La soledad de Tom Brady

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¿Donde está Tom Brady? ¿Por qué Tom Brady no ha aparecido en ningún medio tras su sanción? ¿Ha sido Tom Brady víctima de un sacrificio para salvar la franquicia?

Nadie sabe con exactitud que pasa con Tom Brady en estos momentos, la última noticia que se sabemos es que estaba jugando al golf con Michael Jordan en las Bahamas, con él que está compartiendo diferentes momentos en la offseason. Este próximo viernes tiene programada, junto con otros miembros del equipo, la aparición en un partido de Flag Football con fines benéficos.

Imagen de la última aparición pública de Tom Brady en una una conferencia en Salem State University

Su última aparición pública fue en un acto que organizó la universidad de Salem State, donde lo único que dijo fue que no se había leído al completo el informe de Ted Wells. Antes de darse a conocer el informe se le pudo ver en una carrera de caballos en Kentucky en compañía de otros miembros del equipo. Y esa misma noche se trasladó a Las Vegas para ver el combate entre Manny Pacquiao y Floyd Mayweather, pero como él había cientos de celebridades ese día en el casino MGM.

Desde que se hicieron públicas las sanciones del caso Deflategate Tom Brady ha desaparecido y mantenido un silencio prudente. Tras los exabruptos de su agente Don Yee, rebatidos por el mismo Ted Wells, y la defensa encarnizada de su padre, todo el entorno del QB guarda un prudente silencio, algo en lo que seguro pesan las numerosas encuestas que creen justas las sanciones, salvo en New England claro está. Todo lo que sabemos es que ha apelado la decisión de la NFL sobre su sanción de 4 partidos, y que cuenta con un súper equipo de abogados, entre ellos el célebre Jeffrey Kessler, famoso por haber derrotado varias veces a la NFL en los tribunales.

El QB cuenta con el apoyo de la NFLPA, el sindicato de jugadores,  pero no nos engañemos, el sindicato no está defendiendo los intereses del jugador, sino los suyos, que no es otro que desacreditar una vez más a Roger Goodell. Aquí Tom Brady es la herramienta, a la NFLPA le da exactamente igual qué ha hecho su miembro, como le dio igual lo qué hicieron en su día Ray Rice, Adrian Peterson o Greg Hardy.

Robert Kraft en la rueda de prensa donde comunicaba que su equipo renunciaba a ejercer acciones contra el Deflategate

También resulta curiosa la actitud que ha tomado el equipo, y en especial su propietario. La reacción inicial de Robert Kraft cuando saltó el escándalo fue exigir de manera pública, y visiblemente enfadado, disculpas de la liga. Cuando se hizo público el informe lo desacreditó por completo, incluso autorizó que su equipo patrocina un contra informe. El informe tenía pasajes muy interesantes, sin embargo quedaba reducido a una completa pantomima cuando pretendía justificar de manera pueril otros hechos puestos de manifiesto por Ted Wells. Luego se supo qué quien redactó la parte técnica del informe, un reputado Premio Nobel, trabaja para una institución donde Robert Kraft tiene intereses empresariales, lo que cuestiona su independencia. Robert Kraft amenazó con llevar a la NFL a los tribunales. ¿Se iba a atrever un propietario tan implicado en los asuntos de la liga a ser el nuevo Al Davis? Eso parecía, más de uno se empezó a cuestionar si la línea de defensa iría en los términos del contra informe, lo que podría ya convertir esa ceremonia grotesca que es todo el Deflategate en algo dantesco, rozando las cotas del más absoluto de los ridículos.

Sin embargo hay algo que está pasando desapercibido, los tiempos de esta comedia bufa. Roger Goodell puede ser muchas cosas como un déspota, un justiciero ciego y arbitrario, pero una cosa seguro que no es, un incompetente. No se ganan más de 40 millones de dólares al año siendo un completo incompetente, un selecto club de archimillonarios no suelta ese dinero a alguien así.

La publicación del informe y sanciones ahora, según algunos, no eran mas que ganas de la NFL de seguir siendo portada de la prensa tras el Draft, momento en que suele bajar el nivel de interés. Pero su publicación y consecuencias no son una casualidad, en eso sí estoy de acuerdo, los propietarios tenían un reunión ya programada en San Francisco. De una cosa estoy absolutamente seguro, esa reunión no era solamente para decidir la suerte del Extra Point, o hacer turismo por la bellísima ciudad del norte de California, sede de la próxima Super Bowl.

Roger Goodell mandó hacer público el informe porque sabia que en esa reunión podría parar a Robert Kraft. El resto de propietarios harían entrar en razón a Kraft, o más que hacerlo entrar en razón le dirían, “mira a ese equipo que está al otro lado de la Bahía, durante años fue el modelo de excelencia, y mira donde esta ahora”. Nos referimos a los Oakland Raiders, la franquicia menos funcional de la liga con permiso de los Cleveland Browns, y que lleva décadas en el olvido por la piscina sin agua a la que se lanzó su fallecido propietario.

