Los partidos de pretemporada son una charlotada

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Dolphins y Cowboys abrieron este año la pretemporada (AP)

Soy aficionados a los toros, nunca lo he escondido, abonado a la plaza de Bilbao y habitual de otras plazas cuando tengo oportunidad. No quiero aquí que se entre en polémica sobre si los toros son esto o aquello, hay sitios para debatir este tema mas que sobradamente, y esto es un sitio para hablar de football, no de toros.

Hace unos años en Estados Unidos, donde está prohibido matar animales en un espectáculo público, alguien tuvo la ocurrencia de organizar corridas de toros pero sin herir, ni por supuesto matar, al toro. Al astado se le ponía en el lomo una suerte de velcro donde se suponía que el torero debía colocar unas banderillas y donde había que ejecutar la suerte de matar, la conocida como suerte suprema en el mundo de la tauromaquia. Los defensores de los animales encontraron en esta modalidad un argumento que entendían debía extenderse a países como España, Francia, Colombia o México, los grandes países taurinos. Por el contrario los defensores de la tauromaquia no vieron mas que la enésima charlotada de los anti taurinos.

Como amante de la tauromaquia a mi me también me pareció una charlotada, que el diccionario define como actuación pública colectiva que resulta grotesca o ridícula, también se le define como espectáculo taurino de carácter cómico. Los toros sin la suerte suprema de matar son otra cosa, llámenle como quieran, pero cuando uno acude a la plaza va para ver como un hombre de entre 60 a 80 kilos, vestido con un traje de luces y armado con una capa y espada, se juega el físico y hasta la vida ante una alimaña que pesa cerca de media tonelada. Para los antitaurinos entiendo que les resulte muy difícil comprender que la suerte de varas y las banderillas no están destinadas a debilitar al animal, sino a sacar su casta, bravura y raza, hacer del toro un animal mucho mas peligroso de lo que realmente es, un animal que mata y hace daño.

¿Y por qué saco el tema de los toros cuando se supone que debería estar escribiendo sobre football? Os diré la respuesta, para mi la pretemporada de la NFL es exactamente igual que eso que inventaron en Las Vegas para tener algo parecido a los toros, una charlotada. Los jugadores se visten para jugar como el torero se pone el traje de luces, sacan a un toro como sacan un equipo que ataca y otro que defiende, incluso las reglas son iguales.

No dudo que habrá gente que le gustará, los espectáculos cómico taurinos tienen su público. Muchos lo defenderán, seguro que hay personas dispuestas a pagar por ello, pero mirad, no es mi caso, desde hace mas de 30 años que no he visto un solo partido de pretemporada, si quiero ver deporte en agosto veo un partido de baseball. Cuando veo un partido de football voy a ver como 45 jugadores se enfrentan a otros 45 dándolo todo, hasta su físico, para intentar doblegar al contrario. Donde cada yarda, cada pase, cada carrera, cada bloqueo o cada intercepción cuente, no un simulacro de partido donde unos señores con uniforme de faena echan cuatro carreritas y en cuanto pueden se sientan en el banquillo debajo del ventilador a tomar el fresco y ver como unos completos desconocidos se dan de tortas para intentar formar parte del roster final de una franquicia.

La NFL ha convertido los partidos de pretemporada en una auténtica charlotada, en una burla a las TV que pagan mucho dinero y están obligadas por contrato a emitir los partidos. Una burla a sus abonados y en general a todos los aficionados al football, son una tomadura de pelo mayúscula que algunos queriendo ver algo de football soportan, pero el football, o la NFL mas bien, sin algo de por medio, es como la Probowl. En España solemos decir que son partidos de solteros contras casados.

Los partidos de pretemporada existen por una sola razón, los propietarios los quieren así. Cuando se negociaba el último CBA los propietarios insistían en ampliar la temporada regular en dos partidos mas, 18 partidos, una guerra en la que Roger Goodell sigue erre que erre. Algo que por otra parte resulta contradictorio en su cruzada personal de hacer el football profesional un deporte mas seguro, mas partidos significan mas riesgo de lesiones. Los jugadores desde el primer día han manifestado su total oposición, no solo porque ya les parece que hay bastantes lesiones en una temporada de 16 partidos, sino porque lo que no se cuenta es que los dueños pretendían ampliar la temporada regular en esos dos partidos pero sin compensación alguna a los jugadores. De inmediato los propietarios echaron cuentas ¿Qué es mejor, repartir los ingresos de la pretemporada con los jugadores o quedarnos con todo ello? Eligieron lo segundo y por fortuna los aficionados no tenemos que tragarnos una ampliación de la temporada regular.

