Nota: Cuando empecé a escribir este artículo los Washington Redskins aun no habían decidido sentar definitivamente en el banquillo a Robert Griffin III, pero he decidido dejarlo como estaba y solo modificar algún detalle.
Con solamente cinco jornadas que disputar los Washington Redskins afrontarán en ese tiempo y en él que va hasta los primeros días de mayo una de las decisiones más importantes, sino la mas, de su mas reciente historia. Con un récord de 3-8, pese a no estar matemáticamente eliminados de los playoffs, las posibilidades de que puedan llegar son prácticamente nulas, comparten marca con los NY Giants y están a cinco partidos de distancia de Dallas Cowboys y Philadelphia Eagles. Los Washington Redskins miran mas a su futuro draft, que jugadores finalizan contrato, con cuales tienen que quedarse, que agentes libres perderán, etc… Lo que les resta de temporada se limitará a competir con dignidad e intentar estropear el pase a post temporada a algún rival divisional, sobre todo si estos son los Dallas Cowboys.
El convenio colectivo (en adelante CBA), que firmaron jugadores y NFL, cambió el sistema de elección de los novatos para evitar uno de los abusos del antiguo convenio, pagar auténticas millonadas por jugadores que no habían probado absolutamente nada en los profesionales. Esto molestaba especialmente a los veteranos que veían como los equipos destinaban mucho del dinero de su espacio salarial a firmar novatos. Casos como los JaMarcus Russell hicieron saltar las alarmas, aunque no sea el único, enumerar la lista de busts nos llevaría todo el día.
Con el nuevo CBA los daños económicos, vamos a ser mas precisos y decir monetarios o de tesorería, son menores , pero eso no quita para que el concepto de «bust» siga tan vigente como entonces, incluso que puedan ser mayores. Roger Griffin III corre peligro de convertirse no solo en un bust, sino que es muy posible que pueda acabar siendo el mayor bust de la historia. Un caso que podría figurar en todos los libros como la peor elección en los mas de 70 años largos de historia de este invento de Bert Bell.
El CBA estableció una provisión especial para los jugadores de primera ronda, los equipos tenían la posibilidad unilateral de ampliar sus contratos por un 5º año de forma automática. La decisión se tenía que comunicar a la liga entre el periodo de apertura del nuevo año de la liga y la primera semana de mayo, si el equipo ejercía la opción el jugador se garantiza, si fue elegido entre las posiciones 1 y 10 el salario medio de los 10 jugadores mejor pagados en la misma posición; y si fue elegido entre las posiciones 11 y 32, el salario medio de los 25 mejor pagados en su misma posición. Los primeros jugadores que se vieron afectados por esta medida fueron los elegidos en el draft del año 2011, de los 32 seleccionados en primera ronda hubo hasta 9 jugadores sobre los cuales no se ejerció la opción (los San Francisco 49ers tenían tres jugadores y solo la aplicaron sobre uno, Aldon Smith). En otros casos los jugadores habían sido cortados y quedaron como agentes libres, casos de Tampa Bay y Philadelphia. Entre los nombres destacados había varios QB: Blaine Gabbert, Jake Locker o Cristian Ponder. En algunos casos se ha utilizado como arma para retener al jugador mientras se renegocia un nuevo y suculento contrato, los mas que justificados casos de Patrick Peterson, AJ Green, Tyron Smith y JJ Watt entre otros.
Esta postemporada les llega el turno de ejercer esa opción a los equipos de los jugadores elegidos en el año 2012. No hay una sola duda de que los Indianapolis Colts ejercerán la opción sobre Andrew Luck, como también parece que los Miami Dolphins la harán efectiva sobre su QB Ryan Tannehill. No será el caso de Brandon Weeden, cortado por los Cleveland Browns y que llegó como agente libre a Dallas. Russell Wilson, elegido en tercera ronda, debería pasar por la misma experiencia que vivieron la temporada pasada Andy Dalton y Colin Kaepernick, su primer contrato podrá ser objeto de renegociación.
