Desde el mismo momento en que los New Orleans Saints contrataron a Rob Ryan para convertirlo en su nuevo coordinador ofensivo estaba convencido de que la franquicia de Louisiana iba a dar un giro radical en el plano defensivo.
Ryan, a mi entender, es un excelente profesional en el puesto y un hombre al que finalmente la maquinaria megalítica de los Dallas Cowboys había quizás devorado en parte no pasando su defensa de ser mediocre en casi todos los apartados estadísticos.
Llegó a Lousiana con mucha modestia, con ganas de trabajar y preparado para el desafío (video), y de momento está respaldando con hechos sus intenciones.
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Sí, ya se que sus equipos no han hecho gran cosas. Ya se que desde que fuera entrenador de linebackers de los Patriots (2000-2003) no ha vuelto a saborea unos playoffs. Nunca han sido las estadísticas el punto fuerte de Ryan. Nunca una defensa coordinada por él ha alcanzado la postemporada y sólo una vez en 9 años una unidad suya ha estado en el top-10 en el apartado de «total defense», sin embargo es un entrenador que, personalmente, está entre mis favoritos. Que le vamos a hacer.
Comencé a seguirle como coach durante su paso por los Browns donde, en un equipo ciertamente flojo, construyó un bloque atrevido y desafiante sin miedo a ningún rival (aquel equipo mandaba 5 0 más jugadores en la presión más veces que ningún otro en 2010). En aquella época consiguió poner en muchos apuros desde Tom Brady a Drew Brees. En un nuevo ambiente, con el excelente soporte de un magnífico ataque y de un gran «play caller» como Sean Peyton no veía ninguna razón para recuperar su esencia y que el experimento tuviera éxito.
La pretemporada no fue muy propicia. Las lesiones, y lesiones importantes (Will Smith, Jonathan Vilma, Victor Butler entre otros), se cebaron con su unidad sin embargo el sistema ha trascendido por encima de los nombres, lo que considero uno de los mayores éxitos de cualquier entrenador y New Orleans ha respondido al reto.
LA CASA RYAN
Ryan, fiel a su apellido, es un hombre histriónico. Un personaje de melena blanca, locuaz, hiperactivo en la banda y que se trasciende así mismo pero, al mismo tiempo, con indudable talento como coordinador. Tanto él como su hermano Rex han mamado la defensa desde bien niños. Ambos jugaron como DE en la Universidad de Southwestern Oklahoma State y ambos aprendieron los trucos del viejo zorro, Buddy Ryan, su padre, el arquitecto de la mitológica defensa 46 de los no menos míticos Bears de los 80. Buddy fue curiosamente uno de los mentores de Gregg Williams, su antecesor en el cargo en Lousiana.
Su estilo es bien característico, agresivo, desafiante, amante del blitz desde cualquier ángulo, del disfraz de las coberturas y de poner a pensar a la ofensiva contraria, de obligar a su rival a no poder contener el aliento durante toda la tarde. Capaz de mandar a 6 jugadores en blitz en una jugada y a la siguiente presionar con 3 y poner a 8 en cobertura. Siempre incordiando al rival.
Todos esperaban que con él la defensa 3-4 llegara a New Orleans sin embargo los «looks 4-3» no han desparecido ni muchos menos, quizás por culpa de las lesiones, por la falta de personal o porque el talento de jugadores como Cameron Jordan y Akiem Nicks empieza a emerger. En cualquier caso esta «adaptabilidad» me parece otro punto a su favor ya que muchos técnicos nacen y mueren por sus sistema.
Parte de todo eso lo estamos viendo esta temporada y, en su último partido ante el peligroso ataque de los Chicago Bears tuvimos varios ejemplos.
Veámoslo con más detalle.
1Q. 7:23. 1&10. CHI 20
Los Bears forman con dos receptores a la izquierda y uno a la derecha. Jay Cutler en «shot gun» y Matt Forte en el backfield. En la línea hay 6 jugadores con número no elegible, protección extra para el QB. Los Saints por su parte presentan un frente 3-4. Seis jugadores están prácticamente sobre la línea de scrimmage ya que el safety #27 Malcom Jenkins , jugador situado más abajo, está sobre el receptor.
De esos seis jugadores sobre la línea Ryan manda a 5 en la presión del QB, incluyendo los tres situados a la derecha. Cutler es pillado completamente por sorpresa y, a pesar de que cuenta con 5 bloqueadores para detener a los 5 jugadores defensivos, el factor sorpresa y el hecho de sobrecargar un lado, confunde a la línea ofensiva y Jenkins llega absolutamente sólo al quarterback. Sack, fumble y bola para los Saints.
Ryan aplica el concepto popularizado por Dick LeBeau del «zone blitz» del que ya he hablado en alguna ocasión. La presión está combinada con una cobertura en la que tres jugadores cubren las zonas profundas y otros tres, como se ve perfectamente en la imagen de la derecha, toman las 3 zonas cortas del campo. El reto para la ofensiva es determinar quien va a entrar en blitz y quien se va atrás, todo eso en apenas uno o dos segundos.
