Cuando estaba en la Facultad de Derecho en el tercer curso una de las asignaturas era Derecho Civil II, la continuidad de Derecho Civil I que se estudiaba en segundo. En Derecho Civil II se estudiaba la responsabilidad civil y nuestro profesor para definirla nos puso un ejemplo muy gráfico y que reproduzco.
Una señora tenía un gato. Un buen día le lavo el pelo al minino y para secarlo en lugar de utilizar un secador o toalla se le ocurrió la idea de meter al animalito al microondas. El gato explotó en el interior del aparato fruto de calor y la señora quedó desolada. Un avispado abogado se enteró de la noticia y propuso a la buena señora demandar al fabricante del microondas, en las instrucciones del aparato no se decía absolutamente nada sobre no meter animales en el aparato. Ganó la demanda y la compañía fabricante tuvo que indemnizar por daños y perjuicios a la propietaria del difunto gato. Desde entonces en las instrucciones de los microondas se señala entre otras cientos de cuestiones que no se introduzcan animales dentro del aparato.
Esto que acabo de contaros desconozco realmente si ocurrió o es simplemente una leyenda urbana. Sin embargo es lo que nuestro profesor de derecho, experto en materia de responsabilidad civil, utilizaba para definir la responsabilidad civil. Según nos lo contaba decía que los hechos habían tenido lugar en los Estados Unidos, el país de la responsabilidad civil por excelencia y donde estaba teniendo lugar en aquellos momentos un fenómeno nuevo, fumadores con graves enfermedades estaban demandando a las compañías tabacaleras porque nadie les había advertido de los perjuicios del tabaco cuando empezaron a fumar. Fumar durante muchos años era algo de moda, muy “cool”. Si no me creen vean películas de los años 50, 60 e incluso 70, fumar era algo habitual. Esa tendencia empezó a desaparecer en los 80 para acabar desapareciendo en los 90, en la actualidad nadie fuma, ni casi bebe. Qué mejor ejemplo que James Bond, fumador empedernido con Sean Connery, mujeriego implacable y capaz de beberse una botella de whisky en una sentada, el nuevo Bond no fuma, bebe cerveza y se ha vuelto casi misógino y enamoradizo.
Las compañías tabacaleras llegarían a acuerdos para evitar males mayores y desde entonces en las cajetillas del tabaco se advierten de los graves perjuicios que suponen para la salud el tabaco. El tabaco sigue siendo muy rentable para los estados que practican una doble moral, por una parte recaudan muchísimos impuestos y por la otra se posicionan en contra de las compañías por los graves perjuicios que producen en la población fumadora en forma de gastos de sanidad.
En todo caso todo esto nos sirve de ejemplo para una cosa, hay un importante sector de una profesión llamada abogado que se pasa media vida esperando su gran caso donde ganar una cantidad insultante de dinero. En Estados Unidos existe lo que se conoce como la “litis consortio”, esa práctica que permite que el abogado no cobra honorarios por llevar un caso sino que en caso de ganar se lleva una parte importante del “premio”, que la práctica ha dejado en el 33%. Sobran las películas donde hemos podido ver casos de responsabilidad civil donde un abogado lucha por los intereses de su cliente y si uno se lee novelas de John Grisham verá que ocurre exactamente lo mismo. Por cosas como esta y por las cantidades insultantes de dinero que cobran los abogados en Estados Unidos es uno de los motivos por los cuales es una de las profesiones mas odiadas junto con la de los médicos, en Estado Unidos si te meten en problemas médicas o legales o eres millonario o es muy probable que acabes completamente arruinado.
Muchos abogados se pasen la vida buscando su gran caso que les permita ganar tanto dinero que no necesiten trabajar mas en la vida. Hemos contado los ejemplos de la señora y su gato o el de las compañías tabacaleras, pero hay profesionales que viven en las salas de urgencias de los hospitales dispuestos a ofrecerte sus servicios mientras estás postrado en la camilla a cambio de las demandas mas absurdas, desde demandar al ayuntamiento por tener la señal a X metros en lugar a de Y metros y otras mas estúpidas aún, lo que sea con tal de encontrar un motivo para demanda.
