Voy a contar una experiencia personal que viví hace muy poco y estoy más que seguro que muchos habréis vivido. Voy siempre que puedo a un gimnasio, normalmente a hacer spinning. La semana pasada cuando estábamos a punto de encarar la última parte de la clase el monitor nos pidió que hiciéramos un esfuerzo adicional en homenaje a “Fulanito”, un socio que había fallecido la noche anterior. Tras terminar la clase nos pidió también que todos aplaudiéramos al finado, un habitual de las clases de spinning y de otras actividades.
No consideraba a “Fulanito” un amigo, pero sí un conocido con él que coincidía en el gimnasio y fuera del mismo. Tenía el recuerdo reciente de haber hablado con él tras finalizar una sesión sobre algunas de las canciones que habían sonado, en concreto varias de Spandau Ballet y Duran Duran. Estuvimos un buen rato hablando sobre ambas bandas y recordando viejos éxitos, me sorprendió que siendo un treintañero le gustaran bandas de los años 80 y primeros años 90.
Pero lo importante no era realmente eso sino ¿Cómo y por qué había ocurrido? ¿Cómo una persona aparentemente sana, que hacia ejercicio, no fumaba y bebía con moderación podía fallecer súbitamente? ¿Quién no ha vivido esa misma experiencia en su entorno? Persona más sana que una manzana que un buen día te enteras que ha fallecido. Estoy seguro que todos tenemos un caso o hemos vivido uno de cerca.
La NFL es una liga saneada y pasa por su mejor momento en toda su historia. Las finanzas de la liga y de los equipos son de otro planeta. Las 32 franquicias que forman la NFL aparecen sistemáticamente en la lista Forbes de equipos más ricos del mundo, algo que tiene un mérito enorme si consideramos que la NFL es prácticamente una liga local y con poca repercusión fuera del continente americano. A todos nosotros los Dallas Cowboys nos pueden parecer el “equipo de América”, pero no son nadie a nivel internacional frente a entidades como el Real Madrid, Barcelona o Manchester United.
Las audiencias televisivas de la NFL son insultantes. La Superbowl acapara sistemáticamente la lista de programas más vistos en USA y poco a poco comienza a estar entre los más vistos del planeta, sigue por detrás de acontecimientos como el Mundial de la FIFA o las Olimpiadas. La Superbowl es el mayor espectáculo anual que tiene la NFL, un vehículo comercial que no tiene precio y donde ser parte del Half Time Show es una cuestión de prestigio, solo al alcance de mega estrellas de la música.
La afluencia a los estadios también va viento en popa. Hay campos donde acudir a un partido es casi una misión imposible. En Green Bay se tarda años en lograr uno de sus preciados abonos, aunque si uno está dispuesto a pagar en la reventa es posible acudir a Lambeau Field. Otros estadios no le van a la zaga, New England, Philadelphia, Seattle, etc… La NFL sigue hace años una estricta política de “Blackouts” que no permite retransmitir encuentros en el área de influencia de un equipo si previamente no se ha vendido todo el aforo. Esto último sin embargo merece una aclaración, muchas veces son los propios equipos y las TV las que compran las entradas para evitar la no retransmisión, eso explica que podamos ver estadios semivacíos como en Miami que sin embargo se ha vendido todo el aforo. Ir al estadio no solo es acudir a ver un partido, las franquicias llevan una política de vivir la experiencia NFL, pasar toda una jornada entretenido y sobre todo, gastar mucho dinero en el campo comprando bebidas, comidas, etc….
La venta de merchandising de la NFL también arroja resultados extraordinarios. Cada año leemos las cifras de ventas de camisas y otros productos, los equipos suelen contar con macro tiendas en sus estadios, algunos incluso con museos y organizan visitas programadas. Las franquicias tienen líneas de ropa de casual sport, de golf, de noche, incluso de ropa interior tanto masculina como femenina. Equipos como los Dallas Cowboys tienen una boutique de la conocida firma “Victoria´s Secret” en su estadio. Entre el merchandising podemos hablar de los exorbitantes precios que se pagan por el patrocinio de los estadios, el último en unirse ha sido el Cowboys Stadium que ahora se denomina AT&T Stadium.
