Estoy casi seguro que casi todos mis lectores han visto la película “Gladiator” de Ridley Scott, protagonizada por Russell Crowe. Cuenta la historia de un general de las legiones de Roma traicionado en una conspiración dirigida por el hijo del emperador en su asalto al trono. El general consigue huir cuando iba a ser asesinado, es herido de gravedad, sin embargo no puede impedir la ejecución de su mujer e hijo. Exhausto y malherido, tras cabalgar desde Germania hasta Hispania, acaba siendo vendido como esclavo en el norte de África a un antiguo gladiador, que lo quiere como carne de cañón para sus espectáculos de gladiadores.
El general, de origen hispano y al que su vida le importa una higa, se acaba transformando en una celebridad por su facilidad para dar espectáculo matando aprovechando su formación militar, lo que le catapulta hasta el mismísimo Coliseo de Roma, donde llega precedido de su fama y habilidades. En cuestión de unos días se hace la mayor celebridad de Roma por su habilidad para luchar en la arena del Coliseo. Sí, sé que detrás de esta historia hay mucho mas, pero además de qué estoy seguro que habéis visto este “péplum” moderno, esas otras historias paralelas no vienen a cuento explicarlas en una columna sobre la NFL. Eso no quita que me sirva para dar comienzo a mi artículo de esta semana, donde voy a hablar de los QB.
Hasta la fecha he evitado pronunciarme sobre la hornada de QB del año 2014, y lo he hecho amparándome en una frase que sé que a muchos les parece graciosa, fuera de lugar, o como cada uno lo quiera llamar, son melones sin abrir. Y voy a seguir igual, no voy a decir una sola palabra sobre ellos, y mira que es fácil ahora empezar a hablar sobre Johnny Manziel, que comparte podio con varios QB que tuvieron inicios desastrosos, que derivaron en carreras mas desastrosas aún. (ver Cuadro Adjunto).
Mi problema ahora mismo no es si Johnny Manziel hizo un partido pésimo, de esos podríamos enumerar varios esta temporada de QB consolidados, con galones y credenciales. Todos los jugadores tienen derecho a tener un mal día, no por eso les vamos a crucificar, y allí meto a Johnny Manziel de momento. Mi problema es que a los QB actuales se les lanza a la arena demasiado pronto, sin estar lo suficiente preparados y pensando que el éxito que tuvieron en su etapa colegial se va a trasladar sin solución de continuidad en los profesionales. Y no, eso no suele ocurrir, no ha solido ocurrir, y lo que es peor, seguirá sin soler ocurrir.
Por eso he empezado con esta historia de ficción sobre Máximo Decimo Meridio, el general de las legiones romanas que acaba siendo gladiador, y no solo eso, sino que acaba siendo el mejor que ha conocido el Coliseo romano. ¿Cuántos gladiadores tuvieron la preparación, formación y sobre todo la capacidad mental, para salir a la arena y comerse a sus enemigos? La respuesta es muy sencilla, uno. El resto de gladiadores se conforman con ver salir el sol un día mas. Nuestro héroe era un general, con formación en la lucha cuerpo a cuerpo, sabía manejar espadas, cuchillos, hachas, lanzas y toda clase de armas. Con formación militar técnica y táctica, sabedor de los puntos débiles de su enemigo según los veía, y a todo eso incluía una formación atlética y muscular privilegiada. Todo ese conjunto de factores le permite salir desde el primer día a la arena y ganar, o mejor dicho, ver el amanecer un día mas.
