RANKINGS 2014
|
|
TRANSACCIONES PRINCIPALES
Owen Daniels, TE (Broncos)
Jacoby Jones, WR (Chargers)
Haloti Ngata, DT (Lions)
Torrey Smith, WR (49ers)
Pernell McPhee, LB (Bears)
Kyle Arrington, CB (Patriots)
Kendrick Lewis, S (Texans)
Matt Schaub, QB (Raiders)
DRAFT CLASS 2015
1(26) Breshad Perriman WR UCF
2(23) Maxx Williams TE Minnesota
3(26) Carl Davis DT Iowa
4(23) Za’Darius Smith DE Kentucky
4(26) Buck Allen RB USC
4(37) Tray Walker CB Texas Southern
5(35) Nick Boyle TE Delaware
5(40) Robert Myers OG Tennessee State
6(28) Darren Waller WR Georgia Tech
Tras el clásico año de crisis después de ganar la XLVII Superbowl y quedarse fuera de los playoffs, Baltimore volvió a abrir con su menú clásico de potente juego de líneas y ataque basado en la carrera, para de nuevo llegar no sin dificultad a playoffs. Pero a ese nivel, la pobreza de la secundaria pasó factura.
Sin duda la gran novedad de la postemporada de este año no han sido ni las salidas del equipo de uno de los pilares del ataque (Torrey Smith) o de la defensa (Haloti Ngata), sino la rocambolesca marcha del coordinador ofensivo Gary Kubiak como head coach de los Broncos y el fichaje de Marc Trestman para sustituirlo. ¿Por qué? Pues porque el actual balance de Trestman como entrenador es bien claro: football orientado al juego de pase, justo lo contrario de lo que lleva haciendo Baltimore desde su fundación hace diecinueve años. Y muchos aficionados se preguntan todavía si esa circunstancia no es una traición a los principios de la franquicia… o incluso una tontería, ya que estadísticamente al menos , y hasta la fecha, cuando Joe Flacco ha tenido que pasar mucho, el equipo ha caído por lo general derrotado.
Pero estas consideraciones pueden ir más allá y adentrarse en el terreno de la filosofía del football porque muchos también piensan que el juego de pase corto, por lo general a un corredor o a un receptor de slot, no deja de ser una suerte de juego de carrera. Y sí, podemos comprobar que en los dos años que Trestman ha dirigido a Chicago, éstos se han situado entre los diez primeros en porcentaje de pases completados (quintos en 2013 y décimos en 2014). Aún desconocemos en Baltimore qué ideas tiene el coordinador ofensivo en la cabeza, pero sabemos con certeza y confianza absoluta que el coach John Harbaugh las tamizará debidamente.
Pero sean cuales sean, Joe Flacco es un hombre feliz. Dirigirá el ataque de Baltimore por octava temporada consecutiva ¡Sin perderse un sólo partido y prácticamente ningún snap! Pero como inexorablemente cada vez está más cerca el día en que esta suerte se termine, el equipo ha decidido apostar sobre seguro y deshacerse del hasta ahora quarterback suplente, Tyrod Taylor, un melón sin abrir, y hacerse con los servicios de uno simplemente aceptable pero sobradamente probado: Matt Schaub, que llegado el caso no sería una auténtica incógnita, para bien o para mal, como sí sería el caso de Taylor.
La línea ofensiva, que jugó a gran nivel la pasada campaña, casi no ha sufrido modificaciones. De izquierda a derecha alinearán en la mayor parte de jugadas Eugene Monroe, Kelechi Osemele, Jeremy Zuttah, Marshall Yanda y Ricky Wagner. Es una de las líneas de más calidad de toda la liga. Además Osemele y Yanda acabarán contrato este año. Sin duda será un gran quebradero de cabeza al terminar la liga, pero también un extra de motivación en este año. Lo más preocupante aquí es la salud del tackle izquierdo Monroe, con problemas de rodilla últimamente, que ha necesitado distintas intervenciones médicas. Pero la versatilidad de sus compañeros y la suficiente calidad de los suplentes, han solventado sus ausencias con diligencia.
