Este fin de semana se suponía que era el anticipo de los dos acontecimientos que van a tener lugar la próxima semana. El lunes día 17, queda abierto el plazo para que los equipos de la NFL puedan hacer uso de las designaciones “Franchise Tag” y “Transition Tag”. De hecho si uno mira las principales webs de noticias de la NFL se podrá encontrar con toda clase de artículos que especulan que equipos y sobre que jugadores se va a utilizar la designación, plazo que finalizará el día 3 de marzo.
El miércoles día 19 dará comienzo la NFL Scouting Combine, donde 335 potenciales candidatos a entrar en la NFL se someterán a entrevistas, pruebas físicas, etc… Es el momento en el que todos tenemos que leer los estupendos perfiles que mi compañeros de NFL Hispano Urko Calavia prepara de cara al draft. Además, aunque nadie quiera reconocerlo, se abre la veda “no oficial” del “tampering”, al acontecimiento acuden cientos de agentes a tantear el mercado al estar presentes todos los Front Office de las 32 franquicias de la NFL.
La semana en todo caso vino cargada de noticias, pero no las habituales y típicas de la época, si tal jugador ha sido cortado o tal otro ha llegado a un acuerdo. Sino que empezábamos la semana con una bomba de relojería, el candidato a entrar en la NFL, Michael Sam, jugador defensivo del año de la SEC, declaraba su condición de homosexual en la ESPN. La noticia corría como la pólvora por toda la liga y no tan liga, era una noticia que traspasaba fronteras, quedaba abierto el debate si una liga como la NFL está o no preparada para recibir en sus vestuarios a un jugador homosexual.
Solo unos días después saltaba otra noticia, esta no referida con la NFL, pero que ha revuelto todos los cimientos del deporte, Derek Jeter, la súper estrella de los New York Yankees, anunciaba que esta temporada que está a punto de empezar, sería su última temporada en activo. Derek Jeter es lo que se conoce como un “asset” (un activo) del deporte americano, un jugador amado y respetado por igual. Si quisiéramos hacer un símil con la NFL es como si Adrian Peterson anunciara su retirada, no hay un jugador mas respetado por todos, amigos y enemigos, que el RB de los Minnesota Vikings.
El viernes se conocía el salario de Roger Goodell, mas de 44 millones de dólares en 2013, de los cuales mas de 40 son un bonus. Un premió por su “excelente” gestión para los propietarios, cada día mas ricos y que quieren serlo aún mas. Seguramente todos formarán parte de los 50 equipos deportivos mas ricos del planeta en cuanto Forbes publique su lista. Sean Gilbert, un ex DT que se está postulando como nuevo presidente de la NFLPA, le faltaba el tiempo para publicar un tweet donde decía la necesidad de cargarse el nuevo CBA a la vista del salario del comisionado. No le falta razón a Sean Gilbert, el comisionado es realmente quien mas dinero gana en este invento, mientras que los que se exponen cada domingo, y al paso que vamos cada lunes, martes, miércoles, etc…. a lesiones se llevan las migajas de un negocio donde unos billonarios son cada día que pasa mas billonarios.
EL INFORME WELLS
Pero quedaba lo último, Ted Wells, el abogado que había recibido el encargo por parte de la NFL para realizar un informe sobre el caso de Martin e Incognito, lo daba a conocer. El informe Wells consta de 144 páginas, a lo largo y ancho del mismo se hace detalle pormenorizado de todos los hechos que supuestamente tuvieron lugar en el vestuario de los Miami Dolphins desde la llegada de Jonathan Martin al equipo en 2012, y que terminaron con su salida en octubre de 2013.
El informe es demoledor, no solo por las consideraciones y conclusiones a las que llega, sino por todo lo que muestra a lo largo y ancho del mismo: lenguaje soez, ordinario y brutal, conductas impropias de personas que se supone deberían ser ejemplo, dejadez de funciones de quienes tenían que tener algún grado de responsabilidad, etc… En resumen, los Miami Dolphins como organización, su vestuario en general, y los miembros de la OL en particular, tienen ahora mismo su prestigio a la altura de los directivos de Lehman Brothers,.