Pero el QB que mas atención generará será sin duda Robert Griffin III ¿Qué harán los Washington Redskins? La situación del Front Office no es nada fácil puesto que ahora mismo no saben si lo que está en el campo es el jugador que ganó el premio al novato del año, llevó a los Redskins a la post temporada y terminó con un récord personal de 9 victorias y 6 derrotas, o es el QB que desde que regresó de la lesión tiene un récord de 4 victorias y 13 derrotas, que terminó en la suplencia la temporada pasada y que en este su tercer año, además de lesionarse, está mas cuestionado que nunca. Todas las noticias que salen de Washington no son precisamente positivas, desde que el QB ha perdido el respeto del vestuario hasta las voces que señalan que Jay Gruden tiene el visto bueno del Front Office, pero sobre todo del propietario Daniel Snyder, para mandar de nuevo al banquillo a Robert Griffin III, algo que recordemos que el año pasado levantó una enorme polémica y que fue el último clavo que selló el ataúd de Mike Shanaham, al que supongo que la situación qué se está viviendo en Washington no le será desconocida.
Con cada partido ganan los adeptos de que Robert Griffin III sea sentado de forma definitiva, los Redskins parece que tienen mas opciones de ganar partidos con Colt McCoy al mando que con el que se supone es y debería ser su QB franquicia, sobre el que fuera su reemplazo Kirk Cousins ya nadie habla tras una temporada que podríamos calificar de miserable. Pero la cuestión es sencilla ¿Ahora mismo qué es más importante, ganar encuentros o saber si Robert Griffin III es un QB válido? Personalmente lo que debería preocupar a los Redskins es lo segundo, si nadie endereza la nave, lleva camino de convertirse en el mayor bust de toda la historia de la NFL. Si, lo voy a decir de nuevo, Robert Griffin III tiene serias posibilidades de convertirse en la peor elección no solo de la historia moderna del draft, sino de todos los draft reemplazando a clásicos como JaMarcus Russell o Ryan Leaf.
Hasta la fecha si tenias que buscar la definición perfecta de bust JaMarcus Russell era lo mas sencillo, como antes lo fue Ryan Leaf, jugador que por cierto fue elegido inmediatamente por detrás de Peyton Manning, como Robert Griffin III lo fue tras Andrew Luck, ambos elegidos por los Indianapolis Colts en primer lugar. Tanto Russell como Leaf tienen en común no solo ser unos fiascos en la parcela deportiva, sino que financieramente fueron otro desastre igual de grande. Ambos QB pertenecen a los tiempos en que se daban mega contratos a jugadores que no habían demostrado su valía, Sam Bradford es el último de esa especie, lo que no solo suponía que la elección desde un punto de vista deportivo era un desastre, sino que las consecuencias económicas te lastraban al menos otro par de años por los efectos devastadores en el Salary Cap.
El caso Robert Griffin III, si finalmente acaba mal y todo apunta a que sí, muchos dirán que por lo menos no tuvo las implicaciones financieras o económicas de aquellos QB. Y aquí es donde diría ¿Como qué no?
Vamos a plantear el escenario económico. Cuando los Washington Redskins hicieron el trade por la segunda elección del año 2012 dieron a cambio:
- Primera ronda del 2012 (6ª absoluta)
- Segunda ronda del 2012 (39ª absoluta)
- Primera ronda del 2012 (22ª absoluta)
- Primera ronda del 2014 (2ª absoluta)
El actual CBA establece unas tablas donde se establece el salario que cada jugador va a percibir en función de posición y ronda en qué es elegido en el draft. No vamos a hacer suposiciones si hubieran podido elegir a tal o cual jugador, sino que vamos a sumar los salarios garantizados de los jugadores que salieron elegidos en esas elecciones, no importa si fueron QB, CB o RB, el salario que se percibe viene determinado por donde es elegido. Evidentemente en este cálculo, en lugar de poner el salario del jugador que fue elegido en 6ª posición en 2012, pondremos el de Robert Griffin III, 21.119.098 USD, todos ellos garantizados
- Primera ronda del 2012 (2ª absoluta) ……… 21.119.098 USD
- Segunda ronda del 2012 (39ª absoluta) …… 6.947.538 USD
- Primera ronda del 2012 (22ª absoluta) …… 2.939.324 USD
- Primera ronda del 2014 (2ª absoluta) …….. 21.284.098 USD
El total garantizado, las cantidades que van a percibir esas elecciones, se lesionen, sean cortados o nunca lleguen a jugar, asciende a 52.290.058 USD (55.959.370 USD son el importe total de lo contratos firmados).
De acuerdo a estos cálculos podemos decir que el coste económico de Robert Griffin III, que no necesariamente coincide con su coste monetario o de flujo de tesorería, asciende a 52.290.058 USD, cantidad que es superior al importe garantizado que obtuvo Sam Bradford cuando firmó su primer y hasta ahora único contrato, 78.045.000 USD por seis años, de los cuales 50.000.000 USD eran garantizados.
