No me gusta el fútbol, por veces que lo he intentado nunca me ha atraído. Siempre he defendido que uno se hace aficionado a aquellos deportes que conoce siendo un crío, los que mama en su más tierna infancia, son los que llevan en el ADN. En mi caso particular mis primeros recuerdos de un deporte son de la NFL, en concreto de Frank Tarkenton; y de baseball, de los Chicago White Sox, mi jugador favorito de mi infancia fue el 1B Jim Spencer. Luego puede que te gusten otros deportes, en mi caso el cricket lo conocí siendo adulto, aunque lo sigo a mucha distancia.
El fútbol me lo han intentado vender infinidad de veces pero no, no me convence. En los últimos 10 años habré visto media docena de partidos, uno de ellos en vivo, una final de Copa del Athletic de Bilbao donde me llevaron amigos y familia; el resto, sé que tres de ellos son partidos de la selección nacional en las finales que ha jugado estos últimos años. Sin embargo sí hay una cosa del fútbol que me gusta, los lanzamientos desde el punto de penalti. Lo encuentro apasionante, a la vez que cruel, me parece una especie de muerte súbita donde juegan muchísimos factores. Cuando hay lanzamientos de penaltis sí me pongo delante del TV.
En el fútbol, como en todos los deportes de equipo, que un campeón o el pase a la siguiente ronda se pueda decidir de forma tan cruel me parece apasionante, pero en esa suerte no ganan los equipos, sino los individuos. Puedes ser el mejor jugador, haber protagonizado un partido impresionante, qué si cuando te toca lanzar tu penalti lo mandas al quinto anfiteatro o te lo para el portero, todos te recordarán solo por eso. Nada de lo que hayas podido hacer durante todo un campeonato o partido será recordado, tan solo te recordarán porque fallaste un penalti. Recuerdo el año pasado cuando Sergio Ramos falló un penalti, fue el hazmerreir nacional, trending topic en twitter y objeto de chistes, gracias y demás. En países como Brasil, donde el fútbol se vive con muchísima pasión, he leído en más de una ocasión que tal jugador pasó a la lista negra por fallar un penalti, o como aficionados se han acercado a su casa para increparlo cuando no hay amenazas de por medio.
LA CRUELDAD DEL FOOTBALL
La NFL tampoco está exenta de hechos parecidos. En el año 1991 el kicker Scott Norwood chutó un field goal desviado a la derecha y los Buffalo Bills empezaron a escribir aquel día su leyenda negra con las Superbowls, perderían cuatro consecutivas. Scott Norwood durante la temporada solo había transformado un FG desde más allá de 40 yardas de 5 intentados, aquel día le pidieron un imposible, transformar un FG de 47 yardas. (Ahora esos números nos pueden parecer de risa cuando hay kickers que transforman patadas desde 50 yardas de forma automática, pero entonces era una proeza.)
Scott Norwood, en el deporte por equipo por excelencia, siempre será recordado por el hombre que falló aquel FG, en muchas listas figura como el mayor “choker” (fiasco) de la historia. La injusticia es de tal calibre que incluso en el hipotético caso de que hubiera transformado el FG el MVP hubiera sido con toda seguridad para Jim Kelly, el QB de los Bills. Para aquellos que siguen la NFL desde no hace tanto es lo mismo que el caso Adam Vinatieri, los Patriots ganaron dos anillos cuando el kicker transformó sus FG, pero nadie le reconoce eso con un MVP, y veremos si algún día con el Hall of Fame.
Mas recientemente todos recordamos la final de AFC del año 2012. Joe Flacco, QB de los Baltimore Ravens, lanzó un pase perfecto a las manos de Lee Evans, solo tenía que atrapar el pase y los de Baltimore hubieran pasado a la Superbowl y no los New England Patriots. Pero Lee Evans se dejó birlar la cartera por un completo desconocido como Sterling Moore por no concentrarse en asegurar el pase y estar más pendiente de la celebración del TD. En la siguiente jugada ocurriría algo aún más surrealista, Billy Cundiff fallaría un FG de los llamados fáciles. Ambos jugadores fueron cortados por los Ravens.
