RANKINGS 2014
|
|
TRANSACCIONES PRINCIPALES
Tyvon Branch, S (Chiefs)
Maurice Jones-Drew, RB (RET)
Darren McFadden, RB (Cowboys)
Carlos Rogers, CB (F.A)
Antonio Smith, DL (Broncos)
Stefen Wisniewski, C (Jaguars)
Nate Allen, S (Eagles)
Michael Crabtree, WR (49ers)
Roy Helu, RB (Redskins)
Curtis Lofton, LB (Saints)
Christian Ponder, QB (Vikings)
Trent Richardson, RB (Colts)
Dan Williams, DT (Cardinals)
DRAFT CLASS 2015
1(4) Amari Cooper WR Alabama
2(3) Mario Edwards Jr. DE Florida State
3(4) Clive Walford TE Miami (FL)
4(29) Jon Feliciano OG Miami (FL)
5(4) Ben Heeney ILB Kansas
5(25) Neiron Ball OLB Florida
6(3) Max Valles ILB Virginia
7(1) Anthony Morris OT Tennessee State
7(4) Andre Debose WR Florida
7(25) Dexter McDonald CB Kansas
Diez derrotas consecutivas para empezar la temporada, el entrenador despedido en la cuarta semana de competición, un balance final de tres victorias por trece derrotas…
¡Y lo mejor del caso es que si le preguntáramos a cualquier seguidor habitual de los Raiders, éste no tendría ninguna duda en calificar la campaña 2014 como una de las más ilusionantes y satisfactorias de la última década!
Y no lo dirían por el hecho de que dos de esas victorias supusieran la «eliminación» en la lucha por los playoffs de dos rivales tan queridos como los Kansas City Chiefs o los San Francisco 49ers. O no sólo por eso.
Si la desastrosa temporada 2014 ha dejado tan buen sabor de boca es por la irrupción de una serie de jóvenes jugadores que auguran la vuelta de los buenos tiempos al agujero negro.
Parece que, por una vez, Reggie McKenzie consiguió dar con la tecla correcta en el draft y las prestaciones de Khalil Mack, Derek Carr y Justin Ellis llenan de esperanza a la afición. Para continuar con las buenas sensaciones McKenzie ha apostado por la sensatez escogiendo al conocido (y soso) Jack Del Rio para dirigir el nuevo proyecto. Un hombre con experiencia y poco amigo de las frivolidades con capacidad para asentar el proyecto sin hacer demasiadas locuras.
Ahora sólo falta que la franquicia deje de marear la perdiz y desista de sus planes de abandonar Oakland por Los Ángeles para que la felicidad de la fanaticada sea completa.
Con Jack Del Rio al mando del equipo los planteamientos de Bill Musgrave, nuevo coordinador ofensivo, resultan fáciles de adivinar. Solidez en la línea ofensiva, juego de carrera a machamartillo y riesgos los justos. Una receta básica y de éxito más que comprobado si el resto de las unidades del equipo están a buen nivel.
Vista la falta general de talento en el equipo es de esperar que el ataque tenga que arriesgar un poco más de lo previsto y por ahí pueden empezar los problemas para un Derek Carr que se enfrenta sin red de seguridad al temible segundo año.
Y es que al flamante quarterback se le va a exigir que sea la cara del ataque desde el minuto uno como se demuestra con la «lista de la compra» que le han hecho para el cuerpo de receptores, primero con la elección del sensacional Amari Cooper en la primera ronda del draft y después con el fichaje de Michael Crabtree en la agencia libre. La presencia de estos dos jugadores dispara las expectativas y la presión sobre su quarterback que va a disponer de un dúo de receptores como hacía muchos años no se veía en Oakland.
La llegada de estos dos jugadores hará que pasen a un discreto segundo plano los Rod Streater, Andre Holmes o Brice Butler, una situación que encaja mucho mejor con su categoría. En la posición de tight end hay grandes esperanzas en la evolución de Mychal Rivera y del novato Clive Walford mientras que Lee Smith encaja en el perfil de bloqueador tan necesario en los planteamientos de Del Rio.
