¿Es peligroso empezar al 100%?

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Aaron Rodgers ya está listo para el inicio de la temporada (AP)
Aaron Rodgers volvió a jugar a gran nivel (AP)
Aaron Rodgers está «on fire» (AP)

Transcurridas tres jornadas, no llevamos tan siquiera mes de competición y el calendario ha querido que este año solo tengamos 3 jornadas en septiembre, hay dos equipos en al ideario popular y de la prensa, los Green Bay Packers y los New England Patriots. Todo lo que no sea una Súper Bowl entre esos dos equipos ya se empieza a apuntar como una decepción, y quedan aún 14 jornadas de temporada regular, por no hablar de los playoffs.

Sin acabar septiembre ya hay una Super Bowl deseada

En algunos sitios he llegado a leer que es tal la superioridad de ambos equipos, y como no se van a ver en temporada regular, que podríamos estar por primera vez en toda la historia de la NFL ante una Súper Bowl entre dos equipos perfectos. Vamos, una locura, en las 49 ediciones anteriores solamente dos equipos han llegado invictos a la Super Bowl, Miami Dolphins y New England Patriots.

¿Son realmente tan buenos ambos equipos? Si parece claro que ahora mismo y con lo poco que llevamos de competición, si son los mejores equipos. Lo que tengo serias dudas es que ambos equipos sean realmente tan extremadamente buenos como nos los quieren vender. La NFL, pese a tener una temporada regular, la extremada dureza del deporte, hace imposible que todos los equipos se puedan enfrentar entre sí. Es tan verdad lo que acabo de exponer, que un equipo no se enfrenta a todos los equipos de su conferencia, siete. Y de la otra conferencia, se ve las caras solamente con 4 de un total de 15. En resumen, un equipo juega durante la temporada regular contra 12 equipos, hay otros 19 a los que no se enfrenta.

Al peculiar hecho de enfrentarse a menos del 50% del total de equipos hay que añadir otro ingrediente básico, la configuración del calendario. La elaboración del calendario no es una cuestión secundaria, aquí no hay un sistema de sorteo que establece un orden, sino que una serie de señores se reúnen durante semanas para “fabricar” un calendario. Ese calendario tiene que satisfacer muchas exigencias y debe tener en cuenta cientos de variables, algunas tan alejadas al control de la NFL como el calendario de la liga de baseball o al hecho de que en algunos ciudades los estadios se usan para otras cosas diferentes al football. Y sin mencionar el factor Londres y los equipos que tienen que cruzar el charco para jugar en otro uso horario.

Semanas de trabajo arrojan el calendario de la NFL. Así es como sale de fábrica

Todo eso al final provoca que los récords puedan ser muy engañosos, incluso puede haber transcurrido medía temporada regular, y se puede leer que el récord de tal o cual equipo es muy engañoso por los rivales a los que ha batido. No será la primera vez que se puede leer que tal equipo está 8-0 u 7-1 porque el récord combinado de sus rivales es de 22 victorias y 46 victorias. Sin embargo un equipo con récord de 5-3 puede ser al revés, le han tocado rivales mejores, o al menos con mejor récord.

Es cierto que tanto Green Bay como New England han mostrado ser muy superiores al resto de equipos, al menos de los que se han enfrentado, además a ello se ha sumado que los equipos que los acompañan como equipos invictos ninguno se les considera enemigos reales a la potencia de fuego de los primeros.

En la NFC junto a Green Bay figuran invictos los Carolina Panthers, Atlanta Falcons y Arizona Cardinals, tres equipos que absolutamente nadie contaba con ellos al principio de temporada. Los Seattle Seahawks, que han representado en los dos últimos años están 1-2, mismo récord que otro de los gallos de la NFC, los Philadelphia Eagles. Los otros equipos con récord positivo, 2-1, son los Dallas Cowboys, muy castigados por las lesiones, y los Minnesota Vikings, equipo que empezó con una sorprendente derrota en San Francisco, pero que dos partidos seguidos en su propio campo les ha permitido rectificar el rumbo.

En la AFC acompañan a New England los sorprendentes Cincinnati Bengals y los desconocidos Denver Broncos. Y digo desconocidos porque Denver está arriba gracias a su poderosa defensa y no por las discretas actuaciones de su QB, Peyton Manning. Con un récord de 2-1 les siguen los NY Jets, Buffalo Bills, Pittsburgh Steelers y la verdadera sorpresa en la que llevamos de temporada, Oakland Raiders. Por un motivo u otro, todos ofrecen serias dudas, los Bengals porque son eso, los Bengals. Los Broncos porque nadie se cree que con un decadente Peyton Manning puedan llegar lejos. El resto tiene su propia ración de problemas, derrotas contundentes o lesiones determinantes, caso de Pittsburgh con Ben Roethlisberger.

Y volvamos a ambos equipos. De las tres victorias de Green Bay en mi opinión solo hay una de calidad, la que obtuvieron ante unos Seattle Seahawks con la importante baja de Kam Chancellor, y tuvieron que sudar sangre para ganarlos.

