RANKINS 2015 (7-9, 3º AFC WEST)
Ataque | Media | NFL |
Puntos Anotados | 22,4 | 17º |
Yardas Totales | 333,5 | 24º |
Yardas de Carrera | 91,1 | 28º |
Yardas de Pase | 242,4 | 16º |
Defensa | Media | NFL |
Puntos encajados | 24,9 | 22º |
Yds tot. permitidas | 363,6 | 22º |
Yds car. permitidas | 104,9 | 13º |
Yds pas. permitidas | 258,8 | 26º |
TRANSACCIONES PRINCIPALES
Tony Bergstrom, C (Houston)
Benson Mayowa, DE (Dallas)
Taylor Mays, S (Cincinnati)
Rod Streater, WR (Kansas City)
J’Marcus Webb, OT (Seattle)
Curtis Lofton, LB (F.A.)
Kelechi Osemele, G (Baltimore)
Sean Smith, DB (Kansas City)
Bruce Irvin, LB (Seattle)
Daren Bates, LB (Los Angeles)
Brynden Trawick, S (Baltimore)
–
DRAFT CLASS 2016
1(14) Karl Joseph S West Virginia
2(13) Jihad Ward DE Illinois
3(12) Shilique Calhoun DE Michigan State
4(2) Connor Cook QB Michigan State
5(4) Deandre Washington RB Texas Tech
6(19) Cory James OLB Colorado State
7(13) Vadal Alexander OG LSU
Los chicos malos de la Bahía encaran su decimotercera temporada sin ver los playoff. Si bien el número 13 suele ser un clásico al representar la “mala fortuna”, podría cambiar esta vez. La franquicia de Oakland parece que empieza a vislumbrar la salida al final del túnel en base a cumplir con un requisito que parece “de cajón” pero que no pocas veces hemos visto olvidado en algunos equipos; el orden.
Mark Davis ha sido muy inteligente en dejar el aspecto deportivo en manos de Reggie McKenzie, un hombre que sabe mucho sobre armar plantillas ganadoras sin levantar la voz y sin demasiados fuegos artificiales. Sólo hay que ver sus ruedas de prensa para percatarse de ese estilo “está todo controlado” que tanta falta hacía en un conjunto que hasta hace poco era más bien un vodevil que un equipo NFL serio. Su reciente renovación es una excelente noticia para los Raiders.
Igual de inteligente, también, darle el vestuario a un hombre como Jack del Rio, señalado como entrenador aburrido o conservador pero que ha sabido manejar perfectamente egos del tamaño de los de Aldon Smith o Michael Crabtree hasta hacerlos jugadores productivos. Resulta que a lo mejor lo que hacía falta era volver a lo básico. Resulta que a lo mejor es muy bueno volver al principio si te pierdes.
A pesar del bajón visto en la segunda parte de la anterior temporada y de acabar con un récord negativo (7-9) tuvieron un inicio prometedor, haciendo muy buenos partidos contra Jets o Broncos y dando muestras del gran potencial que existe en la plantilla, de su compenetración y del excelente trabajo que están desarrollando tanto Bill Musgrave como Ken Norton Jr. en la coordinación de ambos lados del balón.
Todo parece diferente en Alameda después de aplicar un poco de ese orden. Si, como dicen, y tomando prestada la expresión del soccer “el football es un estado de ánimo”, lo que hemos visto en las OTA’s y los minicamps es un estado de ánimo que predispone al compañerismo y al sacrificio por el equipo. Y eso siempre da buenos resultados.
Veremos a unos Raiders dispuestos a trabajar en el barro con el enorme Mack a la cabeza, hechos para la guerra pero con ese toque de bailarín de claqué que aportan jugadores como Carr o Cooper. Esta podría ser la temporada que marque un punto de inflexión en la trayectoria de un equipo que lleva demasiado tiempo alejado de los playoffs. No les pierdan de vista.