Desde el punto de vista deportivo también la NFL atraviesa un excelente estado de salud. La llegada de la agencia libre trajo consigo el Salary Cap y todos los equipos compiten con las mismas reglas. En la NFL cualquier equipo puede ganar la Superbowl, todos los equipos compiten en iguales condiciones, incluso Green Bay, una ciudad de poco mas de 100.000 habitantes compite con gigantes de las principales ciudades del país. Si un equipo deportivamente no alcanza metas la culpa no es por cuestiones económicas, sino puramente deportivas. Franquicias de un palmarés incuestionable pueden pasar por momentos malos, allí están los casos de los San Francisco 49ers o Miami Dolphins, equipos que han vivido recientemente en los infiernos, por no hablar de las penurias de un histórico como los Cleveland Browns, el equipo más laureado tras los Green Bay Packers y Chicago Bears.
Y podríamos seguir, la NFL incluso ha conseguido rizar el rizo con fenómenos menores como la Combine o el Draft. Ambos acontecimientos ocupan espacios de máxima audiencia y se ha creado toda una fiebre sin igual alrededor del sistema de entrada de los jugadores en la liga. En unos años ha pasado a ser un fenómeno mas o menos pequeño a un mastodonte, aunque Peter King se pegó un patinazo de dimensiones siderales cuando lo consideró el 4º fenómeno deportivo tras la Superbowl, las World Series de la MLB o la March Madness.
Tras todo esto que acabo de exponer la NFL debería ser la mejor y mas saneada liga del mundo. El sueño visionario que tuvo Joseph Carr en la década de los 30 es una realidad, la NFL se convertiría con un tiempo en el deporte número uno en las preferencias de los americanos. Joe Carr nunca tuvo tiempo de vivirlo, falleció en 1939, pero como tampoco lo tuvieron quienes le siguieron Bert Bell o Pete Rozelle. Paul Tagliablue fue el primero que empezó a vivirlo y con Roger Goodell se ha confirmado como la mejor liga del mundo. La prestigiosa revista Sports Illustrated consideró al Comisionado de la NFL como la personas más poderosa del deporte mundial, por encima incluso de los presidentes del COI o la FIFA. (debería decir que SI peca de cierto chauvinismo).
ENFERMEDADES LATENTES
Pero a pesar de todo, de los números, de las cuentas de resultados, de las figuras deportivas, etc… la NFL es una liga enferma, tienen enfermedades latentes, están en su proceso activo sin haberse declarado la sintomatología al completo. Cualquier día nos podemos encontrar que a la NLF le puede suceder lo que he expuesto al principio con ese conocido mío del gimnasio, o ese conocido de todos que un día nos enteramos que le falló el corazón y nadie se explica cómo. Las enfermedades latentes existen, pero aún no se han manifestado. El día que lo hagan puede que sean de consecuencias imprevisibles, de momento solo hemos visto o conocido algunas pequeñas manifestaciones, nada graves, pero si no se le ponen coto cuanto antes, le van a ocurrir como a nuestro conocido, un buen día te enteras que ha fallecido.
¿Y qué primeros síntomas empieza a mostrar la NFL?
Hace dos semanas en esta misma columna dije que la tremenda paridad que existe en la NFL tiene su principal bastión en la mediocridad, tenemos una liga igualada, excitante, emocionante, pero muy mediocre en ejecución y calidad del juego. Es una liga donde mas que los aciertos priman los fallos, por cada pase que acierta Peyton Manning o Tom Brady tenemos al menos dos y tres placajes fallados o fallos de coberturas garrafales, los QB ni tan siquiera necesitan leer las defensas, solo tienen que esperar que se produzca el error garrafal.
Vince Lombardi en una de sus mas famosas citas dijo que el football era un deporte muy sencillo, consistía en correr y placar. Lo primero está en desuso, pero lo segundo es un arte perdido, pertenece a la prehistoria. Este pasado fin de semana he visto al menos media docena de TD donde las defensas han “cantado” de forma clamorosa. No que no se hayan posicionado mejor o peor, fallan en lo mas elemental, en los placajes. Ver un buen placaje en la NFL es un lujo, hay jugadores en defensa que no saben placar, que no tienen el más mínimo conocimiento de la técnica de placar. Esto es algo muy grave, son falta de fundamentos, la muerte de uno de los pilares del football. Y os invito a un ejercicio muy sencillo, ver un día cualquier partido de rugby del Torneo VI Naciones o del IV Naciones, allí se pueden ver placajes impecables en técnica y ejecución sin otra protección que el propio cuerpo. Los equipos NFL en lugar de intentar atraer con fines exóticos a jugadores como Jonah Lomu o Johnny Wilkinson mejor harían en ficharlos para que enseñen a realizar placajes.