A la vista del informe el principal culpable, que no único, es Richie Incognito, en menor medida le acompañan sus compañeros de OL John Jerry y Mike Pouncey. La víctima debería ser Jonathan Martin, pero viendo su papel en todo este desaguisado, uno debe plantearse si además de víctima es también culpable. Los perjudicados no solo van a ser todos los jugadores implicados en la trama, afecta también a miembros del staff técnico, pero el gran perjudicado son los Miami Dolphins como institución. Y no nos engañemos, esto va mas allá de solo la franquicia de Florida, es un problema cultural de toda la NFL.
Este asunto no ha hecho mas que empezar y va a empeorar, no solo para los Miami Dolphins, que ahora mismo han ocupado el lugar de los Cleveland Browns como piñata de la NFL, sino que tarde o temprano va a acabar salpicando a toda la NFL como organización. Roger Goodell va a tener que justificar mas que nunca esos 44 millones que ha percibido para que este cáncer no se expanda al resto de equipos.
Sí, habrá vestuarios y equipos donde no exista nada ni remotamente parecido. Pero la primera sospecha de que sí existe es que desde varios sitios se han apresurado en decir que nada de eso ocurre donde ellos están, ¿Conocerán eso de “excusatio non petita accusatio manifesta”? Yo no me creo que esto solo ocurría en los Miami Dolphins, como en su día me negué a creer que el “Bountygate” solo ocurría en el vestuario de los New Orleans Saints. Estoy seguro que en muchos equipos no ocurre nada parecido, pero que ahora todos sean hermanitas de la caridad, mirad, no lo compro. Richie Incognito ha pasado por otras franquicias antes y lleva un tiempo en la NFL, no me creo que solo en Miami se haya comportado de igual forma ni que sea algo singular provocado por el calor y la humedad. Esto es como el que expulsan de un club deportivo por orinar en la piscina, pide explicaciones a la dirección y argumenta que todos orinan en la piscina. Entonces le contestan, sí, pero el único que lo hace desde el trampolín es usted. El informe reconoce la singularidad de un vestuario de la NFL, aunque seguido dice que en este caso se han traspasado todas las líneas.
De ser cierto todo lo que el informe dice se debería abrir un debate ¿Cómo gente como Richie Incognito, Mike Pouncey, John Jerry o Jonathan Martin pueden siquiera llegar a ser parte de la NFL? ¿Qué controles existen para que jugadores así se pueden colar en un equipo profesional? ¿No se realizan tests psicotécnicos que puedan detectar problemas de personalidad? ¿Nadie sabía del pasado de problemas personales de Jonathan Martin y que eso podía explotar en un ambiente tan brutal como en la NFL? ¿O como el entrenador de la OL Jim Turner puede ser siquiera parte de la liga? También se apunta a otros miembros del staff, especialmente por un asunto de descalificaciones raciales hacia otro miembro, pero todo se corta en la figura de Joe Philbin, allí acaban las responsabilidades.
A la vista de todo esto, cuando Jeff Ireland, GM de los Miami Dolphins, preguntó a Dez Bryant si su madre era una prostituta, me parece ahora mismo una auténtica tontería. Si Jeff Ireland hubiera hecho sus deberes con todos estos jugadores seguramente nada de todo esto jamás hubiera pasado, y la organización para la que trabajaba nunca se hubiera visto envuelto en este escándalo. Lo preocupante de todo esto es que Jeff Ireland no solo ha trabajado en los Dolphins, se supone que era un muy buen scout y así está reconocido en los mentideros de la NFL. Por eso no me creo que esto es un problema singular de los Dolphins.