En mi último año en la carrera de derecho un amigo me recomendó un libro “Toda la verdad sobre los abogados” de Mike McCormack. En él un agente deportivo, abogado a su vez, contaba el oscuro mundo de los abogados, sus triquiñuelas y la capacidad que tenían para dar al traste cualquier negocio aunque fuera bueno para las partes, el libro se podría resumir en que los dos presidentes de dos grandes compañías mercantiles alcanzaban un acuerdo en un desayuno de trabajo que beneficiaba a ambas partes se iba al garete en cuanto el trato lo tenían que cerrar los abogados de ambas partes tras horas y horas de discusión, horas que por supuesto iban a facturar a su cliente que no solo perdía el negocio sino que tenía que hacer frente a los honorarios exagerados de todo ese ejercito de abogados, pasantes, secretarias, administrativas, etc..
EL NEGOCIO NFL
La NFL es desde hace unos años un negocio fabuloso. La NFL es la única liga del mundo que tiene a todos sus miembros entre los equipos deportivos mas ricos y cada año los equipos ganan mas y mas dinero, sirva como ejemplo Jerry Jones, que compró los Dallas Cowboy por unos 600 millones y veinte años después su inversión se ha triplicado, tiene el estadio mas fabuloso del mundo y gana tanto dinero que ya no sabe que hacer con él.
La NFL era una liga rentable hace 20 años, pero el límite salarial como contrapartida a la agencia libre, una exigencia de los jugadores, lo ha llevado a unos niveles de riqueza y excelencia desconocidos para cualquier otra liga profesional del mundo. Con cada año que pasa los equipos son mas ricos aún y sus propietarios son señores millonarios que disfrutan no solo con los éxitos deportivos de sus equipos, sino que les permite ganar dinero a manos llenas. Este tremendo éxito deportivo y económico es la envidia del resto de ligas profesionales de cualquier modalidad deportiva.
Pero donde hay dinero siempre hay alguien que se huele la posibilidad de hacer negocio y nadie mejor que los abogados para oler el rastro del dinero. Las consecuencias de jugar al football, sobre todo cuando se ha hecho a nivel profesional, siempre han existido, un jugador retirado cuyo nombre no me acuerdo solía decir que el único día de toda su vida en que no le dolía el cuerpo era el día que habías decidido empezar a practicar el football.
Las secuelas de practicar el football, cuando mayor sea su nivel de exigencia son mas que conocidas. Un buen día un abogado encontró la posibilidad de hacer negocio, al igual que en el caso de las compañías tabacaleras a los jugadores nadie les había advertido sobre las consecuencias de practicar el football y quizás se podía encontrar un juez o tribunal que acabara condenando a una liga multimillonaria hasta el exceso por no haber avisado a sus jugadores de aquello. La NFL se enfrenta desde años a la posibilidad de que una demanda de un ex jugador o un colectivo de ex jugadores prospere y les obligue a indemnizarles con cantidades millonarias, que por supuesto un tercio de ellas como no podía ser de otra forma acabarían en manos de los abogados, que seguramente algún día en el futuro en el cine nos intentarán venderlo como un ejercicio de responsabilidad social.
¿Y qué queréis que os diga? Pues perdón por la expresión ¡¡¡¡ Y UNA MIERDA !!!!.
A la NFL la salud de los jugadores le importa eso, una mierda, lo que realmente les preocupa es su fabulosa cuenta de resultados, esa que les permite con cada día que pasa ser mas ricos y ganar mas dinero. A los propietarios de las 32 franquicias les aterra la sola posibilidad de perder una demanda y tras una campaña brutal de marketing donde dicen defender la salud de los jugadores se han embarcado a una espiral de cambios en el reglamento que pretende hacer del juego algo mas seguro y si para salvaguardar sus intereses acaban cambiando la naturaleza del juego no tener dudas que lo acabarán haciendo.
El mejor ejemplo de esto es su Comisionado Roger Goodell que desde hace un tiempo se ha puesto al frente de la liga y al que los 32 dueños le han pagado en salarios 29.5 millones de dólares la temporada pasada por sus servicios, no en vano los 32 pueden presumir de ser un poco mas ricos y las colas para ser propietario de un equipo de la NFL aumenta cada año. Solo una cosa puede detenerlos, una eventual demanda que acabe estableciendo la responsabilidad civil de la liga por no advertir a los jugadores de los posibles perjuicios de haber jugador al football. ¿No les suena a lo mismo que en el caso de la demanda de las tabacaleras?