Puedo entender que haya RB que puedan ser más o menos difíciles de detener, tienen potencia y cuerpo, jugadores que suelen acumular esa estadística llamada “missed tackles”, placajes fallados. Son RB que tienen una habilidad especial, además de correr hacia delante tras el contacto continúan corriendo, el caso de Adrian Peterson o el último grande que perfeccionó ese estilo, el locuaz Ricky Williams. Hoy en día cualquier jugador es capaz de hacer fallar varios placajes a cualquier defensa, incluso RB o WR son capaces de pasar por encima de cualquier defensa. Si uno tiene un rato que se repase los más de 100 TD que hemos visto en esta última semana, algunos son vergonzantes para un jugador que dice ser un defensa. Y no son achacables solamente al estado del campo, sino a algo mucho mas grave, los actuales jugadores de la NFL no saben hacer un placaje, se conforman con tocar al jugador de ataque, pero tocarlo no es placarlo, salvo que Roger Goodell acabe convirtiendo esto en Flag Football. Muchas defensas son muñecos que están en el campo y cuyo trabajo es “obstaculizar” el paso, hacer las funciones de espantapájaros, estos como es sabido no se mueven, están en el campo para evitar que los pájaros se acerquen. En la NFL actual cada vez tenemos menos y peores defensas, su función es hacer de espantapájaros.
Esto evidentemente va en detrimento de la calidad del juego. Dentro de poco en la web especializada en estadísticas Profootball Focus vamos a ver más placajes fallados que acertados. A un jugador no se le va a valorar porque realice 100 placajes por temporada, eso es historia, sino porque no falle más de 100. Esto no es una broma, hay casos de jugadores defensivos que han ido a renegociar sus contratos y los Front Office les sacan los placajes fallados. De nada sirve que hagas 100 placajes si fallas en 50 y esos 50 suponen cientos de yardas o varios TD. Eso, la falta de unos mínimos fundamentos como es saber placar, es el nivel en que se mueve la NFL. Es la primera de las enfermedades latentes.
En pretemporada hablábamos del preocupante incremento de las lesiones, sobre todo de la lesión de moda, la rotura de los ligamentos de la rodilla. Empieza a haber estudios donde se imputa que los cuerpos han llegados a límites extremos y pese a ser más grandes, atléticos y musculados, articulaciones y huesos no es posible fortalecerlos y de allí que se rompan. También se culpa que al haber menos entrenamientos, menos contacto, los riesgos de roturas aumentan. En todo caso es algo que algún día se debería estudiar, las lesiones siempre han sido parte del juego, pero nunca tanto como son ahora. En el siguiente enlace se puede ver el devastador efecto de las lesiones en la NFL
Pero una cosa es romperse un ligamento en un mal giro, porque te pasas de frenada, el césped no esté en la mejor de sus condiciones, y otra muy diferente es romperse una rodilla por contacto. La NFL, y en especial Roger Goodell, están obsesionados con el tema de la seguridad en el juego, especialmente con los temidos golpes a la cabeza. La NFL acaba de librarse de una buena cuando ha llegado a un acuerdo con un numeroso colectivo de ex jugadores que demandaron a la liga porque está no les avisó de los riesgos que conlleva jugar al football. Ahora se encuentra con un nuevo problema, otro grupo de jugadores, asesorados por abogados, los auténticos ganadores de este proceso, han encontrado una nueva vía de agua, demandar a los equipos. Estamos por ver cómo evolucionará la demanda, es más compleja que la anterior, pero con abogados de por medio cualquier escenario es posible.
Dentro de ese miedo a las lesiones cerebrales la palma se la llevan las conmociones cerebrales, cualquier jugador que sufre el más mínimo síntoma de conmoción en un partido no se le permite volver bajo ninguna circunstancia. La NFL ha puesto a neurólogos independientes en las bandas de los equipos con voz y voto en esta materia. Lo siguiente es que un jugador no puede volver a entrenar o jugar hasta no pasar una serie de controles tanto del equipo como externos.
