He de confesaros algo antes de entrar en harina. Los Cleveland Browns siempre ha sido una franquicia que me ha caído simpática, a diferencia de esos nuevos aficionados a la NFL que se ríen y hacen toda clase de chanzas de ellos. Siento por este equipo un tremendo respeto, a todos esos les diría que este es un equipo ante el que uno se debe cuadrar y rendirle un saludo, la NFL es imposible de entender sin la existencia de los Browns, por malos que sean ahora. Los Green Bay Packers, venerados ahora, vivían un ostracismo parecido al que viven los de Ohio hasta que aparecieron Ron Wolfe, Brett Favre y Reggie White para devolver el brillo y esplendor a la pequeña localidad de Wisconsin.
Su uniforme no es el mas bonito de los uniformes, pero es su uniforme, el que diseñara Paul Brown cuando fue nombrado Head Coach y General Manager y han sabido mantenerse fieles a él, algo de agradecer. Cuando uno se comprar una camisola de los Browns sabe que no tendrá cada año que comprarse una nueva. Tampoco su casco es glamouroso, de color naranja, no tiene siquiera un logo y nunca lo han querido tener a pesar de que ha habido intentos en el pasado de implantarlo. Tampoco cuentan con una mascota, lo mas parecido que los Browns han tenido es un enano al principio de los tiempos y mucho mas tarde un perro, mascota que popularizó un sector de su afición, conocida como de «Dawg Pound» cuando jugaban en su antiguo estadio, el Municipal Stadium.
Los Cleveland Browns tienen una afición que ya lo quisieran tener la gran mayoría de los equipos de la NFL, solo superada por los Green Bay Packers. En Cleveland, a diferencia de Green Bay que solo tiene un equipo profesional, cuentan con un equipo de la MLB, los Indians, conocidos como “The Tribe”, y un equipo de la NBA, los Cavaliers, que vivieron sus días de gloria cuando Lebron James fue parte de la franquicia. Los Browns están por encima de todo ello, son la pasión, el amor, la querencia por unos colores. En Cleveland no son aficionados de los que cuando las cosas van mal desaparecen y cuando todo va sobre ruedas se acercan al estadio. Su hinchada es de las mas fieles, de allí el enorme valor económico de la franquicia como veremos mas adelante.
Cuando los antiguos Browns deciden abandonar Cleveland, hartos de la situación del estadio es tal el escándalo que se monta en la ciudad que la NFL tiene que recular, aquí Roger Goodell se ganó sus galones. Los Browns iban a emigrar a Baltimore como los Browns, pero la ciudad y su alcalde obligan a la NFL a cambiar, el equipo que se va no serán los Browns, acabarían siendo los Ravens, y todo el pasado, títulos e historia de los Browns se quedaría en la ciudad hasta que el equipo renaciera de sus cenizas.
Tras desaparecer en 1995 los Browns renacen en 1999 de la mano de Al Lerner, un millonario que pago 530 millones de dólares por los derechos de la franquicia, un récord absoluto de la época. Lerner confió la gestión del equipo a dos viejos conocidos del mundo de la liga, Carmen Policy y Dwight Clark. Ambos venían de San Francisco y fueron durante mucho tiempo los hombres de confianza de Eddie de Bartolo, el que fuera dueño de la franquicia californiana, que curiosamente era natural de Cleveland. Policy y Clark nunca fueron capaces de trasladar a Cleveland sus éxitos en San Francisco, el equipo en su primer año eligió como QB para construir el equipo a Tim Couch, que tuvo una carrera muy discreta y se acabaría retirando sin pena ni gloria. En el 2000 nuevamente tenían la primera elección, draftearon al DE Courtney Brown, que nunca terminó de funcionar. De todas las elecciones posteriores de primera ronda casi ninguna mereció la pena, eligieron a gente como Gerrad Warren, Kellen Winslow II, Braylon Edwards o Kameron Wimbley, jugadores que han podido tener momentos en la liga, pero ninguno es especial, por no hablar del tremendo fiasco que fue la elección del QB Brady Quinn, otro petardazo de primera ronda.