El football, al igual que lo que he contado antes del fútbol, es también un deporte muy cruel en muchísimas ocasiones. Siendo un deporte de equipo, es suficiente una acción puntual de un solo jugador para ser recordado toda una carrera por ello, y mas si ello te cuesta una eliminación en los playoffs o un partido vital de la temporada regular. Es lo que en estos momentos está sucediendo con Tony Romo, todos olvidan la temporada que estaba llevando el QB de los Dallas Cowboys, si quedan un año más eliminados de la post temporada, Romo será el principal culpable, todo lo bueno que haya podido hacer se olvidará y se tendrá que comer este marrón. El domingo por la noche las redes sociales eran un clamor contra Tony Romo, un jugador que quedó marcado para siempre por aquella acción que tuvo lugar en un partido de playoffs en Seattle en 2006 cuando siendo el holder del equipo falló en la recepción y los Cowboys quedaron eliminados.
Luego los años han seguido agrandando la leyenda negra de Tony Romo, un QB al que se le llama Mr. November pero que es célebre por no rendir al mismo nivel en diciembre y enero. En el año 2007 los Cowboys terminaron con el mejor record de la NFC y recibieron en los Divisionales a los NY Giants, los habían ganado dos veces en la Regular Season. Sin embargo quedaron eliminados, Tony Romo no tuvo el mejor de sus días y son célebres las lágrimas de Terrell Owens en la rueda de prensa posterior defendiendo a su QB. Pero pocos se acuerdan de cómo se empezó a cimentar la remontada de los de Eli Manning. Tras un espectacular drive de 90 yardas y mas de 10 minutos, los Cowboys se ponían delante 14-7 dejando tan solo 46 segundos a los NY Giants antes del descanso. La defensa de los de Wade Phillips hizo aguas por todas partes, cometió una penalización imperdonable y permitió lo impensable, dejar que su rival volviera a un partido donde estaban mas fuera que dentro tras un gran segundo cuarto. Al final todos recuerdan el partido porque Tony Romo en el último drive y en 4º down en los segundos finales lanzó una intercepción, aunque si el pase hubiera resultado incompleto el resultado hubiera sido el mismo. Y eso mismo le ha ocurrido durante todo el resto de su carrera, lanzar la intercepción en el momento menos oportuno,
Es cierto que lo que diferencia a los grandes QB de los buenos es precisamente que los primeros no lanzan la intercepción en aquellos momentos, aunque todos hemos visto momentos de grandes QB como Brett Favre, Peyton Manning o Tom Brady lanzando en pases totalmente inexplicables. Brett Favre en sus dos últimas apariciones en finales de conferencia lanzó sendas intercepciones que acabaron costando el pase a la Superbowl a los Green Bay Packers y Minnesota Vikings. Peyton Manning es célebre por no rendir igual en los playoffs que en la temporada regular, los Denver Broncos quedaron eliminados en la ronda de Divisionales la temporada pasada cuando Peyton lanzó un pase cruzado imposible, muy parecido precisamente al de Brett Favre. Tom Brady si tiene enfrente a los Baltimore Ravens suele entrar en modo pánico y solo les ganó con ocasión de aquel drop de Lee Evans. La desgracia que tiene Tony Romo es que no tiene ningún anillo que le dé carta blanca para hacer ese tipo de cosas de vez en cuando aunque ello te cueste la eliminación. Si a todo eso le añades que además eres el QB del “Equipo de America”, el puesto mas difícil que existe en la NFL, eres carne de cañón el día que la pifias.
Pero hoy no quería hablar solo de Tony Romo, no quiero personalizar en él aunque sería lo más fácil y sencillo, echarle una vez mas las culpas de lo que pasa en Dallas. Es injusto que Tony Romo se coma este marrón, como es totalmente injusto que Eli Manning con sus 25 intercepciones se vaya comer el marrón de la desastrosa campaña de los NY Giants, ellos son solo eso, las víctimas propiciatorias, las válvulas de escape. Y cuando empezábamos este artículo hablábamos de la terrible injusticia que es que un lanzador de penalti se tenga que comer un marrón de tamaño sideral.