Recuerdo hace tiempo un programa que revolucionó las TV de medio continente, hablo del “reality show” llamado El Gran Hermano, el programa fue una creación de la productora holandesa llamada Endemol. Básicamente consistía en encerrar a 12 personas en una casa para ser observados por cámaras las 24 horas del día, los propios concursantes designaban candidatos para ser eliminados por la audiencia. Así visto el programa no tenía mas morbo o curiosidad que observar la convivencia, de allí su nombre, el Gran Hermano era el ojo que todo lo espiaba en la novela “1984” del escritor británico George Orwell.
Si en esa casa se meten a 12 personas normales y corrientes, de esos que tienen vida rutinarias, no pasaría nada o los roces serían los derivados de la propia convivencia. Pero si en su lugar se meten a 12 personas de perfiles muy diferentes, perfectamente estudiados y a sabiendas que van a estallar los conflictos, los líos y los escándalos están servidos en bandeja. Esa mezcla de diferentes caracteres son los ingredientes perfectos para que tenga lugar una “Tormenta perfecta”. El programa El Gran Hermano no era un “experimento sociológico” como se afirmaba desde muchas partes para justificar su existencia, sino que era un calculado laboratorio de ensayos donde en base a proyecciones con unas bases muy sólidas, los conflictos estaban servidos con un solo objetivo, generar audiencias.
Si se hubiera querido hacer lo mismo con el vestuario de los Miami Dolphins ni el mejor de los guionistas hubiera sido capaz de preparar semejante desaguisado. En el vestuario de la franquicia de Florida se juntaron una serie de personajes que ni el mejor de los castings del programa El Gran Hermano hubiera conseguido. Por una parte alguien como Richie Incognito, un jugador con un pasado turbulento y con problemas allí donde ha estado, pero una clase de jugador que todos los equipos desean tener por sus prestaciones en el campo.
De otra parte había otros jugadores dispuestos a seguir a pies juntillas a Richie Incognito. John Jerry no tenía un perfil de jugador problemático, no se le conocen cosas de su pasado. No podemos decir lo mismo de Mike Pouncey, un jugador al que unen fuertes lazos de amistad con Aaron Hernandez, al que ha mostrado públicamente su apoyo y donde es una parte importante del futuro juicio que le espera.
Para rematar el casting teníamos otras piezas, un jugador no identificado en el informe y del que se sospecha de su condición sexual. Fue objeto de numerosas bromas de mas que de dudoso gusto , entre ellas le regalaron un muñeco hinchable de hombre cuando todo el resto de miembros recibió como regalo una muñeca hinchable, aquí es donde participa otro personaje de esta oscura trama, Jim Turner, el entrenador de la OL.
La otra pieza fundamental en todo este elenco es Jonathan Martin, un caso un poco atípico de jugador de la NFL, hijo de buena familia, de clase media alta, aceptado en Harvard, pero que terminó por enrolarse en otra universidad de prestigio como Stanford. A raíz del affaire se ha sabido que el jugador arrastra capítulos de depresión, que ya ha sido objeto de acoso y bromas en etapas anteriores, pero que nada de eso ocurrió en su etapa universitaria, donde era considerado un buen jugador en un programa de enorme prestigio nacional. Fue durante casi toda su carrera el que protegía el lado ciego de Andrew Luck, algo que sin duda contribuyó a elevar su stock en el draft.
Pero en los profesionales los problemas de Jonathan Martin se remontan prácticamente desde que llegó al equipo, muy pronto empezó a sufrir problemas y se empezó a confirmar algo que mas de un scout pronosticó, Jonathan Martin no estaba preparado para dar el salto al siguiente nivel. Su primer año, cuando aún Jake Long estaba en la franquicia, jugó en el lado derecho de la OL. La salida del OLT del equipo, junto a la incapacidad de Jeff Ireland de buscar un reemplazo de garantías, lo hizo moverse al lado izquierdo. En el primer partido de pretemporada la prensa local de Miami vio lo que sería un problema toda la temporada, la OL, empezando por el propio Jonathan Martin.
