Aquellos que seguimos la temporada regular del baseball solemos hablar del “mojo”, otros deportes prefieren llamarlo el “momento”, pero mirad, a mi me gusta mas el concepto que procede del baseball. Para aquellos que no lo sepan, la temporada regular de la MLB se compone de 162 partidos, empieza en abril y dura hasta la última semana de septiembre.
Durante todos esos meses y partidos pasan muchísimas cosas, enumerarlas sería casi imposible, intentar pronosticar en mayo o junio quien tiene las hechuras de campeón es imposible. Pongamos un ejemplo, los San Francisco Giants, los actuales campeones. Empezaron la temporada como unos meteoros, parecían invencibles tanto en casa como fuera, todo les salía a pedir de boca. ¿Necesitaban un home run del último hombre de la alineación? Este llegaba. ¿Necesitaban una doble eliminación con las bases llenas en la novena entrada? Esta llegaba.
Durante un tiempo los San Francisco Giants no solo fueron el mejor equipo, sino que de haber seguido con esa progresión podían terminar la temporada con mas de 100 victorias de forma holgada, algo muy difícil en el baseball (esta temporada quien mas partidos ganó fueron los Angels con 98). Primero llega una derrota junto con una lesión, mas tarde se pierde la primera serie, y finalmente llega la temida racha de derrotas. Los Giants se cayeron de la contienda, la división parecía cosa de Los Angeles Dodgers, que contaban con el pitcher mas dominante de la temporada, Clayton Kershaw.
El sitio de los San Francisco Giants fue ocupado por sus rivales de la bahía y de liga, los Oakland Athletics. El equipo de Billy Beane entró en racha, parecían imparables, y por primera vez en mucho tiempo los A´s hacían algo que no estábamos acostumbrados a verlos, hacer un trade por jugadores, Jeff Samadrzija y Jon Lester llegaban en el plazo de unos días. El equipo perdía a su mejor bateador, Yoenis Céspedes, pero las World Series se ganan desde el montículo y no desde el bate. Los A´s desde los tiempos del Big Three no tenían unos pitchers mas fiables que ahora. La excelente racha los Athletics también se acabó, se vieron superados en su división por los Los Angeles Angels, el equipo que terminó la temporada regular con mas victorias. Finalmente pudieron entrar como equipo de Wild Card aprovechando la enorme ventaja de partidos que habían adquirido cuando parecían intratables
Cuando la temporada regular tocaba a su fin aparecieron los Kansas City Royals, una de las franquicias más pequeñas de la MLB enlazaba una racha final impresionante. No solo eran el equipo mas caliente, sino el favorito en el corazón de los aficionados. Un equipo pequeño, con recursos económicos limitados si los comparas con las grandes potencias del oeste y del este, pero que revolucionó el juego con su estilo poco ortodoxo.
Los Kansas City Royals no tardaron en llevar su magia a la post temporada. En la primera ronda, la única que se juega a partido único, estaban a punto de ser eliminados por los Oakland Athletics. Con cuatro carreras debajo en el marcador, octava entrada y con Jon Lester lanzando para los de la Bahia, los Royals parecían totalmente eliminados. Pero surgió la magia, empataron el partido y en las entradas extras, en las 12ª, se acabaron llevando la eliminatoria. En la ronda de Divisionales trasladaron su” mojo” y barrieron en solo tres encuentros a los Angels. En la final de la American League volvieron a repetir la gesta, borrar a los Baltimore Orioles con un contundente 4-0.
Los Royals llegaban a las World Series sin conocer la derrota, 8 victorias consecutivas, con el factor campo a su favor, con el “mojo” también, todo apuntaba que podrían terminar su historia de Cenicienta y ganar el campeonato 29 años después de la única ocasión en que lo habían hecho. El problema de los Royals es que no contaron con otro jugador, no equipo, que llegaba aun con mas “mojo” que ellos, Madison Bumgarner, el fantástico pitcher zurdo de los San Francisco Giants, que pese a su buena temporada regular siendo el “ace” de la franquicia (18-10), no era capaz de sacar un solo voto para el premio al mejor pitcher ante Clayton Kershaw.