Los Dallas Cowboy, como los NY Giants y otros muchos equipos como los Green Bay Packers, son todos ellos equipos totalmente disfuncionales, todos por motivos muy diferentes. Las plantillas están confeccionadas con un criterio que deja muchísimo que desear, las miserias de lo que pasa con la posición de QB son solo eso, el mascarón de proa que tapa toda la ropa sucia que hay detrás y que nadie parece querer lavarla. Que los Green Bay Packers hayan ganado a los Dallas Cowboys en un partido que tiene más de novela de Ramón Valle Inclán que de partido de football no puede tapar que la plantilla de los Packers, lesiones aparte, tiene mucho mas problemas que la lesión de su QB franquicia. Lo mismo podemos decir de los NY Giants, es muy sencillo fijarse en las 25 intercepciones de Eli Manning y que esté pasando lo que esté pasando, que muchos se estén cuestionando la carrera del QB, un jugador que nadie debería olvidar ha llevado a los NY Giants a ganar dos Superbowls en 4 años, aunque siempre habrá defensores que si en lugar de Eli Manning pones a Chad Henne, por decir alguien, el resultado sería el mismo.
Siendo graves los casos anteriores el peor de todos es ahora mismo el caso de los Dallas Cowboys. ¿Qué está pasando en esa franquicia para que todas las temporadas terminen igual? Un año puede ser culpa de Tony Romo o de otro jugador, pero parafraseando al actor estadounidense Peter Ustinov, todos cometemos errores, la clave está en cometerlos cuando nadie nos ve. Pero eso, ocultar errores, en la NFL y siendo el QB de los Dallas Cowboys es imposible de ocultar.
La temporada que están haciendo los Cowboys no tiene igual. He visto casi todos los partidos de esta franquicia desde el año 1990 y los cotas de absurdez y ridiculez que se están alcanzando este año no tienen parecido con nada, ni tan siquiera el primer año de la era Jimmy Johnson, que acabó con un infame 1-15. Aquel equipo era malo, muy malo, cuando Jimmy Johnson llegó solo había dos jugadores que merecían la pena, el RB Hershell Welker y el WR Michel Irvin. La primera decisión de Johnson es draftear a Troy Aikman, pero a pesar de ello el equipo termina con esa marca.
Lo de la plantilla actual tiene difícil explicación. Tienes a uno de los ataques más potentes de toda la liga, Tony Romo, Dez Bryant y Jason Witten son súper estrellas de la NFL. Además cuenta con unas estrellas emergentes como el WR Terrance Williams y el TE Gavin Escobar, alguna que otra antigua estrella que tiene momentos como Miles Austin. DeMarco Murray cuando las lesiones le respetan ha demostrado ser un RB mas que decente y la OL ha mejorado considerablemente con respecto a la de temporada pasadas donde Tony Romo había días que corría por su vida. Todo esa unidad está comandada por el coordinador ofensivo Bill Callaham, el último Head Coach que fue capaz de llevar a los Oakland Raiders a una Superbowl.
Si miramos la defensa tampoco se quedan cortos de estrellas, DeMarcus Ware ha sido uno de los jugadores mas dominantes de los último años. Brandon Carr llegó con la vitola de estrella, se eligió en el draft a Morris Claiborne, uno de los CB mas prometedores de los últimos años. En el roster están jugadores como Sean Lee y Anthony Spencer, éste recibió la designación de jugador franquicia aunque está lesionado. Se cortó a Jay Ratcliff, pero es un mal menos teniendo en cuenta la explosión de Jason Hatcher. Esa unidad está comandada por Monte Kiffin, uno de los coordinadores defensivos mas respetado de la liga, campeón junto a Jon Gruden de una Superbowl.
Es inexplicable que una plantilla con tanto talento sea incapaz de funcionar, o sí. La explicación está primero en la banda, hay un Head Coach que llevo muchos años demostrando ser un incompetente. Jason Garrett fue una apuesta personal de Jerry Jones, ex QB de la franquicia y conocedor del ambiente. Fue promovido a coordinador durante la etapa de Bill Parcells, pero cuando este decide dejar el equipo Jerry Jones apuesta por Wade Phillips. Cuando en Baltimore se plantean buscar reemplazo para Brian Billick uno de los nombres que mas suena es el de Jason Garrett. Jerry Jones le hace el coordinador ofensivo mejor pagado de la liga y le promete la sucesión en el puesto de Head Coach. Cuando Wade Phillips es cesado Jason Garrett es promovido a HC Interino y terminada la temporada regular Jerry Jones hace efectiva su promesa, le nombra Head Coach.
