El pasado domingo por la noche encaraba el «Sunday Night» con la idea de ver a dos equipos considerados contendientes en un «match up» que se presentaba bastante interesante. Por un lado, los locales, Atlanta Falcons que, a pesar de su inicio 1-2, seguían contando en la quinielas y por otro los New England Patriots (3-0) que, por mucho que se hablara de todas sus penurias ofensivas, llegaban invictos a la cita.
Después de ver el partido en directo, y dejando de un lado el desesperado intento de remontada tras atrapar un onside kick, me fui con el mismo concepto de los Patriots pero con uno bastante inferior de los Falcons. Me explico.
Bill Belichick planteo el partido de una forma extremadamente simple desde el primer minuto de juego. El gameplan pasaba por anular la capacidad de los Falcons de completar pases largos anulando sobre todo a Julio Jones y Roddy White aunque el precio fuera sacrificar recepciones cortas y dejar que Tony González dominara la zona media.
En el proceso el head coach de los Patriots también dejó claro nulo respeto por el juego de carrera de Atlanta hasta tal punto que durante toda la noche se mantuvo en «inferioridad numérica» en el box respecto a su rival.
La imagen que presento a continuación corresponde a la primera jugada del partido. Belichick y su coordinador defensivo Matt Patricia plantearon una cobertura conocida como «2 men free» o lo que es lo mismo, defensa individual a los receptores y dos safeties profundos atrás como guardaespaldas con la responsabilidad de evitar los pases profundos ayudando sobretodo en la cobertura de White y Jones, uno a cada extremo de la imagen, marcados por Aqib Talib y Alfonzo Denard respectivamente.
Igual que podemos observarlo nosotros seguramente lo vieron los asistentes defensivos de los Falcons desde su cabina en el palomar del Georgia Dome
Pues así, tal y como hemos dicho, jugaron los Patriots TODO el partido.
Este tipo de defensa puede ser muy efectiva contra el pase pero deja bastante descuidado el juego terrestre. El problema está en que, al retrasar a los dos safeties, «la caja», es decir, el núcleo formado por los líneas defensivos y los linebackers se debilita. Cuando la ofensiva juega con 4 receptores abiertos quedan sólo 5 hombres en la caja. Cuando la ofensiva juega con TE en su posición habitual y tres receptores abiertos nos deja con 6 hombres en la caja.
En ambos casos las matemáticas favorecen a la ofensiva en el juego terrestre. Es algo muy fácil de entender si observamos la siguiente jugada.
Aquí vemos como Atlanta forma con una alineación convencional con sus 5 líneas ofensivos y un TE a la izquierda, en total 6 bloqueadores. Los Pats por su parte cuentan con 4 líneas defensivos y dos linebackers, en total 6 hombres en la caja. Es fácil de entender que, si los seis bloqueadores ofensivos hacen su trabajo y «anulan» a los seis defensas la carrera puede lograr un buen avance de yardas (y en general así fue las veces que se animaron a hacerlo). Además explotar esta ventaja puede hacer más efectivo el juego de «play action» y hacer que los safeties no jueguen tan cómodos toda la noche.
Esta situación favorable para el juego terrestre de Atlanta se presento durante TODA la noche. Sin embargo, por algún extraño motivo que no alcanzo a entender, el head coach de los Falcons Mike Smith no supo explotarla.
Los Falcons sólo intentaron 15 carreras en toda la noche y desde luego no porque no fuera efectiva. Para mi no es una cuestión de personal, no es algo que se deba a la baja de Steven Jackson. Jacquizz Rodgers y Jason Snelling se las apañaron para que estas 15 carreras supusieron un promedio de 4 yardas cada una (por ejemplo el promedio de yardas por intento en la carrera de Jackson son 4,2).
Otro dato curioso y que habla también muy a las claras de lo incomprensible de la inoperancia de la banda de los locales es que New England ni siquiera se molestó en «blitzear» o en ocultar las coberturas. En toda la primera parte los Pats sólo cargaron con 5 hombres (4 DLs + 1 LB) en DOS ocasiones.
El plan de los Patriots estuvo perfectamente orquestado y además tuvo el maravilloso efecto «anestesiante» de que, cualquiera que mire las estadísticas, puede pensar que la ofensiva de los Falcons estuvo relativamente en sus números (Ryan 421 yardas de pase, Jones 108 de recepción, González 149 yardas y 2 TDs…). Nada más lejos de la realidad en mi opinión Atlanta se enredo en la estrategia diseñada por Belichick y en su empecinada insistencia de lanzar, lanzar y lanzar convirtiéndose en monodimensionales.
Ese es precisamente el problema de fondo de los de Georgia: son demasiado predecibles y el juego de carrera no es una amenaza. Es muy difícil en la NFL ser efectivo en «zona roja» si no tienes un juego de carrera creíble en esas situaciones.
Los Falcons partían hace 4 semanas con aspiraciones a todo pero desde luego sino cambian su enfoque pueden tener muchos problemas hasta para entrar en los playoffs.