Madison Bumgarner tenía en marcha su propio “mojo”. El equipo pudo usarlo en su partido de la ronda de Wild Card en Pittsburgh, se llevó por delante a toda la alineación de los Pirates en un partido casi perfecto. Esa misma magia no la pudo trasladar a la ronda de Divisionales, pero sus compañeros de equipo respondieron ante a los Washington Nationals, el mejor equipo de la National League. En la final de la liga ganaría hasta dos veces a los St.Loius Cardinals en su doble enfrentamiento ante otro de los “Ace” de la competición, el pitcher diestro Adam Wainright. En las World Series Madison Bumgarner escribió con letras de oro la mayor proeza deportiva del año, no solo ganaba con contundencia sus dos partidos como titular, sino que con solo dos días de descanso aparecía como relevista en el 7º y definitivo partido. En un partido de “mojo” contra “mojo” se acabó imponiendo el que tenía más, Madison Bumgarner.
He expuesto el ejemplo extremo de “mojo”, tras 162 partidos de temporada regular parece absurdo que al final las World Series acaba llevándoselas no el mejor, sino aquel que este de “dulce”, tenga aura, o simplemente que mejor haya llegado al tramo final de temporada. En baseball esto que os acabo de exponer lleva tiempo ocurriendo, no necesariamente se impone el mejor equipo o con mejor récord, sino aquel que mejor llegar al final. Los propios San Francisco Giants saben mejor que nadie eso, ellos son los que han patentado el “mojo” tanto a nivel de equipo como a nivel individual.
En la NFL esto podría parecer no aplicable, con una temporada regular de tan solo 16 partidos y partidos a eliminatoria única, lo del “mojo” puede parecer menos importante. Pero no, es tan importante como en cualquier otra disciplina deportiva. La diferencia con otras competiciones es que el margen de error es mucho más pequeño, pero lo que está demostrando la NFL hace tiempo es que lo importante es llegar en forma al momento mas importante de la temporada.
Precisamente fueron uno de los equipos más calientes del momento los que instauraron esta moda, los Pittsburgh Steelers del año 2005 de Bill Cowher. El propio Head Coach diría aquello de que no eran el mejor equipo, pero si el equipo que mejor estaba jugando en el momento preciso de la temporada. Eso mismo lo repetirían luego equipos como los New York Giants, quienes lo elevaron al grado de doctorado. Han repetido experiencia los Green Bay Packers y Baltimore Ravens con el “mojo” particular de sus QB Aaron Rodgers y Joe Flacco. Todos son equipos que llegaban a ser campeones por el camino mas duro, desde la ronda de Wildcards, alguno incluso empezando todos los partidos desde fuera de su casa, caso de los propios Steelers o New York Giants.
La temporada pasada esa racha se rompió por primera vez en mucho tiempo, por primera vez en tiempo llegaban a la Super Bowl los dos equipos que mas dominaron la temporada regular. No solo eso, llegaban el mejor ataque, Denver, contra la mejor defensa, Seattle, algo que no ocurría desde 1992, cuando Buffalo Bills y NY Giants protagonizaban la Super Bowl. Por primera vez en años llegaban los mejores equipos en temporada regular, sino que llegaban en su mejor momento. Ninguno sufrió altibajos durante la temporada y trasladaron esa misma regularidad a la post temporada, donde además se vieron respetados por las lesiones. Al final ocurrió una de las máximas del football, los ataques ganan partidos, pero las defensas campeonatos, Seattle aplastó a Denver en la final.
Esta temporada apostaba claramente por que Seattle Seahawks pudiera repetir campeonato, no solo me parecían el mejor conjunto de largo, sino que tenían la motivación y los recursos para repetir. A diferencia de otros campeones anteriores no había resaca ni el equipo llegaba en el punto más alto de su madurez deportiva y con el Salary Cap al limite. Antes de empezar la temporada creía que sus rivales serían los Indianapolis Colts, con un calendario muy asequible, una división débil y un Andrew Luck mas maduro, además de ciertas mejoras en el roster, era su gran momento.
Luego la temporada regular dictaba su ley, los pronósticos una vez mas no sirven de nada y tenemos que hacer lo que decía Bill Parcells, el récord, eres exactamente lo que dice tu récord que eres. Seattle no parecía el mismo equipo del año anterior, incluso perdía partidos que antes no perdía, pero sobre todo era sorprendido en su estadio por los Dallas Cowboys. Luego llegaron las derrotas en el estado de Missouri, Kansas City primero, y St. Louis poco después. Los campeones parecía noqueados, su magia, su “mojo” había llegado a su fin. Entre tanto los que parecían intratables eran los Arizona Cardinals, a pesar de las bajas en defensa y de perder a su QB titular, los de Bruce Arians parapetados tras una defensa agresiva y loca parecía imparables. Junto con Green Bay parecían los dos mejores conjuntos de la liga, Dallas tras empezar 6-1 y sorprender por su estilo de juego, también había entrado en un pequeño bache.