¿Y que ha hecho en todo ese tiempo Jason Garrett? Absolutamente nada, su mayor mérito es solo uno, que el equipo no termine con record negativo, pero como siempre he defendido, solo hay una cosa peor que ser malo, ser mediocre. Jason Garrett es mediocre, su playcalling es mediocre y en general todo lo que le rodea es mediocre. Hace tiempo que se cuestiona como gestiona los partidos Garrett, los Cowboys se han hecho famosos por tirar partidos ganados a la basura, sin ir mas lejos este año lo que pasó en Detroit, por no hablar de las lamentables actuaciones de su defensa en partidos como los de New Orleans o Chicago. Pero el pasado domingo se alcanzaron cotas inimaginables y que no entran en cabeza alguna.
Los Boys se fueron al descanso con una ventaja de 26-3 en el marcador. El sentido común y el ABC del football te dicen una cosa: corre, consume reloj y deja pasar el tiempo. Pero el sentido común y Jason Garrett están inexplicablemente peleados. Los Cowboys ejecutaron un total de 21 jugadas de pase por solo 7 de carrera, algo que no tiene justificación alguna. De ese total de 21 jugadas de pase 13 resultaron pases incompletos, lo que supone parar el reloj y dar tiempo a tu rival. Los Packers anotaron en su primera posesión del 3er cuarto para colocarse 26-10 y quedaban en ese momento 28 minutos. Si los Cowboys en sus 28 snaps de la segunda parte corren absolutamente en todas las jugadas apurando el reloj sin cometer una sola penalización y apuran el tiempo en todos los punts consumen mas de 21 minutos de partido, Green Bay hubiera tenido que consumir todos sus tiempos muertos antes de tiempo. Y todo eso sin necesidad de avanzar una sola yarda, solo consumiendo reloj.
Pero si eso no fuera suficientemente sangrante hay que añadir el desastre defensivo que Monte Kiffin ha montado en el equipo. Los Cowboys están batiendo toda clase de marcas de ineptitud defensiva, nada importa que salgan estadísticas que digan que nunca en la historia de la franquicia ha perdido cuando al inicio del 4º cuarto llevaba ventaja de dobles dígitos, o que nunca ha perdido cuando ganaba por 23 puntos al descanso. Todo eso son solamente estadísticas sin sentido cuando día sí y dia también encajas sistemáticamente 400 yardas cuando no son mas de 500, no hay nada que hacer. Todas las marcas que los contrarios consigan contra estos Cowboys deberían llevar un asterisco que diga “defensa de los Cowboys de la temporada 2013”, hacía años, y llevo 40 años viendo football, no había visto semejante ejercicio de ineptitud. Sinceramente, creo que si te propones hacerlo mal a posta, no puedes alcanzar las cotas que están alcanzando estos Cowboys.
Pero todo esto tiene una explicación, el propietario del equipo, Jerry Jones, que es quien realmente mueve todos los hilos de la franquicia. Y aprovechando esto os cuento una historia que tuvo lugar en 1977 aunque fue en la MLB. Ted Turner, el magnate de los medios de comunicación y patrón de un sindicato que ganó la Copa America, compró los Atlanta Braves por 11 millones de dólares. Desde el primer día fue un propietario entrometido, viajaba en el mismo avión y autobús que el equipo, dormía en el mismo hotel y era muy cercano a muchos jugadores. En 1977 la temporada de los Braves iba cuesta abajo con un record de 8 victorias y 21 derrotas, 16 de ellas de forma consecutiva. Tras perder un “double header” contra los Pittsburgh Pirates Ted Turner levanta el teléfono y le dice al entrenador del equipo, Dave Bristol, que se tome 10 días de vacaciones y que él será quien dirigirá el equipo con el objetivo de detectar los problemas y ponerle solución. Un Dave Bristol atónito le responde que el equipo es suyo y que haga lo que le parezca.
El 11 de mayo de 1977 ante la sorpresa de periodistas y jugadores Ted Turner se puso el uniforme de faena y bajó al campo para anunciar que esa noche él iba a dirigir al equipo. Ted Turner se metió tan en faena que llegó a mascar tabaco en el dugout como era costumbre de la época. Los Braves perdieron su partido consecutivo número 17 y 22 de la temporada. Al día siguiente Ted Turner recibió una llamada de Chub Feenay, presidente la National League, donde le comunicó que de acuerdo al reglamento un propietario no podía entrenar un equipo. También le dijo que sería inflexible y que contaba con el apoyo incondicional de Bowie Kuhn, el comisionado de la MLB. Al día siguiente Ted Turner renunció a su puesto como entrenador, y los Braves rompieron por fin su racha negativa. Ted Turner dejó una cita para la historia “Esa regla la han debido de poner ayer, si lo suficientemente inteligente para ahorrar 11 millones para comprar un equipo debería ser lo suficientemente inteligente para poder entrenarlo”.