De todos los jugadores elegidos en la primera ronda desde que regresaron estos nuevos Browns solamente me quedaría con tres de ellos: el OLT Joe Thomas, uno de los mejores LT de la liga; el center Alex Mack, muy sólido; y finalmente el CB Joe Haden, un buen CB que ha tenido algunos problemas con las lesiones. El problema de estos 3 jugadores, especialmente de Thomas, es precisamente ese, que juegan para los Cleveland Browns, un equipo muy mediocre, por no decir otra cosa.
Los nuevos Cleveland Browns desde entonces solo han pasado en una ocasión a la post temporada, fue en el año 2002 a las órdenes de Butch Davis, el ex entrenador de los Hurricanes de la Universidad de Miami. El único partido que los nuevos Browns jugaron en post temporada es probablemente uno de los encuentros mas memorables de la historia de la ronda de Wild Cards. Tras ir por delante en el marcador por 24-7 mediado el 3er cuarto liderados por un impresionante Kelly Holcomb, acabarían siendo derrotados por sus archienemigo mas histórico, los Pittsburgh Steelers por 36-33 en un final rocambolesco. También en aquel año 2002 sucedió algo inesperado. Lerner falleció y el equipo pasaría a manos de su hijo. Randy Lerner nunca mostró demasiado interés por el equipo y vivía volcado por el fútbol desde que estudió en Cambridge, hasta el extremo de tener acciones hasta en 3 equipos de la Premier League inglesa. En 2006 Randy Lerner vería uno de sus sueños cumplidos cuando pudo comprar el histórico Aston Villa. Entre tanto Randy Lerner delegó en Phil Savage primero, George Kokinis después y finalmente Mike Holgrem lA gestión de los Browns.
THE NEW BROWNS
Hace poco, antes de empezar la competición, leía un gran artículo de Joe Posnanski titulado The New Browns. El artículo es un poco largo, pero todo lo que escribe son pequeñas obras de arte de la literatura deportiva. Posnanski creció como aficionado a los Cleveland Browns, a los antiguo Browns, un equipo del que era imposible no enamorarse ni que te cayera mal, el de los «Cardiac Kids». Bernie Kosar, Marty Schottenheimer y sus duelos con Denver con aquellas derrotas en los partidos de The Drive o The Fumble, aquella afición única y especial capaz de pasar tardes gélidas en aquel arcaico Municipal Stadium. Y no le falta razón a Posnanski cuando dice que no puede enamorarse de estos nuevos Browns, Sí, se supone que son los mismos, tienen el mismo nombre, uniforme, no tienen logos y el estadio actual está situado donde estuvo antes el antiguo, pero algo no funciona en el equipo, algo falla en estos nuevos y resucitados Browns.
Y es que los Browns lo han vuelto a hacer, o mas que a hacer, a deshacer lo que habían construido en los últimos años. Randy Lerner en 2009 confirió plenos poderes a Mike Holmgren para que hiciera y deshiciera a su antojo, pero el experimento nunca terminó de funcionar del todo. Eric Mangini acabaría siendo cesado y reemplazado por Pat Shurmur, bajo cuya batuta el equipo empezó a mostrar signos de mejoría en el que acabaría siendo su último año. Finalmente en 2012 Lerner vende el porcentaje de control del equipo a Jimmy Haslam, otro millonario gracias a su compañía de transporte por la astronómica cifra de 1.000 millones de dólares. Aunque la compra se materializó en agosto del año 2012 no fue hasta octubre del mismo año en que Haslam tomó pleno control de la franquicia, con la temporada en marcha.
Nada mas terminar la temporada regular en 2012 Haslam toma sus primeras decisiones, despedir de manera fulminante al Head Coach Shurmur y al GM Heckert. Un par de meses antes Holmgren decidió retirarse y al día siguiente Joe Banner, el que fuera presidente de los Philadelphia Eagles fue nombrado presidente con plenos poderes. Tras intentar fichar a Chip Kelly la nueva propiedad y gerencia se hace con Rob Chudzinski, el que fuera coordinador ofensivo de Carolina y artífice del éxito de Cam Newton en la NFL. También recupera a un viejo conocido de los Browns como GM, Michael Lombardi.