A los QB nadie los mata y seguro que ven amanecer todos los días, pero en su caso sí se les mata en un terreno de juego, para ellos no ver amanecer es desperdiciar su carrera. Los QB que llegan a la NFL son como los que acompañan al general romano de la película, tienen cuerpo y aparentemente son muy fuertes, pero luego todo eso hay que trasladarlo a sobrevivir cada día en la arena. Todos los QB tienen los fundamentos atléticos y técnicos, enamoran a los scouts, son capaces de lanzar 50 yardas con un golpe de muñeca, corren las 40 yardas en menos de 5 segundos, tienen cuerpos espectaculares
¿Pero están preparados para jugar en la NFL? Es evidente que no, y no estoy particulizando en el caso de Johnny Manziel, que sería lo más fácil, Manziel es solo un caso mas de la máquina de picar carne en la que se ha convertido la NFL en la posición de QB. Además los QB son una de las principales víctimas, sino la mas, del nuevo convenio que regula las relaciones entre los equipos y jugadores. Nunca ha sido mas barato que ahora apostar por un QB, lanzarlo a la arena sin saber si está preparado, ver si es útil para los intereses del equipo, y apostar por un nuevo QB en cuanto se ve que no sirven, los equipos han perdido el miedo a apostar por los QB.
Empecemos con el caso de los Washington Redskins. En el año 2012, año segundo del actual CBA, lanzaron la casa por la ventana para hacerse con los servicios de Robert Griffin III, que ahora mismo es un juguete roto. Ha recuperado la titularidad para la Semana 16, pero no por méritos deportivos, sino porque los Redskins ya no tienen mas QB sanos que sacar al campo. Si los Redskins terminan con una elección alta en el draft no sería descabellado verlos elegir otro QB, sobre todo si se les ponen a tiro Marcus Mariota o Jameis Winston. Y aunque no lo estén, que nadie descarte que utilicen una segunda o tercera ronda para hacerse con otro QB con el que empezar a medio plazo.
Cebarse en los Redskisn es lo mas sencillo, es una franquicia grande, de las mas poderosas y ricas de la NFL, y que sobre todo, vende titulares. Los siguientes en la lista deberían ser los Tennessee Titans. En 2011 tambíen apostaron por un QB, Jake Locker, jugador que de haber optado por salir en el draft de 2010 con toda seguridad hubiera podido salir inmediatamente por detrás de Sam Bradford. Según muchos “draftniks” jugar su último año de elegibilidad en college lo podría aupar al número 1 absoluto del draft, pero ocurrió lo contrario, su stock descendió. Aún así pudo salir en primera ronda, fue el segundo QB en salir elegido en la posición octava total. Jake Locker no debutó hasta noviembre cuando Matt Hasselbeck cayó lesionado y las sensaciones que transmitió no fueron del todo negativas. En 2012 sí se gano la titularidad, pero empezó su otro calvario particular, se lesiona con frecuencia. Los Tennessee Titans con casi toda seguridad van a apostar por otro QB en este draft, salvo que confíen en Zack Mettenberger, jugador por el que se gastaron una 6ª ronda en el draft del 2014.
Vayamos con los Jacksonville Jaguars, la franquicia mas pequeña de toda la liga y una de las de menos valor. En 2011 los Jaguars apostaron por Blaine Gabbert, que a juicio de los scouts era el mejor QB tras Cam Newton. Blaine Gabbert era un QB de corte clásico, un pocket passer con buen brazo y lejos de los “dual treats” (dobles amenazas) que tanto se estilan en la NCAA. Los Jaguars lo lanzaron a la arena a las primeras de cambio, semana 3. Jack del Rio, cuestionado y jugándose su puesto de trabajo, no tuvo ningún empacho en lanzar al QB a jugar y se lo cargó. Blaine Gabbert fue traspasado a San Francisco donde su trabajo ha sido llevar la tablilla, es agente libre cuando acabe la temporada y ya veremos donde acaba.
En 2014, solamente tres años después, los Jaguars, sin arriesgar tanto como los Redskins, deciden subir posiciones en el draft para hacerse con Blake Bortles. Blake Bortles es el QB elegido en 2014 que mas oportunidades ha tenido, empezó detrás de Chad Henne, pero en cuanto este empezó a flojear lo lanzaron a la arena. Blake Bortles es otro melón sin abrir, tiene un brazo espectacular, un físico que recuerda a Ben Roethlisberger o Daunte Culpepper, pero de momento solo ha demostrado: brazo, físico, intercepcioenes y flashes de calidad, pero también fallos garrafales. Por fortuna para él los Jaguars parecen un proyecto a medio plazo, pero tengo serias dudas que otra mala temporada le garantice un tercer año tranquilo.