La temporada regular tan solo confirmaron los problemas de Martin, el peor miembro de la misma junto a Tyson Clabo. En su primer partido recibió de Profootball Focus una calificación negativa de 2.3, mejoró en el segundo partido a 1.2, su mejor marca de la temporada, pero a partir de allí solo obtuvo una calificación positiva de 0.7, siendo todo el resto negativas. En su octavo y último partido, nuevamente jugando como ORT, obtuvo su peor marca, -2.5. La calificación global del jugador tras 8 partidos fue de -6.9, ocupaba exactamente el puesto 60 entre los 72 OT que han merecido calificación de conformidad con la prestigiosa web. Por otra parte Richie Incognito ocupa el puesto 24 (6.8), mientras que John Jerry ocupaba el puesto 43 (-2.9) entre los 81 OG calificados. Mike Pouncey era por su parte el miembro de la OL mejor valorado con un 7.9 de calificación, el número 13 entre los 35 calificados.
El pobre rendimiento de Jonathan Martin era un hecho palpable, no hay mas que leer los mensajes del jugador donde se cuestiona si alguna vez podrá dar la talla como profesional y no estar a la altura de las circunstancias. Si a su pobre rendimiento, como el de toda la OL, se une la inestabilidad psicológica del propio jugador, todos los ingredientes estaban servidos en bandeja para que pudiera pasar lo que terminó pasando. Al final como hubiera querido el equipos de psicólogos que elige los candidatos para formar parte del concurso de Gran Hermano, se formó en Miami un caldo de cultivo para que se produjera esta “Tormenta perfecta”. Todas las partes son culpables a la vista del informe, pero también todas parecen puestas en el sitio preciso y en el momento preciso, para que esto pudiera pasar.
¿Y qué ocurrirá a partir de ahora?
Las reacciones no se han hecho esperar, las primeras las del abogado de Richie Incognito declarando que el informe es una colección de mentiras y errores. El propio Richie Incognito no tardó en aparecer por twitter para decir que harían falta mas de 144 años y páginas para definirlo. También daba la dirección web de una clínica para ayudar a personas con problemas de suicidio, además de cuestionar la independencia de Ted Wells, por último se acabó despidiendo de twitter.
En todo caso quiero adelantar las mías:
1) Richie Incognito
Antes del informe estaba convencido que seguiría y en su condición de agente libre encontraría equipo sin muchos problemas, es un jugador al que sus enemigos desprecian, pero al que sus compañeros quieren en su equipo. Incluso durante su suspensión se rumoreó el interés de al menos un par de equipos para hacerse con sus servicios, los Dolphins acordaron pagarle el salario para evitar males mayores.
Tras la salida a la luz del informe, y las reacciones del jugador predecir si encontrará equipo es imposible. Pero la NFL es una liga que acoge a delincuentes, ex convictos, drogadictos, presuntos violadores y toda una colección de personajes que tienen una cosa en común, talento para jugar al football, Incognito cumple con esa condición, sabe jugar al football como lo atestiguan sus calificaciones.
Ahora mismo está visto como un rufián y sería fácil encontrarle otros calificativos, pero en esta liga tienen sitio ex convictos como Michael Vick, Ben Roethlisberger y sus problemas con mujeres, o jugadores con adicciones a sustancias ilegales que estrellan vehículos contra árboles tras toda una noche de fiesta como Aldon Smith. El caso de Aaron Hernandez es muy extremo, pero algo me dice que en cuando la tormenta amaine Richie Incognito encontrará sitio en algún equipo.
Si la liga le suspende, algo que no se puede descartar, podemos vivir un proceso legal muy largo. Richie Incognito es ahora mismo una alimaña herida y que podria amenazar con llevarse todo por delante. Sus abogados ya han negado el informe y se cuestionan la veracidad de lo que refleja, y recordemos que se trata de un informe independiente, no de la sentencia de un juez.
La única solución para que el jugador no regresara sería aplicar la Ley del Silencio, pero en ese caso la NFL, Ted Wells, los Dolphins, y todo lo que se mueva se enfrentarán por igual a una demanda, el jugador buscaría resarcirse por su falta de ingresos. Por no hablar de que no hay que ser un genio para anticipar que no tardaría mucho en publicar un libro, o aparecer en el programa de Oprah Winfrey para poner en marcha el ventilador.