Ted Turner en todo caso no abandonó su posición de propietario, presidente y General Manager hasta que en la década de los años 80 decidió apartarse del día a día de la franquicia cediendo el mando del equipo a los que sabían realmente de baseball. En 1986 se nombró a Bobby Cox General Manager y unos años después comenzó la era dorada de la franquicia que se culminó cuando en el año 1995 ganaron las World Series.
Jerry Jones si le dejaran haría lo mismo, pero aquello que os contaba de Ted Turner tuvo lugar en los años 70 y en Atlanta, un equipo pequeño y sin repercusión nacional. La NFL es una liga con repercusión nacional y los Dallas Cowboys es el equipo mas popular de la liga, hay un viejo dicho en el mundo del periodismo deportivo, “cuando no sepas de que hablar, habla de los Dallas Cowboys”. A Jerry Jones le resultaría imposible hacer lo mismo, en cuanto se pusiera en la banda a dirigir sería llamado al orden, y si pretendiera hacer lo mismo desde el palco, también se daría cuenta todo el mundo, no hay dueño mas fotografiado y seguido que Jerry Jones. Además Jerry tiene un problema, nunca ha podido aceptar que el que fuera amigo suyo Jimmy Johnson, otro con un ego tan grande como el suyo, se llevara todas las medallas de la última etapa de gloria de los Cowboys. Lo cesó y puso a un amigo suyo a entrenar, Barry Switzer, aquel equipo era tan bueno que aunque hubiera puesto al actual Jason Garrett a dirigirlo seguiría ganando igual.
Quizás sería la mejor solución después de todo, dejar que un día Jerry Jones dirija al equipo, ya insinuó no hace mucho tiempo que le gustaría estar mas tiempo en la banda y mas implicado en el equipo. En baseball uno se puede permitir esta patochada por la sencilla razón que la temporada regular tiene 162 partidos, pero en football solo se juegan 16 partidos y no hay margen para semejante tontería. Yo sí dejaría que Jerry Jones entrenara al equipo no por un día, sino por una temporada entera. Le dejaría llevar los cascos en la banda, nombrar un coordinador ofensivo de su gusto, otro defensivo, como si no lo hiciera ya, incluso se podría implicar en los equipos especiales. Lo siguiente sería verlo sin su traje y corbata, sino en ropa casual en la banda con el pañuelo rojo en el bolsillo bien a mano para lanzarlo en los casos de challenge. También sería el encargado de elegir jugadores en el draft y fichar a cuanto agente libre se le pusiera a tiro.
Estoy convencido de una cosa, el día que su flamante parque de atracciones esté vació, el día que los agentes libres se negaran a firmar por los Cowboys, el día que los jugadores drafteados por el equipo estuvieran contando los días que les queda para desvincularse del equipo, solo ese día Jerry Jones quizás se dé cuenta que es momento de hacer lo mismo que hizo Ted Turner, dejar que la gente que sabe del deporte dirija la franquicia y le devuelva la gloria. Pero por desgracia de los Cowboys ese día está a años luz de pasar, mientras el estadio se siga llenando, mientras se sigan vendiendo miles de camisas de los Cowboys, mientras se sigan vendiendo millones de cervezas, hamburguesas y pizzas en el AT&T Stadium, mientras Jerry Jones siga haciendo cameos en series de TV, mientras haya jugadores que sigan queriendo formar parte de esta farsa de equipo, nada va a cambiar.
De momento Jerry Jones tiene una válvula de escape perfecta, Tony Romo. Por eso le paga el astronómico contrato que le paga, se lo merece no solo por lo que hace en el campo sino porque cuando todo se tuerce, cuando todo vaya mal, todos apunten con el dedo al mismo, Tony Romo. Es una lástima, Tony Romo es un excelente QB que con el entrenador adecuado estoy mas que seguro que no habría dudas que una vez que su carrera terminara la siguiente parada sería Canton, sede del Hall of Fame. Cuando Sean Payton abandonó los Dallas Cowboys para ser Head Coach de los New Orleaans Saints su primer movimiento fue intentar fichar a Tony Romo como QB de su proyecto, Jerry Jones se negó y el siguiente movimiento de Sean Payton fue fichar a un QB del que había serias dudas de que pudiera volver a jugar al máximo nivel, un tal Drew Brees que los San Diego Chargers dejaron irse y los Miami Dolphins rechazaron. Drew Brees no solo ha pulverizado toda clase de registros, sino que tiene el ansiado anillo y cuando su carrera culmine le espera el Hall of Fame.