Además de la presión externa que va a recibir Derek Carr también se espera una buena dosis de presión «interna» en forma de pass rushers rivales. Y es que la línea ofensiva ha sido diseñada para abrir huecos a los corredores y no tanto para proteger a su quarterback. El desempeño de los Donald Penn (LT), Gabe Jackson (LG), Khalif Barnes (RG) y Austin Howard (RT) superó las expectativas de todos pero la excelente labor de Carr a la hora de soltar el balón a toda velocidad enmascaró sus deficiencias en pass protection. De todos modos la premisa fundamental del ataque va a ser correr, correr y correr y para ello no han dudado en incorporar a Rodney Hudson (C) procedente de los Chiefs otro jugador que brilla mucho más en el ataque terrestre que en el aéreo.
Presión externa en forma de exigencias y previsible presión interna en la forma de una línea ofensiva bastante permeable. A esos retos se enfrenta Derek Carr y su mejor aliado para triunfar tiene que llegar por parte de sus corredores. Liberados del yugo de mediocridad, conformismo e indolencia del decepcionante Darren McFadden los Raiders se encomiendan a las potentes piernas del velocísimo Latavius Murray, una de las revelaciones de la pasada temporada. Y más les vale que Murray cumpla el expediente porque lo que tiene detrás en el depth chart no ofrece demasiadas garantías. Roy Helu puede ser un buen «change of pace back» pero poco más pero lo del fichaje del ¡¡¡BUST!!! de Trent Richardson sólo se entiende si tenemos en cuenta la peculiar idiosincrasia de los Raiders y su gusto por el «malditismo». Vamos, que visto lo visto no nos extrañaría nada que el excelente fullback Marcel Reese sea quién acabe partiendo el bacalao en el ataque terrestre del equipo. Esperemos que, por el bien de Carr, alguno de ellos sea capaz de quitarle parte de la enorme responsabilidad que han depositado sobre su jóvenes hombros.
Ken Norton Jr. se hará encargará de coordinar esta unidad aunque también estamos seguros de que el sello Del Rio se dejará notar.
Y esperemos que sea para bien porque la verdad es que Del Rio tiene algunos jugadores que apuntan al estrellato de manera indudable. El primero de ellos el sensacional linebacker Khalil Mack quién en una sola temporada ha demostrado que lo tiene todo para triunfar. Será interesante ver como encajan sus habilidades en el clásico esquema 4-3 que suele poner en práctica Del Rio aunque si tenemos en cuenta los precedentes de su etapa como coordinador en Denver tenemos claro que Mack lo tiene todo para ser prácticamente un clon del increíble Von Miller. ¡Casi nada!
Al lado del fenómeno formará el sólido Curtis Lofton en la posición de MLB y otra de las jóvenes promesas de la franquicia Sio Moore en el lado débil. Un trío de linebackers que, en apariencia, pinta la mar de bien.
En la línea defensiva destaca la figura de Justin Ellis, el defensive tackle cuajó una muy buena campaña de debut y se esperan grandes cosas de él. Para solucionar los problemas en la defensa terrestre se ha fichado al veterano Dan Williams, procedente de los Arizona Cardinals, para que aporte su contundencia y experiencia en el centro de la defensa. En el extremo derecho regresa el veterano Justin Tuck lejos ya de sus mejores años pero serio y profesional como siempre. En el lado izquierdo se apuesta por el relativamente desconocido C.J. Wilson.
La secundaria es la unidad que ofrece mayores dudas. En la posición de cornerback D.J. Hayden y T.J. Carrie serán los titulares pero ninguno de los dos ofrece demasiadas garantías. En la posición de free safety vuelve el veteranísimo Charles Woodson para completar la decimoctava temporada en su carrera de hall of famer. Junto a él se alineará Nate Allen un jugador discreto pero que al menos aporta experiencia en un grupo que se completa con jugadores tan poco probados como Keith McGill, Brandian Ross y Larry Asante.
Sebastian Janikowski es una seña de identidad de la franquicia y el kicker polaco volverá a encargarse de las patadas en su decimosexta temporada. Marquette King repite como punter después de un excelente 2014 mientras que el novato Andre Debose se encargará de los retornos.
– Por primera vez en mucho tiempo hay buenas sensaciones en el lado oscuro. – Si la línea ofensiva responde, Derek Carr tiene «jugones» para disfrutar. – ¡¡¡KHALIL MACK!!! |
– El nivel de calidad de la plantilla todavía deja mucho que desear. – La división se promete difícil y si los resultados no llegan puede cundir el pánico. No olvidemos que estamos hablando de los Raiders. |
– Las dudas sobre la futura ubicación de la franquicia pueden desestabilizar al equipo.