Los partidos de pretemporada son lo que son, un sacacuartos, una forma de exprimir mas el limón de los ingresos. Los poseedores de abonos de temporada deben pagar como si de un partido regular se tratara la compra de los dos partidos de pretemporada. Si tiene la mala idea de acudir al estadio, deberá pagar por el aparcamiento, las bebidas, comidas y demás, todo está al mismo precio. Resumiendo, ir a ver una gamberrada de partido de pretemporada cuesta exactamente lo mismo que ir a ver un partido en diciembre donde te estás jugando los playoffs. Ante ese panorama lo mejor es no ir, compro la entrada, porque no me queda otra, pero de ir al estadio ni hablar, salvo que uno no tenga nada mejor que hacer una tarde de agosto.

Tampoco a los jugadores les interesa ni lo mas mínimo estos partidos, no al menos aquellos que saben que tienen garantizado su puesto en el roster. Los jugadores no perciben salarios de sus equipos en pretemporada, tan solo cobran lo que se denomina “exchanges”, que en castellano podemos llamar dietas. Son cantidades de dinero que se destinan única y exclusivamente a que el jugador pague sus gastos de manutención mientras está en el Training Camp. Ante eso un CB, RB, DL o un LB, que sabe que tiene contrato y que empezará a cobrar el primer lunes tras su primer partido de temporada, no mete la cabeza, la pierna, el hombro o lo que sea, no sea que se lesione y se quede sin cobrar, lo corten o vete a saber que clase de suerte corre.

La pretemporada no siempre fue así, sus orígenes no están en esta auténtica burla en la que se han convertido, sobre todo desde 1994 cuando entró en vigor el CBA, desde entonces han perdido su razón de ser. En la actualidad los jugadores profesionales de football lo son 100%, no tienen otras actividades profesionales mas allá de rodar algunos publicitarios u actividades de carácter benéfico a través de fundaciones o programas de apoyo a grupos de enfermos o marginados. Ocasionalmente pueden hacer un cameo en alguna película o serie de TV, pero un jugador de football es profesional al 100%.

EN UN TIEMPO MUY LEJANO…

No siempre fue así. Muchos jugadores, especialmente los mas modestos, cuando terminaban su temporada regular recogían sus cosas y se marchaban a sus casas o sitios de origen. En ese tiempo, desde diciembre hasta agosto, no eran jugadores de football sino que tenían diversas profesiones. Enumerar el elenco de profesiones que tenían los jugadores sería interminable, pero había desde repartidores de leche, taquilleros y algunos, los mas privilegiados, podían alternarlas con otras disciplinas deportivas, la lucha libre por ejemplo.

Cuando la nueva temporada estaba a punto de empezar dejaban sus segundos trabajos y se incorporaban a sus equipos. Para la mayoría era empezar de nuevo su actividad deportiva, durante meses no habían corrido ni levantado una sola pesa, llegaban con sobre peso, fuera de forma, etc… De allí la enorme importancia que tenían los partidos de pretemporada, servía para que los jugadores se pusieran a tono, recuperaran el sabor de los choques, de lo que era un partido de football.

En la actualidad los profesionales no cobran por jugar partidos de pretemporada, pero sí tienen sus gastos de manutención mas que cubiertos, en unos casos porque los equipos ponen las instalaciones a disposición de los jugadores, donde pueden comer, dormir, etc… En otros casos porque les dan cantidades de dinero que sirven para cubrir esas necesidades. Los novatos de rondas tardías y los jugadores no drafteados no suelen apenas percibir un bonus, pero sin embargo sí reciben esas dietas, fundamentales para ellos para poder ir a los Training Camps.