Los siguientes en la lista son los Minnesota Vikings. En 2011, primer año del nuevo CBA apuestan por Christian Ponder, QB de Florida State, un college de los potentes. Decir ahora que Christian Ponder salió elegido antes de tiempo es tan absurdo como decir que Aaron Rodgers cayó de manera injusta en el draft del año 2005, a toro pasado todos le vemos el rabo. Los Vikings se hicieron con un veterano de reconocida solvencia como Donovan McNabb, pero sólo tenía nombre y no era ni la sombra de jugador que fue. Christian Ponder no tardó demasiado en ser lanzado a los leones, aunque tuvo mas fortuna al tener a un RB como Adrian Peterson, que ayudaba a disimular sus carencias. Pero no se tardó demasiado en ver que no, que no podía jugar en la NFL, y si no ocurrió antes fue por la legendaria temporada del RB en 2012. En 2014, solo tres años después, los Vikings han vuelto a apostar en primera ronda por otro QB, en este caso Teddy Bridgewater, que de momento ha demostrado algunos flashes, pero que al igual que Blake Bortles y Johnny Manziel, es otro melón sin abrir. Teddy Bridgewater es el QB con más victorias de los novatos con cinco, él solo lleva mas acumuladas que Blake Bortles y Derek Carr, con dos cada uno.
Mirad los Buffalo Bills, se gastaron en 2013, hace tan solo un año, su primera ronda en un QB como E.J. Manuel. En 2014 están luchando por entrar en playoffs con un jornalero como Kyle Orton, al que tienen firmado para este año y para el siguiente ¿Y por qué? Los Bills no tienen primera ronda en el draft del 2015, si quieren apostar por un QB deberán apostar por alguno de los que no suena muy arriba y esperar que crezca a la sombra de Kyle Orton, es decir, ir tirando con un jornalero hasta que aparezca en el horizonte algo mejor. Ahora podemos discutir si E.J. Manuel fue elegido mucho antes de tiempo, sí, pero otros también lo fueron, como otros tantos salieron elegidos mucho después de lo que deberían haber salido.
¿Y qué pasa con Sam Bradford? Sam Bradford, otro jugador propenso a las lesiones, tiene la inmensa fortuna de ser el último de una especie extinguida, aquella de jugadores que salían en primer lugar del draft y firmaban contratos que los hacían millonarios sin haber demostrado absolutamente nada. Si Sam Bradford hubiera entrado en la liga con un contrato como los casos que hemos mencionado, lo mas probable es que ahora no sería ni parte de los St. Louis Rams. Si la franquicia lo ha mantenido hasta ahora lo era por su contrato, pero nadie sabe si en marzo será agente libre o lo traspasarán. Sam Bradford también lo lanzaron a la arena en su primer año, ganó el premio al novato del año y casi lleva a su equipo a playoffs. Desde entonces, ha demostrado hechuras de gran QB, técnicamente es uno de los mejores QB, pero en esta liga o demuestras algo ya o empiezas un peregrinaje para encontrar empleo.
Sin necesidad de usar una primera ronda en situación parecida se encuentran los New York Jets, que como es habitual en aquella franquicia lograron rizar el rizo. No solo eligieron a un QB como Geno Smith, que es evidente que no estaba preparado para la NFL, sino que en su primer año metieron en la ecuación a Mark Sánchez, al que inexplicablemente le ofrecieron un contrato exorbitante. Mark Sánchez se lesionó para toda la temporada, los Jets tiraron de un novato que el mismo día del draft dio clara muestras de su inmadurez, se agarró una pataleta de mil pares de narices cuando no salió elegido en primera ronda. Este año trajeron a Mike Vick, que ha terminado sin ser siquiera un parche. Los Jets, que son una organización única y en permanente disfuncionalidad, se las están arreglando para no terminar con una elección lo suficientemente alta que les garantice poder elegir un QB en el próximo draft.