En la AFC los Denver Broncos parecían intratables, nadie parecía toser a Peyton Manning y compañía. Sin repetir las actuaciones del año anterior en la parcela ofensiva, si parecían un equipo mucho más equilibrado, con una defensa mucho más solvente y una OL mas potente. Los Indianapolis Colts tras un mal comienzo, llegaron a estar 0-2, remontaban aprovechando la debilidad de la división y la bonanza de su calendario. En New England por el contrario saltaban las alarmas, Kansas City Chiefs ponía a los Bill Bellichick, y especialmente a Tom Brady, contra las cuerdas. Entre ellos destacaba las idas y venidas de los Pittsburgh Steelers, capaces de aplastar a los Indianapolis Colts una semana, para poco después hacer el ridículo ante New York Jets o Tampa Bay Buccaneers. Algo parecido se podía decir de los San Diego Chargers o Kansas City Chiefs, equipos capaces de ganar a Seattle una semana, para luego plantar un huevo de tamaño sideral, los de Andy Reid cayeron en Oakland, que no había ganado a nadie hasta la fecha.
En la MLB es hacia finales de agosto y principios de septiembre cuando se empiezan a palpar las primeras sensaciones de qué equipos llegan con el “mojo”. Entonces se empieza a saber quien llega caliente y quien puede trasladar ese momento a la post temporada. En la NFL el punto de inflexión suele ser la semana de Acción de Gracias, entonces es cuando podemos ver que equipos están calientes, y ese fin de semana empezamos a saber varias cosas. Los Seattle Seahawks estaban de vuelta, tras superar las derrotas ante Kansas y St.Louis, el equipo recupero a Bobby Wagner. También empezó a ceder el protagonismo del ataque a Marshawn Lynch y Russell Wilson, Percy Harvin pasaba al olvido.
Green Bay, tras unos comienzos sospechosos por la debilidad de su defensa y algún game plan mas que cuestionable, estaba funcionando con el acelerador pisado a fondo, especialmente el ataque con un Aaron Rodgers en auténtico estado de gracia. Dallas Cowboys no terminaba de demostrar su superioridad en la NFC East, sobre todo tras verse sorprendido en todos los aspectos del juego por un ciclón llamado los Philadelphia Eagles de Chip Kelly, que los aplastaron en Acción de Gracias. Arizona, con dificultades sacaba sus partidos, pero se dejaba en algunos partidos a Larry Fitzgerald, pero mas importante aún, perdían a su QB suplente Drew Stanton.
En la AFC New England repetía su habitual monologo de la AFC East, además veía como los Denver Broncos caían en St.Louis, lo que daba a los Patriots lo que les faltaba, esa ventaja necesaria para ser el equipo mejor clasificado de la AFC, algo que además se habían ganado en el campo tras derrotar a los Broncos durante la Regular Season. Los New England Patriots tras ser cuestionados por la derrota ante Kansas, nuevamente Missouri entraba en la ecuación, se conjuraban y empezaron una racha de victorias que se vio interrumpida tras la derrota en Green Bay, una derrota menos dolorosa de lo esperado.
Por su parte Denver empezaba una crisis. La derrota en St. Louis dejaba a la vista las miserias del equipo, Peyton Manning, y en particular su brazo, daban señales de estar al limite. El equipo entonces decide jugar apretando en defensa y corriendo, todo con el objetivo de proteger el brazo muy cansado tras dos temporadas y media rindiendo a un excelente nivel. Los Indianapolis Colts seguían a lo suyo, ganar su división, y ese es su problema, es un equipo que sufre mucho fuera de la comodidad de la AFC South, pero sobre todo se puede dejar ver algo mas grave, no es un equipo bien construido ni en ataque ni defensa. Los Pittsburgh Steelers siguen sin convencer, sobre todo tras verse superados por los New Orleans Saints, igual que los Cincinnati Bengals, y como es habitual en ellos, los Baltimore Ravens merodeaban aprovechando su ocasión.
¿Y donde estamos ahora? A falta de una semana para que termine la Regular Season los Seattle Seahawks parece que han recuperado el nivel que los llevó a ganar el año pasado. En ataque pueden parecer un equipo menos potente, pero su defensa es intratable, el regreso de Bobby Wagner y la recuperación de sus problemas de Michael Bennett y Cliff Avril les ha devuelto ese “mojo” tan necesario, y lo mas importante “The Legión of Boom” , el alma del equipo, se lo vuelve a creer. Arizona entre tanto no ha podido superar sus problemas con la posición de QB, algunos incluso dudamos de que puedan ganar en la ronda de Wild Card. Green Bay, que parecía el mejor equipo tras su victoria ante New England, se ha visto ahora desplazado a tener que pelear por intentar ser el Seed Nº 2 con Detroit Lions, y mientras a la espera de que Seattle se descalabre en su propio estadio.