El backfield Raven volverá a estar liderado por Justin Forsett, la gran sorpresa ofensiva el año pasado, un veterano jornalero que destapó su tarro de las esencias tras el escándalo Rice rindiendo mucho más de lo esperado. Pero aquí hay un problema: ya no va a ser un jugador infravalorado y a buen seguro las defensas van a estar mucho más pendientes de él que el año pasado, por lo que le será mucho más duro repetir las estadísticas, máxime teniendo en cuenta sus limitaciones corporales (173 cm y 90 kg). Y por otra parte sus suplentes aún no han terminado de cuajar: Lorenzo Taliaferro, en su segundo año, y el rookie de cuarta ronda Javorius Allen. Probablemente con frecuencia el backfield alineará al fullback Kyle “Juice” Juszczyk, jugador muy versátil y válido tanto para el bloqueo como para recepciones cortas.
Una de las gratas sorpresas en el draft de este año fue la elección en segunda ronda de un cotizado tight end, Maxx Williams, una gran necesidad ya que Dennis Pitta (doble fractura-luxación de cadera en temporadas consecutivas) probablemente no vuelva a pisar un campo de football, y el equipo solo contaba ya, tras la marcha de Owen Daniels, con Croquett Gillmore, jugador de segundo año aún por contrastar con apenas diez recepciones en quince encuentros.
La segunda razón para la alegría de Flacco este año fue la elección en primera ronda del draft de Breshad Perriman, un wide receiver con gran velocidad y proyección que viene a cubrir el hueco, gran hueco, dejado por Torrey Smith, segundo receptor pero principal anotador de touchdowns, once la pasada campaña. Sin embargo, y empìeza a ser motivo de preocupación, a causa de un problema en una rodilla casi no ha participado aún en los entrenamientos del equipo.
Quien no parece tener ningún problema de salud es Steve Smith. El veterano receptor, que ya ha anunciado su retirada, acabará con quince temporadas a sus espaldas. Llegado a Baltimore el año pasado, se convirtió en el principal objetivo de Joe Flacco, pero más importante aún, imprimió un liderazgo en el equipo que no se veía desde la marcha de Ray Lewis, a base de dejar su impronta de lucha y coraje en cada recepción y en cada bloqueo.
Hay muchas dudas en quienes serán los segundos y terceros receptores. De momento y hasta el cierre de la plantilla hay aún muchos, pero llevan la delantera Kamar Aiken y Marlon Brown como alas abiertas, y Michael Campanaro como slot receiver.
Dean Pees vuelve a dirigir la defensa Raven y dos fundamentalmente serán sus preocupaciones: la primera sustituir en la línea a una figura legendaria del equipo como lo ha sido Haloti Ngata y la segunda mejorar el deficitario bagaje que mostró la secundaria el año pasado a causa de las muchas lesiones y el bajo nivel de muchos de los suplentes.
Lo primero ha sido relativamente sencillo. A lo largo de los años se ha hecho fácil y hasta natural el desprenderse de jugadores que al acabar su contrato y aspirar a uno igual o superior cuantía, ya habían dado lo mejor en Baltimore. Y ello porque previamente se había forjado por detrás y poco a poco a quienes les sustituyeran. Ngata ha dado grandes alegrías a la afición, pero sin duda sus mejores años ya pasaron. El pasado otoño fue suspendido con cuatro partidos por usar drogas estimulantes, un indicio de que su forma comienza a perderse, y no pasó…. ¡Nada! Tanto Timmy Jernigan como Brandon Williams lo suplieron a la perfección. Por contra Chris Canty sí aceptó una rebaja en su contrato y seguirá una temporada más en Baltimore. Y además, una grata sorpresa de la pretemporada está siendo la presencia de Carl Davis, tackle defensivo que cayó inesperadamente a la tercera ronda del draft. Ellos cuatro son quienes intentarán minar por el interior las líneas ofensivas rivales. Desde aquí aventuramos que muy probablemente en dos o tres años Ngata firmará un nuevo contrato de un día para acabar su carrera como Raven, siguiendo los pasos de Ed Reed o Jarrett Johnson.