Dentro de esa misma política de proteger a los jugadores tenemos varios casos, los golpes casco contra casco están vetados, los RB no pueden usar sus cabezas a modo de ariete para ganar unas yardas, no se pueden golpear a un receptor indefenso, pero sobre todo no se les puede ni rozar a los QB en la cabeza. La antes llamada falta de “roughing the passer” se está convirtiendo en “touching the passer”. Estamos viendo este año jugadas que rozan lo ridículo, personalizaba la semana pasada en Drew Brees, un jugador que en cuanto es tocado lo primero que hace es mirar a los árbitros para ver si pitan falta.
Algunos jugadores, sobre todo los defensas se vienen quejando de lo blandos que son los árbitros al no permitir apenas el contacto y de dificultarles el trabajo, jugadores como Ray Lewis o Teddy Bruschi se han ofrecido a pagar las multas por considerarlas ridículas. Pero entre todos ellos surgió hace unas semanas la figura de Brandon Meriweather, un safety de esos considerados duros, pero que más que duro es un auténtico descerebrado en el campo. Brandon Meriweather funciona con sus propias reglas y es peligroso no solo para rivales sino para compañeros, no será la primera vez que lesiona a uno o se lesiona a si mismo. Tras ser sancionado por enésima vez por usar la cabeza como arma dijo a modo de sorna que si la liga no quería conmociones habría que ir a cazar rodillas. Las reacciones no se hicieron esperar, pero no le faltaba razón al safety.
Para placar a un jugador hoy en día hace falta un manual de instrucciones que ni él de los muebles de Ikea. Si vas arriba, al pecho, puede ocurrir que calcules mal y además de las 15 yardas de penalización te llegue la ocasión de colaborar para alguna ONG con varios miles de dólares. Por otra parte placar a jugadores del tamaño y corpulencia de muchos WR o TE es tarea casi imposible, un safety de 100 kilos de peso no puede tumbar a un WR o TE que pesa 120 kilos y te saca 20 centímetros. ¿Qué hace entonces? Placar abajo y placar abajo es poner las rodillas del rival en peligro. Este fin de semana T.J. Ward le dio a Rob Gronkowski un golpe totalmente legal, como el que en pretemporada recibió Dustin Keller de D.J. Swearinger. Los jugadores defensivos se han adoptado a un nuevo entorno por una cuestión de mera supervivencia. Cuando Brandon Meriweather dijo lo que dijo no iba nada desencaminado, una cosa es que en el campo se comporte como lo hace, pero dijo lo que piensan muchos jugadores.
La NFL estoy seguro que estudiará el caso esta post temporada y acabará por complicar aún más el reglamento cuando introduzca alguna de esas reglas de interpretación subjetiva donde se sancionará con 15 yardas y la correspondiente multa. Si a todo esto añadimos que los jugadores tienen cada vez menos fundamentos en el arte del placar los resultados no se harán esperar. Aquí tenemos la segunda de las enfermedades latentes.
Pero siendo grave todo lo anterior siguen sin ser lo peor. La enfermedad latente mas grave que tiene la NFL en estos momentos y que puede acabar rompiendo las costuras del traje son los arbitrajes. Hace apenas dos semanas escribía que los errores arbitrales van a existir siempre y qué a mi no me gusta decir que los árbitros deciden partidos. Me ratifico en todo lo que dije, un equipo debe evitar llegar a una situación en que una decisión que no controla pueda decidir el partido.
Es muy fácil decir que a los Cleveland Browns les “robaron” u otras manifestaciones que se han podido leer. Si los Browns en el “onside kick” recuperan la posesión, y no la pifian como la pifiaron, el partido lo terminan haciendo la formación de la victoria. Lo que viene a continuación de aquello es precisamente aquello a lo que me refiero, llegar a una situación que no controlas. Cuando Tom Brady decide lanzar un pase a la endzone lo hace por varios motivos, el primero, los Patriots en ese momento de partido se estaban jugando los cuatro downs. Lo segundo, todos los equipos tienen en su playbook un par de jugadas que buscan un solo objetivo, que te piten un pass interference. Tom Brady sabe perfectamente que jugando en Foxboro, con un público entregado y presionando, lanzar un pase en 1er down a la end zone contra un CB rookie y en los segundos finales sale completamente gratis. En el peor de los escenarios pierdes un down, te quedan otros tres para intentar algo, y si te sale bien pasa lo que pasó, te pitan un pass inteference inexistente.