El objetivo clave para este año debe ser mantener las altas expectativas del pasado. El equipo por fín encontró un quarterback franquicia en Derek Carr, que año tras año mejora e impresiona a propios y extraños. Un grupo de receptores que mezcla veteranía y juventud que ha podido abrir las puertas a un juego más dinámico y atractivo. Un running back de Pro Bowl infravalorado, un grupo reducido de tight ends de lo más variado y la que posiblemente sea la posición estrella en el ataque de este año, una línea ofensiva de lo mejorcito de toda la NFL que protegerá a Carr y abrirá espacios a Murray potenciando más el juego terrestre.
Después del gran desembolso para traer al center Rodney Hudson y apuntalar la línea, este año tocaba renovar a un veterano y a la vez rejuvenecido Donald Penn como tackle izquierdo y fichar desde Baltimore a un verdadero animal como Kelechi Osemele, ofreciéndole el mayor contrato de la liga para un guard. Un hábil movimiento por parte de la directiva debido al más que probable retiro de Penn en uno o dos años, que podría terminar con el gigante guard dando el salto al left tackle, justificando así el dinero que ha firmado, más propio de esa posición. Junto a estos tres enormes jugadores, y con la ocupación del left guard por parte de Osemele, el equipo trasladará a un joven y vital Gabe Jackson al guard derecho, mientras que Austin Howard y el propenso a las lesiones Menelik Watson lucharán por el puesto de tackle derecho, probablemente una de las mejores peleas que veremos en la pretemporada. Como “fondo de armario” los Raiders cuentan con un todavía bastante verde Jon Feliciano en el guard y un auténtico robo en 7ª ronda como Vadal “Mammoth” Alexander, desde LSU, que probablemente den que hablar los próximos años.
En la posición de quarterback no hay lugar a ninguna duda. Carr ha demostrado ser el QB franquicia que tanto añoraban en Oakland. Año tras año sus estadísticas mejoran y obviando ciertos detalles que aún debe pulir es el pasador titular indiscutible, con una de las mejores líneas de la liga y una química casi perfecta con su cuerpo de receptores. Su tercer año promete y mucho. Luchando por el segundo lugar y no menos importante ante una posible lesión de Carr, estarán el veterano Matt McGloin y la sorpresiva 4ª ronda Connor Cook, QB de Michigan, que ha demostrado tener un gran brazo y un liderazgo impropio de su edad. Esta posición de backup, va a ser una de las mejores batallas de la preseason. Y ante el fin del contrato de Matt, que a buen seguro tendrá ofertas de otros equipos la próxima offseason, las apuestas para ese lugar están con Cook.
El juego de carrera es una de las posiciones más cortas y sin jugadores destacados, salvo el titular Latavius Murray, un corredor enorme e infravalorado que obtuvo su primera visita a la Pro Bowl la temporada pasada. Con el apuntalamiento de la línea ofensiva este año, la productividad de los corredores promete aumentar bastante y tanto Murray como el novato de 5ª ronda DeAndre Washington serán los “tapados” que ayudarán al equipo a destacar. Se habla mucho del tamaño de Washington -apenas 1´73 metros-, comparándolo con el gran MJD o Ray Rice, siendo así un complemento perfecto para el gigante Latavius. Y tras eso, el desierto, que sólo deja a la pareja de fullbacks formada por el veterano Marcel Reece -suspendido 4 partidos- y Jamize Olawale junto al retornador Taiwan Jones, como únicos valedores de una posición bastante diezmada en cuanto a corredores puros.