Roger Goodell, considerado una marioneta de Robert Kraft, ha sabido jugar sus cartas para consolidarse ante el resto de propietarios

Otros propietarios, del clan de poderosos como Jerry Jones o Daniel Snyder, aceptaron en su día las sanciones de Roger Goodell. Seguro que amenazaron, pero en el último momento plegaron velas y aceptaron su derrota. Como acaba de hacer Robert Kraft, que ahora dice que lo hace por un bien mayor, la propia NFL, y así pretender disfrazar lo que es una derrota en toda regla. El que fuera su comodín y aprendiz de brujo, el actual Comisionado, le ha ganado la partida. No solo ha manejado los tiempos mucho mejor que él, sino que se ha movido muy bien entre bambalinas. Roger Goodell se ha buscado apoyos entre los otros 31 propietarios. Robert Kraft antes que verse solo, ha preferido alzar la bandera blanca, aunque ahora hable de que ganan todos con la decisión.

Y todo esto nos lleva a Tom Brady. El QB cuenta con el apoyo incondicional de sus fans, le creen a pies juntillas, incluso organizan iniciativas para impedir colgar la bandera de campeones hasta que regrese su QB al campo o ceremonias públicas de apoyo. El equipo se ha desvinculado de la apelación del jugador, aunque le sigue mostrando su apoyo incondicional, han dejado bien claro que esa iniciativa no es cosa del equipo.

También es claro que el sindicato no defiende tanto los intereses de Tom Brady como los suyos, la NFLPA es como ese juerguista irredento que se apunta a cualquier bombardeo, no importa la causa mientras haya fiesta. El abogado Jeffrey Kessler se apunta no para defender los intereses de su cliente, sino los propios y poder seguir facturando minutas escandalosa y salir en la TV para seguir facturando minutas mas escandalosas aún, que es lo que al final quieren todos los abogados.

Matt Leinart es de los pocos QB que ha demostrado su apoyo incondicional a Tom Brady

La inmensa mayoría de QB de la liga, tanto retirados como en activo, han optado por la ley del silencio, o miran para otro lado. Sí, algunos pocos se han pronunciado, pero que alguien como Matt Leinart, una medianía que pasó sin pena ni gloria por la liga sea tu mayor defensor, es un claro emeplo de lo que ha sucedido. Todos los QB manipulan las pelotas, nadie permite que le toquen su herramienta de trabajo sin mediar una autorización, tácita o expresa, pero autorización a fin de cuentas. En una estructura jerarquizada todos saben como le gustan al “jefe” sus herramientas de trabajo, no es necesario que lo diga directamente, hay infinitos canales de comunicación alternativos.

También es más que significativo el absoluto mutismo que mantiene Bill Bellichick, quien se suponía que sabía todo lo que sucedía en su franquicia. Aunque el Head Coach ha salido indemne del escándalo, estoy absolutamente seguro que perder la primera elección del draft del 2016 le sabe a cuerno quemado. Y si como dice el informe él no sabía nada, hay alguien en su franquicia que sí sabia lo que pasaba ¿Quién? De nuevo todo apunta a Tom Brady. Las malas lenguas dicen que el Head Coach se ha sentido traicionado por su QB. Es mas que probable que seguirán siendo una pareja estable, pero Belichick tiene la sensación que le ha sido infiel, una canita al aire, pero una canita a fin de cuentas.

Bill Belichick sabe que si quiere pasar a la historia como el mas grande tiene que hacer una ultima cosa, garantizar que la posición de QB en New England tiene relevo. Solo un Head Coach en toda la historia de la NFL ha logrado logrado ese hito, Bill «The Genius» Walsh. El inventor de la West Coast Offense fue capaz de buscar el heredero de Joe Montana (4 Super Bowls le contemplan, igual que a Tom Brady) en Steve Young. Aunque Steve Young ganara y jugara con George Seifert, su elección, formación y pasó a la gloria, se lo debe a Bill Walsh.

Jimmy Garoppolo es en principio el sucesor elegido a dedo por Bill Bellichick. En septiembre podremos saber que QB es

El «ataque de cuernos» le da una oportunidad sin igual, con Tom Brady presuntamente fuera los primeros partidos será el momento de probar con fuego real a Jimmy Garoppolo. ¿Y qué podría suceder si Jimmy Garoppolo gana los 4 partidos y con un juego brillante y espectacular? ¿Se podría repetir un nuevo capítulo como el de Drew Bledsoe pero en esta ocasión con Tom Brady?

Si algo ha demostrado Belichick es que nunca se casa con nadie, se llame como se llame. Hasta la fecha la única excepción era Tom Brady, pero el QB nunca le había dado razones al Head Coach para dudar de él, ni tan siquiera en la mini crisis que se vivió tras la debacle de Kansas City. Quizás un capítulo menor, una tontería como es el Deflategate, sí le ha dado esa razón a Belichick. La sanción del QB le da la oportunidad de probar a su elección, a lo que en su día llame su viñedo

Todo esto puede parecer una locura, una teoría conspirativa, pero las hemerotecas están para algo. En su día Bill Belichick fue capaz de sentar al que fuera el mejor jugador de la franquicia tras John Hannah. Antes en Cleveland echó del equipo a una institución local como era Bernie Kosar en favor de Vinny Testaverde. Y lo creo muy capaz de prescindir de Tom Brady si ve en Jimmy Garoppolo el sucesor que garantice otros diez años de hegemonía a la franquicia.

Y recordad algo, nunca un jugador, sea quien sea, le haya dado lo que le haya dado al equipo, se puede poner por encima de la franquicia. Tom Brady no seria al primero qué le sucede esto, se lo puede preguntar a su amigo Peyton Manning. O mejor incluso, a su ídolo de la infancia Joe Montana, ambos vieron como eran largados por sus equipos de toda la vida en favor de un heredero más joven y que garantice la perpetuidad del equipo.

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