Saltó la noticia en la tarde del lunes. El tribunal de apelación de Estados Unidos ha reestablecido la sanción que la NFL le había impuesto a Tom Brady por el caso conocido como «deflategate».
Brady había sido suspendido para los cuatro primeros partidos de la temporada 2015 por su papel en el presunto desinflado de balones en la final de la AFC disputada el 18 de enero de 2015 entre los New England Patriots y los Indianapolis Colts. La suspensión había sido revocada por un tribunal federal el pasado mes de septiembre y el jugador pudo disputar completa la temporada regular.
En octubre la NFL apeló la decisión argumentando que el comisionado de la NFL Roger Goodell estaba en su derecho de suspender a Brady basándose en el convenio colectivo firmado en 2011 entre la NFL y la asociación de jugadores (NFLPA).
El escrito de la decisión final del tribunal aclara que no era papel de éste decidir si Brady sea culpable o inocente de los hechos que se le imputaban, sino decidir si el comisionado estaba en su pefecto derecho de imponer la sanción que consideró oportuna, algo a lo que ha respondido afirmativamente ratificando la sanción impuesta.
La temporada pasada el QB de los Pats completó el 64,6% de sus pases para 4.770 yardas con 36 touchdowns y 7 intercepciones para un ratio de 102,2, el más alto de su carrera desde 2011. Los Patriots acabaron 12-4 cayendo ante los Broncos en la final de la AFC.
De mantenerse la sanción Brady se perdería los partidos ante Arizona, Miami, Houston y Buffalo, estos tres últimos como local.