El grupo de receptores mezcla juventud y veteranía -una combinación históricamente funcional-. Empezando por los veteranos tenemos a Michael Crabtree que, después de sus altibajos en San Francisco y una lesión bastante importante que le ha restado un punto de velocidad, tuvo una segunda oportunidad en el otro lado de la Bahía. Se ha agenciado del cartel de receptor de posesión, ese que va moviendo las cadenas cuando hay que salvar el drive. Receptor con muy buenas manos, gran visión y una magnífica salida para el quarterback. Siguiendo con los que más tiempo llevan en el equipo tenemos a Andre Holmes, portento físico ideal para situaciones en la end zone. No tuvo ni va a tener demasiado protagonismo en la rotación, pero su presencia siempre impone a los backs rivales. La selección de 1ª ronda del año pasado Amari Cooper ha demostrado ser un excelente receptor primario pese a que algunos medios criticaron su tamaño y velocidad. Oakland ha encontrado por fin a su receptor nº1, con muy buena visión de juego, capaz de ser receptor de posesión y a la vez tener una gran aptitud para las rutas largas y yards after catch. Un auténtico playmaker de 21 añitos que tan solo presentó un problema de drops y una pequeña lesión al final de temporada que mancharon una temporada rookie para enmarcar. Para terminar, nos encontramos a un Seth Roberts que demostró suficiente habilidad como para conseguir touchdowns saliendo muchas veces desde el slot, demostrando que se merece un hueco en el equipo. Se habla mucho de Max McCaffrey como opción desde el practice squad.
En lo que a tight ends se refiere, ninguna novedad, salvo el posible trade de Mychal Rivera y la más que segura titularidad de Clive Walford después de un año de debut bastante discreto salvando algunas jugadas interesantes. Promete y mucho, eso si. Gran tamaño, capaz de bloquear más que Rivera y unas manos muy efectivas. El veterano Lee Smith se mantendrá al frente de los bloqueos y proporcionando una buena salida en situaciones de presión. Todo hace indicar que el cuarto TE en discordia, Gabe Holmes, no conseguirá hacer roster.
Por segundo año consecutivo, últimamente bastante raro para un entrenador en Oakland, se mantiene Bill Musgrave en el puesto de offensive coordinator. Se trata de un tipo anclado en gran medida al ataque terrestre. La temporada pasada tuvo momentos de luces y otros de sombras, pero mantuvo un equipo ofensivo sólido y capaz de hacer subir la media de puntos por partido, mientras se ayudaba a diamantes en bruto como Carr y Cooper a crear una sociedad que promete mucho en el presente y en el futuro. La parte “negativa” es la falta de visión en ciertos momentos en que el equipo se jugaba los partidos. Jugadas de engaño que, valga la redundancia, no engañaban a nadie. En su defensa, hay que decir que consigue dar un atisbo de atrevimiento a un equipo entrenado por Del Rio y a la vez controla a un joven “favretizado” como Carr. Equilibrar eso tiene su mérito.
La vida tras Charles Woodson promete ser menos traumática de lo que cabía esperar antes de la free agency. El punto más importante para los de Oakland en defensa será apuntalar la línea defensiva. Ser capaces de aprovechar los dobles y triples bloqueos que acaparará Khalil Mack para mejorar la presión al quarterback rival desde el lado opuesto. Evidentemente, esto es la base pretendida por cualquier defensa de la liga, ya que una gran pass rush conlleva mejorar exponencialmente el trabajo de la secundaria que, para añadir más gasolina al fuego, los Raiders han mejorado mucho esta offseason. Pero no estamos delante de una defensa perfecta. A falta de ver cómo se desarrollan algunos jóvenes talentos, parece que el agujero va a estar en el inside linebacker, dónde no se cuenta, a priori, con demasiada profundidad.