1Q. 3:59. 2&10. CHI 34
Los Bears salen ahora con 5 receptores abiertos. New Orleans de nuevo presenta un frente 3-4 con 6 jugadores sobre la línea. Es evidente esta vez que la presión va a llegar y es evidente que Cutler va a tener que deshacerse rápido de la pelota. Os animo a que, antes de leer más abajo examinéis esta imagen y os pongáis en la piel del QB de los Bears. ¿Quién va a estar implicado en el blitz?¿Quién se va ir en cobertura?
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Ryan vuelve a aplicar el «zone blitz» pero ahora implica en la presión a uno de los linebackers interiores que se cuela por el hueco abierto por la presión de sus dos compañeros.
El concepto del blitz no es ni mucho menos novedoso, el conocido como «NCAA blitz» o «America’s blitz» está en todos los playbooks defensivos de todos los equipos sin embargo el disfraz en este caso fue lo suficientemente bueno como para confundir al ataque de los Bears y la jugada termina en sack de David Hawthorne (#57) quien entra completamente sólo hacia Cutler.
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2Q. 14:17. 2&10. CHI 25
Nuevamente los Bears se alinean con dos receptores a la izquierda y uno a la derecha pero en esta ocasión no cuentan con 6 líneas ofensivos sino con un TE convencional como Martelus Bennett alineado a la derecha de la línea. La situación «pre snap» es la siguiente. si nos fijamos bien vemos como el guarda izquierdo señala hacia ese lado intuyendo que por ahí va a venir la presión (jugadores en el circulo amarillo).
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Y efectivamente por ahí viene, el problema es que no sólo cargan los dos jugadores rodeados por el círculo sino que poco antes de arrancar la jugada, y una vez que la ofensiva ha terminado de hacer sus ajustes, se incorpora el safety que está delante del «slot receiver» (de nuevo Jenkins #27). La protección establecida queda desbaratada. Matt Forte se encuentra con que tiene que bloquear a dos rivales… y no bloquea a ninguno. Nuevo sack.
Realmente se trata de la misma jugada que vimos al principio pero en esta ocasión Jenkins no está de partida en la línea de scrimmage sino que se incorpora más tarde. Además Curtis Lofton #50 completa el engaño acercándose más a la LOS (si os fijais esta un paso más adelante que Hawthorne #57.
De nuevo un disfraz, de nuevo confusión.
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3Q. 5:06. 3&9. NO 9
Tercer down. Los Bears consiguen llegar a las puertas de la end zone de New Orleans. 23-7 para los Saints por lo que urge un touchdown. Cutler se encuentra esto. ¡Más confusión!
En esa ocasión New Orleans sólo presionó con 3 jugadores poniendo 8 en cobertura. Cutler no pudo encontrar a nadie desmarcado y Chicago se tuvo que conformar con un field goal.
CONCLUSIONES
Lo cierto es que los Bears buscaron soluciones de todo tipo desde incorporar a Bennett a la protección de pase pasando por «delays» o salidas retardadas de este mismo para equivocar a la defensa e incluso carreras diseñadas para el quarterback. Estadisticamente obtuvieron un buen partido, de hecho Cutler terminó con 29 de 35 pases completados para 288 yardas. 2 TDs y un QB rating de 128.1, el más alto de un quarterback de los Bears en una derrota desde 1996. Sin embargo no pudieron remontar la ventaja adquirida inicialmente por New Orleans basada principalmente en el buen hacer defensivo que dejó a los locales en sólo dos primeros downs en sus 5 primeras posesiones.
En esta misma columna he comentado muchas veces que las estadísticas no cuentan toda la historia de los partidos y este no es más que otro ejemplo.
Ryan puso el estrés en la ofensiva de Chicago continuamente alternando frentes (4-3 y 3-4 se sucedían de un snap a otro), ocultando coberturas como hemos visto e incomodando una vez tras otra a Cutler y su línea ofensiva. Si a esto le unimos que el ataque comandado por Drew Brees dominó el tiempo de posesión (36 min por 24) entendemos como se terminó de romper definitivamente el ritmo ofensivo de los de Mark Trestman.
La defensa de los Saints el año pasado fue una de las peores de la historia. 440 yardas por partido encajada, 28,4 puntos recibidos de promedio, 293 yardas de pase y 1,3 sacks por noche. Terribles números. Lógicamente no era difícil mejorar esto pero sí lo es darle completamente la vuelta a la tortilla y colocar a la unidad en alguna categorías del Top-10 de la NFL (4º en puntos encajados en estos momentos, 7º en sacks, 3º en pases interceptados, 5º en «turnovers» forzados).
“I don’t know anything about last year,” said Ryan. “I know we have a lot to prove, and I think our guys come with the mindset that we want to get better each week. If we can be a little tiny part of our success here, that’s what we want to do and that’s what we strive for.” – Rob Ryan
A mi entender Ryan está haciendo un magnífico trabajo y, combinado con un ataque que sigue amasando yardas con facilidad, es fácil entender porque New Orleans vuelve a figurar como aspirante más que legítimos a volver a lo más alto. El loco del pelo blanco ha vuelto y está hambriento. Cuidado con los Saints.