De momento Sam Bradford no ha sido calificado oficialmente de bust, su rendimiento quizás no sea el esperado de conformidad a su status, pero también es cierto que las lesiones han plagado su carrera. Por eso conviene irse a los números del que sí se considera el mayor bust de la historia, JaMarcus Russell, que firmó un contrato de 61.000.000 USD, de los cuales 32.000.000 USD eran garantizados. Tras tres temporadas en los Raiders JaMarcus Russell fue cortado, acabaría cobrando aproximadamente unos 36.000.000 USD entre bonus y salario. El resto del contrato nunca lo cobró y los Raiders tuvieron que tragarse un impacto salarial en dinero muerto superior a los 13 millones. En todo caso, y dejando de lado el efecto inflación, el impacto económico de JaMarcus Russell es muy inferior al que podría suponer Robert Griffin III.
Si JaMarcus está considerado como el mayor bust de la historia ¿Qué nos impide que sea reemplazado por Robert Griffin III? De momento nada, no solo es el valor económico, parece que lo estamos reduciendo a su coste, sino a eso hay que añadir el coste deportivo. En el caso de JaMarcus Russell los Raiders ya eran dueños de la elección, como en su día los San Diego Chargers eran dueños de la elección de Ryan Leaf, o los Saint Louis Rams lo eran de la elección número 1 en 2010 o los Panthers en 2011. Ellos no tuvieron que traspasar elecciones, sino que usaron la suya, mejor o peor, y aún así disponían de la elección de segunda ronda y la primera de los dos años siguientes.
El caso de los Redskins podría ser mas grave aún, no solo pierden el dinero y la elección mal gastada, sino que en el camino se van dejando muchos pelos en la gatera, que son la segunda ronda del 2012 mas las primeras de los años 2013 y 2014. Hacer un ejercicio de ciencia ficción sobre que jugadores hubieran sido elegidos es imposible, por eso ni me molesto en decir quienes fueron esas elecciones, pero sí sabemos una cosa, son jugadores que sin ninguna duda deberían ser parte integral de la columna integral del equipo, titulares cada domingo, salvo que ellos también fueran busts. Ese valor deportivo es imposible de calcular, el económico como hemos visto sí.
Es fácil decir los Redskins no han pagado eso 52.290.058 USD, sino solamente 21.119.098 USD. Aunque los capitalinos no han destinado ese dinero al bolsillo de su QB, ese dinero no solo no ha ido destinado a los jugadores que nunca llegaron a elegir, sino que se ha destinado y se destinará a pagar salarios de otros jugadores que seguramente nunca hubieran formado parte del equipo. Los Redskins son habitualmente uno de los equipos que mas apura el espacio salarial, esa diferencia de 31.170.960 USD se ha ido e irá en salarios de jugadores con menos talento del que se hubiera ido en aquellas hipotéticas elecciones.
¿Es Robert Griffin III el mayor bust de toda la historia de los Drafts de la NFL? Hoy, ahora mismo, cuando escribo esto, quizás no, pero todo apunta a que sí, que lo terminará por ser. Sé que alguien podrá decir que en su primer año los Washington Redskins fueron a los playoffs y fueron eliminados en primera ronda, pero ¿Merece la pena ese premio por el coste económico y deportivo que conlleva?
De momento sabemos una cosa, los Washington Redskins han anunciado que Robert Griffin III no será titular el próximo domingo y empezará Colt McCoy, y no Kirk Cousins, la válvula de seguridad que los Redskins eligieron por si el experimento no funcionaba (Kirk Cousins ha costado a los Redskins hasta la fecha 2.572.688 USD, importe que podríamos añadir a los 52 millones de Robert Griffin III).
Si el jugador es traspasado a final de temporada los Redskins tan solo se ahorrarán de pagarle el salario del año 2015, 3.269.877 USD, cantidad que se la pagaría su nuevo equipo, pero ese importe va directo contra el espacio salarial de los capitalinos aunque no lo desembolsen de su bolsillo. Si el jugador es cortado a final de temporada tendrá derecho a percibir esa misma cantidad, que es garantizada pase lo que pase.
En todo caso será totalmente indiferente como salga el jugador de la franquicia, el coste de todo lo que hemos expuesto seguirá siendo el mismo (pretender que los Redskins reciban a cambio un buena elección de draft es casi imposible). Y si el jugador tras ser cortado acaba triunfando por otro equipo, el coste seguiría siendo el mismo.