Ríos de tinta han corrido desde la pasada temporada al respecto de un sistema ofensivo que lleva siendo predominante desde hace años en la NCAA pero que ha copado los titulares de un tiempo a esta parte cuando varias franquicias de la NFL han apostado por él como base o parte importante su sistema de ataque. Por supuesto hablo de la “read option”.
La llegada a la liga de quarterbacks atléticos, peligrosos con sus pierna y con capacidad para pasar el balón con seguridad (los Cam Newton, Robert Griffin, Colin Kaepernick o Russell Wilson), ha revolucionado la competición y puesto patas arriba los rígidos estándares de una liga en la que todo es “mega”.
El debate se abrió de inmediato. ¿Estamos ante una moda?¿Es un sistema que llega para quedarse?¿Es viable vivir de la “read option”?¿Se pone más en riesgo la salud de los quarterbacks?
Muchas preguntas que buscan respuestas. Vayamos por partes
¿QUÉ ES LA “READ OPTION”?
A buen seguro a estas alturas de la película, pocos de los lectores que sigan estas líneas desconocerán los fundamentos básicos de la “read option” pero, para aquellos despistados, vamos a comenzar por el principio.
El controvertido Rich Rodríguez, uno de los magos de la “spread offense” y actual head coach de la Universidad de Arizona, está considerado como el padre de la “zone read” cosechando sus mayores éxitos en la Universidad de West Virginia (2001-2007) con Pat White como gran estrella. Sin embargo este concepto nació una década antes cuando Rodríguez trabajaba en la modesta Universidad de Glenville State y básicamente por pura casualidad.
A petición de su entonces QB en Glenville Jed Drenning Rodríguez, que venía de utilizar la I formation, pasó a una ofensiva en «shotgun». Un día de entrenamiento, por culpa de un mala recepción del snap durante la práctica de una jugada de carrera con bloqueo zonal, Drenning, por puro instinto, se vio obligado a correr por fuera hacía el lado contrario de la jugada para evitar la entrada de un defensive end directo hacia el corredor logrando un buen avance de yardas. Aquello no pasó desapercibido para el coach… había nacido la «zone read».
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En la alineación básica de “spread offense” (lógicamente se puede presentar de muchas maneras posibles con uno y dos corredores en el backfield pero tomaremos esta como ejemplo) el QB suele situarse alejado del center, en “shot gun” y con el corredor a su lado.
Este sistema, combinado con el bloqueo zonal de la línea ofensiva, se basa en la capacidad de decisión del QB. La parte de “read” o lectura consiste en que la ofensiva deja a uno de los jugadores de la defensa, generalmente el defensive end o linebacker exterior del lado contrario a la dirección hacia la que va la OL, sin bloquear. Ese jugador es el que debe “leer” el QB en el proceso de entrega del balón a su corredor (circulo azul en la imagen).
Si el DE decide entrar a por el RB, el QB se queda con la pelota y hace una carrera exterior. Si el DE u OLB se queda el QB procede a la entrega del balón, esa es la parte de la “option”. El objetivo es inutilizar a uno de los jugadores defensivos.
Aquí es donde el football se convierte en una cuestión de matemáticas. En los sistemas tradicionales la ofensiva cuenta únicamente con 10 jugadores en el juego terrestre (el QB poco menos que se limita a entregar la pelota) y enfrenta a 11 jugadores defensivos. Como uno de ellos lleva la pelota estamos ante 9 bloqueadores para 11 defensivos.
Con la read option lo que hacemos es igualar estos números y poner en ventaja al ataque. El QB se convierte en un corredor más, e “inutilizamos” a un jugador de la defensa. Es decir, 10 bloqueadores, contra 10 defensivos.
Urban Meyer, otro de los padres de la «spread offense» resumía diciendo que «no existe ni una sola jugada en la spread offense en la que el QB se limite a entregar la pelota y a quitarse del medio. En cada snap el QB tiene que tomar decisiones.»
Por supuesto este es sólo el fundamento básico. El QB puede leer a un jugador exterior, a uno interior o incluso a un hombre de secundaria, por ejemplo un safey, y destrozar a la defensa con un pase. Todo se basa en ese desequilibrio que provoca el juego de carrera.