La única duda que queda es que pasará el día que no esté Tony Romo en la franquicia. Si con él el equipo funciona como funciona, el día que no esté es casi mejor ni pensar que puede suceder. Un equipo donde tu defensa cada día te obliga a estar al 100% para tener una posibilidad de ganar es imposible que pueda ganar muchos partidos, ni Tom Brady o Peyton Manning serían capaces en encauzar esta nave.
En todo caso de todo lo que está sucediendo quizás sí se pueda sacar una nota positiva, si analizamos en frío todos nos estamos dando cuenta de una cosa, Tony Romo no es quien debería comerse este marrón. Se ha estudiado por muchos especialistas la primera intercepción de Tony Romo, la misma en la que de forma grotesca Jason Garrett se ha querido quitar toda responsabilidad diciendo que la jugada diseñada era una carrera pero que el QB la cambió a pase tras un audible. Tony Romo hace la lectura perfecta, por eso cambia la jugada, pero falla en la ejecución. El QB no puede plantar los pies adecuadamente cuando tiene que realizar el pase, Clay Matthews le descoloca y el pase que iba dirigido a Miles Austin se queda corto y es interceptado, pero si el pase hubiera estado bien ejecutado acaba en TD. Si a eso le añadimos que el único responsable del playcalling que roza la indigencia está en la banda y que el responsable de la defensa en un box, los que algo saben de este deporte se empiezan a dar cuenta que esta vez no puede ser Tony Romo quien se coma el marrón. Su equipo le está poniendo en una situación donde solo jugando perfecto tiene alguna posibilidad.
Pero a quien realmente se le debe estar agotando el crédito y se está quedando sin disculpas es quien ha gestionado todo esto, Jerry Jones. El propietario y General Manager paga muy bien a sus jugadores, y Tony Romo está muy bien pagado, pero no solo lo está para por lo que hace en el campo, se le paga para hacer las funciones de paraguas de su General Manager y propietario. Solo que esta vez el paraguas está lleno de agujeros y está en medio de una tormenta, ni tener al mejor “sostenedor” de paraguas le va a servir a Jerry Jones.
AUDIBLES
- Los Seattle Seahawks fueron a Nueva York a hacer lo mismo que en su día hacían los ejércitos de Julio Cesar, llegar, ver y vencer. No tuvieron contemplaciones los de Pete Carroll con los Giants en lo que se podría ser su primera visita esta temporada a la Gran Manzana. Fueron especialmente crueles con Eli Manning, al que interceptaron hasta cinco veces haciéndolo virtual ganador del campeonato por lanzar mas intercepciones en una sola temporada. Salvo que Geno Smith se emperre en lo contrario el pequeño de los Manning va a ganar el duelo de pistoleros de Gotham City y no solo eso, por primera vez en la historia, y seguramente única, dos hermanos van a liderar la liga en TD e intercepciones. En todo caso culpar de la mala temporada de los Giants a Eli Manning es totalmente injusto, todos los jugadores tienen derecho a tener años mejores y peores, les ocurre a todos los QB, pero si a un mal año le acompañas encima una nefasta gestión de equipo, el desastre está servido. Tom Coughlin parece que quiere seguir otro año, sus dos anillos le avalan de momento, pero otra temporada como esta y el HC podría acabar teniendo una salida peor de la que tuvo en Jacksonville.
- Llevo toda la temporada que una mala situación en la posición del QB es muchas veces el detonante de una pésima gestión de un equipo. Mientras tu QB funcione y haga funcionar al equipo tapa deficiencias y maquilla errores. Lo hemos visto en Green Bay con Aaron Rodgers y ahora ha explotado con toda su crudeza en Washington. Los Redskins se las prometían muy felices con la elección de Robert Griffin III como QB a pesar de haber pagado una morterada por él en elecciones de draft. Todo iba estupendamente hasta que el QB se rompió los ligamentos de su rodilla. Robert Griffin III, y quienes le asesoran, forzaron la rehabilitación por querer emular a Adrian Peterson, unos meses después no parece que haya sido llevado tan bien. Yo sigo pensando que nunca tenía que haber regresado tan pronto y mas teniendo a un QB competente como parece ser Kirk Cousins, pero en Washington ha ocurrido lo que suele suceder cuando el barco se hunde, los primeros en abandonar son las ratas y todo lo que sale cada día de Washington apesta. El domingo los Redskins, o mas bien Mike Shanaham, sacaron a Kirk Cousins de titular a la vez que decidían dejar sentado lo que resta de temporada a Robert Griffin III. El movimiento puede parecer poco lógico, pero a mi me parece bien, Mike Shanaham intenta de alguna forma recuperar elecciones de draft, algo que solo puede llegar traspasando un QB, la pregunta para mi es ¿Quién? Yo tengo claro con quién me quedaría si Kirk Cousins sigue rindiendo al mismo nivel.
