Kansas City Chiefs, 22 años después, han vuelto ha ganar un partido de playoffs. Los hombres de Andy Reid se impusieron por un claro 30-0 a unos Houston Texans que a penas opusieron resistencia. El abultado marcador es la tercera mayor diferencia en una victoria a domicilio en la historia de la postemporada de la NFL y la mayor desde 1968, cuando los Colts derrotaron a los Browns en Cleveland por 34-0.
El partido empezó mal para los Texans desde el mismo retorno de kick-off inicial ya que el Knile Davis tomaba el cuero y lo devolvía 106 yardas hasta la endzone de los locales cuando muchos aficionados ni siquiera habían tomado asiento en el estadio.
De ahí al final los Texans vivieron una noche de pesadilla, especialmente en la personal del quarterback Brian Hoyer (15/34, 136 yardas) quien terminó el partido con cuatro intercepciones y un fumble perdido y fue pitado en varias ocasiones por el público del NRG Stadium. Además para colmo de males J.J. Watt se resintió de sus problemas en la ingle y tuvo que ver buena parte del partido desde la banda.
La ofensiva local era incapaz de establecer un ritmo sostenido y la visitante, aunque empezó también con algunos problemas, poco a poco se fue asentando y, de la mano de un inspirado Alex Smith (17/22, 190 yardas, 1 TD, 1 int y 5 carreras para 27 yardas) y de los acertados field goals de Cairo Santos iban ampliando diferencia.
Travis Kelce (8 recepciones, 128 yardas) era una pesadilla para la secundaria de Houston y sólo las carreras de Alfred Blue (17 para 99 yardas) y DeAndre Hopkins (6 recepciones para 69 yardas) se salvaban de la mediocridad en las filas de Houston.
La mala noticia para los Chiefs llegó en forma de lesión ya que su Jeremy Maclin, probablemente su hombre más peligroso en la ofensiva, tuvo que abandonar el terreno de juego por una lesión de rodilla y las primeras impresiones no han sido nada favorables a la espera de las pruebas médicas pertinentes.