Ese y no otro es el problema, la calidad de los arbitrajes deja mucho que desear, perjudican al football y me niego a decir que benefician o perjudican a unos u otros. El mismo caso de los New England Patriots es un claro ejemplo, en el partido contra los Saints no les pitaron un clamoroso holding, en Meadowlands vieron como les aplicaban una nueva regla por no hablar de lo que sucedió en Carolina. Esta misma semana hemos visto varias decisiones arbitrales muy cuestionables. El premio gordo se lo llevan en Cincinnati, una jugada que no era TD acabó por arte de magia convertido en TD. El árbitro que inexplicablemente lo concedió, Jeff Triplette, fue el mismo que montó un importante desaguisado la semana anterior en Washington. También en Philadelphia se vieron decisiones muy cuestionables, un “touching the passer” que solo los cebras vieron y un holding que las cámaras dejaron muy claro que solo existió en la imaginación de los árbitros.
Todo lo anterior no es puntual, el caldo se está engordando y va a terminar mal, estoy convencido que va a pasar algo grave y no a mucho tardar. Yo siempre recuerdo una anécdota, en el último Mundial de fútbol hubo una jugada que terminó en gol, todo el estadio lo pudo ver menos quienes sí lo tenían que ver, los árbitros. Pero aquellos no podían dar marcha atrás por evidentes que las pruebas fueran, no dieron el gol. El ridículo que hizo la FIFA ese día fue tal que su reacción fue aún más ridícula, prohibir que en los video marcadores se pudiera dar imágenes de lo que sucedía en el campo, lo que vulgarmente podemos llamar “matar al mensajero”.
La NFL se dirige al mismo punto, los árbitros un día van a pitar algo que no es susceptible de darle la vuelta aunque las imágenes de la TV dejen muy claro que no ha pasado nada y ese algo acabará dando la Superbowl a un equipo. Ese día el ridículo estará servido y mirad, y yo que me alegraría. La NFL se merece que esto ocurra, el nivel de los arbitrajes está en mínimos históricos y su calidad deja mucho que desear. Cada vez son más las voces los que se cuestionan lo que está ocurriendo, al principio fueron solamente aficionados, pero ahora se están expandiendo entre los entrenadores, jugadores y sobre todo donde hasta ahora apenas tenía recorrido, la prensa. Si las anteriores enfermedades latentes son graves, esta es probablemente la más grave de todas, la que puede poner todo el invento en peligro.
Esta NFL que dirige Roger Goodell tiene muchas enfermedades latentes y alguna terminará por llevarse todo por delante ¿Cuál? No lo sé. Pero pensando el mejor escenario sería el siguiente, la Superbowl, en Nueva York, con una tormenta de nieve que colapse por completo la ciudad. Durante el partido uno de los QB, del club de los importantes, lo sacan del partido con la rodilla destrozada a lo Dustin Keller o Rob Gronkowski por hacerle un placaje legal a las rodillas. En la jugada inmediatamente anterior pitaron un “roughing the passer” inexistente o demasiado riguroso que tanto se estilan ahora y que regalan 15 yardas. Durante el partido vemos al menos una decena de TD donde en cada uno de ellos vemos media docena de placajes fallados de manera clamorosa. Para rematar, un pass interference totalmente inexistente acaba dando posesión en la yarda uno y en las últimas jugadas del partido, un holding inexistente de la defensa que anula una intercepción seguido de un TD que no lo era como en Cincinnati, pero que tras la revisión los árbitros lo acaban dando TD, y fin de partido. Y como guinda del pastel, el campeón de la Superbowl se había metido en playoffs con un record de 7-9 en la Regular Season.
Pedir todo lo anterior junto es imposible, pero sinceramente, esta liga lo merece, es una liga enferma. Pero recordar, la NFL estaba más sana que una manzana, igual que mi compañero del gimnasio o ese conocido que todos tenemos, hasta que dejó de estarlo.