Green Bay tuvo que sufrir mucho para ganar a Seattle con bajas importantes en su secundaria

La victoria ante Chicago ha perdido todo su valor a medida que se ha visto el potencial real del equipo, en completa descomposición. En Chicago ya han renuncIado a la temporada 2015, han traspasado a dos de sus jugadores más emblemáticos como Jared Allen y Jon Boostic a cambio de elecciones en el draft, y Matt Forte podría no tardar mucho en ser el siguiente. Y quedan los Kansas City Chiefs, un equipo totalmente sobrevalorado y con dos grandísimos Pass Rushers como Tamba Hali y Justin Houston, pero que después de ellos está el desierto, sobre todo una secundaria que tanto Peyton Manning como Aaron Rodgers han ridiculizado en semanas consecutivas.

En el caso de New England dieron un golpe de mano en Buffalo , partido que Rex Ryan sobre calentó y que se le fue completamente de las manos. La victoria ante los Jaguars, una paliza en toda regla, hay que darle su valor justo, equipo muy bisoño que juega fuera de su estadio y donde se deja llevar. Y me quedan los Pittsburgh Steelers, que se presentaron sin dos de sus estrellas ofensivas para el primer partido, algo letal para un equipo que no tiene defensa y toda su temporada va a depender de un ataque explosivo, que habrá que ver cómo se sobrepone a la pérdida de su QB por un largo periodo de tiempo.

Ninguno de los dos equipos ha sido aún puesto realmente a prueba salvo los Green Bay Packers en algunos momentos por los Seahawks. Todo hasta la fecha les ha venido muy rodado y los QB de ambos equipos, Tom Brady y Aaron Rodgers, parece que quieren mantener un duelo mano a mano por ser el MVP de la temporada regular. Los 2 QB van directos a pulverizar todos los records de pase, aunque sobre este punto hay que decir que luego los números tienden a bajar, extrapolar septiembre al resto de temporada es un ejercicio de riesgo. Y sobre este último punto, cuando un QB tiene una temporada para los anales, no necesariamente va unido a ganar el título, bastaría con repasar todas las temporadas antológicas de QB, no suelen terminar bien.

Los Miami Dolphins de 1972 son el único equipo NFL que ha conseguido una temporada perfecta

Por otra parte el concepto de “Temporada Perfecta” me parece un entretenimiento innecesario. Cuanto mas avance un equipo invicto en la temporada regular, mas presión se suele poner con ese concepto. Siempre he defendido que solo existe una temporada perfecta, la que termina con el Vince Lombardi en la sala de trofeos del equipo.

Por cierto, en 2011 ambos equipos protagonizaron un capítulo parecido y con un calendario muy similar. Los Green Bay Packers, campeones vigentes con un Aaron Rodgers en estado de gracia, arrollaron a todos sus rivales en la temporada regular, 15-1 con una única derrota ante los Kansas City Chiefs. Los New England Patriots dominaron la AFC con relativa comodidad una marca de 13-3. Su único duelo difícil en toda la temporada fue la final de conferencia ante los Baltimore Ravens, el partido donde fallaron un FG en los segundos finales que hubiera forzado la prórroga. Los New England Patriots pasaron a la Super Bowl donde fueron derrotados por los NY Giants en un partido con un marcador muy engañoso, los NY Giants fueron muy superiores en aquel partido pese a lo estrecho del marcador.

En resumen, ganar siempre está bien, por supuesto que tener un record de 3-0 es mejor que tener uno de 2-1. Pero lo que no suele ser un buen síntoma es estar al 100% en septiembre cuando el resto claramente no lo está. Muchos equipos tienen lesionados de relevancia o jugadores suspendidos que volverán a lo largo del año. La gran mayoría están aún ajustando su puesta a punto y reservan esfuerzos. A medida que se avanza la presión de una posible temporada perfecta, la caza de records o las afrentas personales, suelen ser muy malas consejeras, obligan a esfuerzos adicionales que luego pueden pagarse cuando ya no hay marcha atrás.

Y no lo olvidemos, siempre surge a lo largo de la temporada regular ese equipo que coge el punto de forma perfecto en el momento perfecto, normalmente a partir de Acción de Gracias. Ese equipo suele venir con algunas derrotas en la mochilla, no ha arrasado desde el primer día y toda su plantilla hace “click” en el momento justo ¿Les suena esta historia a los propios New England Patriots y Seattle Seahawks? Ambos equipos protagonizaron la temporada pasada septiembres bastante grises, pero a medida que la temporada fue avanzando, demostraron su superioridad, sobre todo en el momento e la verdad.