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El éxito de este sistema, más que conocido en college durante los últimos años, ha sido fulgurante en la NFL por varios motivos:
- La sorpresa. Como en su día lo fue la “Wildcat” la “Read Option” ha pillado desprevenidos a los coordinadores defensivos y la megalítica estructura NFL ha necesitado un tiempo para adaptarse a los tiempos. Poco menos de dos temporadas y la “Wildcat” ya ha quedado para el recuerdo. Otro punto a tener en cuenta aquí es la propia materia prima de las defensas NFL. Muchos defensive ends y linebackers exteriores de esta liga están “programados” para el “seek & destroy”. Su obsesión es el QB o el placaje por detrás de la línea. Este “ansia” es explotado perfectamente por una ofensiva de “read option”. Qué mejor ejemplo que el año pasado cuando DeMarcus Ware se vio notablemente frustrado ante los engaños de RGIII en el backfield.
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Otra jugada para el recuerdo de la temporada 2012 fue el sensacional TD de 56 yardas logrado por Colin Kaepernick ante los Green Bay Packers
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- Los quarterbacks. Como comentábamos al principio hay una gran hornada de QBs que están saliendo en los últimos años de la Universidad que son grandes atletas que además se encuentran muy cómodos en un sistema que llevan manejando años. Esta circunstancia es algo que elimina aquel largo proceso de aprendizaje que llevaba a un QB a estar bastante tiempo a la sombra del titular con una carpeta en la banda.
- La evolución. En un principio los entrenadores NFL se empeñaban en intentar moldear a los jóvenes QBs “spread offense” a su sistema. Los primeros experimentos con Michael Vick o sobre todo Vince Young no salieron bien. Otros como el mencionado White, maestro en la ejecución de la “read option” en West Virginia no llegó a consolidarse en sus años con los Dolphins (donde sufrió además una conmoción cerebral tras un tremendo golpe de Ike Taylor en un intento de carrera) y no hablemos ya de Tim Tebow. Sí, es cierto que Vick gozó de relativo éxito pero muchas veces usando sus piernas en jugadas rotas y siempre siendo cuestionado sobre si era o no un “pocket passer”, etc, etc. Ahora los coaches han entendido, como comentábamos en el párrafo anterior, que es mucho más rentable a corto plazo adaptar el sistema a tu QB que al revés. Por supuesto siempre hay excepciones como el caso de Andrew Luck, el “pro ready” QB de toda la vida, formado ya en un sistema más tradicional.
¿HASTA CUANDO?
¿Ha llegado la “read option” para quedarse? Pues, como dice la canción, depende… En mi opinión para que este sistema tenga continuidad se necesita un cambio muy grande de mentalidad por parte de las franquicias. Un cambio que supondría un hecho tan significativo como dejar de entender la figura del quarterback como la entendemos ahora mismo.
Me explico. La “Read Option” conlleva unos riesgos asumibles en college pero, a día de hoy, inasumibles en la NFL. Aunque suene duro decirlo los entrenadores de la NCAA puede sacrificar a sus chicos durante 4 años. Pueden asumir que su quarterback corra y corra y corra. Cuentan con una batería de suplentes que pueden sacar el trabajo en caso de lesión (caso de Tommy Rees y Everett Goldson en Notre Dame por ejemplo) o incluso pueden compartir la ofensiva entre varios jugadores (recordamos a Chris Leak y el mencionado Tebow en la exitosa Florida de Meyer).
¿Puede asumir un propietario de la NFL que su QB “franquicia” sea castigado cada semana? No lo creo. Al menos no con la escalada de sueldos que estamos encarando. Sí, es cierto que los «pocket passers» también sufren, ahí está la lesión de rodilla de Tom Brady o los problemas de cuello de Peyton Manning, pero se trata de una simple cuestión estadística: más intervención del QB en el juego terrestre, más carreras, más exposición, más peligro.
Es más fácil arriesgarte cuando hay otra bala en la recámara… creo que los equipos que triunfen a largo plazo con la “read option” serán aquellos que se “college-icen”. Aquellos que asuman que no se basen en una figura “totem” como QB y que distribuyan su dinero de manera inteligente asumiendo los riesgos que corren.
Creo que los Philadelphia Eagles podrían ser el primer equipo en explorar el camino y Chip Kelly parece dispuesto a ello.
Kelly es sin duda una de las mentes claves en el desarrollo de la “read option” durante los últimos años con su trabajo en Oregon (2 años como OC y 4 como HC) donde jugadores como Dennis Dixon, Darron Thomas, Jeremiah Masoli o Marcus Mariota han dirigido su ofensiva.