AUDIBLES
- La nieve fue la protagonista en varios campos. Una tormenta afectó a toda el área que va desde Wisconsin hasta la zona de Pennsylvania. Donde más sufrieron la nieve fue sin duda en Philadelphia, 20 centímetros. En Pittsburgh también empezaron con nieve pero a medida que el partido fue avanzando fue dando paso al verde y terminaron sin apenas nieve en el campo, factor que tampoco fue un impedimento para ambos equipos. En Washington pasó algo parecido al igual que en Green Bay, la nieve poco a poco se fue derritiendo. Donde nunca despareció del todo fue en Baltimore aunque al final el campo presentaba un aspecto más presentable que al comienzo. En Chicago, New England, Cincinnati, New York o Denver pasaron mucho frío y pudieron jugar con absoluta normalidad. Donde no pasó nada fue en Tampa Bay, Arizona o San Diego, sitios donde el buen tiempo incluso en invierno es lo normal. En San Francisco jugaron con frío, algo habitual todo el año en la zona de la Bahia donde las temperaturas raras veces superan los 20º en todo el año.
- No sé si la famosa Playoff Machine de la ESPN funciona durante la retransmisión de los partidos y se va actualizando según lo que ocurra en los campos. Si lo hace el domingo poco le tuvo que faltar para explotar o volverse completamente loca con la 6ª y última plaza de playoffs de la AFC. Los minutos finales de los dos partidos de Dolphins y Ravens fueron tal locura que saber quien ocupaba esa sexta plaza era casi imposible, cambiaba en segundos, incluso es posible que durante algún tiempo lo pudieran ocupar los NY Jets, Tennessee Titans y San Diego Chargers. Los minutos finales de varios de los partidos de la primera tanda coincidieron con el inicio de los partidos de la segunda tanda, en algún momento Baltimore, Miami, Pittsburgh, NY Jets, San Diego y Tennessee estuvieron todos empatados con idéntica marca, 6-7, con lo que entraban los desempates. Al final todo quedó igual que cuando empezó, Miami y Baltimore empataban con idéntico record, 7-6, pero como Ravens ganaron a los Dolphins en la temporada regular tienen el desempate a su favor.
- Tras el cese de Gary Kubiak en Houston y la más que previsible salida de Mike Shanaham en Washington se están abriendo plazas para potenciales candidatos a Head Coach. Los nombres habituales de todos los años ya han empezado a sonar pero entre todo el candidato sin duda mas caliente es Jon Gruden, actual analista de la ESPN. No deja de sorprenderme el atractivo casi magnético que Gruden ejerce entre los propietarios y los medios de comunicación. Sí, es cierto que ganó una Superbowl, pero heredó la fantástica defensa que Tony Dungy montó en Tampa Bay dirigida por el criticadísimo Monte Kiffin. Tampoco en ataque aportó muchas novedades, de hecho los jugadores de la defensa dicen que el mérito de aquel campeonato fue de ellos. El QB ganador fue un jornalero como como Brad Johnson y tras ganar el Vince Lombardi empezó un baile de sillas sin igual que se cerró con el capítulo de Jake Plummer retirándose porque se negó a competir con otros QB como Jeff Garcia, Bruce Gradkowski o Tim Rattay. Antes que ellos pasaron por allí Chis Simms, Shaun King o Brian Griese. Yo siempre he creído que los mejores trabajos de Jon Gruden fueron sus años como coordinador ofensivo en Philadelphia bajo Ray Rhodes y sus años en Oakland donde hizo MVP a otro jornalero como Rich Gannon.
- Cuando Daniel Snyder aterrizó en la liga se ganó una merecida fama de propietario con ganas de enredar en la parcela deportiva y colocar a sus amiguetes en el Front Office. Todo empezó con aquel nombramiento de Terry Robiskie seguido de la lamentable salida del equipo de un histórico como Marty Schottenheimer o la excéntrica contratación de Steve Spurrier. Por no hablar del dinero desperdiciado en fichar agentes libres como Bruce Smith o Deion Sanders en la cuesta abajo de sus carreras. Tras contratar un General Manager con mando en plaza y el regreso del brujo Joe Gibbs Dan Snyder se apartó de la gestión. Eso mismo hizo con los que le sucedieron como Jim Zorn y Mike Shanaham hasta que ha dicho basta. No parece que la relación de Shanaham y Daniel Snyder pasé por el mejor de sus momentos, el domingo el Head Coach dejó filtrar una noticia sobre su posible salida la temporada pasada y no hay día que no salte algo relacionado con el QB Robert Griffin III, el icono de la franquicia. Lo último que se ha sabido es que Shanaham ahora pretende dejar sentado al QB lo que resta de temporada y jugar con Kirk Cousins. Pase lo que pase en la capital todo indica que se avecinan tiempos de cambio.
