuesta y confundida, se llevó un chaparrón como hacía mucho no recibían. Julio Jones impuso su fortaleza, sus manos y su talento para sumar 6 recepciones para 120 yardas y 2 TD con la 1ª jugada del 2º cuarto, espectacular. Gonzalez ofreció toda su experiencia para sostener los drives y anotando además antes del descanso en una gran acción frente a Patrick Willis. White completó, con otras 91 yardas, un total de 297 yardas ofensivas totales en la primera mitad, 271 de ellas, de pase.
El colapso de la secundaria minera se combinó con un par de «tres y fuera» del ataque y así los Falcons entraron en el 2º cuarto con una ventaja de 17-0. Pero tal vez por los precedentes de los halcones, no se percibía una sensación de pánico ni entre la afición minera ni entre Jim Harbaugh y los suyos. Colin Kaepernick tomó el mando del equipo y con dos drives consecutivos rematados con sendos TD, se podía pensar que a poco que ajustaran la defensa se iban a llevar el partido.
El pass rush de los Niners no llegaba a Ryan, bien protegido por su OL, y éste jugó a placer la primera mitad. Aldon Smith se dedicaba a hacer el bump a Gonzalez y luego no llegaba a presionar al QB. Por lo menos, el juego de carrera era totalmente anulado, lo que permitió a los 49ers jugar toda la 2ª mitad con formaciones nickel, con 5 hombres en el box y sobrecargando la cobertura. Ryan no jugó ya tan cómodo tras el descanso y los Niners esperaron a que llegaran los fallos, que llegaron.
Primero fue una intercepción de Chris Culliver, que estuvo listo y aprovechó un pequeño resbalón de White. Luego vino un fumble de Ryan, más preocupado en prevenir el pass rush rival que en atrapar el balón, recuperado por un espabilado Aldon Smith. Dos drives consecutivos con turnovers no auguraba nada bueno…
… Sobre todo porque el ataque de los Niners funcionaba perfectamente. Greg Roman hizo un gran trabajo de nuevo. Después de las 181 yardas de carrera de Kaepernick del sábado pasado, el ex Niner Mike Nolan se preocupó de que esto no volviera a ocurrir. Y no ocurrió, porque los Niners ni lo intentaron. Roman está derrotando a sus rivales con un gameplan distinto para cada ocasión y si los Falcons se concentraban en frenar la carrera del QB y en sujetar al receptor más peligroso en este final de temporada, Michael Crabtree, Kaepernick encontró a un ignorado Vernon Davis, resucitando su producción ofensiva con 5 pases para 106 yardas y un TD. Además, con la defensa vigilando los pies de Kaepernick, tanto Frank Gore como el rookie LaMichael James aprovecharon para martillear la debilitada denfensa sumando entre ambos 124 yardas y 3 TD, que fue al final lo que desequilibró el partido.
La OL de los mineros, salvo en el 1º cuarto, hizo otro gran partido, lo que permitió a Kaepernick jugar cómodo. El QB, en su 9ª titularidad, jugó como un veterano, completando 16 de los 21 pases que lanzó para 233 yardas y un TD. Los Falcons esperaban a Kaepernick corriendo y a Crabtree recibiendo y los Niners respondieron con Gore corriendo y Davis recibiendo.
Así se plantaron los Niners al final del 3º cuarto con el partido en su mano, camino de dar la vuelta al marcador. Pero siempre hace falta un poco de drama en estos partidos, y un fumble de Crabtree a pulgadas de la goaline añadió grandes dosis de la misma. Pero los 49ers no les dejaron salir de su endzone a los Falcons y el fumble lo único que hizo fue retrasar el TD de la victoria de los visitantes. Con grandes bloqueos de la OL, Gore se paseó camino de la endzone unos minutos después.
Los Falcons podían recurrir de nuevo a la heroica, pero la defensa de los Niners ya estaba en versión «no way«. Incluso Ahmad Brooks llegó a alcanzar a Ryan lesionándole el hombro izquierdo. El drive moría en un «4ª y 4» desde la yarda 10, con una gran defensa de NaVorro Bowman sobre White.
Los Falcons malograban la 1ª Final de Conferencia disputada en Atlanta. Los 49ers (1-27 en este siglo cuando iban perdiendo por 17 puntos) se hacían con el George Halas Trophy rompiendo su racha de 5 derrotas consecutivas a domicilio en los playoffs (1993 NFC Championship @ Dallas, 1996 Divisional @ Green Bay, 1998 Divisional @ Atlanta, 2001 Wild Card @ Green Bay, 2002 Divisional @ Tampa Bay).
Harbaugh lleva en su 2ª campaña a los Niners a una Super Bowl que no disputan desde hace 18 años. La clave del éxito, lo conjuntado que tiene el equipo. No hay una escuadra en la liga más equilibrada que la de los 49ers. Casi nadie le entendió cuando cambió la titularidad del QB, pero el tiempo le está dando la razón. Todos los jugadores están aceptando su rol en el equipo, desde la suplencia de Alex Smith, la menor producción de Davis cuando Kaepernick tomó los mandos, la reducción de handoffs a Gore, y el papel secundario de Randy Moss, quien volvió a ser importante con tres recepciones para 46 yardas. Los jugadores confían en su técnico y están conjurados para olvidar la pasada travesía en el desierto con un Lombardi Trophy.