Un paso atrás se situará el que es el corazón de la defensa. Por el exterior y liderando el pass rush estarán Elvis Dumervil y Terrell Suggs. Courtney Upshaw es el principal relevo de ambos. Por el interior Daryl Smith, que en lo puramente footballístico ha hecho olvidar al Ray Lewis de los últimos años, y C.J. Mosley, ya probowler y sin duda entre los mejores rookies defensivos la pasada campaña.
Es sin embargo, en la secundaria donde encontramos las grandes incógnitas del equipo defensivo. Sobre el papel los dos cornerbacks titulares, Jimmy Smith y Lardarius Webb son… casi excelsos, pero en la práctica ambos han demostrado ser de frágil cristal, perdiéndose entre ambos un gran número de partidos en las últimas tres temporadas. El bajo nivel de sus suplentes el año pasado, muchos de los cuales también acabaron lesionados, no ha sido un problema afrontado agresivamente en el draft para sorpresa de muchos: tan sólo un cornerback como sexta elección, Tray Walker, del que desconocemos casi todo; y vía agencia libre se fichó , procedente de los Patriots a Kyle Arrington que aun sin ser un jugador para recordar, sin duda tiene fácil mejorar lo hasta ahora existente, pero que en caso de lesión de los titulares tendrá grandes dificultades para cubrir continuamente a receptores de primera fila, especialmente en campo abierto.
En las posiciones más retrasadas la cosa no está mejor. Matt Elam, un primera ronda de 2013, se perderá por lesión toda la temporada y además su trabajo hasta la fecha no puede clasificarse como aceptable. La mayoría de snaps serán para dos jugadores que hasta el momento y por distintas circunstancias han pasado con más pena que gloria por Texans y Giants: Kendrick Lewis y Will Hill. Se cruzan los dedos para que en al menos uno de ellos, más probable en Hill, se esconda otro “Justin Forsett”. Terrence Brooks, tras recuperarse de la lesión que le hizo perderse los últimos partidos de su temporada de rookie, será el principal repuesto de ambos.
A la hora de patear no debiera haber problemas este año. Justin Tucker termina contrato esta temporada. Ganó una Superbowl en su año de rookie con grandes actuaciones y siempre ha sido un automático en el medio yardaje y excelente en el largo, incluso en condiciones físicas o ambientales adversas. Tiene muchas papeletas para convertirse en postemporada en el kicker mejor pagado de la historia. Cosa que por poco consigue en la faceta de punter Sam Koch hace unas semanas, gracias a su tremenda regularidad en los últimos ocho años.
Reemplazar al irregular receptor pero constante retornador Jacoby Jones tampoco se presenta tarea fácil. Probablemente este encargo recaerá sobre el cornerback Asa Jackson, que ya lo hiciera el año pasado hasta caer lesionado o el pequeño pero hábil receptor Michael Campanaro. No deja por tanto de ser una incógnita cómo se desenvolverá el equipo en esta faceta del juego.
Los Baltimore Ravens tienen probada calidad para dominar ambas líneas de scrimmage y un quarterback capaz de llegar de nuevo a lo más alto, al que se le ha dotado de nuevas armas y especialmente un sistema que le puede beneficiar. |
Dichas armas, Perriman y Williams, aunque a priori son de gran calidad deben demostrar aún su valía en condiciones reales. En el juego de carrera no se ha hecho mejora alguna y será este año más previsible. La defensa secundaria, principal lastre del equipo, se ha parcheado en el mejor de los casos, con la incertidumbre que ello conlleva. – |