Los equipos por otra parte no eran las máquinas de hacer dinero que son en la actualidad donde además de los jugosos contratos de TV cobran entrada por acudir a ver los entrenamientos, por usar los aparcamientos de las instalaciones, por las concesiones de comidas y bebidas, etc… Entonces un jugador debía pagarse de su propio bolsillo su estancia, hay casos de jugadores que tuvieron que abandonar los entrenamientos porque no tenían dinero para pagarse un motel y las comidas.

Y para eso estaban los partidos de pretemporada, para ganarse un dinero mientras duraban los entrenamientos. Los jugadores percibían un porcentaje del taquillaje, no había otras formas de ingresos y si jugaban cobraban, si no jugaban no cobraban. Además sabían que los espectadores de la época iban a verles jugar a ellos y que si hicieran lo que se hace en la actualidad lo mas probable es que nadie acudiría a verlos. Entonces la pretemporada sí importaba, a los profesionales no solo les iba en ello ganar dinero, sino que sabían que de su participación en esos partidos iban a continuar jugando mas partidos de pretemporada, mas dinero. Los partidos no estaban perfectamente planificados, sino que un equipo podían disputar media docena de partidos y otro ninguno, los partidos iban llegando por la capacidad de buscar encuentros del GM del equipo.

Por otra parte aquellos partidos eran fundamentales para otra cosa, eran vehículos publicitarios de la liga. El baseball era el deporte rey ,el que copaba la prensa, las radios y la TV, el football por su parte apenas salía en TV y hasta que no empezara la temporada regular generaba poco o ningún interés. Esos partidos de pretemporada eran usados por los equipos y la gerencia de los mismos como herramienta publicitaria y así no era extraño que los Green Bay Packers jugaran por ejemplo un partido en una pequeña población del estado de Oregon y unos días después otro en el estado de Maine, lo que suponía recorrer el país de costa a costa con los medios de entonces, el tren. Así un equipo que viajaba a jugar un partido en la Costa Oeste intentaba aprovechar para jugar al menos otros dos o tres partidos por la zona o en su camino de regreso, las pretemporadas estaban a años luz de la planificación milimetrada actual. Si uno tiene interés y quiere rebuscar en las bases de datos podrá encontrarse que los equipos profesionales de entonces jugaban partidos de pretemporada en campos de High-School contra selecciones de jugadores del condado, un partido donde jugaban todas las grandes estrellas del equipo que se encontraban enfrente jugadores que lo daban todo y les obligaba a un enorme esfuerzo.

En todo caso aquellos encuentros eran partidos de pretemporada, a efectos estadísticos no computaban y no afectaban al récord de los equipos, algunos equipos podían jugar hasta 8 y 9 encuentros, y otros si jugaban tres partidos se consideraban afortunados. Los profesionales si tenían la deferencia de tratarlos mejor que en la actualidad, no solo jugaban por el dinero que percibían sino que su prestigio les iba en aquellos partidos ¿Podían un grupo de profesionales ser batidos por una selección de jugadores del condado? Es evidente que no, la noticia llegaría sin duda a los aficionados locales y eso era algo que no se podían permitir.

Y termino con la siguiente cita

“Solo hay un motivo para jugar partidos de football antes de que empiece la temporada, y es preparar a los jugadores a los esquemas de los entrenadores y enseñar a los entrenadores lo qué los jugadores nuevos pueden hacer en esos esquemas. Pero realmente no haces nada de eso. Estás tan asustado que tu mejor jugador se pueda lesionar que terminas por meterlo y sacarlo de la alineación tan rápido como puedas. De manera que empiezas la temporada siendo un ignorante sobre los nuevos jugadores, nuevas formaciones y nuevas jugadas igual que el primer día de Training Camp.”

No es una cita de un entrenador actual, ni tan siquiera de un entrenador de la década de los 90 cuando los partidos de preseason perdieron todo su sentido, sino de Bill Walsh, el legendario Head Coach de los San Francisco 49ers y que cimentó su fama en la década de los 80. Ya entonces, hablamos de hace mas de 30 años, el que recientemente ha sido nombrado como mejor entrenador de la historia tras Vince Lombardi, pensaba lo que pensaba de los partidos de pretemporada.

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