2) John Jerry
El ORG es agente libre, a la vista de sus calificaciones por PFF parece mas que prescindible en Miami, que sin duda querrá aprovechar la ocasión para limpiar la casa. ¿Tendrá sitio en otro equipo? Supongo que sí, en cuanto se acumulen lesiones siempre habrá alguien que lo probará y puede que en un segundo plano pueda rehacer su carrera.
3) Mike Pouncey
Ahora mismo es el único activo que le queda a la OL de Miami. Es su mejor jugador, el que mejores calificaciones tiene y es un buen center, además de ser un primera ronda. En el informe se cuestionan las declaraciones del jugador y se le califica de mentiroso.
Mike Pouncey tiene otros problemas, está relacionado con el caso Aaron Hernandez, donde incluso ha sido llamado a declarar en el juicio. Apareció en compañía de su hermano gemelo, Marquise, apoyando públicamente a Aaron Hernández, algo que el obligó a pedir perdón.
Su contrato es asumible, es uno de los rookies afectados por el nuevo CBA. El problema es que si Miami lo corta o traspasa se va a encontrar con un serio problema, van a tener que construir una OL entera, igual que si se tratara de una franquicia en expansión en su primer año.
Lo mas probable es que el jugador acepte algún tipo de sanción y se reincorpore al equipo, y esperar que con el tiempo se olvide su papel.
4) Jim Turner
Parece otro chivo expiatorio perfecto, no tanto por su papel en el caso Martin e Incognito, sino por su papel en el caso del jugador anónimo A. A su favor solo tiene una carta, parece ser que jugó un papel fundamental en que Jonathan Martin empezara a reconocer que tenía un problema.
5) Jonathan Martin
¿Víctima o verdugo? La palabra verdugo me parece fuera de lugar, pero sí lo calificaría de “colaborador necesario”. Tampoco es una “victima”, el jugador podía haber puesto fin a esto desde el primer momento, nunca lo hizo, es mas, llegó a meterse en la vorágine de locura del vestuario de los Dolphins, o mas que el vestuario, la unidad de la OL.
Jonathan Martin sí tiene todas las aptitudes físicas para jugar al football, pero dudo mucho que tenga la actitud para poder hacerlo al nivel de la NFL. Este escándalo seguro que traerá como consecuencia una política de monitorización de vestuarios, códigos de conducta y otras muchas cosas. Pero hay algo que salvo que la NFL ponga micrófonos y cámaras en las “trincheras” no podrá impedir, lo que ocurrirá y se dirá en el terreno de juego, donde se funcionan con otras reglas muy diferentes y el “trash talking” es habitual.
No me gustaría estar en el pellejo de Martin por mucho que encuentre un equipo donde pueda encajar, por ejemplo San Francisco o Indianapolis ya han sonado como candidatos. El problema no van a ser sus compañeros, sino sus rivales, si hay algo que no puedes demostrar en esta liga es una debilidad, y Jonathan Martin es un jugador débil.
Yo desde luego no lo querría ni en pintura en mi equipo, ha sido un jugador nefasto para los intereses de los Dolphins. Un completo desperdicio de elección, no tiene calidad para estar en el siguiente nivel, pero eso no es nada malo, hay jugadores que fueron buenos en su etapa colegial, pero eso no tiene porque trasladarse al siguiente nivel. Tampoco sería justo calificarlo de un “bust”, eso queda para jugadores de primera ronda, pero si es sin duda una de las peores elecciones del régimen de Jeff Ireland, solo seguía en el equipo por un motivo, su status de jugador de 2ª ronda. Si los Dolphins tienen mucha suerte alguien podrá hacer un trade por él, pero salvo milagro todo apunta a que se le cortará.
