Los San Diego Chargers sorprendieron a domicilio a los Cincinnati Bengals imponiendose por 27-10 en un partido en el que, jugando de manera conservadora, aprovecharon todos los errores de su rival para ir labrando una ventaja que los de Ohio fueron incapaces de enjugar.
Los californianos empezaron el partido muy entonados y fueron los encargados de abrir el marcador gracias a una buena carrera de Danny Woodhead (15 carreras, 54 yardas). Cincinnati, el equipo que más puntos ha anotado en su casa por detrás de los Denver Broncos, tardó en entrar en calor pero poco a poco se fue metiendo en el partido.
En el segundo cuarto un buen drive perfectamente dirigido por Andy Dalton (29/51, 334 yardas, 1 TD, 2 ints) culminó con una atrapada de 3 yardas de Jermaine Gresham empatando el marcador. Después de que la defensa frenara en seco al ataque de los Chargers y tras una excepcional atrapada de Marvin Jones, los locales volvieron a situarse en la redzone californiana pero cuando Giovani Bernard ya olía la endzone tras una buena recepción, Donald Butler forzaba un fumble del corredor de Cincinnati que era recuperado por San Diego dentro de su yarda 10.
Los Chargers optaron por el conservadurismo y tras un tres y fuera se vieron obligados a alejar la pelota dejando a un algo más de un minuto en el reloj para Dalton. El QB de los Bengals movió las cadenas y a 2 segundo del descanso paraba el reloj con un spike permitiendo a Nick Novak chutar y transformar desde 46 yardas poniendo el 10-7 con el que ambos equipos se retiraron a los vestuarios.
Ni Antonio Gates ni Keenan Allen recibieron un sólo balón en la primera mitad con un Philip Rivers que aunque completo 5/6 pases sólo consiguió 48 yardas (terminaría el partido 12/16, 128 yardas, 1 TD). No hizo falta mucho más.
Tras la reanudación la defensa visitante consiguió frenar el empuje local y en su primer drive del tercer periodo Rivers comenzó al fin a sacar el brazo a relucir y con dos sensacionales envíos, el último acompañado de una gran atrapada de Ladarius Green en la endzone, los Chargers le dieron la vuelta al partido. 14-10.
Entonces comenzo la auténtica noche de pesadilla para Dalton. Primero perdía el balón tras finalizar una carrera para primera down lanzándose al suelo, y el cuero volvía a manos de los visitantes que aprovechaban la situación para anotar un field goal desde 25 yardas y poner la diferencia en siete puntos. Después, en el siguiente drive ofensivo,un mal lanzamiento, de nuevo presionado por la defensa californiana, acababa en las manos de Shareece Wright quien lo retornaba hasta las puertas de la endzone y aunque una vez más la defensa impedía el touchdown los Chargers se iban a dos anotaciones ya entrados en el cuarto definitivo. Para terminar, cuando parecía que los locales movían otra vez las cadenas, llegaba un nuevo «pick» ahora con la firma de Melvin Ingram.
Dos «turnovers on downs» después y una escapada de 58 yardas de Ronnie Brown certificaron un partido negro de Dalton y enviaron a San Diego a Denver para disputar los playoffs divisionales.