La línea defensiva estará compuesta en el puesto de tackles por Justin Ellis y Dan Williams, jugadores muy cumplidores, que se defienden bien contra la carrera, pero que adolecen de una escasa presión al quarterback rival. Ese pequeño inconveniente, no obstante, queda bastante solventado con un gran cuerpo de defensive ends liderados por Mack, posiblemente de los tres mejores jugadores defensivos de la liga en cuanto a su trascendencia en el juego. El líder indiscutible de la defensa Raider, tan pronto le toca defender con la rodilla en tierra cual defensive end clásico, como jugar de edge rusher más abierto condicionando y amedrentando las líneas ofensivas rivales con la cantidad de recursos técnicos de que dispone. En el lado opuesto a Mack cabe destacar el buen final de temporada de Mario Edwards, que deberá despejar las dudas acerca de una posible lesión crónica que arrastra en el cuello. En rotación está la novedad de Jihad Ward, elección sorpresiva de 2ª ronda con mucho potencial físico y poco talento demostrado, pero que puede ser perfecto para defensas híbridas que alternan 4-3 con 3-4, ya que puede actuar de defensive end en “5-tech”. No obstante, es claramente el perfil de jugador boom or bust. O mejora técnicamente y su físico lo catapulta, o no lo consigue y nadie se acordará de él en dos años.
Como edge rushers tanto para defensa 4-3 como para 3-4, y ante las incidencias más recientes y tristemente esperadas del “bueno” de Aldon Smith, se ha contratado en la free agency a Bruce Irvin, que aportará experiencia y liderazgo. Además se adaptará como anillo al dedo a la defensa de Oakland, puesto que juegan con el mismo esquema híbrido que el coordinador defensivo Norton, Jr. se trajo desde Seattle. Además fue su coach de linebackers cuando Irvin jugaba en Seahawks, así que se puede esperar un gran e inmediato rendimiento. La selección de 3ª ronda Shilique Calhoun, del cual se espera que juegue bastantes snaps en rotación más pronto que tarde, completa un muy buen equipo de edge rushers.
Y llegamos al puesto que más dudas ofrece en cuanto a profundidad. En el cuerpo de los middle linebackers va a ser titular Malcolm Smith, un tío serio y cumplidor que tiene el puesto asegurado. No obstante, las incógnitas están a su lado o en sus backups. En el depth chart encontramos a una incógnita como Ben Heeney -los seguidores de la Raider Nation tienen mucha “fe” en este iluminado que empotró su coche a 200 km/h cuando se dirigía a la parroquia-. La 4ª ronda del draft del año 2015 realizó un muy buen final de temporada y deberá dejar de lado las críticas sufridas por su escaso tamaño para el puesto demostrando su valía en cobertura. Tras él, Neiron Ball es casi seguro que pasará el corte y hará roster pudiendo crecer este 2016 como un activo en rotación. Por lo demás, gente que parece carne de practique squad y que si tienen suerte se jugarán el puesto -y el físico- en los equipos especiales.
Woodson se ha retirado y los Raiders han apostado muy fuerte en la offseason para dar un vuelco a su secundaria. Tras renovar merecidamente a una grata e inesperada sorpresa del año pasado como David Amerson, en su día ronda alta de los Redskins, se ha reforzado la posición de cornerback con una contratación estelar en la agencia libre. Sean Smith, fichaje de relumbrón procedente de un rival divisional como los Chiefs, es un CB de gran tamaño que va a ejercer de pareja de baile para los receptores primarios de los equipos rivales. TJ Carrie ayudará en el slot y se espera un buen desarrollo del ya no tan joven Keith McGill. Por último mencionar al bust DJ Hayden -que sigue en el equipo y entra en año de contrato-, quizás el error más importante de Reggie McKenzie en su excelente periplo como General Manager de los Raiders. Nadie es perfecto.