En Philadelphia contará con Michael Vick, Nick Foles y Matt Barkley además de con el eléctrico LeSean McCoy como RB y apuesto a que, aunque el primero ha sido declarado como indiscutible titular y además en recientes declaraciones se mostraba encantado de explotar su faceta como corredor, en un momento u otro de la temporada sus compañeros tendrán su oportunidad… y la ofensiva tienes muchas posibilidades de seguir funcionando ya que sigue basándose en el juego terrestre.
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Otro equipo que cuenta con interesantes armas para desarrollar la idea son los Washington Redskins. El año pasado Robert Griffin dio buena muestra de ello aunque bien es cierto que pagó con creces el riesgo de exposición física que comentábamos anteriormente. En este caso el coordinador ofensivo Kyle Shanahan tienen las espaldas bien cubiertas ya que cuenta con Kirk Cousins como suplente.
Con un jugador como Griffin que además de correr cuenta con un excelente brazo, un bloqueo zonal marca de la casa Shanhan, y un compañero de backfield como Alfred Morris, no es necesario un uso abusivo de la «zone read». Pequeñas gotas del veneno son suficiente para que una defensa se mantenga «off balance» todo un partido.
Un punto interesante llegará a la hora de la renovación de este tipo de QBs -recordemos que todos cuentan aún con su contrato de rookies-
¿Y LAS DEFENSAS?
Obviamente, como todo en la vida, el football no sólo evoluciona a nivel ofensivo. Los coordinadores defensivos han tomado buena nota de la temporada anterior y de las tendencias por las que empiezan a ir los ataques sin embargo creo que llevará más tiempo que lo ocurrido con la «wildcat» fijar este “problema”, principalmente por algo que anteriormente tratábamos un tanto de soslayo: la disciplina.
Muchos jugadores defensivos son grandísimos atletas pero detener la “read option” es una cuestión tan técnica como física. Los jugadores deben de ser pacientes, entender lo que está ocurriendo y ser disciplinados TODO el partido para tener éxito. Los ends y OLBs deben ser muy estrictos con el “contain” y no cebarse con el QB. Cada miembro del “box” debe tener muy clara su asignación y no querer ir más allá de lo que le corresponda y además los safeties y miembros de la secundaria no pueden precipitarse en sus lecturas. ¿Será eso posible en una era de bonos, de highlights y de “sackmasters” mediáticos? Quizás, pero desde luego no de un día para otro.
Los equipos de la NFL no pierden mucho tiempo preparándose para defender la «option» por lo que causaría estragos entre los coordinadores. El equipo que la incorpore efectivamente al nivel NFL… el resultado puede ser imprevisible. (Scott Linehan)
Gary Patterson, en su día coordinador defensivo y ahora HC de TCU, es uno de los maestros en la defensa de la “spread offense” y la “zone read” y, a este paso si es que no lo ha sido ya, apunta a ser uno de los consultores por excelencia de los staffs NFL. Su 4-2-5 ha gozado de gran éxito. La defensa de Patterson no es una nickel tradicional (5 DBs sobre el campo) que se utiliza de manera ocasional en los partidos, sino que supone reemplazar permanentemente un LB por un jugador tipo SS con capacidad tanto para ayudar en la carrera como en cobertura de pase. El objetivo es combatir a la ofensiva poniendo más velocidad en la defensiva.
Durante la “offseason” también hemos sabido que el staff en pleno de los Packers se desplazó a diferentes campus para conocer de primera mano como se preparaban los equipos habituados a enfrentarse a rivales que manejan la «zone read» y a buen seguro que más franquicias habrán hecho, más o menos secretamente, viajes similares.
El tiempo dirá como evoluciona el sistema a nivel profesional pero, en definitiva, y a la postre lo más importante, es que durante unos años vamos a disfrutar al máximo nivel de una batalla táctica muy interesante de la que todos los fans del football vamos a ser los máximos beneficiarios.
BIBLIOGRAFÍA:
– Blood, Sweat & Chalk: The Ultimate Football Playbook: How the Great Coaches Built Today’s Game (Tim Layden)
– Coaching the Spread Offense: By the Experts (Earl Browning)
– The Essential Smart Football (Chris B. Brown)