Todo este nuevo staff se encuentra con lo que deja el régimen anterior, y sobre todo con dos jugadores elegidos en el draft del año anterior, el RB Trent Richardson y el QB Brandon Weeden. Ambos jugadores llegaron en el draft de 2012 y fueron elegidos en la primera ronda. Los Browns aquel año tenían la elección número 3 y 22, el problema y el germen de todo lo que pasará después es precisamente esa elección número 3. El draft del año 2012 tiene a dos jugadores excepcionales, ambos QB, podían ir de forma indiferente número 1 y número 2, se trata de Andrew Luck y Robert Griffin III. El pick número 2 del draft pertenece a los St. Louis Rams y ya era sabido que Luck iba a ser elegido por los Colts para reemplazar a Peyton Manning. Los Rams ya tenían a su QB franquicia en Sam Bradford, elegido dos años antes como número 1 absoluto del draft, por lo que se sabía que con la segunda elección no iba a elegir a RGIII, el objeto de deseo de los Browns.
La posición de los Browns era tremendamente incómoda, ellos querían a un nuevo QB ya que no confiaban en Colt McCoy. Pocas veces tienes la oportunidad de elegir a un jugador como Griffin, pero St. Louis quiere reconstruir su plantilla y pone su elección a la venta. El precio por subir un solo puesto es altísimo y finalmente los Redskins deciden echar la casa por la ventana y hacen un enorme trade de elecciones del draft con los Rams, en ese momento se sabía que Griffin, ganador además del Heisman Trophy, va a ser la nueva cara de la franquicia de la capital federal. Desde ese momento el puesto número 3 del draft es un caramelo envenenado, el bajón tras los dos QB es mas que notable, el OLT Matt Kalil es probablemente el mejor jugador disponible, pero es un OLT, posición que los Browns tienen mas que cubierta. El siguiente QB disponible es Ryan Tannehill, que nadie en el draft cree que valía esa elección, para muchos no era ni tan siquiera un Top 10. Entonces los Browns hacen lo único que pueden hacer cuando un trade down es imposible, elegir al mejor jugador disponible, el RB de Alabama Trent Richardson, una garantía viniendo del programa de Alabama y de la SEC.
La elección de Richardson es impecable desde el punto del vista de un draft, es un buen jugador, es una elección que parece mas que segura y no tiene pinta de ser el típico petardazo, pero tiene varios peros, es un RB en una época donde lo que predomina es el juego de pase, pocos equipos suelen elegir RB tan arriba, por no decir ninguno, prefieren esperar a las rondas medias. Richardson a juicio de los scouts es lo mas parecido a Adrian Peterson en salir de un draft y por tanto una elección mas que segura. En todo caso los Browns de haber sabido el enorme talento que esta demostrando el LB Luke Kuechly quizás se hubieran inclinado por él, un jugador desde el que se puede construir una defensa entera. La otra elección de primera ronda se usa en seleccionar a Weeden, considera el mejor QB tras Luck, Griffin y Tannehill, tampoco nadie sabía de la existencia de Russell Wilson, elegido en la 3ª ronda.
TRENT RICHARDSON
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La primera temporada de Richardson podríamos calificarla de sólida, pero nada espectacular. Roza las 1.000 yardas, se queda en 955, recibe un total de 51 pases y anota 11 TD, buenos números, pero no son números de un jugador elegido en el 3er puesto del draft.
Además existen otras cuestiones a tener muy en cuenta:
- La cifra de yardas por acarreo es un pírrico 3.5, números de cualquier RB elegido en la ronda siete, injustificable en un jugador sobre el que se supone vas a construir el ataque. Se achaca esa cifra a la poca ayuda que recibe de la OL y que su QB al ser rookie no infunde ningún peligro, lo que permite a las defensas rivales colapsar el pocket, subir un safety y parar el juego terrestre.