Si seguimos analizando equipos y ejemplos nos podremos encontrar QB, que pasados apenas dos o tres años, están en la lista de desempleados, y aquellos que no lo están, siguen mendigando oportunidades. El draft del 2015 no parece que será muy diferente, hay dos claros candidatos a ser elegidos muy arriba como Marcus Mariota y Jameis Winston. A estos seguro que se les unirán de aquí a mayo al menos otro par de QB, esos que salidos de ninguna parte suben enteros tras la Combine y las pruebas privadas. El año pasado por estas fechas Teddy Bridgewater sonaba como numero uno indiscutible, acabó viendo como era superado en el draft por Blake Bortles y Johnny Manziel, y muy poco después salía elegido Derek Carr.
En una liga donde los QB son los protagonistas absolutos, se ha instalado el mantra de que sin un QB no tienes opciones a la Super Bowl, la sangría de elecciones y de chicos que son lanzados a la arena sin miramientos va a continuar. Para los equipos elegir un QB se ha convertido en un ejercicio de gastar elecciones en promesas y ver si alguna sale buena, en dos años se amortiza la elección y de nuevo a por otro QB, y así sucesivamente. Un claro ejemplo de completa disfunciónalidad son los Cleveland Browns, desde que regresaron en 1999 se han gastado cuatro primeras rondas en QB: Tim Couch, Brady Quinn, Brandon Weeden y Johnny Manziel, los dos últimos en el plazo de tan solo 2 años.
De vez en cuando algunos tienen la fortuna de caer en un entorno donde lo forman y tienen mas paciencia, es el caso de los Miami Dolphins con Ryan Tannehill. El QB fue lanzado a los leones desde el primer día, la franquicia tenía como seguro a Matt Moore, un jornalero que la temporada pasada no lo hizo del todo mal. La única ventaja que ha tenido Ryan Tannehill es que nadie le pidió nada desde el primer día. Los Miami Dolphins han tenido mucha mas paciencia con su QB que con todos las elecciones de QB anteriores juntas. Yo creo que el motivo es uno, desde 1983 los Dolphins no habían usado su primera elección en un QB, quizás eso haya provocado que hayan actuado así, esa paciencia que nunca hubo con elecciones altas de 2ª ronda como Chad Henne o John Beck. Si no aparece nadie en los próximos años, Ryan Tannehill, con todos sus defectos y virtudes, está llamado a ser junto con Andrew Luck, Cam Newton y Russell Wilson la creme de la creme de la NFL.
El caso Derek Carr podría terminar de forma parecida. Elegido en segunda ronda el QB fue a caer en el destino menos deseado de la liga, en un equipo hecho a base de retales y descartes. Los Raiders se hicieron con Matt Schaub para ayudar en la formación de Derek Carr, pero no hizo ni falta, el novato empezó la temporada y la va a terminar como titular. Y lo mas importante, el chico apunta maneras, si tiene fortuna con su nuevo Head Coach y este se preocupa de su formación, Derek Carr puede tener una oportunidad para durar en la liga.
Hasta ahora no he mencionado deliberamente a un QB, Andrew Luck. Y no lo he hecho por una sola razón, Andrew Luck es el caso del gladiador con el que hemos abierto este artículo. Andrew Luck es como nuestro general romano, detrás del QB hay un trabajo excepcional en formación, educación y otras muchas cosas. Soy y he sido muy crítico con Luck, tiene toda la pinta de ser un QB excepcional, aunque seguramente nos lo han vendido demasiado pronto como tal. Es cierto que toma muchísimas decisiones erróneas, lanza pases incomprensibles, fuerza intercepciones y muchas veces hace cosas que no tienen ninguna lógica. Pero hay algo diferente en él y por eso va a triunfar, para empezar a diferencia de QB como Johnny Manziel o RGIII no hace publicidad, ni es un hombre anunció, antes de eso debe triunfar en el campo.