- Antes hemos mencionado a Monte Kiffin como uno de protagonistas de la dominante defensa de los Tampa Bay Buccaneers el año que ganaron la Superbowl. No podemos decir lo mismo de la defensa que heredó y ha montado en Dallas, los Cowboys están completando actuaciones a cada cual más ridícula que la anterior. Cuando parecía imposible superar lo que pasó en Detroit llegó el bochorno de New Orleans, superado a su vez por lo sucedido en Chicago. Los de Jerry Jones se quedaron a tan solo 2 yardas de encajar de nuevo otras 500 yardas, los Chicago Bears no tuvieron que ejecutar un solo punt y todo al mando de un jornalero como Josh McKown, que apenas cobra 580.000 $ al año, lo que gana en una semana una de las figuritas de la defensa de los Cowboys. Fue tal el bochorno que DeMarcus Ware acabó diciendo a la prensa que si cualquiera de los allí presentes juega esa noche de QB también hubiera anotado 5 TD.
- Muy enfadado tenía que estar Peyton Manning para decir lo que dijo tras el partido ante los Tennessee Titans. Con temperaturas polares el QB se quedó a solo 3 yardas de las 400 y se anotó 4 TD (está a solo cinco de igualar el record de Tom Brady), además hizo varios lanzamientos profundos contra una defensa que solo había permitido 8 TD por vía aérea en toda la temporada. Peyton dijo a una radio local de Denver que todos aquellos que criticaban su bajo rendimiento cuando hace frío los mandaba allí donde nunca sale el sol, algo que parece impropio de alguien tan correcto como él. Las estadísticas del QB cuando la temperatura baja de no sé cuántos grados (es curioso que cada uno elige aquella que más le convenga) dicen que pierde más partidos que aquellos que gana, lo que no nos dicen nunca es contra que equipos ha perdido, normalmente buenos equipos o al menos tan buenos como los suyos. También hay que tener en cuenta que cuando Peyton quedó como agente libre pudo haber fichado por quien hubiera querido, entre los potenciales destinos estaban Arizona o Miami, donde frío no hace ni en invierno, o San Francisco, donde tampoco saben de inviernos polares. Eligió Denver y si quería ganar un anillo en Denver tenía que saber una cosa, para llegar a la Superbowl tenía que al menos ganar dos partidos en Denver, pero mas aún, también tenía que saber que la Superbowl de este año se jugaba en New York.
- La Semana 14 nos deja los primeros clasificados para la postemporada y también ha dejado a varios equipos eliminados de los playoffs. Seattle ya está en los playoffs y necesita ganar dos partidos mas para terminar con el mejor record de la NFC, sus dos últimos partidos los jugará en Seattle, antes viajará a New York en lo que podría ser la antesala de su próximo viaje. En la AFC los Denver Broncos se han asegurado pasar a los playoffs aunque aún deberán seguir ganando partidos para poder obtener el Seed nº 1, New England no les pierde el paso. El tercer y último clasificado son los Indianapolis Colts, pase lo que pase son campeones de la AFC South aunque lo que deberían hacer los de Andrew Luck es mejorar su juego, todo apunta que terminarán siendo el campeón de división con el peor record y recibirían a los Kansas City Chiefs, con ese panorama “one and done” parece el sino de los Colts. Si eso ocurre no tardaremos en ver las comparaciones de Andrew Luck y Peyton Manning y sus marcas de post temporada.
- Lo único bueno que tiene perder mucho en la NFL es que te permite elegir alto en el próximo draft, ese triste consuelo les queda a los Houston Texans y Atlanta Falcons. ¿Y qué pasa con los Washington Redskins? Su elección es propiedad de los St. Louis Rams, un equipo que nunca en el mejor de sus sueños esperaba que esa elección pudiera acabar siendo tan alta como apunta. Incluso suenan rumores de cambio en el puesto de QB, Sam Bradford jugaba en su penúltimo año de contrato. El QB firmó el último de aquellos contratos desorbitados antes de la entrada en vigor del CBA. Cortarlo ahora no tendría apenas coste para los Rams, tampoco se puede descartar un traspaso si Jeff Fisher decide apostar por un nuevo QB.