6) Los Miami Dolphins
Soy seguidor de esta franquicia desde hace casi 40 años y creía que tras la temporada del 1-15 del nefasto Cam Cameron se había tocado fondo. Pero con los Miami Dolphins se podría aplicar la Ley de Murphy, todo lo que sea susceptible de empeorar, seguro que podrá empeorar.
Esta franquicia ha tocado otro fondo mas profundo, yo no me atrevo a decir que las cosas puedan empeorar, pero no me extrañaría, creo que solo se ha abierto la caja de Pandora y aún saldrán mas cosas.
El informe corta las responsabilidades en Joe Philbin, al que exime de culpa, aunque yo sí creo que algo de negligencia debería haber, un Head Coach, que no tiene funciones de General Manager o funciones ejecutivas en la jerarquía del equipo, debería saber todo lo que pasa en su equipo. Debería saber que problemas tienen todos y cada uno de los miembros de su plantilla, si ha dormido mal, si no come bien, en resumen, tiene que saberlo todo de todos.
También a la organización le salva que Jeff Ireland está fuera, máximo responsable de haber seleccionado a todos los jugadores, entrenadores y no haber sido capaz de diagnosticar que algo así podía ocurrir. Lo que sí parece claro es que Jeff Ireland no estaba satisfecho con el rendimiento deportivo de Jonathan Martin, la prueba es que pidió a otros miembros de la OL que lo endurecieran. Qué se puede entender por esto es algo que no parece claro.
Finalmente el propietario, Stepehn Ross, se ha comprometido a colaborar con la liga y crear un entorno adecuado en el vestuario, pero esto no va a ser necesario que lo diga, el affaire de Martin e Incognito va a traer un cambio de cultura en los vestuarios de la NFL.
7) La NFL
Roger Goodell no se ha caracterizado por su mano de seda en el tratamiento de algunos asuntos, aún colea el espantoso ridículo que hizo con motivo del “Bountygate”. En otros casos no tuvo problemas, como Michael Vick o Ben Roethlisberger, que aceptaron sus sanciones. El caso Aldon Smith es un borrón además de un privilegio poco aceptable, habría que ver como hubiera reaccionado el comisionado si en lugar de una estrella se hubiera tratado de un modesto, el caso de Josh Brent sirve de ejemplo.
Pero lo que sí queda patente es que en las oficinas de los equipos importa poco o nada el pasado o problemas de muchos jugadores. Ahora que estamos en periodo de draft se suele leer o oir eso de “problemas de carácter”, pero a la vista de lo que ocurre cada post temporada, o el caso extremo del vestuario de los Dolphins, todo me parece una enorme mentira.
Mientras un jugador pueda aportar y tener talento, habrá un equipo que se atreverá con él, gente como Terrell Owens o Titus Young están fuera de la NFL no porque sean problemáticos en un vestuario, sino porque ya no pueden aportar nada mas. Y como he dicho, yo sí creo que Richie Incognito va a poder volver, pero no Jonathan Martin, uno vale para jugar, el otro ha demostrado que no lo vale.
Las consecuencias de este escándalo ya les he dejado caer, una politíca de monitorización de vestuarios, códigos de conducta que todos los jugadores y miembros del staff deberán firmar justo seguido de sus contratos, comisarios independientes para controlar el ambiente de los vestuarios, obligación de tener personal especializado en evaluar el perfil psicológico de todos y cada uno de los jugadores, comisiones que salvaguardarán el buen cumplimiento de todo lo anterior, etc….
Si el caso de los Miami Dolphins es una excepción, una isla, un caso singular ¿A cuento de qué viene lo anterior? La respuesta es sencilla, no lo es, otra cosa es que no haya conocido mas casos, pero desde el mismo momento en que la liga quiere cambiar la cultura de los vestuarios, es que existe un problema, existen mas Incognitos.
Lo que deseo ante todo y sobre todo es que al menos este caso sirve para algo, es lo único positivo que podemos extraer del mismo, pero que también tengo claro otra cosa, ni todos somos unos santos, ni todas son unas putas, la realidad siempre esta en el medio, en la zona gris.