- La temporada de los NY Jets puede darse casi por terminada, la victoria de los Miami Dolphins el pasado domingo y de los Baltimore Ravens el lunes, unido a su derrota ante los Carolina Panthers, los deja fuera de la lucha por los playoffs. En todo caso en New York ahora se abren otras interrogantes ¿Qué va a pasar con Rex Ryan? Con los problemas defensivos que azotan a muchas franquicias no es descabellado pensar que al día siguiente de recibir el finiquito Rex Ryan tendrá cola de pretendientes para hacerse con sus servicios. Dentro de la mala sensación que puede dejar una temporada que ha tenido por igual momentos brillantes con otros mas bien ridículos, los Jets deberían pensar que su reconstrucción quizás no esté tan lejos. De momento tienen a un jugador excepcional como Sheldon Richardson que el domingo quizás certificó su próximo nombramiento a Defensive Rookie of the year, no solo se permitió el lujo de salir corriendo y placar al mismísimo Cam Newton, sino que el ataque lo utilizó en una jugada corta y en su segundo intento de carrera anotó su primer TD como jugador de ataque. Viendo las prestaciones del DT no sería descartable que pudiera repetir el experimento, Mike Ditka ya lo hizo en su día con William “The Refrigerator” Perry, un DT que jugó a las órdenes de Buddy Ryan, padre de los gemelos Ryan y que anotó un TD en la Superbowl XX.
- Una de las cantinelas que mas se habla esta temporada es el bajón de rendimiento de Peyton Manning cuando la temperatura baja de determinados grados, como ya dije en su día nunca he tenido muy claro el criterio para elegir en 40º ó 32º cuando se usa la escala Fahrenheit, algo que sí tendría sentido si se usara la escala Celsius, los 32º F son nuestro equivalente a los 0º. Para mi es mas una cuestión de la calidad de los equipos con los que se ha enfrentado Manning en esas circunstancias, normalmente los playoffs, y que son partidos jugados fuera se estadio (Manning está con una marca de 2-2 en partidos por debajo de los 40ºF en Denver, su nueva casa). Pero otra estadística que está pasando mucho mas desapercibida es la absoluta incapacidad de Drew Brees de ganar partidos fuera de su estadio. Tras la derrota ante los St. Louis Rams los Saints acumulan ya cuatro derrotas, todas fuera, les queda aún por jugar otro partido ante los Carolina Panthers donde la división va estar en juego y a nadie se le escapa que dos de las tres victorias fuera de su campo fueron ante unos Buccaneers que tuvieron la victoria en la mano y dejaron escaparse y otra pírrica victoria ante unos lamentables Atlanta Falcons.
- Durante la pasada post temporada asistimos a las renovaciones de varios contratos de QB. Empezó Tom Brady, le siguió Joe Flacco y acabaron pasando por caja Tony Romo, Matthew Stafford, Matt Ryan y Aaron Rodgers. Todos tienen en común una cosa, bien ampliaciones, bien nuevos contratos, todos firmaron por cantidades astronómicas, aquello parecía una carrera por ver quien acababa con el mejor contrato. Solo el tiempo dirá quien firmó el mejor contrato, como ya sabemos en la NFL una cosa es lo que se firma, otra muy diferente lo que se cobra. Pero todos los contratos tienen otra cosa en común, han sido objeto de debates muy encendidos sobre si lo merecían o no. Con la temporada a punto de echar el cierre es difícil sacar conclusiones, pero a simple vista parece que nada justifica los contratos que recibieron tanto Matthew Stafford como Matt Ryan, el resto sí parecen haberlos justificado. La temporada de Tony Romo sería excelente y nadie le puede exigir que esté perfecto con esa pésima defensa, si los Boys se meten a playoffs el QB debería sonar para MVP porque es quien ha tirado del equipo toda la temporada. Joe Flacco no ha tenido la mejor de las temporadas regulares, pero en cuanto su equipo ha empezado en modo playoffs responde, guste o no guste, encuentra los pases y los manda a donde tienen que ir.