Ya que perdieron ambos equipos locales recurriremos a las cheerleaders de los Baltimore Ravens (13-6) para ilustrar la sección, que en Divisionales aparecieron las Gold Rush. Sólo queda saber qué escuadra de cheerleaders será la triunfadora en la Super Bowl.
En el rematch del Campeonato de la AFC, los Ravens volvieron a superar en juego y en ganas a los New England Patriots (13-5), y esta vez no dejaron que el triunfo se les escapara de las manos.
Es cierto que los Ravens se están convirtiendo en una de las bestias negras de los Pats. En los 4 partidos que han enfrentado a Joe Flacco y Tom Brady en Foxboro, Flacco ha sumado 10 TD y 2 intercepciones, mientras que Brady se ha quedado en 4 TD y 5 picks. Pero debe haber algo más que un buen gameplan del mayor de los Harbaugh y de una gran defensa de los cuervos, porque Brady y los Pats hicieron cosas poco habituales en el partido.
No es normal que Brady levante la pierna en un slide frente a Ed Reed como si fuera un defensa leñero de soccer. No es normal que luego gestione el reloj tan pobremente en el final de la 1ª parte. Tampoco es normal que el mejor ataque de la temporada regular chute punts en las yardas 34 y 35 de los Ravens.
Los Pats dominaron la primera mitad, pero fueron totalmente inefectivos en la redzone (un TD en 4 viajes). Movieron las cadenas con su fast tempo, pero la defensa de los Ravens no se dejó sorprender. Brady movía el balón y convertía terceros downs con Wes Welker (8 recepciones, 117 yardas, TD), Aaron Hernandez (9, 83) y Brandon Lloyd (7, 70), pero llegaron al descanso sólo 6 puntos arriba en el marcador, a pesar de que los Ravens sólo habían firmado un drive ofensivo bueno en toda la 1ª mitad. Ahí empezaron a perder el partido.
Los Pats ya contaban con la baja de Rob Gronkowski, que pueden solventar con su sistema ofensivo, pero mucho más daño les hizo la del CB Aqib Talib, el único jugador que podía hacer frente a Anquan Boldin en el campo. Bill Belichick no ha sabido encontrar jugadores de secundaria valiosos en el draft y tuvo que echar mano de la agencia libre para hacerse con su mejor hombre en la unidad. Los Ravens, que se mantenían tranquilos en el partido viendo la inefectivdad de los Pats, tenían reservada una «marcha» extra, y en la 2ª mitad Flacco aprovechó la ausencia de Talib, soltó el freno de mano, y comenzó a perforar la secundaria de los Pats con pases verticales a Torrey Smith y compañía.
Flacco, impecablemente protegido por su OL, acabó con 21/36 pases completados para 240 yardas y 3 TD en la redzone, uno de ellos para el TE Dennis Pitta y dos para Boldin en el 4º cuarto, con el WR imponiendo su físico y atrapando todo lo que le lanzaba el QB. Los Pats estaban groguis después de dos punts consecutivos y los Ravens por delante en el marcador, pero quedaron definitivamente K.O. en el inicio del 4º cuarto cuando, quién si no, Bernard Pollard dejó conmocionado a Stevan Ridley en un golpe casco contra casco que forzó un fumble del RB.
A los Patfans más pequeños les amenazan con Pollard si no se comen la sopa. El safety tiene un historial estremecedor. Lesionó a Brady (rodilla), a Gronkowski (tobillo) y a Welker (rodilla), y el domingo firmó la jugada que puso en franquicia el partido para los Ravens. La jugada es totalmente legal y fue la rúbrica de un excelente partido de Pollard. Los Pats quedaron ya K.O. y sus siguientes drives se saldaron con un turnover on downs y sendas intercepciones a Brady.
Belichick tenía un impresionante récord de 72-1 cuando llega con ventaja al descanso, 67-0 con Brady, pero los Ravens tenían una deuda pendiente. Flacco ha derrotado, además de a Andrew Luck, a Peyton Manning y a Brady en semanas consecutivas a domicilio, lanzando 8 pases de TD y ninguna intercepción. Es el QB que más partidos a domicilio ha ganado en su carrera (6). Ahora sus palabras de pretemporada no suenan tan huecas.
Este fue el penúltimo «último partido de Ray Lewis«- El #52 intentará terminar su carrera como John Elway, Jerome Bettis y Michael Straham, con el Lombardi Trophy bajo su brazo en su último partido. Para ello tendrá que derrotar a su ex compañero de equipo, Jim Harbaugh, quien curiosamente fue víctima del 1º sack en la carrera del MLB, cuando el entonces QB jugaba para los Colts.