- La pretemporada del jugador no fue precisamente brillante sino marcada por las lesiones, al igual que la temporada regular. Al acabar la temporada se supo que jugó con las costillas rotas y que su estado de salud nunca fue óptimo, en pretemporada se operó una rodilla. El estilo de Trent Richardson, un RB norte sur y muy físico, puede que le esté pasando factura en los comienzos de su carrera en la NFL, donde el castigo es aún mayor que en la NCAA, donde jugaba en la durísima SEC.
- El carácter inmaduro del jugador. A pesar de las buenas palabras de Nick Saban muchos se cuestionan si el jugador estaba lo maduro suficiente para estar en la NFL, y sobre todo, si su cabeza estaba por la labor de sufrir el castigo que cada domingo iba a sufrir en los pros.
El nuevo régimen se encuentra que Richardson está allí y poco puede hacer en esos momentos. Anunciar nada mas aterrizar que pretendes traspasar a tu jugador franquicia no parecía la mejor forma de empezar un nuevo periplo en Cleveland, mas cuando la camisola con el dorsal número 33 es con toda seguridad de las mas vendida de toda la historia de los nuevos Browns. Richardson en verano era la cara de la franquicia, el jugador que con la llegada de Norv Turner iba a explotar y correr para mas de 1.500 yardas y posicionarse en la misma liga que Marshawn Lynch ya que Peterson, de momento, juega en otra liga.
Tengo que confesar que yo creía en estos Browns. En defensa se habían reforzado mucho y bien. En ataque no habían podido apenas atraer a nadie, se dice que el motivo por el cual Joe Flacco logró el contrato que logró era por el interés de los Browns en ficharlo. La pretemporada no fue mal, Weeden se hizo con el puesto, se traspasó a McCoy y la defensa tenía los mimbres, por todo eso pensaba que este equipo sería la revelación de la AFC y acabaría entrando en playoffs.
Pero en su primer partido Weeden dejó atrás todas las buenas sensaciones que había dejado en la pretemporada, interceptado tres veces. Richardson nada o poco podía hacer ante la defensa de Miami que lo cerraba y no le daba espacios para correr, aunque no contaba tampoco con mucha colaboración de la OL. El segundo partido fue aún peor, los Browns solo fueron capaces de anotar un par de FG, Weeden se quedó de nuevo en números malos además de lesionarse un dedo y nuevamente Richardson volvió a firmar números mas que pedestres, sus yardas por acarreo era incluso peores que el año anterior bajando a 3.1, totalmente inaceptable en un jugador de su supuesta calidad y posición en el draft.
La temporada parecía de nuevo empezar a escapárseles a los Browns cuando apenas había empezado, y lo que es peor, nada de lo que viene del draft de este equipo de años anteriores es decisión del actual Front Office, que quiere no solo probablemente a otro QB, sino que tampoco parece encajar en sus planes su running back franquicia, un jugador que como hemos dicho parecía estar porque era en aquel momento el mejor jugador disponible en el draft, pero que no era ese jugador especial que todos esperan de la tercera elección del draft.
Y LLEGA EL TRADE
El miércoles el lenguaraz y aficionado a las redes sociales Jim Irsay anuncia que dentro de unas horas va a anunciar la madre de los trades. Dados los problema de los Indianapolis Colts tras la lesión del RB Vick Ballard todo apunta a que será algún RB de otro equipo, el que mas sonaba era Maurice Jones-Drew, perdido en Jacksonville, equipo que mas que jugadores en la cuesta debajo de su carrera necesita elecciones de draft. A pesar de que los Colts tienen graves problemas en la OL un jugador de línea estaba descartado, no se traspasan OL durante la temporada, no al menos es una costumbre.
Horas después se sabe el trade. Nadie podía pensar que Trent Richardson, la cara de la franquicia de Cleveland, era el jugador objeto de traspaso. El precio era la primera ronda del draft de 2014, es decir, los Browns traspasaban su primera ronda del 2012 por una primera ronda, que se especula que podría ser de la zona media para abajo, dependerá de la clasificación de los Colts.