En el caso de las tabacaleras los perjuicios para la salud son evidentes, como lo son en el caso del football, eso es innegable, pero hay una diferencia fundamental. En el caso del tabaco, y como ex fumador que soy, el tabaco es un vicio que cuesta dinero, pero en el caso del football se paga a unos chicos jóvenes cantidades de dinero que muchos de nosotros no podremos siquiera soñar con verlas por practicar un deporte que sí, es violento, duro y lo que uno quiera que sea, pero se les pagan esas cantidades precisamente por eso, por vender sus cuerpos al servicio de un espectáculo, son los gladiadores modernos, pero con una sutil diferencia, en la Roma antigua ser gladiador no era una opción voluntaria, sino que era luchar por tu vida como esclavos que eran. Te dejaban elegir, morir de cualquier manera o morir luchando y tener una vida de éxito hasta que te llegaba la hora.
Siempre recordaré una anécdota que se contaba en los años en que Mike Tyson era el amo y señor de los rings de boxeo. Tyson solía ganar a sus rivales en el primer asalto tras arrearles un par de guantazos bien dados. Pero no era eso lo que me llamaba la atención, sino la bolsa que se llevaba el perdedor, millones de dólares. Se decía entonces que uno se pondría en lugar del mas que posible perdedor a cambio de recibir un par de golpes de Tyson y llevarse la bolsa del perdedor aunque ello te supiera recibir un par de guantazos cuyas secuelas te durarían a lo mejor años.
Los jugadores de la NFL tienen acceso a cantidades de dinero exageradas, con poco mas de veinte años ganan cientos y cientos de miles de dólares, que gastan en llevar un tren de vida altísimo con casas de lujos, coches, trajes, jets privados, hoteles, fiestas, joyas, mujeres y toda clase de prebendas. Esos jóvenes a cambio de algo que está al alance de solo unos pocos viven una vida de lujo y de máximo nivel. Entregan sus cuerpos y su juventud, se beben la vida a sorbos en sus mejores años, se juegan el físico y bastante mas para tener algo que solo unos pocos pueden tener, firman un tratado como el que Fasusto firmó con el diablo, te daré en vida lo que me pidas pero cuando mueras tu alma me pertenecerá, ese es el acuerdo al que Mefistofeles llegó con Fausto.
Los jugadores de football mientras jueguen ganarán millones, y peor aún, lo malgastarán mas aún. La gran mayoría de estos jóvenes se despreocupan de todo, no ahorran nada, se meten en negocios absurdos, mantienen a familia y amigos, les pagan casas, coches, comidas, viajes, muchos de ellos acaban jugando por unos pocos dólares hasta que el cuerpo no les aguanta. Cuando terminan algunos pueden encontrar salida en la TV, pero muchos acaban arruinados, no solo deportivamente, sino físicamente. Hace poco se conoció el caso de Warren Sapp, un jugador que tuvo que vender su anillo de campeón y del que se sabe que tuvo que deshacerse de mas de 200 pares de zapatillas de un modelo determinado para poder seguir viviendo. También está el caso de Terrell Owens, que ahora anda suplicando a los equipos que le den una oportunidad para jugar y ganar algo de dinero, arruinado por sus excesos. Y podríamos contar cientos y cientos de ejemplos de otros muchos jugadores que en vida jamás les preocupó maltratar a su cuerpo y que ahora sin ingresos ni medios para subsistir no pueden pagar sus facturas médicas.