Andrew Luck es Máximo Décimo Meridio, no porque tenga como motor la venganza, sino que al igual que el general romano tiene unas cualidades excepcionales para ser un QB, lo que ha permitido que lo lancen a la arena desde el primer día ¿Pero cuantos hay como Andrew Luck? Antes que él el QB mejor preparado que llegó a la liga fue Peyton Manning en 1998, y antes que ellos John Elway o Dan Marino en 1983. En las mas de tres décadas desde que los QB son los reyes del mambo, en 1979 se cambiaron las reglas que les cedieron el protagonismo, solo unos pocos privilegiados han demostrado que estaban mas que listos para jugar desde el primer día, listos para ser lanzados a la arena como lanzaron a Máximo Décimo Meridio.
Hace un tiempo dije que la NFL necesita una liga de formación. Sé que hablar en un deporte con el nivel de exigencia física del football de una liga de formación es difícil, pero ser QB en esta liga se esta convirtiendo en lo que expuesto, una picadora de carne. Hay equipos que parecen encaminados a utilizar selección tras selección hasta encontrar ese QB que les sirva, por desgracia los Máximo Dácimo Meridios no crecen en los árboles, o mejor dicho, no llegan del College. No dudo del inmenso talento para jugar de los Manziel, Bridgewater o Bortles, pero tengo la sensación de que si en su segundo año no demuestran una clara mejoría, tienen mas boletos para desaparecer que explotar. La presión con la que jugarían en su tercer año les podría superar y acabar enterrando lo que podía ser una carrera prometedora.
También mucha culpa de esto lo tienen los actuales Front Office de las franquicias, la paciencia es una virtud que ha dejado de existir. Los nuevos dueños quieren triunfos y palmarés desde el primer día, si en dos años no han entrado en playoffs, eres prescindible. Hay casos extremos como Daniel Snyder, pero Snyder ya no está solo, Stephen Ross se ha unido al club de los que quiere éxito inmediato, y no digamos el baile que han sido los Cleveland Browns desde que volvieron. En otros casos es simplemente una pésima gestión, Al Davis hundió a sus Raiders hasta lugares insospechados. Hay QB como Alex Smith, que podemos discutir su elección como número uno absoluto, al que año tras año le cambiaban el coordinador ofensivo y el playbook, y como él, muchos mas. Incluso con el mismo Andrew Luck tengo la sensación que están más preocupados de ganar ya y ahora, a qué se termine de pulir como QB.
Quizás hagan falta muchos más casos como los que acabo de exponer para que alguien se de cuenta que la nueva picadora de carne de la NFL no es la posición de RB, sino la de QB. Lo mas contradictorio de todo es que Roger Goodell, con la aquiescencia de los 32 propietarios, quiere que esta sea una liga de QB, el problema es qué si esto sigue así, no van a quedar QB a los que proteger. De vez en cuando aparecerá un Máximo Décimo Meridio que lo echarán a la arena y triunfará, pero esos salen uno cada generación, el resto se conformará con sobrevivir cada día, cobrar el salario que tienen garantizados como primeras rondas, y salir a luchar por sus vidas en la arena, en este caso el terreno de juego
AUDIBLES
- Una semana mas, y he perdido la cuenta, los árbitros vuelven a ser tristes protagonistas por sus decisiones incomprensibles. La semana todos pudimos ver en un partido de máxima audiencia como un golpe legal de Brandon Browner fue pitada como falta. Esta, en aplicación de la Ley de Murphy, los árbitros se han superado, primero pitaron algo inexistente en Atlanta con Jason Worilds . Segundo, en partido también de máxima audiencia pitaron otra falta inexistente a los San Francisco 49ers. El error no cambia el resultado, Seattle fue mejor, pero empieza a ser un verdadero problema donde se puede golpear a un QB.