Cierto es que el safety Karl Joseph es una apuesta arriesgada y que, big board generalista en mano, se trata de un claro reach. Pero los Raiders lo querían. Lo querían tanto que estando seguros que no les llegaba en 2ª ronda, fueron a por él con su primera elección. Y lo cierto es que el encaje ilusiona mucho en la bahía por sus habilidades tanto en la caja, donde se muestra muy duro, como en cobertura, así como su intensidad en los placajes recordando los grandes defensas que Raiders tuvo antaño. No obstante, debe aprender a elegir el momento de utilizar esa intensidad para prevenir lesiones, a las cuales parece ser propenso. Y que la gente lo tenga claro, Joseph no llega para suplir al futuro Hall Of Fame Charles Woodson. Para ello los Raiders han contratado al veterano Reggie Nelson que vuelve a unirse con el coach que lo drafteo para los Jaguars. Aportará experiencia, liderazgo y su capacidad de generar big plays. Básicamente, y guardando todas las distancias posibles, lo que aportó Woodson las dos últimas temporadas. Como recambio para ambos, se espera que aporte, si consigue mantenerse sano, Nate “injury prone” Allen.
El coordinador defensivo Norton, Jr. proseguirá con su defensa híbrida entre 4-3 y 3-4 dependiendo del rival y la situación. Con él, cada gameplan es un mundo, pero seguirá manejando la misma filosofía utilizada en Seattle que tan buen rédito generó. Para ello se ha hecho, en los dos últimos años, con jugadores de agencia libre y jóvenes rookies de perfil perfecto para dicho sistema que busca, por encima de todo, flexibilidad en el front seven. 2016 va a ser, para la defensa Raider, la prueba de fuego en su crecimiento y la clave para la visita a playoffs después de un largo tiempo de mediocridad.
Se mantiene el núcleo de los últimos años con el veterano kicker Sebastian Janikowski, jugador más veterano de plantilla que últimamente ha ido decayendo bastante frente a los palos. Detrás suyo y pisándole los talones, y desde hace ya tres temporadas, hay un joven Giorgio Tavecchio que parece ser reemplazará a “SeaBass” de un modo no traumático, cuando éste decida retirarse o falle más de lo debido.
El punter es uno de los mejores jugadores de la liga en su posición. Marquette King acaba de renovar por cinco años y una suculenta cifra de dólares. Joven, dinámico, con una potente pierna y una puntería que habla por sí sola con la gran cantidad de balones que cada temporada coloca dentro de la yarda 20 rival. Tras la marcha de Shane Lechler los Raiders supieron encontrar un sustituto de garantías y, sobre todo, de mucho futuro.
Para realizar los snaps en condiciones a estos dos grandes jugadores el equipo cuenta con otro veterano; el long snapper Jon Condo. Llegando a su ocaso, y después de una lesión en el hombro que le apartó durante un tiempo, la dirección de Oakland tomó la decisión de contratar a Andrew East para evitar cualquier posible contratiempo y hacer una transición controlada con Condo.
Y para terminar llegamos a una de las posiciones con más dudas, la de retornador. Tras la corta aventura en la bahía de André DeBose -sufrió una lesión que le apartó durante toda la temporada- el equipo optó por cortarle sin apenas ver su calidad retornando en el campo. Los Raiders probaron a Amari Cooper en el puesto, algo que no deberían hacer si quieren mantener el receptor franquicia sano. El running back George Atkinson III es otra posible opción para retornar punts, pero lo más probable es que esa labor vuelva a recaer en los hombros de Taiwan Jones y TJ Carrie. Sin duda es una de las posiciones que más debería mejorar el equipo después de no conseguir ni un solo TD de retorno de kick desde 2011 o de retorno de punt desde 2008. El dato es demoledor.
– Juventud e ilusión para dar y tomar en la bahía. Hacia mucho tiempo que no se encaraba la temporada con tanto optimismo. – El ataque lo tiene todo en su sitio para ser demoledor. – ¡¡¡KHALIL MACK!!! lidera una defensa que sólo puede mejorar. |
– Hasta ahora han jugado sin ningún tipo de presión pero esta temporada las exigencias son muy altas. – No hay demasiada profundidad en la plantilla y en defensa el talento resulta escaso en posiciones clave, especialmente el MLB. – Los rumores de traslado de la franquicia pueden ser un elemento desestabilizador. |