Por momentos los New England Patriots recordaron a los Cleveland Browns. Y así es muy complicado ganar a nadie en la NFL. Najee Goode anotó tras un bloqueo de punt, Malcolm Jenkins retornó una intercepción 99 yardas para otro touchdown y los Philadelphia Eagles se impusieron por 35-28 en el normalmente inexpugnable Gillette Stadium.
Además Darren Sproles añadió un retorno de punt de 83 yardas para un segundo touchdown de equipos especiales dando a Philadelphia una ventaja de 21 puntos que, aunque lo intentaron, los Pats fueron incapaces de remontar.
Tom Brady (29/56, 312 yards, 3 TD, 2 ints) lanzó un pase de touchdown que dejó a su equipo a dos antoaciones y, tras recuperar un onside kick, añadió otro en carrera de una yarda para colocarse a 7 puntos, con tres minutos por jugarse.
Esta vez el mejor aliado del QB local fue el RB James White quien amasó 115 yardas de recepción en 1o pases y añadió un TD a su cuenta.
New England intentó un segundo onside que esta vez fue recuperado por los Eagles pero, tras forzar un fumble en tercer down, los Patriots (10-2) tuvieron una oportunidad más.
La remontada no fue posible cuando en cuarto down el balón se escurrió entre los brazos de un receptor permitiendo a los visitantes poner rodilla en tierra y acabar el partido.
Los Patriots lograron 427 yardas totales por 248 de los Eagles y 27 primeros downs por 15 de su rival pero los equipos especiales definieron el partido.
Por parte de los Eagles Sam Bradford, de retorno tras su lesión, completó 14 de los 24 pases que intentó para 120 yardas y 2 touchdowns.
Tras tres derrotas consecutivas los Eagles (5-7) habían encajado al menos 45 puntos de manera consecutiva sin embargo, con un gran trabajo en equipos especiales, y una defensa en ocasiones oportunista, infringieron a los Patriots su segunda derrota consecutiva, algo que no pasaba en Boston desde 2012.
Con los resultados de ayer Philadelphia empata con Redskins y Giants -a la espera del Monday Night entre Washington y Dallas- y deja la NFC East al rojo vivo.