Las primeras reacciones no se hacen esperar, la mas común es que los Browns han podido regalar a cambio de un paquete de cacahuetes a su mejor jugador a un equipo que ahora todos tildan de contendiente cuando la semana pasada era solamente pretendiente. Pero la verdad ni uno ni otro, es demasiado pronto para decir quien gana, quien pierde o si no terminar de pasar ni lo uno ni lo otro. En mi caso tengo mi propia opinión y es la siguiente
- El actual Front Office de los Browns se encuentra con jugadores que no quiere. No voy a entrar a valorar si el jugador encaja o no encaja en el esquema, si no aprende el nuevo playbook o no está maduro o no está por la labor. Es tan fácil como decir que es una elección del antiguo régimen, elección que tiene toda la pinta de que se hizo como se hizo y que no lo quieren, no por su calidad o falta de ella, simplemente no lo quiere.
- Como ya he dicho el Front Office no puede anunciar o insinuar que el jugador está en situación de transferible, bajaría su valor porque entonces el resto de equipos saben que ha perdido valor. Pero si un equipo como los Colts llegan y te ofrecen su primera ronda, no lo rechazas, y es lo que han hecho los Browns. El nuevo Front Office ahora sí tiene las elecciones que necesita para hacer su proyecto y no hacerlo sobre lo que te dejan el anterior.
- Los Colts cubren una necesidad relativa, pero ya veremos si les acaba dando el resultado que esperan. La calidad del RB es incuestionable, ahora se dice que con Luck las defensas no podrán centrarse en él y dispondrá de espacios, etc… Pero el verdadero problema de los Colts no era el puesto de RB, donde ahora estaba Ahmad Bradshaw, sino una OL incapaz de proteger a su QB y que ahora deberá reconvertirse en plena temporada para crear espacios para su nuevo y reluciente RB, un RB que no olvidemos, no es precisamente de esos que es capaz de crearse o inventarse sus propias carreras, sino que es de los que cuentan con su OL.
En principio parece un trade que beneficia a todos, los Browns pueden empezar a pensar en su enésimo proyecto de reconstrucción. Los Colts ahora sí tendrán un se supone poderoso juego terrestre, algo que parece ser del gusto de Pep Hamilton, coordinador ofensivo del equipo y que quiere repetir el modelo que en Stanford tanto éxito le dio a él y a Luck. También el jugador parece satisfecho, los Browns de nuevo empezaban a deslizarse por la cuesta abajo y el jugador es el primero que tenía que saber que no era del agrado del nuevo Front Office y las circunstancias por las cuales eran un Brown.
Tiempo habrá de ver que pasará, a mi personalmente me parece que los Browns son claros ganadores, se han quitado de encima alguien que no entraba en sus planes a cambio de una primera ronda que les permitirá actuar según sus planes, aunque el resultado habrá que esperar a verlo hasta la temporada que viene. Los Colts sí mejoran, pero no mejoran donde deberían y no sé que prisas les han entrado a los Irsay, Pagano y cía, los Colts están a varios jugadores en la OL y sobre todo en la defensa se optar a algo mas que a una plaza de wildcard, dudo que Trent Richardson hubiese supuesto la diferencia el pasado en la derrota ante los Miami Dolphins.
Lo que sí sé es quien ha perdido, el de siempre, el que mantiene la vela encendida, el aficionado y seguidor de los Browns. No solamente esos miles de seguidores que se habrán gastodo sus miles de dólares en adquirir la camisola del que se suponía era el jugador franquicia y 18 partidos después se encuentran que vale lo mismo que una de Couch o Warren, es decir, cero. Pero no solo han perdido dinero, sino que una vez mas se dan cuenta que solamente han pasado dos partidos y los Browns ya han dado la temporada por perdida, porque sí, ahora dirán que no, que solamente son dos semanas, que el equipo mejorará y todas esas historias, pero la realidad es que estos Browns son peor equipo, han dado un paso atrás para dar dos hacia delante.
Al aficionado y seguidor no se le pueden hacer estas cosas, por muy de los Browns que sean y por muy leal que sea, pero precisamente eso es lo que les salva y con lo que ha jugado este Front Office, esta afición es la mejor tras la de Green Bay y nadie como ellos saben lo duro y penoso que es ser aficionado a esta franquicia, aunque sean los nuevos Browns que decía Joe Posnanski.