Dallas se ha rehecho, y tras el mejor Tony Romo que se recuerda desde que es profesional, el equipo ha ganado su división sin necesidad de llegar a la última jornada, algo que ni los más veteranos del lugar recuerdan. Con el Seed numero 3 casi asegurado, si vencen la ronda de Wild Card pueden ser el equipo más peligroso de la NFC. Los Cowboys son el equipo que mejor juega fuera de su estadio, no conocen la derrota y el estilo de juego que practican los hace peligrosos. Seguramente ni Green Bay o Seattle se sientan cómodos pensando que pueda llegarles en playoffs
En la AFC Denver Broncos e Indianapolis Colts llegan muy justos, demasiado diría, sobre todo los segundos, que si repiten otra lamentable actuación como la de Dallas, es un equipo sin aspiraciones. Denver tiene su buena ración de problemas. Las bajas en defensa, especialmente en la posición de LB, Brandon Marshall y Danny Thevathan, han abierto una brecha por la que se están colando varios equipos, especialmente los que tiene un buen juego terrestre, como se pudo ver ante Cincinnati. New England hasta el día de Green Bay parecía el equipo con mas “mojo” en la AFC, desde entonces pese a ganar todos sus encuentros están regresando fantasmas del pasado, especialmente los referentes a la OL y el atoramiento de un ataque que ya depende en demasía de lo que le pueda aportar Rob Gronkowski, si este no funciona, o aporta menos de lo que se espera, se puede ver a la New England del primer mes de competición.
Y un equipo ha surgido entre todos, y confieso que no los esperaba, los Pittsburgh Steelers, ahora mismo tienen toda la pinta de ser ese equipo caliente al que nadie se quiere enfrentar. En defensa, pese a las bajas o problemas de la secundaria, su Front Seven, especialmente los LB, están jugando a un gran nivel, o a nivel de campeonato. Sin embargo es su ataque y su enorme versatilidad lo que realmente asusta. Sobre Antonio Brown sobran los comentarios, se ha colado en la liga de los grandes WR, sin la presencia física de los Dez Bryant o Calvin Johnson, lo suple con su velocidad y excelentes manos. Se pensaban que las salidas de Mike Wallace y especialmente Emmanuel Sanders, afectarían al ataque aéreo, pero la aparición estelar del novato Martavis Bryant mas Markus Wheaton lo han suplido a la perfección. Y queda por ultimo Le´Veon Bell, el mejor RB tras DeMarco Murray, aunque en yardas de carrera está muy por detrás del de Dallas (1.336 frente a las 1.745), su enorme aportación en el juego aéreo, 776 yardas, le acerca al RB de los Cowboys en yardas totales.
Si ahora mismo hubiera tuviera que apostar por qué dos equipos veo jugando en Glendale Arizona el 1 de febrero, mi apuesta seria sin ninguna duda Seattle Seahawks representando a la NFC y Pittsburgh Steelers a la AFC. En octubre os hubiera dicho que ese papel parecía reservado sin ninguna duda para los Arizona Cardinals y Denver Broncos, como os he contado entonces eran los equipos en racha. En Acción de Gracias y principios de diciembre, mi apuesta era sin duda Green Bay y New England, habían ocupado la plaza de los anteriores.
Cuando falta solo una semana de temporada regular, hay que olvidarse de las clasificaciones y buscar ese equipo tocado por un aura, el equipo con mas “mojo”, el equipo que entra en el tramo decisivo de la temporada sin generar una sola duda y disimulando sus carencias mejor que nadie. Esos dos equipos ahora mismo son Seattle Seahawks y Pittsburgh Steelers, y los primeros no solo los veo mejor, sino que además tienen algo que se ha mostrado fundamental para ellos, el factor campo, puesto que han aprovechado los pinchazos de todos los que tenían por delante para robarlo de forma inesperada. Los Pittsburgh Steelers por el contrario son un equipo que está perfectamente equipado para jugar en su estadio como fuera, equipo con experiencia y muchas tablas, en eso se parecen mucho a los Baltimore Ravens, son esos equipos que si tienen la tarde o noche, te tumban con facilidad. Y ahora mismo son el equipo con mas “mojo” de la AFC.