AUDIBLES

  • La alegría va por barrios, siempre que hay equipos que van 3-0 hay otros que tiene que ir 0-3. No me sorprende en absoluto ver tanto a Chicago como Detroit allí abajo, sí sin embargo me sorprende el caso de Baltimore, equipo por el que había apostado por verlo en la Super Bowl representando a la AFC. No me atrevería a descartar a Baltimore, un equipo que si algo ha demostrado desde su irrupción es que sabe competir y ganar partidos cuando está contra las cuerdas. Lo primero debería pasar por ganar el jueves a unos Steelers que van a estar un tiempo sin Ben Roethlisberger, su lugar lo ocupará el veterano Michael Vick.
  • Otro equipo decepcionante son los Miami Dolphins. Su récord es de 1-2, pero más que el récord lo que es una completa decepción es la sensación que transmite el equipo. No han transcurrido ni tres jornadas y Joe Philbin ya está cuestionado, algo a lo que debe estar acostumbrado, el año pasado a estas mismas alturas estaba en la misma posición antes de viajar a Londres. La rumorología ya dice que Philbin puede que no regrese como Head Coach si el equipo pierde en Wembley, una experiencia que ya vivió el año pasado Dennis Allen en Oakland.
  • Siempre que hay equipos decepcionantes hay equipos sorpresa, este año el premio le corresponde a los Oakland Raiders. El equipo no sabe dónde jugará el año que viene, pero al menos de momento lo está haciendo a un nivel que no se les conocía desde ni se sabe cuando. La tripleta ofensiva Derek Carr, Amari Cooper y Latavius Murray ya suena en todos los mentideros, si a eso sumamos una defensa con el prometedor Khalil Mack y el eterno Charles Woodson, todo son parabienes en Oakland. El optimismo les ha llevado a mirar el calendario y ya se empieza a soñar con liderar la división ante las caídas de Kansas City y San Diego y las dudas que despiertan los Broncos de Peyton Manning. En todo caso el objetivo de Oakland debería ser solo uno, crecer y mejorar, todo lo que sea ir más allá sería marcarse objetivos imposibles.
Charles Woodson es eterno
  • El aire en Denver es mas fino, lo que permite a las pelotas volar mas y mejor, además de que obliga a los equipos a adaptarse a realizar esfuerzos en altura. Pero no es el aire de Denver el que me preocupa, sino él del estado de Arizona. Hace muchos años un supuestamente acabado Kurt Warner vivió una segunda juventud en Arizona, llevó al equipo hasta la mismísima Super Bowl donde fueron derrotados en los segundos finales. Esta vez el turno le corresponde a Carson Palmer, que está jugando a los mismos niveles que el Carson Palmer de antes de su gravísima lesión en la rodilla en el 2005. La NFL nunca sabrá lo que nos perdimos con aquella desgraciada acción, probablemente perder a un QB especial que pudo haber marcado una época. Aunque tarde, han pasado casi 10 años, el Carson Palmer que estamos viendo ahora es el que ha estado oculto durante casi una década.
  • Empezar 0-3 es un desastre, eso en innegable, solamente cinco equipos que empezaron con esa marca han llegado a los playoffs, y de esos solo los Buffalo Bills avanzaron hasta la Super Bowl. Sin embargo hay equipos y aficionados para los que empezar 0-3 es darle carpetazo a su temporada, un claro ejemplo son los Chicago Bears, donde absolutamente todo está en venta. El equipo se ha librado de Jared Allen y Jon Bostic por unas modestas sexta rondas, y Matt Forte suena en todas las quinielas para marcharse a un contendiente. En Chicago ya no solamente se celebrará de nuevo el draft, sino que ahora mismo los Bears parece que solo tienen puesto su punto de mira en el Draft. Pero que no se preocupen, la semana que viene seguro que ya no estarán solos.
  • Hay dos temas que siempre tienen sitio en este espacio. Uno es la pobreza técnica y de fundamentos que muestran cada vez mas los jugadores defensivos, una cosas es no saberse alinear, pero otra muy diferente no tener siquiera los fundamentos mas básicos para ser un jugador de defensa. El TD de Charles Clay ante la secundaria de Miami es un claro ejemplo, que Clay es un jugador habilidoso es cierto, pero que tres jugadores no sepan hacer un placaje es un problema mucho mas grave. Lo peor, no es un caso aislado, es un mal generalizado. El otro punto es la necesidad urgente que tiene la NFL de crear algo parecido a una liga de formación, QB como Luke McCown, Brandon Weeden o Jimmy Clausen hacen mucho daño a la imagen de la liga, su insolvencia es clara y notoria. Pero no acaba el problema allí, QB que juegan como titulares no les iría nada mal pasar un tiempo en ligas de formación, de momento omito decir nombres, pero algunas promesas ya deberían dejar de serlo algún día.
  • Sobre los árbitros y arbitrajes ya hablaremos otro día, pero la fiebre del pañuelo amarillo se tiene que terminar, hay partidos donde resultan insufribles con tanto pañuelo por faltas absurdas y que en nada influyen en la jugada. Eso por no hablar de que el lenguaje de la NFL ha complicado la interpretación de algunas jugadas que ya nadie está en condiciones de afirmar que son determinadas jugadas. Yo por ejemplo agradecería que alguien que me explicara qué y cuando se produce una recepción, y no me refiero a la que digan los árbitros, o quienes revisan en New York la jugada de turno, es una recepción. Que un elefante nunca será rosa por mucho que alguien con autoridad me diga qué es rosa. Eso sí, los árbitros se han vuelto muy sibilinos, ante la mas mínima duda decretan que una jugada es una de las objeto de revisión automático, vamos, que no se mojan ni en la ducha.

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