- Los Baltimore Ravens están una vez mas en su sitio favorito, volando debajo del radar. La temporada pasada pocos prestaron atención a su pase a la post temporada, en primera ronda eliminaron a unos bisoños Indianapolis Colts y nadie apostaba por ellos en Denver. Cuando parecían eliminados Joe Flacco sacó el portentoso brazo que tiene a pasear y con la colaboración de la secundaria de los Broncos mandó el partido, primero a la prórroga, y luego a la victoria, y de allí a la Superbowl. Hace un par de semanas los Ravens parecían muertos, incluso la semana pasada ante los Vikings estaban mas muertos que vivos, en Detroit también lo parecían, pero de nuevo apareció el Joe Flacco que responde en los momentos claves junto a la extraordinaria aportación del kicker Justin Tucker, que en los segundos finales anotó un FG de 61 yardas. La defensa de Baltimore hizo además algo que muy pocos han podido hacer este año, dejaron en números humanos a Calvin Johnson tras provocarlo con declaraciones descacharrantes durante la semana calificándolo de viejo. De repente los Raves dependen de ellos mismos para llegar a la post temporada y están a solo 6 partidos de repetir la misma hazaña que la temporada pasada. Aunque siguen volando por debajo del radar con toda seguridad no lo hará en los radares tanto de Denver como de New England, dos equipos que seguro que no sienten nada cómodos con la presencia de un equipo que sabe competir como pocos en determinados momentos.
- Las consecuencias de lo ocurrido el pasado lunes en Detroit ha removido todo el cuadro de playoffs tanto de la AFC como de la NFC. En la AFC tres equipos dependen de ellos mismos, los propios Baltimore Ravens además de los Cincinnati Bengals y Miami Dolphins. Los Bengals abrieron la espita tras una dolorosa derrota en Pittsburgh acompañada de la victoria de los Ravens. Los Dolphins si ganan sus partidos ante los Bills en Buffalo y los Jets en Miami pasarán, antes lograron una trabajadísima victoria ante unos New England Patriots que echaron demasiado en falta a Rob Gronkowski, especialmente en la Red Zone, el llamado “Factor Gronkowski” entró mas en juego que nunca. En la NFC las consecuencias de la derrota de los Lions también se dejaron notar, hasta 4 equipos dependen de si mismos, Dallas Cowboys y Philadelphia Eagles en la NFC East; y Chicago Bears y Green Bay Packers en la NFC North. El calendario además es tan caprichoso que dependiendo de los resultados que se produzcan en los partidos del domingo de primera hora podría hacer que el Sunday Night entre los Chicago Bears y Philadelphia Eagles sea un partido con menos en juego que un encuentro de pretemporada, o con absolutamente todo en juego y con premio de consolación para el perdedor. No voy a contar las combinaciones, pero lo único cierto es que no son nada rocambolescas tal y como está la liga.
- El lunes que viene un estadio con mucha historia en la NFL dirá adiós para siempre, nos referimos a Candlestick Park, sede durante casi 50 años de los San Francisco 49ers y donde se han jugado varios de los partidos mas importantes de la historia de la liga, entre ellos la célebre final de la NFC de 1981, un partido que cambió para siempre el escaparate de la liga con aquella famosa jugada que decidió el partido, “The Catch”. La NFL en principio había programado un partido muy especial, la revancha de la final de la NFC de 2012, pero la mala temporada de los Atlanta Falcons ha deslucido el partido. Sin embargo los 49ers no deberían dormirse en los laureles ni confiarse en absoluto, los equipos que nada se juegan son ahora los mas peligrosos para equipos que tienen cosas en juego, si el partido va igualado es cuando pueden ocurrir cosas jugarse 4º downs absurdos, FG casi imposibles o conversiones de 2 puntos en contra de toda lógica, jugadas que pueden decidir un partido. Si los 49ers dan carpetazo a su estadio con una derrota acompañada de una victoria de los Cardinals ante los Seahawks, todo quedaría para el último partido que enfrentaría a ambos equipos en Phoenix.