JUGADORES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
A mi personalmente esto me parece un completo sin sentido que algún abogado ha encontrado vulnerable y ante ello la liga se intenta proteger. Yo cuando empecé a ver football si algo me atrajo de ello es la violencia, este deporte solo lo puedo entender como un deporte donde golpear a tu rival es legal, donde existe la violencia, una violencia limpia y legal, el día que el football deje de ser violento será otra cosa. Ese día dejaré de ver football, a mi ver que un QB solo lance y lance pases sin que se le pueda tocar so pena de ser penalizado a unos WR que tampoco pueden ser tocados es otra cosa, llámenlo lo que quieran, hasta football, pero será otra cosa. Los RB con las nuevas reglas son una especie en vías de extinción, jugadores como Adrian Peterson son especies en peligro de extinción, y qué les vamos a contar de Ricky Williams o Earl Campbell (foto superior), los conocidos como power RB. Williams se retiró del football en lo mejor de su carrera porque veía que su cuerpo sufría muchísimo, pero no dudó en volver cuando las cuentas no le cuadraban, y eso mismo lo han hecho otros jugadores, no dudan en llevar su cuerpo al límite por dinero y muchos son perfectos conocedores de los riesgos que conlleva practica este deporte, y aún así lo aceptan, por dinero, o por fama, por lo que sea, pero lo aceptan, se venden al diablo como hizo Fausto.
Estoy convencido que si los toros en lugar de ser algo típico de España fueran de los Estados Unidos hace tiempo que hubieran desaparecido, pero no porque alguien luche por los derechos de los animales, no para nada, sino porque un abogado hubiera demandado al colectivo de ganaderos que nadie advirtió a su cliente, ex torero, que los toros son algo peligroso y nocivo para la salud. Y esto mismo se podría aplicar a cualquier deporte que lleve riesgos, desde el ciclismo pasando por el motociclismo al curling, y llegará el día que un avispado abogado demandará al estado francés o austriaco porque nadie le advirtió a su cliente que el ski extremo conlleva peligros para la salud.
Soy consciente que la NFL solamente busca defender su negocio. Lo de la salud de los jugadores no me lo creo, les importa poco o nada, mas cuando el Comisionado persigue desde hace tiempo ampliar la temporada regular a 18 partidos. No le debe parecer suficientemente duro l6 partidos que quiere dos mas, y luego nos vender la canción de que vela por la salud de los jugadores. Si a la NFl le dejaron firmar a sus jugadores que estos no podrán demandar a sus empleadores que se atengan a las consecuencias de practicar football y que no cabe demanda alguna, la liga no cambiaría ni una sola de sus reglas.
Roger Goodell, como cabeza visible de esta impostura hace tiempo cuando acude a conferencias donde da charlas sobre la seguridad de los jugadores le gusta comentar la anécdota del presidente Theodore Roosevelt en 1905. Roosevelt era aficionado al football y solía acudir a ver los partidos de sus hijos. Tras acudir a un partido se quedó escandalizado de la violencia y dureza del football, en aquel año habían muerto 18 jugadores y obligó a los rectores del football a cambiar las reglas para hacer de aquel deporte algo mas seguro. En los años siguientes las muertes y lesiones fueron descendiendo y en la NFL, nacida en 1920 tan solo ha muerto un jugador en el campo, fue en 1971 y por una arritmia.
Pero entre Roosevelt y Goodell existe una enorme diferencia, el primero pretendía salvaguardar los intereses de unos jóvenes que estaban desperdiciando su vida practicando un deporte que era casi exclusivamente “amateur” y en un mundo colegial que nada tenía que ver con el gigante que es ahora la NCAA. Goodell no defiende los intereses de esos jóvenes que ahora practican el football, sino que defiende los intereses de 32 señores que quieren ver su negocio blindado de contingencias, sobre todo de esos jóvenes que no desperdician su vida, sino su dinero a cambio de ser los gladiadores del siglo XXI pero que luego no son capaces de asumir que si les pagaban lo que les pagaban era precisamente por eso, por romper sus cuerpos ante millones de espectadores.
Hace tiempo que tengo muy clara y definida mi postura, y estoy segurísimo que muchos discreparán. Siempre he entendido el football como un deporte violento y duro, el último deporte donde el golpear a tu rival era legal. El día que desaparezca la violencia, vamos camino de ello, este deporte me dejará de interesar. Yo no me aficioné a este deporte para ver a un QB lanzar pases a unos señores que corren y que son intocables. Yo no me aficioné a un deporte donde solo es cuestión de tiempo que todo sea ejecución y sin ningún contacto físico, un especie de flag football con protecciones y cascos, que con el tiempo serán una prenda mas de marketing que de protección, no harán falta dentro de unos año porque como dijo Marcus Pollard, dentro de 20 años nadie va a reconocer a este deporte que se seguirá llamando football.