- Los Arizona Cardinals dudo que puedan avanzar demasiados en la post temporada. Una cosa es jugar sin tu QB titular, pero otra muy diferente es quedarte sin su suplente y pretender terminar con el mejor récord de la NFC con un QB que en tres años no ha lanzado un solo pase de TD. Al pobre Ryan Lyndley le van a pedir que intente anotar TD ante una defensa que lleva tiempo sin hacer prisioneros. Lo hecho por Arizona es para quitarse el sombrero, sobre todo su defensa, la más alocada de la liga, pero una cosa es jugar con un ataque limitado pero competente, y otra jugar con un ataque muy limitado y del que dudo de la competencia de su QB actual.
- En mi particular carrera para el MVP solo dejaría dos nombres, Aaron Rodgers y Rob Gronkowski. A JJ Watt lo dejo fuera, solamente lo metería en la ecuación si como los primeros mete a sus equipos en post temporada, y como eso no va a ocurrir, ni lo tengo en consideración. Cuando termine la temporada regular será el momento de dárselo a uno u otro, tengo serias dudas de cual tiene mas impacto en su equipo. ¡Y qué demonios! Alguna vez habría que dar ese premio a alguien fuera de los habituales, sin Rob Gronkowski ni soñando los Patriots estarían donde están ahora mismo.
- En las oficinas de la NFL deben estar suspirando para que los New Orleans Saints ganen los dos partidos que les quedan y se metan en los playoffs con un récord de 0.500, que siendo mediocre, es mejor que uno negativo. Además ese récord evitaría a la liga otro escarnio como el que tuvo lugar el año que Seattle se metió en post temporada con récord negativo. Conviene no olvidar que no hace tanto San Diego ganó la AFC West con un récord de 8-8, no hubo ni la mitad de ruido del que hay ahora. Mi problema no es que un equipo con un récord de 11-5 se pueda fuera, ser campeón de división debe garantizarte el pase a playoffs, pero eso no deberán ser garantía para jugar un partido en casa, ese es el verdadero problema.
- Desde los peores días de Dave Wannstedt no se vivían días más tristes en Chicago. Los Bears tienen mejor récord que otros muchos equipos, pero seguramente en ninguna se viva el estado de caos en que está sumida la franquicia ahora mismo. Hoy por hoy la única solución que tiene la franquicia es afrontar una limpieza total, eso pasaría por prescindir de Jay Cutler, ya sea vía traspaso, ya sea vía cortándolo, por mucho impacto salarial que ello suponga. Tampoco se puede descartar traspasar a uno de sus WR para obtener elecciones de draft con los que empezar a reconstruir. El tiempo de Cutler para mi se acabó el día que se quito de en medio en la final de conferencia, desde entonces solo ha ido ganando tiempo hasta que todo ha explotado.
- Los ojos de muchos aficionados no solo van a estar puestos esta post temporada en Chicago, Washington, New York y San Francisco prometen ser puntos calientes. En Washington habrá su ver que camino toman los Redskins, sobre todo en lo referente a Robert Griffin III. En New York el futuro de Rex Ryan es tan incierto como el de su hermano Rob en New Orleans, yo veo a ambos en un show de la ESPN mas que en la banda el año que viene. En San Francisco llevan décadas esperando “the Big one”, se refieren al gran terremoto que sepulte la ciudad, de momento les espera un aperitivo muy fuerte con el futuro de la franquicia.
-
Otro destino caliente esta post temporada promete ser Los Ángeles. La megalópolis californiana podría tener equipo la temporada que viene, eso si, nadie sabe si aquel jugaría en el vetusto Coliseo o en el venerable Rose Bowl. Tampoco sabemos qué equipo jugará, si los Rams, Chargers o Raiders, incluso cabe la posibilidad de que jueguen dos. Tendría narices que la ciudad recuperase dos equipos cuando hace casi dos décadas se quedaron sin sus dos equipos en el plazo de unas semanas. Siempre he defendido que LA pertenece a los Rams, en St.Loius para mi siempre han estado de prestado, como antes lo estuvieron los Cardinals.